2 Crónicas 33-34
Reina-Valera 1995
Reinado de Manasés(A)
33 Doce años tenía Manasés cuando comenzó a reinar, y cincuenta y cinco años reinó en Jerusalén. 2 Pero hizo lo malo ante los ojos de Jehová, conforme a las abominaciones de las naciones que Jehová había echado de delante de los hijos de Israel. 3 Porque él reedificó los lugares altos que Ezequías, su padre, había derribado, levantó altares a los baales, hizo imágenes de Asera, y adoró a todo el ejército de los cielos y les rindió culto. 4 Edificó también altares en la casa de Jehová, de la cual había dicho Jehová: «En Jerusalén estará mi nombre perpetuamente.» 5 Edificó asimismo altares a todo el ejército de los cielos en los dos atrios de la casa de Jehová.
6 Pasó sus hijos por fuego en el valle del hijo de Hinom, y observaba los tiempos, confiaba en agüeros, era dado a adivinaciones y consultaba a adivinos y encantadores; se excedió en hacer lo malo ante los ojos de Jehová, hasta encender su ira. 7 Además de esto puso una imagen fundida que hizo en la casa de Dios, de la cual había dicho Dios a David y a su hijo Salomón: «En esta Casa y en Jerusalén, la cual yo elegí sobre todas las tribus de Israel, pondré mi nombre para siempre; 8 y nunca más quitaré el pie de Israel de la tierra que yo entregué a vuestros padres, a condición de que guarden y hagan todas las cosas que yo les he mandado por medio de Moisés, toda la Ley, los estatutos y los preceptos.»
9 Manasés hizo extraviar, pues, a Judá y a los habitantes de Jerusalén, para que hicieran mayores males que las naciones que Jehová destruyó delante de los hijos de Israel. 10 Y habló Jehová a Manasés y a su pueblo, pero ellos no escucharon; 11 por lo cual Jehová trajo contra ellos los generales del ejército del rey de los asirios, los cuales apresaron con grillos a Manasés, y atado con cadenas, lo llevaron a Babilonia.
12 Pero cuando se vio en angustia, oró a Jehová, su Dios, y se humilló profundamente en la presencia del Dios de sus padres. 13 Oró a él, y fue atendido; pues Dios oyó su oración y lo hizo retornar a su reino en Jerusalén. Entonces reconoció Manasés que Jehová era Dios.
14 Después de esto edificó el muro exterior de la ciudad de David, al occidente de Gihón, en el valle, a la entrada de la puerta del Pescado, amuralló Ofel y elevó el muro muy alto. Además, puso capitanes del ejército en todas las ciudades fortificadas de Judá. 15 Asimismo quitó los dioses extranjeros, el ídolo de la casa de Jehová, y todos los altares que había edificado en el monte de la casa de Jehová y en Jerusalén, y los echó fuera de la ciudad. 16 Reparó luego el altar de Jehová y sacrificó sobre él sacrificios de ofrendas de paz y de alabanza; y ordenó a Judá que sirvieran a Jehová, Dios de Israel. 17 Pero el pueblo aún sacrificaba en los lugares altos, aunque lo hacía para Jehová, su Dios.
18 Los demás hechos de Manasés, su oración a su Dios y las palabras de los videntes que le hablaron en nombre de Jehová, el Dios de Israel, están escritos en las actas de los reyes de Israel. 19 Su oración y cómo fue oído, todos sus pecados y su infidelidad, los sitios donde edificó lugares altos y erigió imágenes de Asera e ídolos, antes que se humillara, están escritos en las palabras de los videntes. 20 Durmió Manasés con sus padres y lo sepultaron en su casa. Reinó en su lugar su hijo Amón.
Reinado de Amón(B)
21 Veintidós años tenía Amón cuando comenzó a reinar, y dos años reinó en Jerusalén. 22 Hizo lo malo ante los ojos de Jehová, como había hecho Manasés, su padre; porque ofreció sacrificios y sirvió a todos los ídolos que su padre Manasés había hecho. 23 Pero nunca se humilló delante de Jehová, como se humilló Manasés, su padre; antes bien aumentó el pecado.
24 Conspiraron contra él sus siervos y lo mataron en su casa. 25 Pero el pueblo de la tierra mató a todos los que habían conspirado contra el rey Amón, y proclamó rey en su lugar a su hijo Josías.
Reinado de Josías(C)
34 Tenía Josías ocho años cuando comenzó a reinar, y treinta y un años reinó en Jerusalén. 2 Hizo lo recto ante los ojos de Jehová y anduvo en los caminos de David, su padre, sin apartarse a la derecha ni a la izquierda.
Reformas de Josías(D)
3 A los ocho años de su reinado, siendo aún muchacho, comenzó a buscar al Dios de David, su padre; y a los doce años comenzó a limpiar a Judá y a Jerusalén de los lugares altos, imágenes de Asera, esculturas e imágenes fundidas. 4 Fueron derribados en su presencia los altares de los baales, e hizo pedazos las imágenes del sol que estaban puestas encima; despedazó también las imágenes de Asera, las esculturas y estatuas fundidas, las desmenuzó y esparció el polvo sobre los sepulcros de los que les habían ofrecido sacrificios. 5 Quemó además los huesos de los sacerdotes sobre sus altares y limpió a Judá y a Jerusalén. 6 Lo mismo hizo en las ciudades de Manasés, Efraín, Simeón y hasta Neftalí, y en los lugares asolados alrededor. 7 Después de derribar los altares y las imágenes de Asera, quebrar y desmenuzar las esculturas, y destruir todos los ídolos por toda la tierra de Israel, volvió a Jerusalén.
