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Book of Common Prayer

Daily Old and New Testament readings based on the Book of Common Prayer.
Duration: 861 days
Dios Habla Hoy (DHH)
Version
Salmos 83

Oración pidiendo la intervención de Dios

(1) Cántico y salmo de Asaf.

83 (2) Oh Dios, ¡no te quedes en silencio!,
¡no te quedes inmóvil y callado!
(3) Mira a tus enemigos, a los que te odian:
alborotan y se rebelan contra ti.
(4) Han hecho planes astutos
en contra de tu pueblo,
¡en contra de tus protegidos!
(5) Han pensado venir a destruirnos
para que dejemos de existir como nación,
para que no vuelva a recordarse el nombre de Israel.
(6) Han hecho un pacto en contra tuya,
han conspirado como un solo hombre:
(7) los campamentos de Edom y de Ismael,
los descendientes de Agar y de Moab,
(8) Guebal, Amón y Amalec,
los filisteos, los que viven en Tiro,
(9) y hasta los asirios se han unido a ellos,
y son el brazo fuerte de los hijos de Lot.

(10) Haz con ellos como hiciste con Madián,
como hiciste con Sísara,
como hiciste con Jabín en el arroyo de Quisón,
10 (11) que fueron destruidos en Endor,
¡que fueron convertidos en estiércol de la tierra!
11 (12) Haz con sus hombres importantes
como hiciste con Oreb y con Zeeb;
haz con todos sus jefes
como hiciste con Zébah y con Salmuná,
12 (13) que quisieron apropiarse de los pastizales de Dios.

13 (14) Dios mío, haz que rueden como zarzas,
como hojas secas arrastradas por el viento;
14 (15) y así como el fuego quema el bosque
y consume los montes con sus llamas,
15 (16) ¡así persíguelos con tus tormentas
y espántalos con tus tempestades!
16 (17) ¡Avergüénzalos, Señor,
para que recurran a ti!
17 (18) Que sean avergonzados para siempre;
¡que se avergüencen y mueran!
18 (19) ¡Que sepan que sólo tú eres el Señor,
que sólo tú eres el Altísimo
sobre toda la tierra!

Salmos 146-147

Alabanzas a los hechos de Dios

146 ¡Aleluya!

Alabaré al Señor con toda mi alma.
Alabaré al Señor mientras yo viva;
cantaré himnos a mi Dios mientras yo exista.
No pongan su confianza en hombres importantes,
en simples hombres que no pueden salvar,
pues cuando mueren regresan al polvo,
y ese mismo día terminan sus proyectos.

Feliz quien recibe ayuda del Dios de Jacob,
quien pone su esperanza en el Señor su Dios.
Él hizo cielo, tierra y mar,
y todo lo que hay en ellos.
Él siempre mantiene su palabra.
Hace justicia a los oprimidos
y da de comer a los hambrientos.

El Señor da libertad a los presos;
el Señor devuelve la vista a los ciegos;
el Señor levanta a los caídos;
el Señor ama a los hombres honrados;
el Señor protege a los extranjeros
y sostiene a los huérfanos y a las viudas,
pero hace que los malvados pierdan el camino.

10 Oh Sión, el Señor reinará por siempre;
tu Dios reinará por todos los siglos.

¡Aleluya!

No hizo lo mismo con todas las naciones

147 ¡Aleluya!

¡Qué bueno es cantar himnos a nuestro Dios!
¡A él se le deben dulces alabanzas!
El Señor reconstruye a Jerusalén
y reúne a los dispersos de Israel.
Él sana a los que tienen roto el corazón,
y les venda las heridas.
Él determina el número de las estrellas,
y a cada una le pone nombre.
Grande es nuestro Dios, y grande su poder;
su inteligencia es infinita.
El Señor levanta a los humildes,
pero humilla por completo a los malvados.

Canten al Señor con gratitud;
canten himnos a nuestro Dios, al son del arpa.
Él cubre de nubes el cielo,
prepara la lluvia para la tierra,
hace crecer los pastos en los montes,
da de comer a los animales
y a las crías de los cuervos cuando chillan.
10 No es la fuerza del caballo ni los músculos del hombre
lo que más agrada al Señor;
11 a él le agradan los que lo honran,
los que confían en su amor.

12 Jerusalén, alaba al Señor;
Sión, alaba a tu Dios.
13 Pues él reforzó los cerrojos de tus puertas
y bendijo a tus hijos dentro de la ciudad.
14 Él trae la paz a tu territorio
y te satisface con lo mejor del trigo.
15 Él envía su palabra a la tierra,
y su palabra corre a toda prisa.
16 Él produce la nieve como si fuera lana,
y esparce la escarcha como si fuera polvo.
17 Él envía el hielo en forma de granizo;
con el frío que envía, el agua se congela.
18 Pero envía su palabra, y la derrite;
hace soplar el viento, y el agua corre.
19 Él dio a conocer a Jacob, a Israel,
su palabra, sus leyes y decretos.
20 No hizo lo mismo con las otras naciones,
las cuales nunca conocieron sus decretos.

