Joel 2:28-3:21
Nueva Versión Internacional
El día del Señor
28 »Después de esto,
derramaré mi Espíritu sobre todo ser humano.
Los hijos y las hijas de ustedes profetizarán,
tendrán sueños los ancianos
y los jóvenes recibirán visiones.
29 En esos días derramaré mi Espíritu
aun sobre los siervos y las siervas.
30 En el cielo y en la tierra mostraré prodigios:
sangre, fuego y columnas de humo.
31 El sol se convertirá en tinieblas
y la luna en sangre
antes que llegue el día del Señor,
día grande y terrible.
32 Y todo el que invoque el nombre del Señor será salvo,
porque en el monte Sión y en Jerusalén
habrá salvación,
como lo ha dicho el Señor.
Y entre los sobrevivientes
estarán los llamados del Señor.
El juicio de las naciones
3 »En aquellos días, en el tiempo señalado,
cuando restaure yo la fortuna de Judá y de Jerusalén,
2 reuniré a todas las naciones
y las haré bajar al valle de Josafat.[a]
Allí entraré en juicio contra los pueblos
por lo que hicieron a Israel, pueblo de mi propiedad,
pues lo dispersaron entre las naciones
y se repartieron mi tierra.
3 Se repartieron a mi pueblo echando suertes,
cambiaron a niños por prostitutas
y, para emborracharse,
vendieron niñas por vino.
4 »Ahora bien, ¿qué tienen en contra mía Tiro y Sidón y todas las regiones de Filistea? ¿Quieren acaso vengarse de mí? Si es así, yo haré que muy pronto recaiga sobre ustedes su propia venganza, 5 pues se robaron mi plata y mi oro, y se llevaron a sus templos mis valiosos tesoros. 6 A los griegos les vendieron a los habitantes de Jerusalén y de Judá, para alejarlos de su tierra.
7 »Sepan, pues, que voy a sacarlos de los lugares donde fueron vendidos y devolveré sobre sus propias cabezas lo que han hecho. 8 Venderé a sus hijos e hijas al pueblo de Judá; y ellos a su vez los venderán a los sabeos, una nación lejana». El Señor lo ha dicho.
9 Proclamen esto entre las naciones:
¡Prepárense[b] para la batalla!
¡Movilicen a los soldados!
¡Alístense para el combate todos los hombres de guerra!
10 Forjen espadas con los azadones
y hagan lanzas con las hoces.
Diga el débil:
«¡Soy fuerte!».
11 Dense prisa, naciones vecinas,
reúnanse en ese lugar.
¡Haz bajar, Señor, a tus guerreros!
12 «Que se movilicen las naciones
y acudan al valle de Josafat,
pues allí me sentaré
para juzgar a todos los pueblos vecinos.
13 Echen mano a la hoz,
que la mies está madura.
Vengan a pisar las uvas,
que está lleno el lagar.
Sus lagares se desbordan:
¡tan grande es su maldad!».
14 ¡Multitud tras multitud
en el valle de la decisión!
¡Cercano está el día del Señor
en el valle de la decisión!
15 Se oscurecerán el sol y la luna;
dejarán de brillar las estrellas.
16 Rugirá el Señor desde Sión,
hará tronar su voz desde Jerusalén
y el cielo y la tierra temblarán.
Pero el Señor será un refugio para su pueblo,
una fortaleza para los israelitas.
Bendiciones para el pueblo de Dios
17 «Entonces ustedes sabrán que yo, el Señor su Dios,
habito en Sión, mi monte santo.
Santa será Jerusalén,
y nunca más la invadirán los extranjeros.
18 »En aquel día las montañas destilarán vino nuevo
y de las colinas fluirá leche;
correrá el agua por los canales de los ríos de Judá.
De la casa del Señor brotará una fuente
que irrigará el valle de las acacias.
19 Pero Egipto quedará desolado
y Edom, convertido en desierto,
por la violencia cometida contra el pueblo de Judá,
en cuya tierra derramaron sangre inocente.
20 Judá y Jerusalén serán habitadas para siempre,
por todas las generaciones.
21 ¿Perdonaré la sangre que derramaron?
¡Claro que no la perdonaré!».
¡El Señor habita en Sión!
Apocalipsis 13:11-18
Nueva Versión Internacional
La bestia que sube de la tierra
11 Después vi que de la tierra subía otra bestia. Tenía dos cuernos como de cordero, pero hablaba como dragón. 12 Ejercía toda la autoridad de la primera bestia en presencia de ella y hacía que la tierra y sus habitantes adoraran a la primera bestia, cuya herida mortal había sido sanada. 13 También hacía grandes señales, incluso la de hacer caer fuego del cielo a la tierra, a la vista de todos. 14 Con estas señales que se le permitió hacer en presencia de la primera bestia, engañó a los habitantes de la tierra. Ordenó que hicieran una imagen en honor de la bestia que, después de ser herida a espada, revivió. 15 Se le permitió infundir vida a la imagen de la primera bestia, para que hablara y mandara matar a quienes no adoraran la imagen. 16 Además logró que a todos, grandes y pequeños, ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiera una marca en la mano derecha o en la frente, 17 para que nadie pudiera comprar ni vender, a menos que llevara la marca que es el nombre de la bestia o el número de ese nombre.
18 En esto consiste[a] la sabiduría: el que tenga entendimiento, calcule el número de la bestia, pues es número de un ser humano: seiscientos sesenta y seis.
Read full chapterFootnotes
- 13:18 En esto consiste. Alt. Aquí se verá.
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