Book of Common Prayer
¡Grande es Dios!
SALMO 145 (144)
David compuso este himno de alabanza.
145 1-2 Mi Dios y rey,
¡siempre te bendeciré
y alabaré tu grandeza!
3 ¡Grande eres, nuestro Dios,
y mereces nuestras alabanzas!
¡Tanta es tu grandeza
que no podemos comprenderla!
4-6 Nosotros hablaremos
del poder, belleza y majestad
de tus hechos maravillosos;
yo pensaré mucho en ellos
y los daré a conocer
a mis propios hijos.
7 Hablaremos de tu inmensa bondad,
y entre gritos de alegría
diremos que eres un Dios justo.
8-9 Dios mío,
tú eres tierno y bondadoso;
no te enojas fácilmente,
y es muy grande tu amor.
Eres bueno con tu creación,
y te compadeces de ella.
10 ¡Que te alabe tu creación!
¡Que te bendiga tu pueblo fiel!
11-12 ¡Que hablen de tu glorioso reino
y reconozcan tu belleza y tu poder!
¡Que anuncien tus grandes hechos
para que todo el mundo los conozca!
13 Tu reino siempre permanecerá,
pues siempre cumples tus promesas
y todo lo haces con amor.
14 Dios mío,
tú levantas a los caídos
y das fuerza a los cansados.
15 Los ojos de todos están fijos en ti;
esperando que los alimentes.
16 De buena gana abres la mano,
y das de comer en abundancia
a todos los seres vivos.
17 Dios mío,
tú siempre cumples tus promesas
y todo lo haces con amor.
18 Siempre estás cerca
de los que te llaman con sinceridad.
19 Tú atiendes los ruegos
de los que te honran;
les das lo que necesitan
y los pones a salvo.
20 Siempre estás pendiente
de todos los que te aman,
pero destruyes a los malvados.
21 ¡Mis labios siempre te alabarán!
¡La humanidad entera te bendecirá
ahora y siempre!
Plena confianza en Dios
2 Queridos jovencitos,
si quieren servir a Dios,
prepárense a enfrentar dificultades.
2 Ármense de mucho valor,
y no se asusten de las desgracias.
3 Nunca se aparten de Dios,
y él los hará prosperar.
4 Suceda lo que suceda,
aguanten con paciencia el sufrimiento.
5 El oro se purifica con fuego,
y nosotros, con el sufrimiento.
6 Si corrigen su conducta
y ponen su confianza en Dios,
él les brindará su ayuda.
7 Si obedecen a Dios,
deben también confiar en su amor
y hacer siempre lo bueno;
de lo contrario, fracasarán.
8-9 Si obedecen a Dios,
pueden estar bien seguros
de que él les dará su recompensa:
los llenará de beneficios,
los tratará siempre con bondad
y los llenará de alegría.
10 Si repasamos nuestra historia,
veremos que Dios nunca nos falló
cuando confiamos en él.
Dios siempre nos responde
cuando le pedimos ayuda.
11 Nuestro Dios es tierno y bondadoso,
perdona nuestros pecados
y nos salva de la aflicción.
25 Bernabé y Saulo[a] terminaron su trabajo en Jerusalén y regresaron a Antioquía. Con ellos se llevaron a Juan Marcos.
Una misión especial
13 En la iglesia de Antioquía estaban Bernabé, Simeón «el Negro», Lucio el del pueblo de Cirene, Menahem y Saulo. Menahem había crecido con el rey Herodes Antipas. Todos ellos eran profetas y maestros.
2 Un día, mientras ellos estaban adorando al Señor y ayunando, el Espíritu Santo les dijo: «Prepárenme a Bernabé y a Saulo. Yo los he elegido para una misión especial.»
3 Todos siguieron orando y ayunando; después oraron por Bernabé y Saulo, les pusieron las manos sobre la cabeza, y los despidieron.
Dios, guía de todas las naciones
SALMO 67 (66)
Instrucciones para el director musical: Este himno deberá cantarse acompañado de instrumentos de cuerda.
67 Dios mío,
ten compasión de nosotros
y danos tu bendición.
