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Book of Common Prayer

Daily Old and New Testament readings based on the Book of Common Prayer.
Duration: 861 days
Palabra de Dios para Todos (PDT)
Version
Salmos 19

La creación habla de Dios

Al director. Canción de David.

Los cielos cuentan la gloria de Dios
    y el firmamento declara lo que sus manos han hecho.
Un día le cuenta a otro este mensaje
    y cada noche a la siguiente.
No se escucha lenguaje ni palabras,
    ni se emite una voz que podamos oír.
Sin embargo, su voz atraviesa el mundo entero,
    sus palabras llegan al último rincón de la tierra.

Dios le ha dado al sol el cielo como hogar.
    Y como cuando sale un novio de la alcoba nupcial,
o como cuando un atleta se dispone a recorrer su camino
    así sale feliz el sol para hacer su recorrido.
Comienza su carrera en un punto del cielo
    y hace todo su recorrido hasta llegar al final;
    nada en la tierra puede escapar de su calor.

La enseñanza del SEÑOR es perfecta,
    reconforta el ánimo.
Lo que dice el SEÑOR en su pacto es seguro,
    ayuda a los ignorantes a volverse sabios.
Las leyes del SEÑOR son justas,
    hacen feliz a la gente.
Los mandamientos del SEÑOR son buenos,
    le muestran a la gente el camino correcto a seguir.

El mandato de respetar al SEÑOR es puro;
    permanece para siempre.
Las decisiones del SEÑOR son siempre justas;
    absolutamente correctas.
10 Sus enseñanzas valen más que el oro puro;
    son más dulces que la miel recién salida del panal.
11 Tus enseñanzas previenen de todo peligro a quienes te respetan.
    Los que te obedecen serán recompensados.

12 ¿Quién puede darse cuenta de absolutamente todos sus errores?
    Así que te pido que me ayudes a no cometer pecados sin darme cuenta.
13 Protégeme de la soberbia;
    no dejes que la soberbia gobierne mi vida.
Sólo así podré estar puro
    y libre de toda culpa.
14 SEÑOR, tú eres mi roca;
    eres quien me salva.
Deseo que te complazca
    todo lo que digo y pienso.

Isaías 45:18-25

18 Dios es el Creador
    del cielo y de la tierra.
Él es Dios y SEÑOR.
    Hizo la tierra y le dio forma, la afirmó.
No la creó para que estuviera vacía,
    sino que le dio forma para que fuera habitada.

Él dice esto: «Yo soy el SEÑOR,
    no existe ningún otro Dios.
19 No hablé en secreto,
    ni en un lugar oscuro de la tierra.
Yo no les dije a los descendientes de Jacob:
    “Búsquenme en vano”.
Yo, el SEÑOR, hablo lo correcto
    y digo la verdad.
20 Vengan y reúnanse ustedes,
    los sobrevivientes de las naciones,
    acérquense todos.
Son unos ignorantes los que cargan imágenes de madera en procesión
    y le rezan a un dios que no los puede salvar.
21 Vengan y muestren sus pruebas.
    Que hagan consultas unos a otros sobre este asunto.
¿Quién hizo saber esto desde hace mucho tiempo?
    ¿Quién dijo antes que esto iba a suceder?
¿Acaso no fue el SEÑOR?
    No existe otro Dios que no sea yo;
Dios justo y Salvador.
    Yo soy el único Dios que existe.

22 »Pueblos todos en todo lugar,
    vengan a mí para ser salvos,
    porque yo soy Dios y no existe ningún otro.
23 Hago una promesa por mí mismo,
    lo que digo es verdad
    y no será revocado.
Toda rodilla se doblará ante mí
    y toda lengua se comprometerá a obedecerme.
24 Dirán: “Sólo en el SEÑOR
    están la justicia y el poder”.
Todos los que se enojaron contra él
    vendrán ante su presencia
    y serán avergonzados.
25 En el SEÑOR encontrarán justicia
    todos los descendientes de Israel
    y lo alabarán».

Filipenses 3:4-11

Aunque yo tendría razones para confiar en mi raza y posición social, no lo hago. Así que si alguien piensa que tiene razones para confiar en su raza o posición social, yo tendría más razones que cualquier otro. Me circuncidaron cuando tenía ocho días de nacido, soy israelita y pertenezco a la tribu de Benjamín. Soy hebreo y mis padres también fueron hebreos. La ley era muy importante para mí, pues yo era fariseo. Estaba tan dedicado a la ley y las tradiciones de mi pueblo que perseguía a la iglesia, y nadie podía reprocharme nada porque siempre obedecía la ley.

En esa época pensaba que todo eso era muy valioso, pero gracias a Cristo, ahora sé que eso no tiene ningún valor. Es más, creo que nada vale la pena comparado con el invaluable bien de conocer a Jesucristo, mi Señor. Por Cristo he abandonado todo lo que creía haber alcanzado. Ahora considero que todo aquello era basura con tal de lograr a Cristo. En él soy aprobado por Dios. No es que yo mismo me doy aprobación por lo que dice la ley, sino que Dios me aprueba por la fe en Cristo.[a] La aprobación viene de Dios por la fe. 10 Lo que quiero es conocer a Cristo y experimentar el poder de su resurrección. Quiero compartir con él sus sufrimientos. También quisiera ser como él en su muerte, 11 y de alguna manera poder alcanzar la resurrección de los muertos.

