Elías enfrenta al rey Ocozías

Después de la muerte del rey Acab, la nación de Moab se rebeló contra Israel.

y Eliseo fue hasta el manantial que suministraba el agua a la ciudad, le echó la sal y dijo: «Esto dice el Señor: “Yo he purificado el agua, ya no causará muerte ni esterilidad”».

pero después de la muerte de Acab, el rey de Moab se rebeló contra el rey de Israel.

Unos marginados visitan el campamento enemigo

Sucedió que había cuatro hombres con lepra sentados en la entrada de las puertas de la ciudad. «¿De qué nos sirve sentarnos aquí a esperar la muerte?—se preguntaban unos a otros—.

Muerte de Jezabel

Cuando Jezabel, la reina madre, supo que Jehú había llegado a Jezreel, se pintó los párpados, se arregló el cabello y se sentó frente a una ventana.

Muerte de Jehú

Por ese tiempo, el Señor comenzó a reducir el tamaño del territorio de Israel. El rey Hazael conquistó varias regiones del país

Muerte de Atalía

Cuando Atalía oyó el ruido que hacían los guardias del palacio y la gente, fue de prisa al templo del Señor para ver qué pasaba.

Última profecía de Eliseo

Cuando Eliseo cayó enfermo de muerte, el rey Yoás de Israel fue a visitarlo y lloró sobre él diciendo: —¡Padre mío! ¡Padre mío! ¡Veo los carros de Israel con sus conductores!

Sin embargo, no mató a los hijos de los asesinos porque obedeció el mandato del Señor que Moisés había escrito en el libro de la ley: «Los padres no tienen que morir por los pecados de sus hijos, ni los hijos deben morir por los pecados de sus padres. Los que merezcan la muerte serán ejecutados por sus propios delitos».

Amasías, rey de Judá, vivió quince años más después de la muerte del rey Yoás de Israel.

Después de la muerte de su padre, Uzías reconstruyó la ciudad de Elat y la restituyó a Judá.

El Señor hirió al rey con lepra, enfermedad que le duró hasta el día de su muerte; y vivió aislado en una casa aparte. Su hijo Jotam quedó encargado del palacio real y él gobernaba a los habitantes del reino.

Me encargaré de llevarlos a otra tierra como esta: una tierra de grano y vino nuevo, de pan y viñedos, de olivares y miel. ¡Escojan la vida y no la muerte! »”No escuchen a Ezequías cuando trate de engañarlos al decir: ‘¡El Señor nos librará!’.