Míranos con alegría
y muéstranos tu amor;
2 así todas las naciones del mundo
conocerán tus enseñanzas
y tu poder para salvar.
3 Dios mío,
¡que te alaben los pueblos!
¡Que todos los pueblos te alaben!
4 ¡Que todas las naciones se alegren
y canten llenas de felicidad!
Tú gobiernas a los pueblos con justicia;
¡tú guías a las naciones de la tierra!
5 Dios mío,
¡que te alaben los pueblos!
¡Que todos los pueblos te alaben!
6 La tierra dará grandes cosechas,
y tú nos bendecirás.
7 Sí, tú nos bendecirás;
a ti te alabarán
los más lejanos países de la tierra.
Dios es nuestro rey
SALMO 96 (95)
96 ¡Vamos, habitantes de este mundo!
¡Cantemos a Dios un nuevo himno!
2 ¡Cantemos alabanzas a nuestro Dios!
¡Celebremos día tras día sus victorias!
3 ¡Anunciemos su grandeza y maravillas
entre todas las naciones!
4 ¡Grande y digno de alabanza
es nuestro Dios,
y más temible que todos los dioses!
5 Los dioses de otras naciones
son dioses falsos,
pero Dios hizo los cielos.
6 Lleno está su santuario
de majestad y esplendor,
de poder y belleza.
7 Pueblos todos,
¡reconozcan el poder de nuestro Dios
y ríndanle homenaje!
8 ¡Vengan a los patios de su templo
y traigan sus ofrendas!
¡Adórenlo como él se merece!
9 ¡Inclínense ante él
en su santuario majestuoso!
¡Que toda la tierra le rinda homenaje!
10 Que digan las naciones:
«¡Dios es nuestro rey!»
Él estableció el mundo con firmeza,
y el mundo jamás se moverá.
¡Él gobierna las naciones con justicia!
11 ¡Que se alegren los cielos!
¡Que grite la tierra de alegría!
¡Que ruja el mar,
con todo lo que contiene!
12 ¡Que canten alegres los campos,
con todo lo que hay en ellos!
¡Que griten de alegría
todos los árboles del bosque!
13 ¡Que canten en presencia de Dios,
que viene ya para gobernar al mundo!
¡Dios gobernará con verdadera justicia
a todos los pueblos de la tierra!
4 Cuando Jesucristo venga como Rey, juzgará a todos, tanto a los que estén vivos como a los que estén muertos. Por eso pongo a Dios y a Jesucristo por testigos de lo que te ordeno. 2 Tú anuncia el mensaje de Dios en todo momento. Anúncialo, aunque ese momento no parezca ser el mejor. Muéstrale a la gente sus errores, corrígela y anímala; instrúyela con mucha paciencia. 3 Porque llegará el día en que la gente no querrá escuchar la buena enseñanza. Al contrario, querrá oír enseñanzas diferentes. Por eso buscará maestros que le digan lo que quiere oír. 4 La gente no escuchará la verdadera enseñanza, sino que prestará atención a toda clase de cuentos. 5 Pero tú, Timoteo, mantén la calma en todo momento, soporta los sufrimientos y anuncia siempre la buena noticia. Haz bien tu trabajo.
6 Ya falta poco para que yo muera, y mi muerte será mi ofrenda a Dios. 7 He luchado por obedecer a Dios en todo, y lo he logrado; he llegado a la meta, y en ningún momento he dejado de confiar en Dios. 8 Sé que Dios es un juez justo y que, cuando juzgue a todos, me dará una corona como premio a mi obediencia. Y no sólo a mí me la dará, sino también a todos los que esperan con ansias su regreso.
Instrucciones personales
9 Haz todo lo posible por venir a verme pronto. 10 Demas me ha abandonado y se ha ido a la ciudad de Tesalónica, pues ama demasiado las cosas de este mundo. Crescente se fue a la región de Galacia, y Tito a la de Dalmacia. 11 El único que está conmigo es Lucas.
Marcos puede ayudarme mucho en mi trabajo, así que búscalo y tráelo contigo cuando vengas.
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