Romanos 5-8
Nueva Traducción Viviente
La fe produce alegría
5 Por lo tanto, ya que fuimos hechos justos a los ojos de Dios por medio de la fe, tenemos paz[a] con Dios gracias a lo que Jesucristo nuestro Señor hizo por nosotros. 2 Debido a nuestra fe, Cristo nos hizo entrar en este lugar de privilegio inmerecido en el cual ahora permanecemos, y esperamos con confianza y alegría participar de la gloria de Dios.
3 También nos alegramos al enfrentar pruebas y dificultades porque sabemos que nos ayudan a desarrollar resistencia. 4 Y la resistencia desarrolla firmeza de carácter, y el carácter fortalece nuestra esperanza segura de salvación. 5 Y esa esperanza no acabará en desilusión. Pues sabemos con cuánta ternura nos ama Dios, porque nos ha dado el Espíritu Santo para llenar nuestro corazón con su amor.
6 Cuando éramos totalmente incapaces de salvarnos, Cristo vino en el momento preciso y murió por nosotros, pecadores. 7 Ahora bien, casi nadie se ofrecería a morir por una persona honrada, aunque tal vez alguien podría estar dispuesto a dar su vida por una persona extraordinariamente buena; 8 pero Dios mostró el gran amor que nos tiene al enviar a Cristo a morir por nosotros cuando todavía éramos pecadores. 9 Entonces, ya que hemos sido hechos justos a los ojos de Dios por la sangre de Cristo, con toda seguridad él nos salvará de la condenación de Dios. 10 Pues, como nuestra amistad con Dios quedó restablecida por la muerte de su Hijo cuando todavía éramos sus enemigos, con toda seguridad seremos salvos por la vida de su Hijo. 11 Así que ahora podemos alegrarnos por nuestra nueva y maravillosa relación con Dios gracias a que nuestro Señor Jesucristo nos hizo amigos de Dios.
Comparación entre Adán y Cristo
12 Cuando Adán pecó, el pecado entró en el mundo. El pecado de Adán introdujo la muerte, de modo que la muerte se extendió a todos, porque todos pecaron. 13 Es cierto, la gente ya pecaba aun antes de que se entregara la ley; pero no se le tomaba en cuenta como pecado, porque todavía no existía ninguna ley para violar. 14 Sin embargo, desde los tiempos de Adán hasta los de Moisés, todos murieron, incluso los que no desobedecieron un mandamiento explícito de Dios como lo hizo Adán. Ahora bien, Adán es un símbolo, una representación de Cristo, quien aún tenía que venir; 15 pero hay una gran diferencia entre el pecado de Adán y el regalo del favor inmerecido de Dios. Pues el pecado de un solo hombre, Adán, trajo muerte a muchos; pero aún más grande es la gracia maravillosa de Dios y el regalo de su perdón para muchos por medio de otro hombre, Jesucristo; 16 y el resultado del regalo del favor inmerecido de Dios es muy diferente de la consecuencia del pecado de ese primer hombre. Pues el pecado de Adán llevó a la condenación, pero el regalo de Dios nos lleva a ser hechos justos a los ojos de Dios, a pesar de que somos culpables de muchos pecados. 17 Pues el pecado de un solo hombre, Adán, hizo que la muerte reinara sobre muchos; pero aún más grande es la gracia maravillosa de Dios y el regalo de su justicia, porque todos los que lo reciben vivirán en victoria sobre el pecado y la muerte por medio de un solo hombre, Jesucristo.
18 Así es, un solo pecado de Adán trae condenación para todos, pero un solo acto de justicia de Cristo trae una relación correcta con Dios y vida nueva para todos. 19 Por uno solo que desobedeció a Dios, muchos pasaron a ser pecadores; pero por uno solo que obedeció a Dios, muchos serán declarados justos.
20 La ley de Dios fue entregada para que toda la gente se diera cuenta de la magnitud de su pecado, pero mientras más pecaba la gente, más abundaba la gracia maravillosa de Dios. 21 Entonces, así como el pecado reinó sobre todos y los llevó a la muerte, ahora reina en cambio la gracia maravillosa de Dios, la cual nos pone en la relación correcta con él y nos da como resultado la vida eterna por medio de Jesucristo nuestro Señor.
