Estoy afligido por ti, Jonatán, hermano mío; tú me has sido muy estimado. Tu amor fue para mí más maravilloso que el amor de las mujeres.

Entonces David subió allá, y también sus dos mujeres, Ahinoam jezreelita y Abigail, viuda de Nabal, el de Carmel.

y el sexto, Itream, de Egla, mujer de David. Estos le nacieron a David en Hebrón.

Entonces Abner se enojó mucho por las palabras de Is-boset, y dijo: ¿Acaso soy yo cabeza de perro que pertenece a Judá? Hoy he mostrado bondad hacia la casa de tu padre Saúl, hacia sus hermanos y hacia sus amigos, y no te he entregado en manos de David; sin embargo, tú me acusas hoy de una ofensa con esta mujer.

Y David envió mensajeros a Is-boset, el hijo de Saúl, diciendo: Dame a mi mujer Mical, con la cual me desposé por cien prepucios de los filisteos.

Después que vino de Hebrón, David tomó más concubinas y mujeres de Jerusalén; y le nacieron a David más hijos e hijas.

Después repartió a todo el pueblo, a toda la multitud de Israel, tanto a hombres como a mujeres, una torta de pan, una de dátiles y una de pasas a cada uno. Entonces todo el pueblo se fue, cada uno a su casa.

Y al atardecer David se levantó de su lecho y se paseaba por el terrado de la casa del rey, y desde el terrado vio a una mujer que se estaba bañando; y la mujer era de aspecto muy hermoso.

David mandó a preguntar acerca de aquella mujer. Y alguien dijo: ¿No es esta Betsabé, hija de Eliam, mujer de Urías hitita?

Y la mujer concibió; y envió aviso a David, diciendo: Estoy encinta.

Y Urías respondió a David: El arca, Israel y Judá están bajo tiendas, y mi señor Joab y los siervos de mi señor acampan a campo abierto. ¿He de ir yo a mi casa para comer, beber y acostarme con mi mujer? Por tu vida y la vida de tu alma, que no haré tal cosa.

¿Quién mató a Abimelec, hijo de Jerobaal? ¿No arrojó una mujer sobre él una muela de molino desde lo alto del muro de manera que murió en Tebes? ¿Por qué os acercasteis tanto al muro?». Entonces le dirás: «También tu siervo Urías hitita ha muerto».

Al oír la mujer de Urías que su marido Urías había muerto, hizo duelo por su marido.

Cuando pasó el luto, David mandó traerla a su casa, y ella fue su mujer; y le dio a luz un hijo. Pero lo que David había hecho fue malo a los ojos del Señor.

Yo también entregué a tu cuidado la casa de tu señor y las mujeres de tu señor, y te di la casa de Israel y de Judá; y si eso hubiera sido poco, te hubiera añadido muchas cosas como estas.

¿Por qué has despreciado la palabra del Señor haciendo lo malo a sus ojos? Has matado a espada a Urías hitita, y has tomado a su mujer para que sea mujer tuya, y lo has matado con la espada de los hijos de Amón.

Ahora pues, la espada nunca se apartará de tu casa, porque me has despreciado y has tomado la mujer de Urías hitita para que sea tu mujer».

Así dice el Señor: «He aquí, de tu misma casa levantaré el mal contra ti; y aun tomaré tus mujeres delante de tus ojos y las daré a tu compañero, y este se acostará con tus mujeres a plena luz del día.

Y David consoló a Betsabé su mujer, y vino a ella y se acostó con ella; y ella dio a luz un hijo; y él le puso por nombre Salomón. Y el Señor lo amó,

Llamó, pues, a su criado que le servía y le dijo: Echa a esta mujer fuera de aquí, y cierra la puerta tras ella.

Joab y la mujer de Tecoa

Joab, hijo de Sarvia, comprendió que el corazón del rey se inclinaba hacia Absalón.

Y Joab envió a Tecoa a traer a una mujer sabia de allí, y le dijo: Te ruego que finjas estar de duelo, te pongas ahora ropas de luto y no te unjas con óleo, sino pórtate como una mujer que por muchos días ha estado de duelo por un muerto;

Cuando la mujer de Tecoa habló al rey, cayó sobre su rostro en tierra, y postrándose, dijo: ¡Socorro, oh rey!

Respondió el rey a la mujer: Ve a tu casa, y daré órdenes respecto a ti.

Y la mujer de Tecoa dijo al rey: Oh rey mi señor, la iniquidad sea sobre mí y sobre la casa de mi padre, pero el rey y su trono sean sin culpa.