Cuando te levantes, oh Señor, te reirás de sus tontas ideas como uno se ríe por la mañana de lo que soñó en la noche.

Así que dejé que siguiera sus tercos deseos y que viviera según sus propias ideas.

Rechazaré las ideas perversas y me mantendré alejado de toda clase de mal.

Ya dejen de usar esta frase: “Una profecía del Señor”. La gente la usa para darle importancia a sus propias ideas, tergiversando las palabras de nuestro Dios, el Dios viviente, el Señor de los Ejércitos Celestiales.

Su adoración es una farsa porque enseñan ideas humanas como si fueran mandatos de Dios” .

Su adoración es una farsa porque enseñan ideas humanas como si fueran mandatos de Dios” .

También debatió con algunos filósofos epicúreos y estoicos. Cuando les habló acerca de Jesús y de su resurrección, ellos dijeron: «¿Qué trata de decir este charlatán con esas ideas raras?». Otros decían: «Parece que predica de unos dioses extranjeros».

(Cabe explicar que todos los atenienses, al igual que los extranjeros que están en Atenas, al parecer pasan todo el tiempo discutiendo las ideas más recientes).

pero algunos se pusieron tercos, rechazaron el mensaje y hablaron públicamente en contra del Camino. Así que Pablo salió de la sinagoga y se llevó a los creyentes con él. Entonces asistía diariamente a la sala de conferencias de Tirano, donde exponía sus ideas y debatía.

Es cierto, ellos conocieron a Dios pero no quisieron adorarlo como Dios ni darle gracias. En cambio, comenzaron a inventar ideas necias sobre Dios. Como resultado, la mente les quedó en oscuridad y confusión.

Por lo tanto, nunca dejamos de darle gracias a Dios de que cuando recibieron su mensaje de parte nuestra, ustedes no consideraron nuestras palabras como solo ideas humanas. Tomaron lo que dijimos como la misma palabra de Dios, la cual, por supuesto, lo es. Y esta palabra sigue actuando en ustedes los que creen.

No pierdas el tiempo discutiendo sobre ideas mundanas y cuentos de viejas. En lugar de eso, entrénate para la sumisión a Dios.

Así que no se dejen cautivar por ideas nuevas y extrañas. Su fortaleza espiritual proviene de la gracia de Dios y no depende de reglas sobre los alimentos, que de nada sirven a quienes las siguen.