Pero Rubén oyó esto y lo libró de sus manos, y dijo: «No le quitemos la vida».

(pues mi padre peleó por ustedes, y arriesgó su vida y los libró de la mano de Madián,

Sean borrados del libro de la vida, Y no sean inscritos con los justos.

Preparó senda para Su ira; No libró sus almas de la muerte, Sino que entregó sus vidas a la plaga,

En verdad, fiel compañero, también te ruego que ayudes a estas mujeres que han compartido mis luchas en la causa del evangelio, junto con Clemente y los demás colaboradores míos, cuyos nombres están en el libro de la vida.

Así el vencedor será vestido de vestiduras blancas y no borraré su nombre del libro de la vida, y reconoceré su nombre delante de Mi Padre y delante de Sus ángeles.

Adorarán a la bestia todos los que moran en la tierra, cuyos nombres no han sido escritos desde la fundación del mundo en el libro de la vida del Cordero que fue inmolado.

La bestia que viste, era y ya no existe, y está para subir del abismo e ir a la destrucción. Y los moradores de la tierra, cuyos nombres no se han escrito en el libro de la vida desde la fundación del mundo, se asombrarán al ver la bestia que era y ya no existe, pero que vendrá.

También vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie delante del trono, y los libros fueron abiertos. Otro libro fue abierto, que es el libro de la vida, y los muertos fueron juzgados por lo que estaba escrito en los libros, según sus obras.

Y el que no se encontraba inscrito en el libro de la vida fue arrojado al lago de fuego.

Jamás entrará en ella nada inmundo, ni el que practica abominación y mentira, sino solo aquellos cuyos nombres están escritos en el libro de la vida del Cordero.

Y si alguien quita de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del árbol de la vida y de la ciudad santa descritos en este libro.