Salmos 142-144
Reina-Valera 1995
Petición de ayuda en medio de la prueba
Masquil de David. Oración que hizo cuando estaba en la cueva.
142 Con mi voz clamaré a Jehová;
con mi voz pediré a Jehová misericordia.
2 Delante de él expondré mi queja;
delante de él manifestaré mi angustia.
3 Cuando mi espíritu se angustiaba dentro de mí,
tú conocías mi senda.
En el camino en que andaba,
me escondieron lazo.
4 Mira a mi diestra y observa,
pues no hay quien quiera conocer.
¡No tengo refugio
ni hay quien cuide de mi vida!
5 Clamé a ti, Jehová;
dije: «¡Tú eres mi esperanza
y mi porción en la tierra de los vivientes!»
6 Escucha mi clamor,
porque estoy muy afligido.
Líbrame de los que me persiguen,
porque son más fuertes que yo.
7 Saca mi alma de la cárcel,
para que alabe tu nombre.
Me rodearán los justos,
porque tú me serás propicio.
Súplica de liberación y dirección
Salmo de David
143 Jehová, oye mi oración,
escucha mis ruegos.
¡Respóndeme por tu verdad, por tu justicia!
2 No entres en juicio con tu siervo,
porque no se justificará delante de ti ningún ser humano.
3 El enemigo ha perseguido mi alma,
ha postrado en tierra mi vida,
me ha hecho habitar en tinieblas
como los que han muerto.
4 Mi espíritu se angustió dentro de mí;
está desolado mi corazón.
5 Me acordé de los días antiguos;
meditaba en todas tus obras;
reflexionaba en las obras de tus manos.
6 Extendí mis manos hacia ti,
mi alma te anhela como la tierra sedienta. Selah
7 Respóndeme pronto, Jehová,
porque desmaya mi espíritu;
no escondas de mí tu rostro,
no venga yo a ser semejante a los que descienden a la sepultura.
8 Hazme oír por la mañana tu misericordia,
porque en ti he confiado.
Hazme saber el camino por donde ande,
porque hacia ti he elevado mi alma.
9 Líbrame de mis enemigos, Jehová;
en ti me refugio.
10 Enséñame a hacer tu voluntad,
porque tú eres mi Dios;
tu buen espíritu me guíe
a tierra de rectitud.
11 Por tu nombre, Jehová, me vivificarás;
por tu justicia sacarás mi alma de la angustia.
12 Por tu misericordia disiparás a mis enemigos
y destruirás a todos los adversarios de mi alma,
porque yo soy tu siervo.
Oración pidiendo socorro y prosperidad
Salmo de David
144 ¡Bendito sea Jehová, mi roca,
quien adiestra mis manos para la batalla
y mis dedos para la guerra!
2 Misericordia mía y mi castillo,
fortaleza mía y mi libertador,
escudo mío, en quien he confiado;
el que sujeta a mi pueblo debajo de mí.
3 Jehová, ¿qué es el hombre para que en él pienses,
o el hijo de hombre para que lo estimes?
4 El hombre es como un soplo;
sus días son como la sombra que pasa.
5 Jehová, inclina tus cielos y desciende;
toca los montes, y humeen.
6 Despide relámpagos y disípalos;
envía tus saetas y túrbalos.
7 Extiende tu mano desde lo alto;
redímeme y sácame de las muchas aguas,
de manos de los hombres extraños,
8 cuya boca habla falsedad
y cuya diestra es diestra de mentira.
9 A ti, Dios, cantaré un cántico nuevo;
con salterio, con decacordio cantaré a ti.
10 Tú, el que da victoria a los reyes,
el que rescata de maligna espada a David tu siervo.
11 Rescátame, y líbrame
de manos de los hombres extraños,
cuya boca habla falsedad
y cuya diestra es diestra de mentira.
12 Sean nuestros hijos como plantas
crecidas en su juventud,
nuestras hijas como esquinas
labradas cual las de un palacio;
13 nuestros graneros llenos,
provistos de toda suerte de grano;
nuestros ganados, que se multipliquen a millares
y decenas de millares en nuestros campos;
14 nuestros bueyes estén fuertes para el trabajo;
no tengamos asalto, ni que hacer salida,
ni grito de alarma en nuestras plazas.
15 ¡Bienaventurado el pueblo que tiene todo esto!
¡Bienaventurado el pueblo cuyo Dios es Jehová!
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