»Por tanto, no refrenaré mi boca, sino que hablaré en la angustia de mi espíritu y me quejaré en la amargura de mi alma.

Job lamenta su condición

»¡Mi alma está hastiada de mi vida! Voy a dar libre curso a mi queja, hablaré con amargura de mi alma.

En su mano está el alma de todo viviente y el hálito de todo el género humano.

Pero sentirá el dolor de su propia carne, y se afligirá en él su alma.»

También yo podría hablar como vosotros, si vuestra alma estuviera en lugar de la mía. Yo podría hilvanar contra vosotros palabras, y sobre vosotros mover la cabeza.

«¿Hasta cuándo angustiaréis mi alma y me moleréis con palabras?

En la ciudad gimen los moribundos y clama el alma de los heridos de muerte, pero Dios no atiende su oración.

«¡Vive Dios, que ha quitado mi derecho, el Omnipotente, que ha amargado mi alma,

que todo el tiempo que mi alma esté en mí y que haya hálito de Dios en mis narices,

»Ahora mi alma está derramada en mí, pues se apoderan de mí días de aflicción.

(aun cuando mi lengua no entregué al pecado para pedir la maldición para su alma);

si he comido su sustancia sin pagar o he afligido el alma de sus dueños,

para librar su alma del sepulcro y su vida de perecer a espada.

Entonces su vida aborrece el pan y su alma la comida suave.

Su alma se acerca al sepulcro y su vida a los que causan la muerte.

Dios redimirá su alma para que no pase al sepulcro, y su vida se verá en luz.

para apartar su alma del sepulcro y para iluminarlo con la luz de los vivientes.

Fallecerá el alma de ellos en su juventud y su vida entre los sodomitas.