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Y si queréis recibirlo, él es aquel Elías que había de venir.
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Ellos dijeron: Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías, o alguno de los profetas.
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Y he aquí les aparecieron Moisés y Elías, hablando con él.
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Entonces Pedro dijo a Jesús: Señor, bueno es para nosotros que estemos aquí; si quieres, hagamos aquí tres enramadas: una para ti, otra para Moisés, y otra para Elías.
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Entonces sus discípulos le preguntaron, diciendo: ¿Por qué, pues, dicen los escribas que es necesario que Elías venga primero?
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Respondiendo Jesús, les dijo: A la verdad, Elías viene primero, y restaurará todas las cosas.
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Mas os digo que Elías ya vino, y no le conocieron, sino que hicieron con él todo lo que quisieron; así también el Hijo del Hombre padecerá de ellos.
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Algunos de los que estaban allí decían, al oírlo: A Elías llama este.
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Pero los otros decían: Deja, veamos si viene Elías a librarle.
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Otros decían: Es Elías. Y otros decían: Es un profeta, o alguno de los profetas.
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Ellos respondieron: Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, alguno de los profetas.
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Y les apareció Elías con Moisés, que hablaban con Jesús.
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Entonces Pedro dijo a Jesús: Maestro, bueno es para nosotros que estemos aquí; y hagamos tres enramadas, una para ti, otra para Moisés, y otra para Elías.
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Y le preguntaron, diciendo: ¿Por qué dicen los escribas que es necesario que Elías venga primero?
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Respondiendo él, les dijo: Elías a la verdad vendrá primero, y restaurará todas las cosas; ¿y cómo está escrito del Hijo del Hombre, que padezca mucho y sea tenido en nada?
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Pero os digo que Elías ya vino, y le hicieron todo lo que quisieron, como está escrito de él.
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Y algunos de los que estaban allí decían, al oírlo: Mirad, llama a Elías.
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Y corrió uno, y empapando una esponja en vinagre, y poniéndola en una caña, le dio a beber, diciendo: Dejad, veamos si viene Elías a bajarle.
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E irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y de los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto.
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Y en verdad os digo que muchas viudas había en Israel en los días de Elías, cuando el cielo fue cerrado por tres años y seis meses, y hubo una gran hambre en toda la tierra;
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pero a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una mujer viuda en Sarepta de Sidón.
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otros: Elías ha aparecido; y otros: Algún profeta de los antiguos ha resucitado.
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Ellos respondieron: Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, que algún profeta de los antiguos ha resucitado.
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Y he aquí dos varones que hablaban con él, los cuales eran Moisés y Elías;
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Y sucedió que apartándose ellos de él, Pedro dijo a Jesús: Maestro, bueno es para nosotros que estemos aquí; y hagamos tres enramadas, una para ti, una para Moisés, y una para Elías; no sabiendo lo que decía.
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Viendo esto sus discípulos Jacobo y Juan, dijeron: Señor, ¿quieres que mandemos que descienda fuego del cielo, como hizo Elías, y los consuma?
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Y le preguntaron: ¿Qué pues? ¿Eres tú Elías? Dijo: No soy. ¿Eres tú el profeta? Y respondió: No.
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Y le preguntaron, y le dijeron: ¿Por qué, pues, bautizas, si tú no eres el Cristo, ni Elías, ni el profeta?
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No ha desechado Dios a su pueblo, al cual desde antes conoció. ¿O no sabéis qué dice de Elías la Escritura, cómo invoca a Dios contra Israel, diciendo:
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Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras, y oró fervientemente para que no lloviese, y no llovió sobre la tierra por tres años y seis meses.