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Hay que cumplir lo que se promete

(4.17) Cuando vayas al templo de Dios, cuida tu conducta: en vez de ofrecer sacrificios como la gente tonta que no se da cuenta de que hace mal, acércate dispuesto a obedecer.

(1) No te apresures, ni con los labios ni con el pensamiento, a hacer promesas a Dios, pues Dios está en el cielo y tú en la tierra. Por eso, habla lo menos que puedas, (2) porque por mucho pensar se tienen pesadillas, y por mucho hablar se dicen tonterías.

(3) Cuando hagas una promesa a Dios, no tardes en cumplirla, porque a él no le agradan los necios. Cumple lo que prometes, (4) pues vale más no prometer, que prometer y no cumplir.

(5) No permitas que tus labios te hagan pecar, y luego digas ante el enviado de Dios que lo hiciste por error. ¿Por qué hacer que Dios se enoje por lo que dices y destruya lo que has hecho? (6) Por lo tanto, en medio de tantas pesadillas y de tantas palabras y cosas sin sentido, tú debes mostrar reverencia hacia Dios.

Contradicciones de la vida

(7) No te sorprendas si en algún país ves que se oprime al pobre y que se hace violencia a la justicia y al derecho, porque a un alto oficial lo encubre otro más alto, y otros más altos oficiales encubren a estos dos. (8) ¡Y a eso se le llama progreso del país y estar el rey al servicio del campo!

10 (9) El que ama el dinero, siempre quiere más; el que ama las riquezas, nunca cree tener bastante. Esto es también vana ilusión, 11 (10) porque mientras más se tiene, más se gasta. ¿Y qué se gana con tener, aparte de contemplar lo que se tiene? 12 (11) El que trabaja, coma poco o mucho, siempre duerme a gusto; al rico, en cambio, sus riquezas no lo dejan dormir.

13 (12) Una cosa realmente lamentable he visto en este mundo: que el amontonar riquezas va en perjuicio de su dueño, 14 (13) pues un mal negocio puede acabar con toda esa riqueza, y si él tiene un hijo, ya no tendrá después nada que dejarle. 15 (14) Y tal como vino a este mundo, así se irá: tan desnudo como cuando nació, y sin llevarse nada del fruto de su trabajo. 16 (15) Esto es realmente lamentable: que tal como vino al mundo, así también se irá. ¿Y qué sacó de tanto trabajar para nada? 17 (16) Para colmo, toda su vida se la pasó en tinieblas, y con muchas molestias, dolores y resentimientos.

18 (17) He encontrado que lo mejor y más agradable es comer y beber, y disfrutar del fruto de tanto trabajar en este mundo durante la corta vida que Dios nos da, pues eso es lo que nos ha tocado. 19 (18) Por otra parte, a todo aquel a quien Dios da abundantes riquezas, le da también la facultad de comer de ellas y de tomar lo que le corresponde, pues el disfrutar de tanto trabajo viene de parte de Dios. 20 (19) Y como Dios le llena de alegría el corazón, no se preocupa mucho por el curso de su vida.

En este mundo hay otro mal muy común entre los hombres, según he podido ver: Dios les da a algunos abundantes riquezas y esplendor, y nunca les falta nada de lo que desean; pero no les permite gozar de todo ello, sino que otros lo disfrutan. ¡Esto es también una ilusión vana y realmente lamentable! Un hombre puede tener cien hijos y vivir muchos años; pero por mucho que viva, si no disfruta completamente de lo bueno, y si ni siquiera recibe sepultura, yo sostengo que un niño abortado vale más que ese hombre. Pues aunque ese niño se pierda en la nada, en la oscuridad, donde su nombre quedará ignorado, y aunque no llegue a ver el sol ni a saber nada, al menos habrá tenido más descanso que aquel hombre, el cual podría haber vivido dos mil años y, sin embargo, no disfrutar de sus bienes. Y al fin de cuentas, ¡todos van al mismo lugar!

El hombre trabaja y trabaja para comer, pero nunca queda satisfecho. ¿Qué tiene el sabio que no tenga el necio, a no ser sus conocimientos para hacerle frente a la vida?

Vale más lo que uno ve que lo que se imagina. Pero también esto es vana ilusión, es querer atrapar el viento. 10 Lo que ahora existe, hace mucho que recibió su nombre, y se sabe cuál es. Nadie puede luchar con quien es más poderoso que él. 11 Una cosa es cierta: donde abundan las palabras, abundan los disparates; y nada se gana con eso. 12 De hecho, nadie sabe lo que es mejor para el hombre durante los contados días de esta vana ilusión que es su vida. Sus días pasarán como una sombra, ¿y quién podrá decirle lo que ha de ocurrir en este mundo después de su muerte?

Hay que atender a lo más importante

Vale más la buena fama
que el buen perfume.

Vale más el día en que se muere
que el día en que se nace.

Vale más ir a un funeral
que ir a divertirse;
pues la muerte es el fin de todo hombre,
y los que viven debieran recordarlo.

Vale más llorar que reír,
pues podrá hacerle mal al semblante
pero le hace bien al corazón.

El sabio piensa en la muerte,
pero el necio, en ir a divertirse.

Vale más oír reprensiones de sabios
que alabanzas de necios.

Las risas del necio se parecen
al crujir de las zarzas en el fuego,
y también son vana ilusión.

La violencia entorpece al sabio,
y el soborno corrompe su carácter.

Vale más terminar un asunto
que comenzarlo.