Cristo quebró el poder del pecado
6 Ahora bien, ¿deberíamos seguir pecando para que Dios nos muestre más y más su gracia maravillosa? 2 ¡Por supuesto que no! Nosotros hemos muerto al pecado, entonces, ¿cómo es posible que sigamos viviendo en pecado? 3 ¿O acaso olvidaron que, cuando fuimos unidos a Cristo Jesús en el bautismo, nos unimos a él en su muerte? 4 Pues hemos muerto y fuimos sepultados con Cristo mediante el bautismo; y tal como Cristo fue levantado de los muertos por el poder glorioso del Padre, ahora nosotros también podemos vivir una vida nueva.
5 Dado que fuimos unidos a él en su muerte, también seremos resucitados como él. 6 Sabemos que nuestro antiguo ser pecaminoso fue crucificado con Cristo para que el pecado perdiera su poder en nuestra vida. Ya no somos esclavos del pecado. 7 Pues, cuando morimos con Cristo, fuimos liberados del poder del pecado; 8 y dado que morimos con Cristo, sabemos que también viviremos con él. 9 Estamos seguros de eso, porque Cristo fue levantado de los muertos y nunca más volverá a morir. La muerte ya no tiene ningún poder sobre él. 10 Cuando él murió, murió una sola vez, a fin de quebrar el poder del pecado; pero ahora que él vive, vive para la gloria de Dios. 11 Así también ustedes deberían considerarse muertos al poder del pecado y vivos para Dios por medio de Cristo Jesús.
12 No permitan que el pecado controle la manera en que viven;[b] no caigan ante los deseos pecaminosos. 13 No dejen que ninguna parte de su cuerpo se convierta en un instrumento del mal para servir al pecado. En cambio, entréguense completamente a Dios, porque antes estaban muertos pero ahora tienen una vida nueva. Así que usen todo su cuerpo como un instrumento para hacer lo que es correcto para la gloria de Dios. 14 El pecado ya no es más su amo, porque ustedes ya no viven bajo las exigencias de la ley. En cambio, viven en la libertad de la gracia de Dios.
15 Ahora bien, ¿eso significa que podemos seguir pecando porque la gracia de Dios nos ha liberado de la ley? ¡Claro que no! 16 ¿No se dan cuenta de que uno se convierte en esclavo de todo lo que decide obedecer? Uno puede ser esclavo del pecado, lo cual lleva a la muerte, o puede decidir obedecer a Dios, lo cual lleva a una vida recta. 17 Antes ustedes eran esclavos del pecado pero, gracias a Dios, ahora obedecen de todo corazón la enseñanza que les hemos dado. 18 Ahora son libres de la esclavitud del pecado y se han hecho esclavos de la vida recta.
19 Uso la ilustración de la esclavitud para ayudarlos a entender todo esto, porque la naturaleza humana de ustedes es débil. En el pasado, se dejaron esclavizar por la impureza y el desenfreno, lo cual los hundió aún más en el pecado. Ahora deben entregarse como esclavos a la vida recta para llegar a ser santos.
20 Cuando eran esclavos del pecado, estaban libres de la obligación de hacer lo correcto. 21 ¿Y cuál fue la consecuencia? Que ahora están avergonzados de las cosas que solían hacer, cosas que terminan en la condenación eterna; 22 pero ahora quedaron libres del poder del pecado y se han hecho esclavos de Dios. Ahora hacen las cosas que llevan a la santidad y que dan como resultado la vida eterna. 23 Pues la paga que deja el pecado es la muerte, pero el regalo que Dios da es la vida eterna por medio de Cristo Jesús nuestro Señor.
No más atados a la ley
7 Ahora bien, amados hermanos, ustedes que conocen la ley, ¿no saben que la ley se aplica solo mientras una persona está viva? 2 Por ejemplo, cuando una mujer se casa, la ley la une a su marido mientras él viva; pero si él muere, las leyes del matrimonio ya no se aplican a ella. 3 Así que mientras su marido viva, ella cometería adulterio si se casara con otro hombre; pero si el esposo muere, ella queda libre de esa ley y no comete adulterio cuando se casa de nuevo.
