Que maldigan esa noche los que conjuran al mar, los que saben despertar al furioso Leviatán.

»¿Acaso puedes pescar a Leviatán con anzuelo? ¿Puedes atarle la lengua con una simple cuerda?

Aplastaste las cabezas del leviatán, y lo diste por comida a los habitantes del desierto.

Allí navegan las grandes naves; allí está Leviatán, que creaste para jugar con él.

Liberación y retorno de Israel

Cuando llegue ese día, el Señor castigará con su grande y poderosa espada al leviatán esa serpiente escurridiza y tortuosa; ¡matará a ese dragón que está en el mar!