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Entonces me llevó a la entrada de la puerta de la casa del Señor que está al norte; y he aquí, había allí mujeres sentadas llorando a Tamuz.
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Matad a viejos, jóvenes, doncellas, niños y mujeres hasta el exterminio, pero no toquéis a ninguno sobre quien esté la señal. Comenzaréis por mi santuario. Comenzaron, pues, con los ancianos que estaban delante del templo.
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¡Mujer adúltera, que en lugar de su marido recibe a extraños!
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En tus prostituciones eras distinta de las otras mujeres: nadie te solicitaba para fornicar; tú dabas la paga, pero a ti ninguna paga se te daba. Eras distinta.
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Prenderán fuego a tus casas y ejecutarán juicios contra ti a la vista de muchas mujeres. Y haré que dejes de ser ramera y no darás más paga a tus amantes.
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y no come en los santuarios de los montes ni levanta sus ojos a los ídolos de la casa de Israel, ni amancilla a la mujer de su prójimo, ni se acerca a una mujer durante su menstruación;
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(aunque él mismo no hizo ninguna de estas cosas), que también come en los santuarios de los montes y amancilla a la mujer de su prójimo,
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no come en los santuarios de los montes, ni levanta sus ojos a los ídolos de la casa de Israel, ni amancilla a la mujer de su prójimo,
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Uno ha cometido abominación con la mujer de su prójimo, otro ha manchado a su nuera con lascivia, y en ti otro ha humillado a su hermana, la hija de su padre.
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Hijo de hombre, había dos mujeres, hijas de una madre,
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Ellos descubrieron su desnudez, se llevaron a sus hijos y a sus hijas, y a ella la mataron a espada. Y vino a ser ejemplo para las mujeres, pues se ejecutaron juicios contra ella.
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Y el ruido de una multitud despreocupada se oía allí, multitud de hombres, bebedores traídos del desierto. Y pusieron brazaletes en las manos de las mujeres y hermosas coronas sobre sus cabezas.
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Y se llegaron a ella como quien se llega a una ramera. Así se llegaron a Aholá y a Aholibá, mujeres depravadas.
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Pero los hombres justos los juzgarán en el juicio de las adúlteras y en el juicio de las mujeres que derraman sangre, por ser ellas adúlteras y haber sangre en sus manos.
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Y haré cesar la lascivia de la tierra, y todas las mujeres serán advertidas y no cometerán lascivia como vosotras.
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Muerte de la mujer de Ezequiel
Y vino a mí la palabra del Señor, diciendo:
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Y hablé al pueblo por la mañana, y por la tarde murió mi mujer; y a la mañana siguiente hice como me fue mandado.
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Los jóvenes de On y de Pi-beset caerán a espada, y las mujeres irán al cautiverio.
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Confiáis en vuestra espada, cometéis abominaciones, cada uno contamina la mujer de su prójimo. ¿Poseeréis entonces la tierra?”».
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Hijo de hombre, cuando la casa de Israel habitaba en su propia tierra, ellos mismos la contaminaron con su conducta y con sus obras; como la impureza de una mujer en su menstruación fue su conducta delante de mí.
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No tomará por mujer ni a viuda ni a divorciada, sino que tomará a una virgen del linaje de la casa de Israel, o a una viuda que sea viuda de sacerdote.