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Plegaria pidiendo el castigo de los malos

Al músico principal; sobre «No destruyas». Mictam de David

58 Poderosos, ¿pronunciáis en verdad justicia?
¿Juzgáis rectamente, hijos de los hombres?
Antes bien, en el corazón maquináis la maldad;
hacéis pesar la violencia de vuestras manos en la tierra.

Se apartaron los impíos desde la matriz;
se descarriaron hablando mentira desde que nacieron.
Veneno tienen, como veneno de serpiente;
son como la víbora sorda que cierra su oído,
que no oye la voz de los que encantan,
por más hábil que sea el encantador.

Quiebra, Dios, sus dientes en sus bocas;
quiebra, Jehová, las muelas de los leoncillos.
Sean disipados como aguas que corren;
cuando disparen sus saetas, que se rompan en pedazos.
Pasen ellos como con el caracol que se deshace;
como el que nace muerto, no vean el sol.
Antes que sus ollas sientan la llama de los espinos,
así vivos, así airados, los arrebatará él con tempestad.

10 Se alegrará el justo cuando vea la venganza;
sus pies lavará en la sangre del impío.
11 Entonces dirá el hombre:
«Ciertamente hay galardón para el justo;
ciertamente hay Dios que juzga en la tierra.»

Oración pidiendo ser librado de los enemigos

Al músico principal; sobre «No destruyas». Mictam de David, cuando envió Saúl, y vigilaron la casa para matarlo.

59 Líbrame de mis enemigos, Dios mío;
ponme a salvo de los que se levantan contra mí.
Líbrame de los que cometen maldad
y sálvame de hombres sanguinarios,

porque están acechando mi vida;
se han juntado contra mí poderosos,
no por falta mía, ni pecado mío, Jehová;
sin delito mío corren y se preparan.
Despierta para venir a mi encuentro, y mira.
Y tú, Jehová, Dios de los ejércitos, Dios de Israel,
despierta y castiga a todas las naciones;
no tengas misericordia de todos los que se rebelan con maldad. Selah

Volverán a la tarde,
ladrarán como perros
y rodearán la ciudad.
Declaran con su boca;
espadas hay en sus labios,
pues dicen: «¿Quién oye?»

Mas tú, Jehová, te reirás de ellos;
te burlarás de todas las naciones.
A causa del poder del enemigo esperaré en ti,
porque Dios es mi defensa.
10 El Dios de mi misericordia irá delante de mí;
Dios hará que vea en mis enemigos mi deseo.

11 No los mates, para que mi pueblo no olvide;
dispérsalos con tu poder y abátelos,
Jehová, escudo nuestro.
12 Por el pecado de su boca, por la palabra de sus labios,
sean ellos presos en su soberbia,
y por la maldición y mentira que profieren.
13 ¡Acábalos con furor,
acábalos, para que no existan más!
¡Sépase que Dios gobierna en Jacob
hasta los confines de la tierra! Selah
14 Vuelvan, pues, a la tarde, y ladren como perros
y rodeen la ciudad.
15 Anden ellos errantes para hallar qué comer;
y al no saciarse, que pasen la noche quejándose.

16 Pero yo cantaré de tu poder,
alabaré de mañana tu misericordia,
porque has sido mi amparo
y refugio en el día de mi angustia.
17 Fortaleza mía, a ti cantaré,
porque eres, Dios, mi refugio,
el Dios de mi misericordia.

Plegaria pidiendo ayuda contra el enemigo(A)

Al músico principal; sobre «Lirios». Testimonio. Mictam de David, para enseñar, cuando tuvo guerra contra Aram-Naharaim y contra Aram de Soba, y volvió Joab y destrozó a doce mil de Edom en el valle de la Sal.

60 Tú, Dios, tú nos has desechado, nos quebrantaste;
te has airado. ¡Vuélvete a nosotros!
Hiciste temblar la tierra, la has hendido;
¡sana sus fracturas, porque titubea!
Has hecho ver a tu pueblo cosas duras;
nos hiciste beber vino de aturdimiento.
Has dado a los que te temen bandera
que alcen por causa de la verdad. Selah
¡Para que se libren tus amados,
salva con tu diestra y óyeme!

Dios ha dicho en su santuario:
«Yo me alegraré; repartiré a Siquem
y mediré el valle de Sucot.
Mío es Galaad y mío es Manasés;
Efraín es la fortaleza de mi cabeza;
Judá es mi legislador.
Moab, vasija para lavarme;
sobre Edom echaré mi calzado;
me regocijaré sobre Filistea.»

¿Quién me llevará a la ciudad fortificada?
¿Quién me llevará hasta Edom?
10 ¿No serás tú, Dios, que nos habías desechado
y no salías, Dios, con nuestros ejércitos?
11 Danos socorro contra el enemigo,
porque vana es la ayuda de los hombres.
12 Con Dios haremos proezas,
y él aplastará a nuestros enemigos.