4 Por lo tanto, mis amados hermanos, la cuestión es la siguiente: ustedes murieron al poder de la ley cuando murieron con Cristo y ahora están unidos a aquel que fue levantado de los muertos. Como resultado, podemos producir una cosecha de buenas acciones para Dios. 5 Cuando vivíamos controlados por nuestra vieja naturaleza,[c] los deseos pecaminosos actuaban dentro de nosotros y la ley despertaba esos malos deseos que producían una cosecha de acciones pecaminosas, las cuales nos llevaban a la muerte. 6 Pero ahora fuimos liberados de la ley, porque morimos a ella y ya no estamos presos de su poder. Ahora podemos servir a Dios, no según el antiguo modo—que consistía en obedecer la letra de la ley—sino mediante uno nuevo, el de vivir en el Espíritu.
La ley de Dios revela nuestro pecado
7 Ahora bien, ¿acaso sugiero que la ley de Dios es pecaminosa? ¡De ninguna manera! De hecho, fue la ley la que me mostró mi pecado. Yo nunca hubiera sabido que codiciar es malo si la ley no dijera: «No codicies»[d]. 8 ¡Pero el pecado usó ese mandamiento para despertar toda clase de deseos codiciosos dentro de mí! Si no existiera la ley, el pecado no tendría ese poder. 9 Hubo un tiempo en que viví sin entender la ley. Sin embargo, cuando aprendí, por ejemplo, el mandamiento de no codiciar, el poder del pecado cobró vida 10 y yo morí. Entonces me di cuenta de que los mandatos de la ley—que supuestamente traían vida—trajeron, en cambio, muerte espiritual. 11 El pecado se aprovechó de esos mandatos y me engañó; usó los mandatos para matarme. 12 Sin embargo, la ley en sí misma es santa, y sus mandatos son santos, rectos y buenos.
13 ¿Pero cómo puede ser? ¿Acaso la ley, que es buena, provocó mi muerte? ¡Por supuesto que no! El pecado usó lo que era bueno a fin de lograr mi condena de muerte. Por eso, podemos ver qué terrible es el pecado. Se vale de los buenos mandatos de Dios para lograr sus propios fines malvados.
La lucha contra el pecado
14 Por lo tanto, el problema no es con la ley, porque la ley es buena y espiritual. El problema está en mí, porque soy demasiado humano, un esclavo del pecado. 15 Realmente no me entiendo a mí mismo, porque quiero hacer lo que es correcto pero no lo hago. En cambio, hago lo que odio. 16 Pero si yo sé que lo que hago está mal, eso demuestra que estoy de acuerdo con que la ley es buena. 17 Entonces no soy yo el que hace lo que está mal, sino el pecado que vive en mí.
18 Yo sé que en mí, es decir, en mi naturaleza pecaminosa[e] no existe nada bueno. Quiero hacer lo que es correcto, pero no puedo. 19 Quiero hacer lo que es bueno, pero no lo hago. No quiero hacer lo que está mal, pero igual lo hago. 20 Ahora, si hago lo que no quiero hacer, realmente no soy yo el que hace lo que está mal, sino el pecado que vive en mí.
21 He descubierto el siguiente principio de vida: que cuando quiero hacer lo que es correcto, no puedo evitar hacer lo que está mal. 22 Amo la ley de Dios con todo mi corazón, 23 pero hay otro poder[f] dentro de mí que está en guerra con mi mente. Ese poder me esclaviza al pecado que todavía está dentro de mí. 24 ¡Soy un pobre desgraciado! ¿Quién me libertará de esta vida dominada por el pecado y la muerte? 25 ¡Gracias a Dios! La respuesta está en Jesucristo nuestro Señor. Así que ya ven: en mi mente de verdad quiero obedecer la ley de Dios, pero a causa de mi naturaleza pecaminosa, soy esclavo del pecado.
