Book of Common Prayer
1 BIENAVENTURADO el varón que no anduvo en consejo de malos, Ni estuvo en camino de pecadores, Ni en silla de escarnecedores se ha sentado;
2 Antes en la ley de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche.
3 Y será como el árbol plantado junto á arroyos de aguas, Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará.
4 No así los malos: Sino como el tamo que arrebata el viento.
5 Por tanto no se levantarán los malos en el juicio, Ni los pecadores en la congregación de los justos.
6 Porque Jehová conoce el camino de los justos; Mas la senda de los malos perecerá.
2 ¿POR qué se amotinan las gentes, Y los pueblos piensan vanidad?
2 Estarán los reyes de la tierra, Y príncipes consultarán unidos Contra Jehová, y contra su ungido, diciendo:
3 Rompamos sus coyundas, Y echemos de nosotros sus cuerdas.
4 El que mora en los cielos se reirá; El Señor se burlará de ellos.
5 Entonces hablará á ellos en su furor, Y turbarálos con su ira.
6 Yo empero he puesto mi rey Sobre Sión, monte de mi santidad.
7 Yo publicaré el decreto: Jehová me ha dicho: Mi hijo eres tú; Yo te engendré hoy.
8 Pídeme, y te daré por heredad las gentes, Y por posesión tuya los términos de la tierra.
9 Quebrantarlos has con vara de hierro: Como vaso de alfarero los desmenuzarás.
10 Y ahora, reyes, entended: Admitid corrección, jueces de la tierra.
11 Servid á Jehová con temor, Y alegraos con temblor.
12 Besad al Hijo, porque no se enoje, y perezcáis en el camino, Cuando se encendiere un poco su furor. Bienaventurados todos los que en él confían.
3 Salmo de David, cuando huía de adelante de Absalom su hijo. OH Jehová, cuánto se han multiplicado mis enemigos! Muchos se levantan contra mí.
2 Muchos dicen de mi vida: No hay para él salud en Dios. (Selah.)
3 Mas tú, Jehová, eres escudo alrededor de mí: Mi gloria, y el que ensalza mi cabeza.
4 Con mi voz clamé á Jehová, Y él me respondió desde el monte de su santidad. (Selah.)
5 Yo me acosté, y dormí, Y desperté; porque Jehová me sostuvo.
6 No temeré de diez millares de pueblos, Que pusieren cerco contra mí.
7 Levántate, Jehová; sálvame, Dios mío: Porque tú heriste á todos mis enemigos en la quijada; Los dientes de los malos quebrantaste.
8 De Jehová es la salud: Sobre tu pueblo será tu bendición. (Selah.)
4 Al Músico principal: sobre Neginoth: Salmo de David. RESPONDEME cuando clamo, oh Dios de mi justicia: Estando en angustia, tú me hiciste ensanchar: Ten misericordia de mí, y oye mi oración.
2 Hijos de los hombres, ¿hasta cuándo volveréis mi honra en infamia, Amaréis la vanidad, y buscaréis la mentira? (Selah.)
3 Sabed pues, que Jehová hizo apartar al pío para sí: Jehová oirá cuando yo á él clamare.
4 Temblad, y no pequéis: Conversad en vuestro corazón sobre vuestra cama, y desistid. (Selah.)
5 Ofreced sacrificios de justicia, Y confiad en Jehová.
6 Muchos dicen: ¿Quién nos mostrará el bien? Alza sobre nosotros, oh Jehová, la luz de tu rostro.
7 Tú diste alegría en mi corazón, Más que tienen ellos en el tiempo que se multiplicó su grano y su mosto.
8 En paz me acostaré, y asimismo dormiré; Porque solo tú, Jehová, me harás estar confiado.
7 Sigaión de David, que cantó á Jehová sobre las palabras de Cus, hijo de Benjamín. JEHOVA Dios mío, en ti he confiado: Sálvame de todos los que me persiguen, y líbrame;
2 No sea que arrebate mi alma, cual león Que despedaza, sin que haya quien libre.
3 Jehová Dios mío, si yo he hecho esto, Si hay en mis manos iniquidad;
4 Si dí mal pago al pacífico conmigo, (Hasta he libertado al que sin causa era mi enemigo;)
5 Persiga el enemigo mi alma, y alcánce la; Y pise en tierra mi vida, Y mi honra ponga en el polvo. (Selah.)
6 Levántate; oh Jehová, con tu furor; Alzate á causa de las iras de mis angustiadores, Y despierta en favor mío el juicio que mandaste.
7 Y te rodeará concurso de pueblo; Por cuyo amor vuélvete luego á levantar en alto.
8 Jehová juzgará los pueblos: Júzgame, oh Jehová, conforme á mi justicia y conforme á mi integridad.
9 Consúmase ahora la malicia de los inicuos, y establece al justo; Pues el Dios justo prueba los corazones y los riñones.
