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Dios puso esas luces en el cielo para iluminar la tierra,
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Iluminación para el tabernáculo
»Ordénale al pueblo de Israel que te traiga aceite puro de olivas prensadas para la iluminación, a fin de mantener las lámparas siempre encendidas.
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para el alumbrado: el candelabro, sus accesorios, las copas para las lámparas y el aceite de oliva para la iluminación;
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el candelabro de oro puro, con sus copas simétricas para las lámparas, todos los accesorios y el aceite de oliva para la iluminación;
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Oh Señor, tú eres mi lámpara; el Señor ilumina mi oscuridad.
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»Sin embargo, ahora se nos concedió un breve momento de gracia, porque el Señor nuestro Dios ha permitido que unos cuantos de nosotros sobreviviéramos como un remanente. Él nos ha dado seguridad en este lugar santo. Nuestro Dios nos ha iluminado los ojos y nos ha concedido un poco de alivio de nuestra esclavitud.
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Entonces tu rostro se iluminará con inocencia; serás fuerte y estarás libre de temor.
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¡Cómo has iluminado mi estupidez! ¡Qué consejo tan sabio has ofrecido!
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cuando iluminaba el camino delante de mí y yo caminaba seguro en la oscuridad.
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Mira cómo Dios extiende el relámpago a su alrededor e ilumina las profundidades del mar.
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Enciendes una lámpara para mí. El Señor, mi Dios, ilumina mi oscuridad.
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Tu trueno rugió desde el torbellino; ¡los relámpagos iluminaron el mundo! La tierra tembló y se estremeció.
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El Señor desplegó una nube sobre ellos para que los cubriera y les dio un gran fuego para que iluminara la oscuridad.
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Qué maravilloso es ser sabio, poder analizar e interpretar las cosas. La sabiduría ilumina el rostro de una persona; suaviza la dureza de sus facciones.
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Los cielos se pondrán negros sobre ellos; las estrellas no darán luz. El sol estará oscuro cuando salga y la luna no iluminará.
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Guiaré al ciego Israel por una senda nueva, llevándolo por un camino desconocido. Iluminaré las tinieblas a su paso y allanaré el camino delante de ellos. Ciertamente yo haré estas cosas; no los abandonaré.
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Nadie enciende una lámpara y luego la pone debajo de una canasta. En cambio, la coloca en un lugar alto donde ilumina a todos los que están en la casa.
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Pues, así como el relámpago destella e ilumina el cielo de un extremo a otro, así será el día cuando venga el Hijo del Hombre.
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El cuarto de la planta alta, donde nos reuníamos, estaba iluminado con muchas lámparas que titilaban.
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Pues es imposible lograr que vuelvan a arrepentirse los que una vez fueron iluminados—aquellos que experimentaron las cosas buenas del cielo y fueron partícipes del Espíritu Santo,
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La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna, porque la gloria de Dios ilumina la ciudad, y el Cordero es su luz.