La vida en el Espíritu
8 Por lo tanto, ya no hay condenación para los que pertenecen a Cristo Jesús; 2 y porque ustedes pertenecen a él, el poder[g] del Espíritu que da vida los[h] ha libertado del poder del pecado, que lleva a la muerte. 3 La ley de Moisés no podía salvarnos, porque nuestra naturaleza pecaminosa[i] es débil. Así que Dios hizo lo que la ley no podía hacer. Él envió a su propio Hijo en un cuerpo como el que nosotros los pecadores tenemos; y en ese cuerpo, mediante la entrega de su Hijo como sacrificio por nuestros pecados, Dios declaró el fin del dominio que el pecado tenía sobre nosotros. 4 Lo hizo para que se cumpliera totalmente la exigencia justa de la ley a favor de nosotros, que ya no seguimos a nuestra naturaleza pecaminosa sino que seguimos al Espíritu.
5 Los que están dominados por la naturaleza pecaminosa piensan en cosas pecaminosas, pero los que son controlados por el Espíritu Santo piensan en las cosas que agradan al Espíritu. 6 Por lo tanto, permitir que la naturaleza pecaminosa les controle la mente lleva a la muerte. Pero permitir que el Espíritu les controle la mente lleva a la vida y a la paz. 7 Pues la naturaleza pecaminosa es enemiga de Dios siempre. Nunca obedeció las leyes de Dios y jamás lo hará. 8 Por eso, los que todavía viven bajo el dominio de la naturaleza pecaminosa nunca pueden agradar a Dios.
9 Pero ustedes no están dominados por su naturaleza pecaminosa. Son controlados por el Espíritu si el Espíritu de Dios vive en ustedes. (Y recuerden que los que no tienen al Espíritu de Cristo en ellos, de ninguna manera pertenecen a él). 10 Y Cristo vive en ustedes; entonces, aunque el cuerpo morirá por causa del pecado, el Espíritu les da vida,[j] porque ustedes ya fueron hechos justos a los ojos de Dios. 11 El Espíritu de Dios, quien levantó a Jesús de los muertos, vive en ustedes; y así como Dios levantó a Cristo Jesús de los muertos, él dará vida a sus cuerpos mortales mediante el mismo Espíritu, quien vive en ustedes.
12 Por lo tanto, amados hermanos, no están obligados a hacer lo que su naturaleza pecaminosa los incita a hacer; 13 pues, si viven obedeciéndola, morirán; pero si mediante el poder del Espíritu hacen morir las acciones de la naturaleza pecaminosa,[k] vivirán. 14 Pues todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios.
15 Y ustedes no han recibido un espíritu que los esclavice al miedo. En cambio, recibieron el Espíritu de Dios cuando él los adoptó como sus propios hijos.[l] Ahora lo llamamos «Abba, Padre»[m]. 16 Pues su Espíritu se une a nuestro espíritu para confirmar que somos hijos de Dios. 17 Así que como somos sus hijos, también somos sus herederos. De hecho, somos herederos junto con Cristo de la gloria de Dios; pero si vamos a participar de su gloria, también debemos participar de su sufrimiento.
La gloria futura
18 Sin embargo, lo que ahora sufrimos no es nada comparado con la gloria que él nos revelará más adelante. 19 Pues toda la creación espera con anhelo el día futuro en que Dios revelará quiénes son verdaderamente sus hijos. 20 Contra su propia voluntad, toda la creación quedó sujeta a la maldición de Dios. Sin embargo, con gran esperanza, 21 la creación espera el día en que será liberada de la muerte y la descomposición, y se unirá a la gloria de los hijos de Dios. 22 Pues sabemos que, hasta el día de hoy, toda la creación gime de angustia como si tuviera dolores de parto; 23 y los creyentes también gemimos—aunque tenemos al Espíritu Santo en nosotros como una muestra anticipada de la gloria futura—porque anhelamos que nuestro cuerpo sea liberado del pecado y el sufrimiento. Nosotros también deseamos con una esperanza ferviente que llegue el día en que Dios nos dé todos nuestros derechos como sus hijos adoptivos,[n] incluido el nuevo cuerpo que nos prometió. 24 Recibimos esa esperanza cuando fuimos salvos. (Si uno ya tiene algo, no necesita esperarlo; 25 pero si deseamos algo que todavía no tenemos, debemos esperar con paciencia y confianza).
