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Echaréis tanto a hombres como a mujeres; los echaréis fuera del campamento para que no contaminen su campamento, donde yo habito en medio de ellos.
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Habla a los hijos de Israel: «El hombre o la mujer que cometa cualquiera de los pecados de la humanidad, actuando pérfidamente contra el Señor, esa persona es culpable;
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Habla a los hijos de Israel, y diles: «Si la mujer de alguno se desvía y le es infiel,
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y un espíritu de celo viene sobre él y tiene celos de su mujer, habiéndose ella contaminado, o si viene un espíritu de celos sobre él y tiene celos de su mujer, no habiéndose ella contaminado,
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el hombre llevará su mujer al sacerdote y llevará como ofrenda por ella un décimo de un efa de harina de cebada; no derramará aceite sobre la ofrenda, ni pondrá sobre ella incienso, porque es una ofrenda de cereal, de celos, una ofrenda memorial de cereal, un recordatorio de iniquidad.
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Luego el sacerdote hará que la mujer esté delante del Señor y descubrirá la cabeza de la mujer, y pondrá en sus manos la ofrenda memorial de cereal, que es la ofrenda de celos, y en la mano del sacerdote estará el agua de amargura que trae maldición.
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Y el sacerdote hará que ella pronuncie juramento, y dirá a la mujer: “Si ningún hombre se ha acostado contigo, y si no te has desviado a la inmundicia, estando sujeta a tu marido, sé inmune a esta agua de amargura que trae maldición;
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(entonces el sacerdote hará que la mujer jure con el juramento de maldición, y el sacerdote dirá a la mujer): “El Señor te haga maldición y juramento entre tu pueblo, haciendo el Señor que tu muslo se enjute y tu vientre se hinche;
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y esta agua que trae maldición entrará en tus entrañas, y hará que tu vientre se hinche y tu muslo se enjute”. Y la mujer dirá: “Amén, amén”.
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Después hará que la mujer beba el agua de amargura que trae maldición, para que el agua que trae maldición entre a ella para causar amargura.
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Y el sacerdote tomará la ofrenda de cereal de los celos de la mano de la mujer, y mecerá la ofrenda de cereal delante del Señor y la llevará al altar;
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tomará el sacerdote un puñado de la ofrenda de cereal como su ofrenda memorial y la quemará en el altar, y después hará que la mujer beba el agua.
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Cuando le haya hecho beber el agua, sucederá que si ella se ha contaminado y ha sido infiel a su marido, el agua que trae maldición entrará en ella para producir amargura, y su vientre se hinchará, su muslo se enjutará y la mujer vendrá a ser una maldición en medio de su pueblo.
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Mas si la mujer no se ha contaminado y es limpia, quedará libre y concebirá hijos.
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»Esta es la ley de los celos: cuando una mujer que esté sujeta a su marido, se desvíe y se contamine,
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o cuando un espíritu de celos venga sobre alguno y esté celoso de su mujer, entonces hará que la mujer se presente delante del Señor, y el sacerdote le aplicará a ella toda esta ley.
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Además, el marido quedará libre de culpa, pero la mujer llevará su culpa».
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Habla a los hijos de Israel, y diles: «El hombre o la mujer que haga un voto especial, el voto de nazareo, para dedicarse al Señor,
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Murmuración contra Moisés
Entonces Miriam y Aarón hablaron contra Moisés por causa de la mujer cusita con quien se había casado (pues se había casado con una mujer cusita);
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¿Y por qué nos trae el Señor a esta tierra para caer a espada? Nuestras mujeres y nuestros hijos vendrán a ser presa. ¿No sería mejor que nos volviéramos a Egipto?
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Se retiraron, pues, de los alrededores de las tiendas de Coré, Datán y Abiram; y Datán y Abiram salieron y se pusieron a la puerta de sus tiendas, junto con sus mujeres, sus hijos y sus pequeños.
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fue tras el hombre de Israel, entró en la alcoba y los traspasó a los dos, al hombre de Israel y a la mujer por su vientre. Y así cesó la plaga sobre los hijos de Israel.
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Y el nombre de la mujer madianita que fue muerta era Cozbi, hija de Zur, el cual era cabeza del pueblo de una casa paterna en Madián.
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Y el nombre de la mujer de Amram era Jocabed, hija de Leví, que le nació a Leví en Egipto; y ella dio a luz de Amram, a Aarón, a Moisés y a su hermana Miriam.
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Asimismo, si una mujer hace un voto al Señor, y se impone una obligación en su juventud estando en casa de su padre,