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Tercera participación de Bildad

25 Bildad respondió:

«Es tan grande el poder de Dios
que nos hace temblar de miedo.
Dios es quien pone orden en el cielo.
¿Puede alguien contar sus ejércitos?
¿Hay alguien a quien el sol no alumbre?
¡Ante Dios no hay nadie
que pueda declararse inocente!
Si a los ojos de Dios nada vale
el brillo de la luna
ni tampoco el de las estrellas
¡mucho menos valemos nosotros,
que somos simples gusanos!»

Job interrumpe a Bildad

26 En tono burlón, Job contestó:

2-4 «¿Es así como ayudas al necesitado,
al que ya no tiene fuerzas?
¡Vaya, vaya!
¡Qué discurso tan hermoso
has pronunciado!
¡Qué buen amigo resultaste!
¡Qué consejos tan buenos sabes dar
a los ignorantes como yo!
¡Qué inteligencia has demostrado!»

Bildad continúa su discurso

«En lo más profundo de la tierra,
los muertos tiemblan de miedo.
De Dios nadie puede esconderse,
ni siquiera la muerte destructora.
7-9 Dios extendió cielo y tierra
donde antes no había nada,
y en el cielo puso su trono.

»Dios guarda agua en las nubes,
y no deja que llueva.
10 Traza una línea en el horizonte,
y así divide el día y la noche.
11 Reprende a las montañas
que sostienen el cielo,
y las hace temblar de miedo.
12 Usa su poder y sabiduría
y con ellos vence al mar;
13 da muerte con su propia mano
al gran monstruo marino.
Con un soplo de su boca
deja el cielo despejado.

14 »Esto es apenas un murmullo
que alcanzamos a escuchar;
es tan sólo una muestra
del gran poder de Dios,
que jamás podremos comprender».