26 Además, el Espíritu Santo nos ayuda en nuestra debilidad. Por ejemplo, nosotros no sabemos qué quiere Dios que le pidamos en oración, pero el Espíritu Santo ora por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras. 27 Y el Padre, quien conoce cada corazón, sabe lo que el Espíritu dice, porque el Espíritu intercede por nosotros, los creyentes,[o] en armonía con la voluntad de Dios. 28 Y sabemos que Dios hace que todas las cosas cooperen[p] para el bien de quienes lo aman y son llamados según el propósito que él tiene para ellos. 29 Pues Dios conoció a los suyos de antemano y los eligió para que llegaran a ser como su Hijo, a fin de que su Hijo fuera el hijo mayor[q] entre muchos hermanos. 30 Después de haberlos elegido, Dios los llamó para que se acercaran a él; y una vez que los llamó, los puso en la relación correcta con él; y luego de ponerlos en la relación correcta con él, les dio su gloria.
Nada puede separarnos del amor de Dios
31 ¿Qué podemos decir acerca de cosas tan maravillosas como estas? Si Dios está a favor de nosotros, ¿quién podrá ponerse en nuestra contra? 32 Si Dios no se guardó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿no nos dará también todo lo demás? 33 ¿Quién se atreve a acusarnos a nosotros, a quienes Dios ha elegido para sí? Nadie, porque Dios mismo nos puso en la relación correcta con él. 34 Entonces, ¿quién nos condenará? Nadie, porque Cristo Jesús murió por nosotros y resucitó por nosotros, y está sentado en el lugar de honor, a la derecha de Dios, e intercede por nosotros.
35 ¿Acaso hay algo que pueda separarnos del amor de Cristo? ¿Será que él ya no nos ama si tenemos problemas o aflicciones, si somos perseguidos o pasamos hambre o estamos en la miseria o en peligro o bajo amenaza de muerte? 36 (Como dicen las Escrituras: «Por tu causa nos matan cada día; nos tratan como a ovejas en el matadero»[r]). 37 Claro que no, a pesar de todas estas cosas, nuestra victoria es absoluta por medio de Cristo, quien nos amó.
38 Y estoy convencido de que nada podrá jamás separarnos del amor de Dios. Ni la muerte ni la vida, ni ángeles ni demonios,[s] ni nuestros temores de hoy ni nuestras preocupaciones de mañana. Ni siquiera los poderes del infierno pueden separarnos del amor de Dios. 39 Ningún poder en las alturas ni en las profundidades, de hecho, nada en toda la creación podrá jamás separarnos del amor de Dios, que está revelado en Cristo Jesús nuestro Señor.
Footnotes
- 5:1 Algunos manuscritos dicen tengamos paz.
- 6:12 O No permitan que el pecado reine en su cuerpo, el cual está sujeto a la muerte.
- 7:5 En griego Cuando estábamos en la carne.
- 7:7 Ex 20:17; Dt 5:21.
- 7:18 En griego mi carne; también en 7:25.
- 7:23 En griego otra ley; similar en 7:23b.
- 8:2a En griego la ley; también en 8:2b.
- 8:2b Algunos manuscritos dicen me.
- 8:3 En griego nuestra carne; similar en 8:4, 5, 6, 7, 8, 9, 12.
- 8:10 O el espíritu de ustedes está vivo.
- 8:13 En griego las acciones del cuerpo.
- 8:15a En griego recibieron un espíritu de adopción como hijos.
- 8:15b Abba es un término arameo que significa «padre».
- 8:23 En griego también esperamos ansiosamente la adopción como hijos.
- 8:27 En griego por el pueblo santo de Dios.
- 8:28 Algunos manuscritos dicen Y sabemos que todo coopera.
