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Book of Common Prayer

Daily Old and New Testament readings based on the Book of Common Prayer.
Duration: 861 days
Traducción en lenguaje actual (TLA)
Version
Salmos 93

Dios es el rey

SALMO 93 (92)

93 Dios mío,
tú eres nuestro rey.
Has mostrado tu majestad,
tu grandeza y tu poder.
Has afirmado el mundo,
y jamás se moverá.
Desde el principio eres rey;
tú siempre has existido.

Dios mío,
se revuelven los ríos,
se levantan las olas,
¡se agitan los mares!
Pero tú, en el cielo,
te muestras más poderoso
que el rugido de los mares;
¡más poderoso que las olas del mar!

Dios mío,
tus leyes tienen valor permanente.
Tu presencia da a tu templo
una belleza sin igual.

Salmos 96

Dios es nuestro rey

SALMO 96 (95)

96 ¡Vamos, habitantes de este mundo!
¡Cantemos a Dios un nuevo himno!
¡Cantemos alabanzas a nuestro Dios!
¡Celebremos día tras día sus victorias!
¡Anunciemos su grandeza y maravillas
entre todas las naciones!

¡Grande y digno de alabanza
es nuestro Dios,
y más temible que todos los dioses!
Los dioses de otras naciones
son dioses falsos,
pero Dios hizo los cielos.
Lleno está su santuario
de majestad y esplendor,
de poder y belleza.

Pueblos todos,
¡reconozcan el poder de nuestro Dios
y ríndanle homenaje!
¡Vengan a los patios de su templo
y traigan sus ofrendas!
¡Adórenlo como él se merece!
¡Inclínense ante él
en su santuario majestuoso!
¡Que toda la tierra le rinda homenaje!
10 Que digan las naciones:
«¡Dios es nuestro rey!»

Él estableció el mundo con firmeza,
y el mundo jamás se moverá.
¡Él gobierna las naciones con justicia!

11 ¡Que se alegren los cielos!
¡Que grite la tierra de alegría!
¡Que ruja el mar,
con todo lo que contiene!
12 ¡Que canten alegres los campos,
con todo lo que hay en ellos!
¡Que griten de alegría
todos los árboles del bosque!
13 ¡Que canten en presencia de Dios,
que viene ya para gobernar al mundo!
¡Dios gobernará con verdadera justicia
a todos los pueblos de la tierra!

Salmos 34

Dios cuida de los suyos

SALMO 34 (33)

Este salmo lo compuso David cuando se presentó ante el rey Abimelec y quiso hacerle creer que estaba loco. Por eso Abimelec le ordenó que saliera de su presencia.

34 1-2 Dios mío,
¡yo estoy muy orgulloso de ti!
¡Todo el tiempo te bendeciré!
¡Mis labios siempre te alabarán!

Ustedes, los humildes,
¡oigan esto y alégrense conmigo!
¡Únanse a mí,
y juntos alabemos
la grandeza de Dios!

Le pedí a Dios que me ayudara,
y su respuesta fue positiva:
¡me libró del miedo que tenía!
Los que a él acuden
se llenan de alegría
y jamás pasan vergüenzas.
Yo, que nada valgo,
llamé a Dios, y él me oyó,
y me salvó de todas mis angustias.
Dios envía a su ángel
para que salve del peligro
a todos los que lo honran.

8-10 Dios bendice
a los que en él confían.
Ustedes, pueblo de Dios,
vengan y prueben su bondad;
verán que a quienes lo adoran
nunca les falta nada.
Los ricos[a] pasarán hambre,
pero a los que confían en Dios
nunca les faltará nada bueno.

11 Vengan conmigo, queridos niños;
¡préstenme atención!
Voy a enseñarles a honrar a Dios.
12 Si quieren gozar de la vida
y vivir una vida feliz,
13 dejen de hablar mal de otros
y de andar diciendo mentiras;
14 aléjense del mal y hagan lo bueno,
y procuren vivir siempre en paz.

15 Dios siempre cuida a los suyos
y escucha sus oraciones,
16 pero a los que hacen lo malo
les vuelve la espalda
y borra de este mundo su recuerdo.

17 Dios escucha a los suyos
y los libra de su angustia.
18 Dios siempre está cerca
para salvar a los que no tienen
ni ánimo ni esperanza.

19 Los que son de Dios
podrán tener muchos problemas,
pero él los ayuda a vencerlos.
20 Dios cuida de ellos
y no sufrirán daño alguno.

21 Los malvados tendrán que sufrir
las consecuencias de su maldad,
pues Dios habrá de castigar
a los que odian a su pueblo.
22 Dios siempre salva a los suyos;
los que confían en él
no sufrirán ningún castigo.