El hallazgo del libro de la Ley(E)
8 A los dieciocho años de su reinado, después de haber limpiado la tierra y la Casa, envió a Safán hijo de Azalía, a Maasías, gobernador de la ciudad, y a Joa hijo de Joacaz, el canciller, para que repararan la casa de Jehová, su Dios. 9 Estos se presentaron ante el sumo sacerdote Hilcías y le entregaron el dinero que había sido traído a la casa de Jehová, que los levitas que guardaban la puerta habían recibido de Manasés, de Efraín y de todo el resto de Israel, de todo Judá y Benjamín, y de los habitantes de Jerusalén. 10 Lo pusieron en manos de los que hacían la obra, que eran mayordomos en la casa de Jehová, y estos se lo daban a los que hacían la obra y trabajaban en la casa de Jehová reparando y restaurando el Templo. 11 Daban asimismo a los carpinteros y canteros para que compraran piedra de cantería y madera para los armazones, y para la entabladura de los edificios que habían destruido los reyes de Judá.
12 Estos hombres procedían con fidelidad en la obra. Los encargados de activar la obra eran Jahat y Abdías, levitas de los hijos de Merari, y Zacarías y Mesulam, de los hijos de Coat, y todos los levitas entendidos en instrumentos de música. 13 También velaban sobre los cargadores y eran mayordomos de los que se ocupaban en cualquier clase de obra. Entre los levitas había escribas, gobernadores y porteros.
14 Al sacar el dinero que había sido traído a la casa de Jehová, el sacerdote Hilcías halló el libro de la ley de Jehová, dada por medio de Moisés. 15 Entonces Hilcías dijo al escriba Safán:
—He hallado el libro de la Ley en la casa de Jehová.
Y dio Hilcías el libro a Safán.
16 Safán lo llevó al rey y le contó el asunto diciendo:
—Tus siervos han cumplido todo lo que les fue encomendado. 17 Han reunido el dinero que se halló en la casa de Jehová y lo han entregado a los encargados y a los que hacen la obra.
18 Además de esto, el escriba Safán anunció al rey:
—El sacerdote Hilcías me ha dado un libro.
Y leyó Safán en él ante el rey.
19 Cuando el rey oyó las palabras de la Ley, rasgó sus vestidos 20 y ordenó a Hilcías y a Ahicam hijo de Safán, a Abdón hijo de Micaía, a Safán, el escriba, y a Asaías, siervo del rey:
21 —¡Id!, consultad a Jehová por mí y por el resto de Israel y de Judá acerca de las palabras del libro que se ha hallado; porque grande es la ira de Jehová que ha caído sobre nosotros, por cuanto nuestros padres no han guardado la palabra de Jehová haciendo conforme a todo lo que está escrito en este libro.
22 Entonces Hilcías y los hombres del rey fueron a Hulda, la profetisa, mujer de Salum hijo de Ticva hijo de Harhas, encargado de las vestiduras, la cual vivía en el segundo barrio de Jerusalén, y le hablaron del asunto. 23 Entonces ella respondió:
—Jehová, Dios de Israel, ha dicho así: “Decid al hombre que os ha enviado a mí, que así ha dicho Jehová: 24 Voy a traer el mal sobre este lugar y sobre sus habitantes, es decir, todas las maldiciones que están escritas en el libro que leyeron delante del rey de Judá; 25 por cuanto me han dejado y han ofrecido sacrificios a dioses ajenos, provocándome a ira con todas las obras de sus manos; por tanto, se derramará mi ira sobre este lugar y no se apagará.” 26 Pero al rey de Judá, que os ha enviado a consultar a Jehová, le diréis así: “Jehová, el Dios de Israel, ha dicho así: Por cuanto oíste las palabras del libro 27 y tu corazón se conmovió, te humillaste delante de Dios al oír sus palabras sobre este lugar y sobre sus habitantes, y te humillaste delante de mí, rasgaste tus vestidos y lloraste en mi presencia, yo también te he oído, dice Jehová. 28 Yo te recogeré con tus padres, y serás recogido en tu sepulcro en paz, tus ojos no verán todo el mal que yo traigo sobre este lugar y sobre los que habitan en él.”
Y ellos refirieron al rey la respuesta. 29 Entonces el rey hizo reunir a todos los ancianos de Judá y de Jerusalén. 30 Subió el rey a la casa de Jehová, y con él todos los hombres de Judá, y los habitantes de Jerusalén, los sacerdotes, los levitas y todo el pueblo, desde el mayor hasta el más pequeño; y leyó a oídos de ellos todas las palabras del libro del pacto que había sido hallado en la casa de Jehová. 31 Y puesto en pie el rey en su sitio, hizo delante de Jehová pacto de caminar en pos de Jehová y de guardar sus mandamientos, sus testimonios y sus estatutos, con todo su corazón y con toda su alma, poniendo por obra las palabras del pacto que estaban escritas en aquel libro. 32 E hizo que se comprometieran a ello todos los que estaban en Jerusalén y en Benjamín; y los habitantes de Jerusalén hicieron conforme al pacto de Dios, del Dios de sus padres. 33 Josías quitó todas las abominaciones de toda la tierra de los hijos de Israel, e hizo que todos los que se hallaban en Israel sirvieran a Jehová, su Dios. Y mientras él vivió no se apartaron de Jehová, el Dios de sus padres.
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