Book of Common Prayer
Privilegios del ciudadano de Sión
Salmo de los hijos de Coré. Cántico.
87 En los montes santos están sus cimientos(A).
2 El Señor ama las puertas de Sión(B)
más que todas las otras moradas de Jacob.
3 Cosas gloriosas se dicen de ti(C),
oh ciudad de Dios(D): (Selah[a])
4 Mencionaré a Rahab[b](E) y a Babilonia entre[c] los que me conocen;
he aquí, Filistea y Tiro(F) con Etiopía[d](G); de sus moradores se dirá:
«Este nació allí».
5 Pero de Sión se dirá: Este y aquel nacieron en ella;
y el Altísimo mismo la establecerá(H).
6 El Señor contará al inscribir los pueblos(I):
Este nació allí. (Selah)
7 Entonces tanto los cantores(J) como los flautistas[e](K), dirán:
En ti están todas mis fuentes de gozo(L).
LIBRO CUARTO
La eternidad de Dios y lo transitorio del hombre
Oración de Moisés[a], hombre de Dios.
90 Señor, tú has sido un refugio[b] para nosotros(A)
de generación en generación.
2 Antes que los montes fueran engendrados(B),
y nacieran la tierra y el mundo(C),
desde la eternidad y hasta la eternidad(D), tú eres Dios.
3 Haces que el hombre vuelva a ser polvo(E),
y dices: Volved, hijos de los hombres.
4 Porque mil años ante tus ojos(F)
son como el día de ayer que ya pasó(G),
y como una vigilia de la noche(H).
5 Tú los has barrido como un torrente[c](I), son como un sueño[d](J);
son como la hierba que por la mañana reverdece(K);
6 por la mañana florece(L) y reverdece;
al atardecer se marchita(M) y se seca(N).
7 Porque hemos sido consumidos con tu ira(O),
y por tu furor hemos sido conturbados[e].
8 Has puesto nuestras iniquidades delante de ti(P),
nuestros pecados secretos(Q) a la luz de tu presencia.
9 Porque por tu furor han declinado todos nuestros días(R);
acabamos nuestros años como un suspiro[f].
10 Los días de nuestra vida[g] llegan a[h] setenta años;
y en caso[i] de mayor vigor, a ochenta años(S).
Con todo, su orgullo es solo trabajo y pesar(T),
porque pronto pasa, y volamos(U).
11 ¿Quién conoce[j] el poder de tu ira(V),
y tu furor conforme al temor(W) que se te debe[k]?
12 Enséñanos a contar de tal modo nuestros días(X),
que traigamos al[l] corazón sabiduría(Y).
13 Vuelve(Z), Señor; ¿hasta cuándo(AA)?
y compadécete de[m] tus siervos(AB).
14 Sácianos(AC) por la mañana con tu misericordia,
y cantaremos con gozo(AD) y nos alegraremos todos nuestros días.
15 Alégranos(AE) conforme a los días que[n] nos afligiste,
y a los años en que vimos adversidad[o](AF).
16 Manifiéstese tu obra a tus siervos(AG),
y tu majestad a[p] sus hijos(AH),
17 y sea la gracia del Señor(AI) nuestro Dios sobre nosotros.
Confirma[q], pues, sobre nosotros la obra de nuestras manos(AJ);
sí, la obra de nuestras manos confirma[r].
Gratitud por la misericordia del Señor para con Israel
136 (A)Dad gracias al Señor porque Él es bueno,
porque para siempre es su misericordia(B).
2 Dad gracias al Dios de dioses(C),
porque para siempre es su misericordia.
3 Dad gracias al Señor de señores(D),
porque para siempre es su misericordia.
4 Al único que hace grandes maravillas(E),
porque para siempre es su misericordia.
5 Al que con sabiduría[a] hizo los cielos(F),
porque para siempre es su misericordia.
6 Al que extendió la tierra sobre las aguas(G),
porque para siempre es su misericordia.
7 Al que hizo las grandes lumbreras(H),
porque para siempre es su misericordia:
8 el sol para que reine de[b] día(I),
porque para siempre es su misericordia;
9 la luna y las estrellas para que reinen de[c] noche(J),
porque para siempre es su misericordia.
10 Al que hirió a Egipto en sus primogénitos(K),
porque para siempre es su misericordia;
11 y sacó a Israel de en medio de ellos(L),
porque para siempre es su misericordia,
12 con mano fuerte(M) y brazo extendido(N),
porque para siempre es su misericordia.
13 Al que dividió en dos partes el mar Rojo[d](O),
porque para siempre es su misericordia,
14 e hizo pasar a Israel por en medio de él(P),
porque para siempre es su misericordia;
15 mas a Faraón y a su ejército destruyó[e] en el mar Rojo[f](Q),
porque para siempre es su misericordia.
16 Al que condujo a su pueblo por el desierto(R),
porque para siempre es su misericordia;
17 al que hirió a grandes reyes(S),
porque para siempre es su misericordia;
18 y mató a reyes poderosos[g](T),
porque para siempre es su misericordia;
19 a Sehón, rey de los amorreos(U),
porque para siempre es su misericordia,
20 y a Og, rey de Basán(V),
porque para siempre es su misericordia;
21 y dio la tierra de ellos en heredad(W),
porque para siempre es su misericordia,
22 en heredad a Israel su siervo(X),
porque para siempre es su misericordia.
23 El que se acordó de nosotros en nuestra humillación[h](Y),
porque para siempre es su misericordia,
24 y nos rescató de nuestros adversarios(Z),
porque para siempre es su misericordia.
25 El que da sustento a toda carne(AA),
porque para siempre es su misericordia.
