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Mi alma también está muy angustiada; y tú, oh Señor, ¿hasta cuándo?
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Vuélvete, Señor, rescata mi alma; sálvame por tu misericordia.
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no sea que alguno desgarre mi alma cual león, y me despedace sin que haya quien me libre.
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que persiga el enemigo mi alma y la alcance; que pisotee en tierra mi vida, y eche en el polvo mi gloria. (Selah)
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El Señor, refugio y defensa
Para el director del coro. Salmo de David.
En el Señor me refugio; ¿cómo decís a mi alma: Huye cual ave al monte?
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El Señor prueba al justo y al impío, y su alma aborrece al que ama la violencia.
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¿Hasta cuándo he de tomar consejo en mi alma, teniendo pesar en mi corazón todo el día? ¿Hasta cuándo mi enemigo se enaltecerá sobre mí?
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Por tanto, mi corazón se alegra y mi alma se regocija; también mi carne morará segura,
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pues tú no abandonarás mi alma en el Seol, ni permitirás a tu Santo ver corrupción.
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Levántate, Señor, sal a su encuentro, derríbalo; con tu espada libra mi alma del impío,
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La ley del Señor es perfecta, que restaura el alma; el testimonio del Señor es seguro, que hace sabio al sencillo.
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Libra mi alma de la espada, mi única vida de las garras del perro.
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Todos los grandes de la tierra comerán y adorarán; se postrarán ante Él todos los que descienden al polvo, aun aquel que no puede conservar viva su alma.
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Él restaura mi alma; me guía por senderos de justicia por amor de su nombre.
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El de manos limpias y corazón puro; el que no ha alzado su alma a la falsedad, ni jurado con engaño.
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Oración pidiendo amparo, guía y perdón
Salmo de David.
A ti, oh Señor, elevo mi alma.
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En prosperidad habitará su alma, y su descendencia poseerá la tierra.
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Guarda mi alma y líbrame; no sea yo avergonzado, porque en ti me refugio.
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No juntes mi alma con pecadores, ni mi vida con hombres sanguinarios,
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Oh Señor, has sacado mi alma del Seol; me has guardado con vida, para que no descienda al sepulcro.
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para que mi alma te cante alabanzas y no esté callada. Oh Señor, Dios mío, te alabaré por siempre.
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Me gozaré y me alegraré en tu misericordia, porque tú has visto mi aflicción; has conocido las angustias de mi alma,
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Ten piedad de mí, oh Señor, porque estoy en angustia; se consumen de sufrir mis ojos, mi alma y mis entrañas.
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para librar su alma de la muerte, y conservarlos con vida en tiempos de hambre.
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Nuestra alma espera al Señor; Él es nuestra ayuda y nuestro escudo;