10 Mi escudo está en Dios, Que salva á los rectos de corazón.
11 Dios es el que juzga al justo: Y Dios está airado todos los días contra el impío.
12 Si no se convirtiere, él afilará su espada: Armado tiene ya su arco, y lo ha preparado.
13 Asimismo ha aparejado para él armas de muerte; Ha labrado sus saetas para los que persiguen.
14 He aquí ha tenido parto de iniquidad: Concibió trabajo, y parió mentira.
15 Pozo ha cavado, y ahondádolo; Y en la fosa que hizo caerá.
16 Su trabajo se tornará sobre su cabeza, Y su agravio descenderá sobre su mollera.
17 Alabaré yo á Jehová conforme á su justicia, Y cantaré al nombre de Jehová el Altísimo.
12 ¿Quién midió las aguas con su puño, y aderezó los cielos con su palmo, y con tres dedos allegó el polvo de la tierra, y pesó los montes con balanza, y con peso los collados?
13 ¿Quién enseñó al espíritu de Jehová, ó le aconsejo enseñándole?
14 ¿A quién demandó consejo para ser avisado? ¿Quién le enseñó el camino del juicio, ó le enseñó ciencia, ó le mostró la senda de la prudencia?
15 He aquí que las naciones son reputadas como la gota de un acetre, y como el orín del peso: he aquí que hace desaparecer las islas como polvo.
16 Ni el Líbano bastará para el fuego, ni todos sus animales para el sacrificio.
17 Como nada son todas las gentes delante de él; y en su comparación serán estimadas en menos que nada, y que lo que no es.
18 ¿A qué pues haréis semejante á Dios, ó qué imagen le compondréis?
19 El artífice apareja la imagen de talla, el platero le extiende el oro, y le funde cadenas de plata.
20 El pobre escoge, para ofrecerle, madera que no se corrompa; búscase un maestro sabio, que le haga una imagen de talla que no se mueva.
21 ¿No sabéis? ¿no habéis oído? ¿nunca os lo han dicho desde el principio? ¿no habéis sido enseñados desde que la tierra se fundó?
22 El está asentado sobre el globo de la tierra, cuyos moradores son como langostas: él extiende los cielos como una cortina, tiéndelos como una tienda para morar:
23 El torna en nada los poderosos, y á los que gobiernan la tierra hace como cosa vana.
1 PABLO, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, á los santos y fieles en Cristo Jesús que están en Efeso:
2 Gracia sea á vosotros, y paz de Dios Padre nuestro, y del Señor Jesucristo.
3 Bendito el Dios y Padre del Señor nuestro Jesucristo, el cual nos bendijo con toda bendición espiritual en lugares celestiales en Cristo:
4 Según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él en amor;
5 Habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos por Jesucristo á sí mismo, según el puro afecto de su voluntad,
6 Para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado:
7 En el cual tenemos redención por su sangre, la remisión de pecados por las riquezas de su gracia,
8 Que sobreabundó en nosotros en toda sabiduría é inteligencia;
9 Descubriéndonos el misterio de su voluntad, según su beneplácito, que se había propuesto en sí mismo,
10 De reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra:
11 En él digo, en quien asimismo tuvimos suerte, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el consejo de su voluntad,
12 Para que seamos para alabanza de su gloria, nosotros que antes esperamos en Cristo.
13 En el cual esperasteis también vosotros en oyendo la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salud: en el cual también desde que creísteis, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa,
14 Que es las arras de nuestra herencia, para la redención de la posesión adquirida para alabanza de su gloria.
1 PRINCIPIO del evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios.
2 Como está escrito en Isaías el profeta: He aquí yo envío á mi mensajero delante de tu faz, Que apareje tu camino delante de ti.
3 Voz del que clama en el desierto: Aparejad el camino del Señor; Enderezad sus veredas.
4 Bautizaba Juan en el desierto, y predicaba el bautismo del arrepentimiento para remisión de pecados.
5 Y salía á él toda la provincia de Judea, y los de Jerusalem; y eran todos, bautizados por él en el río de Jordán, confesando sus pecados.
6 Y Juan andaba vestido de pelos de camello, y con un cinto de cuero alrededor de sus lomos; y comía langostas y miel silvestre.
7 Y predicaba, diciendo: Viene tras mí el que es más poderoso que yo, al cual no soy digno de desatar encorvado la correa de sus zapatos.
8 Yo á la verdad os he bautizado con agua; mas él os bautizará con Espíritu Santo.
9 Y aconteció en aquellos días, que Jesús vino de Nazaret de Galilea, y fué bautizado por Juan en el Jordán.
10 Y luego, subiendo del agua, vió abrirse los cielos, y al Espíritu como paloma, que descendía sobre él.
11 Y hubo una voz de los cielos que decía: Tú eres mi Hijo amado; en ti tomo contentamiento.
12 Y luego el Espíritu le impele al desierto.
13 Y estuvo allí en el desierto cuarenta días, y era tentado de Satanás; y estaba con las fieras; y los ángeles le servían.