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Inmoralidad en la iglesia de Corinto
En efecto, se oye que entre vosotros hay inmoralidad, y una inmoralidad tal como no existe ni siquiera entre los gentiles, al extremo de que alguno tiene la mujer de su padre.
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Respuestas acerca del matrimonio
En cuanto a las cosas de que me escribisteis, bueno es para el hombre no tocar mujer.
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No obstante, por razón de las inmoralidades, que cada uno tenga su propia mujer, y cada una tenga su propio marido.
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Que el marido cumpla su deber para con su mujer, e igualmente la mujer lo cumpla con el marido.
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La mujer no tiene autoridad sobre su propio cuerpo, sino el marido. Y asimismo el marido no tiene autoridad sobre su propio cuerpo, sino la mujer.
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A los casados instruyo, no yo, sino el Señor: que la mujer no debe dejar al marido
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(pero si lo deja, quédese sin casar, o de lo contrario que se reconcilie con su marido), y que el marido no abandone a su mujer.
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Pero a los demás digo yo, no el Señor, que si un hermano tiene una mujer que no es creyente, y ella consiente en vivir con él, no la abandone.
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Y la mujer cuyo marido no es creyente, y él consiente en vivir con ella, no abandone a su marido.
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Porque el marido que no es creyente es santificado por medio de su mujer; y la mujer que no es creyente es santificada por medio de su marido creyente; de otra manera vuestros hijos serían inmundos, mas ahora son santos.
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Pues ¿cómo sabes tú, mujer, si salvarás a tu marido? ¿O cómo sabes tú, marido, si salvarás a tu mujer?
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¿Estás unido a mujer? No procures separarte. ¿Estás libre de mujer? No busques mujer.
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Mas esto digo, hermanos: el tiempo ha sido acortado; de modo que de ahora en adelante los que tienen mujer sean como si no la tuvieran;
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pero el casado se preocupa por las cosas del mundo, de cómo agradar a su mujer,
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y sus intereses están divididos. Y la mujer que no está casada y la doncella se preocupan por las cosas del Señor, para ser santas tanto en cuerpo como en espíritu; pero la casada se preocupa por las cosas del mundo, de cómo agradar a su marido.
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La mujer está ligada mientras el marido vive; pero si el marido muere, está en libertad de casarse con quien desee, solo que en el Señor.
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La mujer en la iglesia
Os alabo porque en todo os acordáis de mí y guardáis las tradiciones con firmeza, tal como yo os las entregué.
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Pero quiero que sepáis que la cabeza de todo hombre es Cristo, y la cabeza de la mujer es el hombre, y la cabeza de Cristo es Dios.
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Pero toda mujer que tiene la cabeza descubierta mientras ora o profetiza, deshonra su cabeza; porque se hace una con la que está rapada.
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Porque si la mujer no se cubre la cabeza, que también se corte el cabello; pero si es deshonroso para la mujer cortarse el cabello, o raparse, que se cubra.
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Pues el hombre no debe cubrirse la cabeza, ya que él es la imagen y gloria de Dios; pero la mujer es la gloria del hombre.
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Porque el hombre no procede de la mujer, sino la mujer del hombre;
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pues en verdad el hombre no fue creado a causa de la mujer, sino la mujer a causa del hombre.
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Por tanto, la mujer debe tener un símbolo de autoridad sobre la cabeza, por causa de los ángeles.
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Sin embargo, en el Señor, ni la mujer es independiente del hombre, ni el hombre independiente de la mujer.