26 Dad gracias al Dios del cielo(AB),
porque para siempre es su misericordia.
4 Me dijo además: Hijo de hombre, ve[a] a la casa de Israel y háblales con mis palabras. 5 Porque no eres enviado a un pueblo(A) de habla incomprensible y lengua difícil[b](B), sino a la casa de Israel; 6 tampoco a pueblos numerosos de habla incomprensible y lengua difícil[c] cuyas palabras no puedes entender. Sino que te he enviado a ellos; ellos te escucharán[d]. 7 Pero la casa de Israel no te querrá escuchar, ya que no quieren escucharme a mí(C). Ciertamente toda la casa de Israel es terca[e] y de duro corazón. 8 He aquí, he hecho tu rostro tan duro como sus rostros, y tu frente tan dura como sus frentes. 9 Como esmeril[f], más duro que el pedernal, he hecho tu frente. No les temas ni te atemorices ante ellos, porque son casa rebelde. 10 Además me dijo: Hijo de hombre, recibe en tu corazón todas mis palabras que yo te hablo(D), y escúchalas atentamente[g]. 11 Y ve[h] a los desterrados, a los hijos de tu pueblo; háblales y diles, escuchen o dejen de escuchar: «Así dice el Señor Dios[i]».
12 Entonces el Espíritu me levantó(E), y oí detrás de mí un gran ruido atronador(F): Bendita sea la gloria del Señor desde su lugar. 13 Oí el ruido de las alas de los seres vivientes que se tocaban una a la otra, y el ruido de las ruedas junto a ellos(G), un gran ruido atronador. 14 Y el Espíritu me levantó y me tomó; yo iba con amargura en la indignación de mi espíritu, y la mano del Señor era fuerte sobre mí(H). 15 Entonces vine a los desterrados de Tel-abib que habitaban junto al río Quebar, y allí donde ellos vivían, estuve sentado siete días(I), atónito, en medio de ellos.
16 (J)Y sucedió que al cabo de los siete días vino a mí la palabra del Señor(K), diciendo: 17 Hijo de hombre, te he puesto por centinela(L) de la casa de Israel; cuando oigas la palabra de mi boca, adviérteles de mi parte(M).
7 Cristo[a], en los días de su carne, habiendo ofrecido oraciones y súplicas(A) con gran clamor y lágrimas(B) al que podía librarle[b](C) de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente(D); 8 y aunque era Hijo(E), aprendió obediencia(F) por lo que padeció; 9 y habiendo sido hecho perfecto(G), vino a ser fuente[c] de eterna salvación para todos los que le obedecen, 10 siendo constituido por Dios sumo sacerdote(H) según el orden de Melquisedec(I).
Crecimiento en la madurez espiritual
11 Acerca de esto[d] tenemos mucho que decir, y es difícil de explicar, puesto que os habéis hecho tardos para oír. 12 Pues aunque ya[e] debierais ser maestros, otra vez tenéis necesidad de que alguien os enseñe los principios(J) elementales[f](K) de los oráculos de Dios(L), y habéis llegado a tener necesidad de leche(M) y no de alimento sólido. 13 Porque todo el que toma solo leche, no está acostumbrado a la palabra de justicia, porque es niño(N). 14 Pero el alimento sólido es para los adultos[g](O), los cuales por la práctica tienen los sentidos ejercitados(P) para discernir el bien y el mal(Q).
Jesús sana a un muchacho endemoniado
37 (A)Y aconteció que al día siguiente, cuando bajaron del monte, una gran multitud le salió al encuentro. 38 Y he aquí, un hombre de la multitud gritó, diciendo: Maestro, te suplico que veas a mi hijo, pues es el único que tengo[a], 39 y sucede que un espíritu se apodera de él, y de repente da gritos, y el espíritu le hace caer con convulsiones, echando[b] espumarajos; y magullándole, a duras penas se aparta de él. 40 Entonces rogué a tus discípulos que lo echaran fuera, y no pudieron. 41 Respondiendo Jesús, dijo: ¡Oh generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo he de estar con vosotros y os he de soportar? Trae acá a tu hijo. 42 Cuando este se acercaba, el demonio lo derribó y lo hizo caer con convulsiones. Pero Jesús reprendió al espíritu inmundo, y sanó al muchacho y se lo devolvió a su padre. 43 Y todos estaban admirados de la grandeza[c] de Dios(B).
Jesús anuncia otra vez su muerte
(C)Mientras todos se maravillaban de todas las cosas que hacía, Jesús dijo a sus discípulos: 44 Haced[d] que estas palabras penetren en vuestros oídos, porque el Hijo del Hombre va a ser entregado en manos de los hombres(D). 45 Pero ellos no entendían(E) estas palabras[e], y les estaban veladas para que no las comprendieran; y temían preguntarle acerca de ellas[f].
El mayor en el reino de los cielos
46 (F)Y se suscitó[g] una discusión entre ellos, sobre quién de ellos sería el mayor. 47 Entonces Jesús, sabiendo lo que pensaban(G) en[h] sus corazones, tomó a un niño y lo puso a su lado, 48 y les dijo: El que reciba a este niño en mi nombre, a mí me recibe; y el que me recibe a mí, recibe a aquel que me envió(H); porque el que es más pequeño[i] entre todos vosotros, ese es grande(I).
49 (J)Y respondiendo Juan, dijo: Maestro(K), vimos a uno echando fuera demonios en tu nombre, y tratamos de impedírselo porque no anda con nosotros. 50 Pero Jesús le dijo: No se lo impidáis; porque el que no está contra vosotros, está con vosotros(L).
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