Eclesiástico 46:11-20

Los jueces

11 ¡Qué grato es recordar a los jueces,
y nombrar a cada uno de ellos!
¡Nunca se apartaron de Dios,
ni adoraron a los dioses falsos!
12 ¡Dios permita que su fama
se mantenga viva en sus descendientes!

Samuel

13 Tanto amó Dios a Samuel
que, desde antes de su nacimiento,
lo eligió como su profeta.
Y Samuel consagró a Saúl y a David
para que fueran reyes de su pueblo;
14 dirigió al pueblo de Israel
en obediencia a la ley de Dios,
15 y demostró ser un verdadero profeta
porque siempre decía la verdad.

16 Samuel se vio rodeado de enemigos,
pero pidió la ayuda de su Dios
y le presentó como ofrenda
un cordero recién nacido.
17 Entonces Dios, desde el cielo,
dejó oír su voz de trueno
18 y destruyó por completo
a los generales del ejército filisteo.

19 Antes de su muerte
Samuel declaró ante Dios y ante el rey:
«Nunca le robé nada a nadie».
Y nadie pudo decir lo contrario.
20 Aun después de su muerte
Samuel habló desde su tumba,
para anunciar el fin del rey Saúl
y el perdón de todo el pueblo.

Apocalipsis 15

Siete ángeles

15 Vi en el cielo algo extraordinario: siete ángeles con las últimas siete plagas terribles que vendrían sobre la tierra. Después de todo eso, el enojo de Dios se calmaría.

Vi también algo que parecía un mar de cristal mezclado con fuego. Junto a ese mar estaban de pie los que habían vencido al monstruo, los que no aceptaron ser marcados con el número de su nombre ni habían adorado a su estatua. Dios les había dado arpas,[a] y con ellas cantaban el canto de Moisés, dedicado al Cordero.[b] Decían:

«Señor, Dios todopoderoso,
todo lo que tú haces
es grande y maravilloso.

»Tú eres el Rey del mundo,
todo lo que haces
es justo y correcto.

»Dios mío,
todos te honran y te alaban,
pues sólo tú eres santo.

»Todos los países del mundo
vendrán a adorarte,
pues bien saben
que eres justo.»

Después de esto miré hacia el cielo, y vi que se abría el templo. De él salieron los siete ángeles con las siete plagas terribles que iban a suceder. Estaban vestidos con una tela fina y costosa, limpia y brillante, y se cubrían el pecho con protectores de oro. Uno de los cuatro seres vivientes le dio una copa llena de vino a cada uno de los ángeles. Las siete copas de vino representaban el enojo de Dios, quien vive para siempre. El templo se llenó con el humo que salía de la grandeza y del poder de Dios. Y a nadie se le dejaba entrar en el templo antes de que llegaran las siete plagas terribles que llevaban los siete ángeles.

Mateo 18:1-14

¿Quién es el más importante?

18 En esa misma ocasión, los discípulos le preguntaron a Jesús:

—¿Quién es el más importante en el reino de Dios?

Jesús llamó a un niño, lo puso en medio de ellos, y les dijo:

—Les aseguro que para entrar en el reino de Dios, ustedes tienen que cambiar su manera de vivir y ser como niños. Porque en el reino de Dios, las personas más importantes son humildes como este niño. Si alguien acepta a un niño como éste, me acepta a mí.

»Pero si alguien hace que uno de estos pequeños seguidores míos deje de confiar en mí, merece que le aten al cuello una piedra enorme y lo tiren al fondo del mar.

»Muchas cosas en el mundo hacen que la gente desobedezca a Dios, y no hay manera de evitarlo. Pero ¡qué mal le irá a quien haga que otro desobedezca a Dios!

»Si lo que haces con tu mano o con tu pie te hace desobedecer a Dios, mejor córtatelos y tíralos bien lejos. Es mejor vivir para siempre sin una mano o sin un pie, que ir al infierno con las dos manos y los dos pies. Si lo que ves con tu ojo te hace desobedecer a Dios, mejor sácatelo y tíralo lejos. Es mejor vivir para siempre con un solo ojo, que ser echado al infierno con los dos.

10-11 »Recuerden: No desprecien a ninguno de estos pequeños, porque a ellos los cuidan los ángeles del cielo.[a]

La oveja

12 »¿Qué opinan? Si uno de ustedes tiene cien ovejas y se da cuenta de que ha perdido una, ¿acaso no deja las otras noventa y nueve en la montaña y se va a buscar la oveja perdida? 13 Y si la encuentra, de seguro se alegrará más por esa oveja que por las otras noventa y nueve que no se habían perdido. 14 De la misma manera, el Dios y Padre de ustedes no quiere que ninguno de estos pequeños se pierda y quede separado de él para siempre.