- 8:29 O fuera el supremo.
- 8:36 Sal 44:22.
- 8:38 En griego ni gobernantes.
Romarbrevet 5-8
Svenska Folkbibeln 2015
Frid med Gud
5 (A) När vi nu har förklarats rättfärdiga av tro, har vi frid med Gud genom vår Herre Jesus Kristus. 2 (B) Genom honom har vi också tillträde[a] till den nåd som vi nu står i, och vi gläder oss[b] i hoppet om Guds härlighet. 3 (C) Men inte bara det, vi gläder oss också mitt i våra lidanden, för vi vet att lidandet ger tålamod, 4 (D) tålamodet fasthet och fastheten hopp. 5 (E) Och hoppet sviker oss inte, för Guds kärlek är utgjuten i våra hjärtan genom den helige Ande som han har gett oss.
6 (F) För när tiden var inne, medan vi ännu var maktlösa, dog Kristus i de ogudaktigas ställe. 7 Knappast vill någon dö ens för en rättfärdig – jo, kanske vågar någon dö för den som är god. 8 (G) Men Gud bevisar sin kärlek till oss genom att Kristus dog för oss medan vi ännu var syndare.
9 (H) När vi nu har förklarats rättfärdiga genom hans blod, hur mycket mer ska vi då inte genom honom bli frälsta från vredesdomen? 10 (I) För om vi som Guds fiender blev försonade med honom genom hans Sons död, hur mycket mer ska vi då inte som försonade bli frälsta genom hans liv? 11 (J) Men inte bara det, vi gläder oss också i Gud genom vår Herre Jesus Kristus, genom vilken vi nu har tagit emot försoningen.
Adam och Kristus
12 (K) Därför är det så: Genom en enda människa kom synden in i världen, och genom synden döden. På så sätt nådde döden alla människor, eftersom alla hade syndat. 13 (L) Synd fanns i världen redan före lagen, men synd tillräknas inte där ingen lag finns. 14 (M) Ändå regerade döden från Adam till Mose, också över dem som inte hade syndat genom en sådan överträdelse som Adams. Och Adam är en förebild till den som skulle komma.
15 (N) Men syndafallet kan inte jämföras med nåden. För om de många[c] dog genom en endas fall, så har Guds nåd och gåva så mycket mer överflödat till de många genom en enda människas nåd, Jesu Kristi nåd. 16 Inte heller kan gåvan jämföras med det som kom genom en endas synd. Domen kom genom en enda och ledde till fördömelse, men gåvan kom efter mångas överträdelser och ledde till ett frikännande. 17 (O) För om döden kom att regera efter en endas fall genom denne ende, hur mycket mer ska då inte de som tar emot den överflödande nåden och rättfärdighetens gåva få regera i liv genom den ende, Jesus Kristus?
18 (P) Alltså: liksom en endas fall ledde till fördömelse för alla människor, så har en endas rättfärdighet lett till ett frikännande, till liv för alla människor. 19 (Q) Liksom de många stod som syndare genom en enda människas olydnad, så ska också de många stå som rättfärdiga genom den endes lydnad.
20 (R) Dessutom kom lagen in för att fallet skulle bli större. Men där synden blev större, där överflödade nåden ännu mer. 21 (S) Liksom synden regerade genom döden, så skulle också nåden regera genom rättfärdigheten och ge evigt liv genom Jesus Kristus, vår Herre.
Det nya livet
6 (T) Vad ska vi då säga? Ska vi bli kvar i synden så att nåden blir större? 2 (U) Verkligen inte! Vi som har dött bort från synden, hur skulle vi kunna fortsätta leva i den?
3 (V) Eller vet ni inte att alla vi som är döpta till Kristus Jesus är döpta till hans död? 4 (W) Vi är begravda med honom genom dopet till döden för att leva det nya livet, liksom Kristus är uppväckt från de döda genom Faderns härlighet. 5 (X) För om vi är förenade med honom i en död som hans, ska vi också vara det i en uppståndelse som hans.