¡Aleluya!

Salmos 85-86

¡Sálvanos otra vez!

(1) Del maestro de coro. Salmo de los hijos de Coré.

85 (2) Señor,
tú has sido muy bueno con este país tuyo;
has cambiado la suerte de Jacob;
(3) has perdonado la maldad de tu pueblo
y todos sus pecados;
(4) has calmado por completo
tu enojo y tu furor.

(5) Dios y Salvador nuestro,
¡sálvanos también ahora
y no sigas enojado con nosotros!
(6) ¿Acaso vas a prolongar por siempre
tu enojo contra nosotros?
(7) ¿No volverás a darnos vida,
para que tu pueblo se alegre por ti?
(8) Oh Señor,
¡muéstranos tu amor, y sálvanos!

(9) Escucharé lo que el Señor va a decir;
pues va a hablar de paz a su pueblo,
a los que le son fieles,
para que no vuelvan a hacer locuras.
(10) En verdad, Dios está muy cerca,
para salvar a los que le honran;
su gloria vivirá en nuestra tierra.

10 (11) El amor y la verdad se darán cita,
la paz y la justicia se besarán,
11 (12) la verdad brotará de la tierra
y la justicia mirará desde el cielo.
12 (13) El Señor mismo traerá la lluvia,
y nuestra tierra dará su fruto.
13 (14) La justicia irá delante de él,
y le preparará el camino.

Sólo tú eres Dios

(1a) Oración de David.

86 (1b) Señor, dígnate escucharme,
porque estoy muy triste y pobre;
protégeme, pues te soy fiel.
Tú eres mi Dios;
¡salva a este siervo tuyo que en ti confía!

Señor, ten compasión de mí,
que a ti clamo a todas horas.
Señor, alegra el ánimo de este siervo tuyo,
pues a ti dirijo mi oración.
Porque tú, Señor, eres bueno y perdonas;
eres todo amor con los que te invocan.

Señor, escucha mi oración,
¡atiende mi plegaria!
En mi angustia clamo a ti,
porque tú me respondes.
¡No hay dios comparable a ti, Señor!
¡No hay nada que iguale a tus obras!

Oh Señor,
tú has formado a todas las naciones,
y ellas vendrán a ti para adorarte
y para glorificar tu nombre.
10 Porque sólo tú eres Dios;
¡tú eres grande y haces maravillas!

11 Oh Señor, enséñame tu camino,
para que yo lo siga fielmente.
Haz que mi corazón honre tu nombre.
12 Mi Señor y Dios,
te alabaré con todo el corazón
y glorificaré siempre tu nombre.
13 ¡Inmenso es tu amor por mí!
¡Me has librado de caer en el sepulcro!

14 Oh Dios,
una banda de insolentes y violentos,
que no te tienen presente,
se han puesto en contra mía y quieren matarme.
15 Pero tú, Señor,
eres Dios tierno y compasivo,
paciente, todo amor y verdad.
16 Mírame, ¡ten compasión de mí!
¡Salva a este siervo tuyo! ¡Dale tu fuerza!
17 Dame una clara prueba de tu bondad,
y que al verla se avergüencen los que me odian.
¡Tú, Señor, me das ayuda y consuelo!

Ester 7

Amam es condenado a muerte

El rey y Amam fueron al banquete, y también en este segundo día dijo el rey a Ester durante el banquete:

—¡Pídeme lo que quieras, y te lo concederé, aun si me pides la mitad de mi reino!

Y Ester le respondió:

—Si Su Majestad me tiene cariño, y si le parece bien, lo único que deseo y pido es que Su Majestad me perdone la vida y la de mi pueblo; pues tanto a mi pueblo como a mí se nos ha vendido para ser destruidos por completo. Si hubiéramos sido vendidos como esclavos, yo no diría nada, porque el enemigo no causaría entonces tanto daño a los intereses de Su Majestad.

Entonces Asuero preguntó:

—¿Quién es y dónde está el que ha pensado hacer semejante cosa?

—¡El enemigo y adversario es este malvado Amam! —respondió Ester.

Al oír esto, Amam se quedó paralizado de miedo ante el rey y la reina. Asuero se levantó lleno de ira y, abandonando la sala donde estaban celebrando el banquete, salió al jardín del palacio. Pero Amam, al darse cuenta de que el rey había decidido condenarlo a muerte, se quedó en la sala para rogar a la reina Ester que le salvara la vida. 8-9 Cuando el rey volvió del jardín y entró en la sala del banquete, vio a Amam de rodillas junto al diván en que estaba recostada Ester, y exclamó:

—¿Acaso quieres también deshonrar a la reina en mi presencia y en mi propia casa?

