¿A dónde iremos? Nuestros hermanos nos han llenado de miedo, pues nos informan que la gente de allá es más fuerte y más alta que nosotros, y que las ciudades son grandes y tienen muros que llegan hasta el cielo. ¡Para colmo, nos dicen que allí vieron anaquitas!».

(Tiempo atrás vivió allí un pueblo fuerte y numeroso, el de los emitas, que eran tan altos como los anaquitas.

(Hace mucho tiempo, esta región se consideró tierra de refaítas, porque antiguamente ellos vivían allí. Los amonitas los llamaban zamzumitas.

Lo mismo hizo el Señor en favor de los descendientes de Esaú, que vivían en Seír, cuando por medio de ellos destruyó a los horeos. A estos los desalojó para que los descendientes de Esaú se establecieran en su lugar, y hasta el día de hoy residen allí.

Pero Sijón, rey de Hesbón, se negó a dejarnos pasar por allí, porque el Señor nuestro Dios había puesto obstinación en su espíritu y lo había puesto terco, para hacerlo súbdito nuestro, como lo es hasta hoy.

Ustedes se acercaron al pie de la montaña y allí permanecieron, mientras la montaña ardía en llamas que llegaban hasta el cielo mismo, entre negras nubes y densa oscuridad.

hoy pongo al cielo y a la tierra por testigos contra ustedes de que muy pronto desaparecerán de la tierra que van a poseer al cruzar el Jordán. No vivirán allí mucho tiempo, sino que serán destruidos por completo.

Allí ustedes adorarán a dioses de madera y de piedra, hechos por seres humanos: dioses que no pueden ver ni oír, ni comer ni oler.

Pero si desde allí buscan al Señor su Dios con todo su corazón y con toda su alma, lo encontrarán.

Recuerda que fuiste esclavo en Egipto, y que el Señor tu Dios te sacó de allí con gran despliegue de fuerza y de poder. Por eso el Señor tu Dios te ordena respetar el día sábado.

le responderás: «En Egipto nosotros éramos esclavos del faraón, pero el Señor nos sacó de allá con gran despliegue de fuerza.

Y nos sacó de allá para conducirnos a la tierra que a nuestros antepasados había jurado que nos daría.

Allí el Señor me dio dos tablas de piedra, en las que él mismo escribió con su dedo todas las palabras que proclamó desde la montaña, en medio del fuego, el día de la asamblea.

Enseguida bajé de la montaña y guardé las tablas en el arca que había hecho. Y allí permanecen, tal como me lo ordenó el Señor.

Ministerio de los levitas

(Después los israelitas se trasladaron de los pozos de Bené Yacán a Moserá. Allí murió Aarón y fue sepultado, y su hijo Eleazar lo sucedió en el sacerdocio.

De allí se fueron a Gudgoda y siguieron hasta Jotbata, tierra con abundantes corrientes de agua.

Esa tierra que van a tomar en posesión no es como la de Egipto, de donde salieron; allá ustedes plantaban sus semillas y tenían que regarlas a pie como se riega un huerto.

Ustedes están a punto de cruzar el Jordán y entrar a tomar posesión de la tierra que les da el Señor su Dios. Cuando la hayan tomado y ya estén viviendo allí,

Allí llevarán ustedes sus holocaustos, sacrificios, diezmos, contribuciones, promesas, ofrendas voluntarias y los primogénitos de sus vacas y ovejas.

Ustedes no harán allí lo que ahora hacemos aquí, donde cada uno hace lo que mejor le parece,

Los ofrecerás solo en el lugar que el Señor elija en una de tus tribus y allí harás todo lo que yo te ordeno.

Pero si el Señor tu Dios te ha bendecido y el lugar donde ha puesto su Nombre está demasiado distante, de modo que no puedes transportar tu diezmo hasta allá,

Con ese dinero podrás comprar lo que prefieras o más te guste: vacas, ovejas, vino u otra bebida fermentada, y allí, en presencia del Señor tu Dios, tú y tu familia comerán y se regocijarán.

Lo ofrecerás solamente en el lugar que el Señor escoja como residencia de su Nombre. Allí ofrecerás el sacrificio de la Pascua por la tarde, al ponerse el sol, que fue la hora en que saliste de Egipto.

El que por soberbia desobedezca al juez o sacerdote que está allí al servicio del Señor tu Dios, será condenado a muerte. Así erradicarás el mal en Israel.