Vale más ser paciente
que valiente.

No te dejes llevar por el enojo, porque el enojo es propio de gente necia.

10 Nunca te preguntes por qué todo tiempo pasado fue mejor, pues ésa no es una pregunta inteligente.

11 Buena y provechosa es la sabiduría para los que viven en este mundo, si además va acompañada de una herencia. 12 Porque la sabiduría protege lo mismo que el dinero, pero la sabiduría tiene la ventaja de darle vida al sabio.

13 Fíjate bien en lo que Dios ha hecho: ¿quién podrá enderezar lo que él ha torcido? 14 Cuando te vaya bien, disfruta ese bienestar; pero cuando te vaya mal, ponte a pensar que lo uno y lo otro son cosa de Dios, y que el hombre nunca sabe lo que ha de traerle el futuro.

15 Todo esto he visto durante esta vana ilusión que es mi vida: hombres buenos que mueren a pesar de su bondad, y malvados que a pesar de su maldad viven muchos años.

16 No hay que pasarse de bueno,
ni tampoco pasarse de listo.
¿Para qué arruinarse uno mismo?

17 No hay que pasarse de malo,
ni tampoco pasarse de tonto.
¿Para qué morir antes de tiempo?

18 Lo mejor es agarrar bien esto
sin soltar de la mano aquello.

El que honra a Dios
saldrá bien de todas estas cosas.

19 Da más fuerza la sabiduría al sabio,
que diez gobernantes a una ciudad.

20 Sin embargo, no hay nadie en la tierra tan perfecto que haga siempre el bien y nunca peque.

21 No hagas caso de todo lo que se dice, y así no oirás cuando tu siervo hable mal de ti. 22 Aunque también tú, y lo sabes muy bien, muchas veces has hablado mal de otros.

Búsqueda de la sabiduría

23 Todo esto lo examiné con sabiduría, pues me había propuesto ser sabio; pero estaba fuera de mi alcance. 24 ¡Fuera de mi alcance está todo lo que existe! ¡Es demasiado profundo y nadie puede comprenderlo!

25 Me dediqué entonces a adquirir conocimientos, y a estudiar y buscar algunas sabias conclusiones. Y pude darme cuenta de que es malo ser necio, y una locura ser estúpido.

26 He encontrado algo que es más amargo que la muerte: la mujer que tiende trampas con el corazón y aprisiona con los brazos. El que agrada a Dios escapará de ella, pero el pecador caerá en sus redes.

27 En mi intento de encontrar la razón de las cosas, yo, el Predicador, he hallado lo siguiente: 28 ¡que todavía no he dado con lo que realmente busco! He encontrado un hombre entre mil, pero ni una sola mujer entre todas ellas. 29 Solamente he encontrado lo siguiente: que Dios hizo perfecto al hombre, pero éste se ha complicado la vida.

¿Quién puede compararse al sabio? ¿Quién conoce el sentido de las cosas? La sabiduría ilumina la cara del hombre; hace que cambie su duro semblante.

La obediencia al rey

Cumple las órdenes del rey, pues así lo has jurado ante Dios. No salgas de su presencia con demasiada rapidez. No tomes parte en asuntos malvados, porque él puede hacer lo que se le antoje. La palabra del rey tiene autoridad final, y nadie puede pedirle cuenta de sus actos.

Al que cumple una orden, no le pasará nada malo, y el que es sabio entiende cuándo y cómo debe cumplirla. En realidad, hay un momento y un modo de hacer todo lo que se hace, pero el gran problema del hombre es que nunca sabe lo que va a suceder, ni hay nadie que se lo pueda advertir.

Nadie tiene poder sobre la vida y la muerte

No hay quien tenga poder sobre la vida, como para retenerla, ni hay tampoco quien tenga poder sobre la muerte. No hay quien escape de esta batalla. Al malvado no lo salvará su maldad.

Todo esto he visto al entregarme de lleno a conocer lo que se hace en este mundo y el poder que el hombre tiene de hacer daño a sus semejantes.

Hay cosas que no tienen sentido

10 También he visto que a gente malvada, que se mantuvo alejada del lugar santo, la alaban el día de su entierro; y en la ciudad donde cometió su maldad, nadie después lo recuerda. Y esto no tiene sentido, 11 porque al no ejecutarse en seguida la sentencia para castigar la maldad, se provoca que el hombre sólo piense en hacer lo malo. 12 ¡Así resulta que el que peca y sigue pecando vive muchos años! (Lo que yo sabía es que a los que honran a Dios y guardan reverencia ante él, les va bien; 13 y que, por el contrario, a los malvados les va mal y su vida pasa como una sombra porque no muestran reverencia ante Dios.) 14 Y así se da en este mundo el caso sin sentido de hombres buenos que sufren como si fueran malos, y de hombres malos que gozan como si fueran buenos. ¡Yo digo que tampoco esto tiene sentido!

15 Por eso, me declaro en favor de la alegría. Y lo mejor que puede hacer el hombre en este mundo es comer, beber y divertirse, porque eso es lo único que le queda de su trabajo en los días de vida que Dios le da en este mundo.

16 Mientras más me entregué a aprender y a saber y a observar todo lo que se hace en este mundo —llega un momento en que no puede uno dormir a ninguna hora—, 17 más cuenta me di de que el hombre no puede comprender lo que Dios hace ni lo que ocurre en este mundo. Por más que luche buscando la respuesta, no la encontrará; aun cuando el sabio diga conocerla, en realidad no ha podido encontrarla.