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Amonestación contra los juicios injustos

Salmo de Asaf

82 Dios se levanta en la reunión de los dioses;
en medio de los dioses juzga.
¿Hasta cuándo juzgaréis injustamente
y haréis acepción de personas con los impíos? Selah
Defended al débil y al huérfano;
haced justicia al afligido y al menesteroso,
librad al afligido y al necesitado;
¡libradlo de manos de los impíos!

No saben, no entienden,
andan en tinieblas;
tiemblan todos los cimientos de la tierra.

Yo dije: «Vosotros sois dioses
y todos vosotros hijos del Altísimo;
pero como hombres moriréis,
y como cualquiera de los príncipes caeréis.»

¡Levántate, Dios, juzga la tierra,
porque tú heredarás todas las naciones!

Plegaria pidiendo la destrucción de los enemigos de Israel

Cántico. Salmo de Asaf

83 ¡Dios, no guardes silencio!
¡No calles, Dios, ni te estés quieto!,
porque rugen tus enemigos
y los que te aborrecen alzan la cabeza.
Contra tu pueblo han consultado astuta y secretamente,
y han entrado en consejo contra tus protegidos.
Han dicho: «Venid y destruyámoslos, para que no sean nación
y no haya más memoria del nombre de Israel.»
A una se confabulan de corazón.
Contra ti han hecho alianza
las tiendas de los edomitas y de los ismaelitas,
Moab y los agarenos,
Gebal, Amón y Amalec,
los filisteos y los habitantes de Tiro.
También el asirio se ha juntado con ellos;
sirven de brazo a los hijos de Lot. Selah

Hazles como a Madián,
como a Sísara, como a Jabín en el arroyo Cisón,
10 que perecieron en Endor:
fueron convertidos en estiércol para la tierra.
11 Pon a sus capitanes como a Oreb y a Zeeb;
como a Zeba y a Zalmuna a todos sus príncipes,
12 que han dicho: «¡Hagamos nuestras
las moradas de Dios!»

13 Dios mío, ponlos como torbellinos,
como hojarascas delante del viento,
14 como fuego que quema el monte,
como llama que abrasa el bosque.
15 Persíguelos así con tu tempestad
y atérralos con tu huracán.
16 Llena sus rostros de vergüenza,
y busquen tu nombre, Jehová.
17 Sean confundidos y turbados para siempre;
sean deshonrados y perezcan.
18 Y conozcan que tu nombre es Jehová;
¡sólo tú, el Altísimo sobre toda la tierra!

Anhelo por la casa de Dios

Al músico principal; sobre «Gitit». Salmo para los hijos de Coré

84 ¡Cuán amables son tus moradas,
Jehová de los ejércitos!
¡Anhela mi alma y aun ardientemente
desea los atrios de Jehová!
¡Mi corazón y mi carne cantan
al Dios vivo!

Aun el gorrión halla casa,
y la golondrina nido para sí,
donde poner sus polluelos,
cerca de tus altares, Jehová de los ejércitos,
Rey mío y Dios mío.
¡Bienaventurados los que habitan en tu Casa;
perpetuamente te alabarán! Selah

¡Bienaventurado el hombre que tiene en ti sus fuerzas,
en cuyo corazón están tus caminos!
Atravesando el valle de lágrimas, lo cambian en fuente
cuando la lluvia llena los estanques.
Irán de poder en poder;
verán a Dios en Sión.

Jehová, Dios de los ejércitos, oye mi oración;
¡escucha, Dios de Jacob! Selah
Mira, Dios, escudo nuestro,
y pon los ojos en el rostro de tu elegido.

10 Mejor es un día en tus atrios
que mil fuera de ellos.
Escogería antes estar a la puerta de la casa de mi Dios
que habitar donde reside la maldad,
11 porque sol y escudo es Jehová Dios;
gracia y gloria dará Jehová.
No quitará el bien
a los que andan en integridad.
12 ¡Jehová de los ejércitos,
bienaventurado el hombre que en ti confía!