Tan pronto como el rey hubo pronunciado estas palabras, unos oficiales de su guardia personal cubrieron la cara de Amam. Y uno de ellos, llamado Harboná, dijo:

—En casa de Amam está lista una horca, como de veintidós metros, que él mandó construir para Mardoqueo, el hombre que tan buen informe dio a Su Majestad.

—¡Pues cuélguenlo en ella! —ordenó el rey.

10 Y así Amam fue colgado en la misma horca que había preparado para Mardoqueo. Con eso se calmó la ira del rey.

Hechos 19:11-20

11 Y Dios hacía grandes milagros por medio de Pablo, 12 tanto que hasta los pañuelos o las ropas que habían sido tocados por su cuerpo eran llevados a los enfermos, y éstos se curaban de sus enfermedades, y los espíritus malignos salían de ellos.

13 Pero algunos judíos que andaban por las calles expulsando de la gente espíritus malignos, quisieron usar para ello el nombre del Señor Jesús; así que decían a los espíritus: «¡En el nombre de Jesús, a quien Pablo anuncia, les ordeno que salgan!»

14 Esto es lo que hacían los siete hijos de un judío llamado Esceva, que era un jefe de los sacerdotes. 15 Pero en cierta ocasión el espíritu maligno les contestó: «Conozco a Jesús, y sé quién es Pablo; pero ustedes, ¿quiénes son?»

16 Al mismo tiempo, el hombre que tenía el espíritu maligno se lanzó sobre ellos, y con gran fuerza los dominó a todos, maltratándolos con tanta violencia que huyeron de la casa desnudos y heridos. 17 Todos los que vivían en Éfeso, judíos y no judíos, lo supieron, y se llenaron de temor. De esta manera crecía la fama del nombre del Señor Jesús.

18 También muchos de los que creyeron llegaban confesando públicamente todo lo malo que antes habían hecho, 19 y muchos que habían practicado la brujería trajeron sus libros y los quemaron en presencia de todos. Cuando se calculó el precio de aquellos libros, resultó que valían como cincuenta mil monedas de plata. 20 Así el mensaje del Señor iba extendiéndose y demostrando su poder.

Lucas 4:14-30

Jesús comienza su actividad en Galilea(A)

14 Jesús volvió a Galilea lleno del poder del Espíritu Santo, y se hablaba de él por toda la tierra de alrededor. 15 Enseñaba en la sinagoga de cada lugar, y todos le alababan.

Jesús en Nazaret(B)

16 Jesús fue a Nazaret, el pueblo donde se había criado. El sábado entró en la sinagoga, como era su costumbre, y se puso de pie para leer las Escrituras. 17 Le dieron a leer el libro del profeta Isaías, y al abrirlo encontró el lugar donde estaba escrito:

18 «El Espíritu del Señor está sobre mí,
porque me ha consagrado
para llevar la buena noticia a los pobres;
me ha enviado a anunciar libertad a los presos
y dar vista a los ciegos;
a poner en libertad a los oprimidos;
19 a anunciar el año favorable del Señor.»

20 Luego Jesús cerró el libro, lo dio al ayudante de la sinagoga y se sentó. Todos los que estaban allí tenían la vista fija en él. 21 Él comenzó a hablar, diciendo:

—Hoy mismo se ha cumplido la Escritura que ustedes acaban de oír.

22 Todos hablaban bien de Jesús y estaban admirados de las cosas tan bellas que decía. Se preguntaban:

—¿No es éste el hijo de José?

23 Jesús les respondió:

—Seguramente ustedes me dirán este refrán: “Médico, cúrate a ti mismo.” Y además me dirán: “Lo que oímos que hiciste en Cafarnaúm, hazlo también aquí en tu propia tierra.”

24 Y siguió diciendo:

—Les aseguro que ningún profeta es bien recibido en su propia tierra. 25 Verdaderamente, había muchas viudas en Israel en tiempos del profeta Elías, cuando no llovió durante tres años y medio y hubo mucha hambre en todo el país; 26 pero Elías no fue enviado a ninguna de las viudas israelitas, sino a una de Sarepta, cerca de la ciudad de Sidón. 27 También había en Israel muchos enfermos de lepra en tiempos del profeta Eliseo, pero no fue sanado ninguno de ellos, sino Naamán, que era de Siria.

28 Al oír esto, todos los que estaban en la sinagoga se enojaron mucho. 29 Se levantaron y echaron del pueblo a Jesús, llevándolo a lo alto del monte sobre el cual el pueblo estaba construido, para arrojarlo abajo desde allí. 30 Pero Jesús pasó por en medio de ellos y se fue.

Dios Habla Hoy (DHH)

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