Salmos 119:89-112

Lámed

89 SEÑOR, tu palabra está firme
    para siempre en el cielo.
90 La gente podrá confiar en tu palabra ahora y siempre;
    tú hiciste la tierra, y ella perdura.
91 La tierra sigue existiendo por orden tuya;
    todo el universo está a tu servicio.
92 Si yo no hubiera seguido con amor tus enseñanzas,
    mis sufrimientos ya habrían acabado conmigo.
93 Jamás olvidaré tus instrucciones
    porque ellas me mantienen con vida.
94 Yo soy tuyo, sálvame;
    quiero obedecer tus instrucciones.
95 Los perversos querían acabar conmigo,
    pero yo sigo fiel a tus enseñanzas.
96 He visto que todo en la vida tiene sus límites,
    pero lo único que no tiene límites es tu mandamiento.

Mem

97 ¡Cuánto amo tu enseñanza!
    La estudio todo el tiempo.
98 Tu mandamiento siempre está conmigo;
    me hace ser más sabio que mis enemigos.
99 Tú me has hecho aun más sabio que todos mis maestros
    porque siempre medito en tus mandatos.
100 Soy más sabio que los ancianos
    porque obedezco tus instrucciones.
101 Me alejo del camino del mal
    para poder obedecer tus mandatos.
102 Nunca doy la espalda a tus órdenes
    porque tú me las enseñaste.
103 Tu palabra es dulce a mi paladar,
    más que la miel en mi boca.
104 Rechazo la mentira
    porque tus enseñanzas me hacen sabio.

Nun

105 Tu palabra es lámpara que guía mis pasos;
    luz que alumbra mi camino.
106 Yo juré obedecer tus justas órdenes
    y siempre cumpliré mi juramento.
107 SEÑOR, ya he sufrido bastante;
    dame de nuevo la vida tal como lo prometiste.
108 SEÑOR, acepta la alabanza de mis labios,
    y enséñame el significado de tus órdenes.
109 Mi vida ha estado en peligro muchas veces,
    pero nunca he olvidado tus enseñanzas.
110 Los perversos tratan de atraparme,
    pero yo nunca me alejo de tus instrucciones.
111 Tus mandatos me enseñan lo más valioso;
    hacen feliz mi corazón.
112 Siempre me esforzaré
    por obedecer tus mandatos hasta el final.

Hechos 9:1-22

Conversión de Saulo

Saulo seguía amenazando y promoviendo actos de violencia y muerte contra los seguidores del Señor. Entonces fue al sumo sacerdote y le pidió cartas de autorización para las sinagogas de Damasco. Si Saulo encontraba a algún seguidor del Camino[a], hombre o mujer, lo podía arrestar y llevar preso a Jerusalén. Cuando estaba cerca de la ciudad de Damasco, lo rodeó de repente una luz muy brillante del cielo. Saulo cayó al suelo y escuchó una voz que le decía:

—Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?

Saulo preguntó:

—¿Quién eres, Señor?

La voz le contestó:

—Soy Jesús, a quien tú persigues. Levántate y vete a la ciudad. Allí se te dirá qué tienes que hacer.

Los hombres que viajaban con Saulo estaban ahí, sin poder decir ni una sola palabra. Oían la voz pero no veían a nadie. Saulo se levantó del suelo, pero cuando abrió los ojos no veía nada. Entonces lo llevaron de la mano a Damasco. Estuvo allí tres días sin ver y no comió ni bebió nada.

10 En Damasco había un seguidor llamado Ananías. El Señor le dijo en una visión:

—Ananías.

Y él le respondió:

—Aquí estoy, Señor.

11 El Señor le dijo:

—Levántate, ve a la calle Derecha y busca la casa de un hombre llamado Judas. Allí pregunta por Saulo de Tarso. Él está orando y 12 tuvo una visión donde un hombre llamado Ananías se le acerca y le impone las manos para que recobre la vista.

13 Ananías le respondió:

—Señor, muchos me han contado todo el mal que él ha hecho en Jerusalén contra tu pueblo santo. 14 Ahora Saulo ha venido aquí con poderes de los jefes de los sacerdotes para arrestar a todo el que confía en ti.

15 Pero el Señor le dijo:

—¡Ve! Yo elegí a Saulo para la misión de dar a conocer mi mensaje ante reyes, israelitas y gente de otras naciones. 16 Te aseguro que yo mismo le mostraré a Saulo todo lo que tendrá que sufrir por mi causa.

17 Entonces Ananías se fue a la casa de Judas e imponiéndole las manos a Saulo, le dijo: «Hermano Saulo, el Señor Jesús me envió. Fue el que se te apareció cuando venías para acá. Me mandó para que puedas ver de nuevo y te llenes del Espíritu Santo». 18 De inmediato, algo que parecía escamas cayó de sus ojos y recobró la vista. Saulo se levantó y fue bautizado. 19 Luego comió y recuperó las fuerzas.

Saulo en Damasco

Saulo se quedó un tiempo con los seguidores que vivían en Damasco. 20 Enseguida entró en las sinagogas a proclamar que Jesús es el Hijo de Dios. 21 Todos los que lo escuchaban se asombraban y decían: «¿No es este el mismo que en Jerusalén procuraba destruir a los que oraban a Jesús pidiéndole ayuda? ¿Acaso no vino a arrestar a los seguidores de aquí y a llevarlos ante los jefes de los sacerdotes?» 22 Sin embargo, las palabras de Saulo eran tan bien argumentadas que confundía a los judíos que vivían en Damasco. Ellos no lo podían contradecir cuando él afirmaba que Jesús es el Mesías.

Palabra de Dios para Todos (PDT)

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