6 (Y) Vi vet att vår gamla människa har blivit korsfäst med Kristus, för att syndens kropp ska berövas sin makt så att vi inte längre är slavar under synden. 7 Den som är död är förklarad fri från synden.
8 (Z) Har vi nu dött med Kristus, tror vi att vi också ska leva med honom. 9 (AA) Vi vet att Kristus är uppväckt från de döda och aldrig mer dör. Döden har ingen makt över honom längre. 10 (AB) Hans död var en död från synden en gång för alla, men hans liv är ett liv för Gud. 11 (AC) Så ska också ni se på er själva: ni är döda från synden och lever för Gud i Kristus Jesus.
12 (AD) Synden ska därför inte regera i er dödliga kropp så att ni lyder dess begär. 13 (AE) Ställ inte era kroppar i syndens tjänst som redskap[d] för orättfärdigheten, utan ställ er i Guds tjänst. Ni som var döda men nu lever, ställ era kroppar i Guds tjänst som redskap för rättfärdigheten. 14 (AF) Synden ska inte vara herre över er, för ni står inte under lagen utan under nåden.
15 (AG) Hur är det då? Ska vi synda, eftersom vi inte står under lagen utan under nåden? Verkligen inte! 16 (AH) Vet ni inte att om ni ställer er som slavar under någon och lyder honom, då är ni hans slavar och det är honom ni lyder: antingen synden, vilket leder till död, eller lydnaden vilket leder till rättfärdighet?
17 Men Gud vare tack! Ni var slavar under synden, men nu har ni av hjärtat börjat lyda den lära som ni blivit överlämnade åt. 18 (AI) Nu är ni befriade från synden och slavar hos rättfärdigheten – 19 (AJ) jag använder en enkel bild för er mänskliga svaghets skull. Så som ni förr ställde era kroppar i orenhetens och laglöshetens tjänst till laglöshet, så ska ni nu ställa era kroppar i rättfärdighetens tjänst till helgelse.
20 När ni var slavar under synden var ni fria från rättfärdigheten. 21 (AK) Men vad fick ni då för frukt? Sådant som ni nu skäms över, eftersom det slutar i döden. 22 (AL) Men nu när ni är befriade från synden och slavar hos Gud, får ni helgelse som frukt och till slut evigt liv. 23 (AM) Syndens lön är döden, men Guds gåva är evigt liv i Kristus Jesus, vår Herre.
Friheten från lagen
7 Eller vet ni inte, bröder – jag talar till sådana som känner lagen – att lagen råder över människan så länge hon lever? 2 (AN) En gift kvinna är genom lagen bunden vid sin man så länge han lever. Men om mannen dör, är hon fri från den lag som band henne vid mannen. 3 Om hon ger sig åt en annan man medan hennes man lever, kallas alltså hon äktenskapsbryterska. Men om mannen dör är hon fri från lagen, och då är hon ingen äktenskapsbryterska om hon ger sig åt en annan man.
4 (AO) Så har också ni, mina bröder, genom Kristi kropp dödats från lagen så att ni tillhör en annan, honom som har uppstått från de döda, för att vi ska bära frukt åt Gud. 5 (AP) Så länge vi levde i köttet[e] var de syndiga begären som väcktes genom lagen verksamma i våra kroppar så att vi bar frukt åt döden. 6 (AQ) Men nu är vi lösta från lagen, eftersom vi har dött bort från det som höll oss fångna. Nu står vi i Andens nya tjänst och inte i bokstavens gamla tjänst[f].
Lagen avslöjar synden
7 (AR) Vad ska vi då säga? Att lagen är synd? Verkligen inte! Men det var först genom lagen som jag lärde känna synden. Jag hade inte vetat vad begäret var om inte lagen hade sagt: Du ska inte ha begär.[g] 8 (AS) Men synden grep tillfället och väckte genom budordet alla slags begär i mig. Utan lag är synden död. 9 En gång levde jag utan lag, men när budordet kom fick synden liv 10 (AT) och jag dog. Det visade sig att budordet som skulle föra till liv ledde till död. 11 (AU) Synden grep tillfället och bedrog mig genom budordet och dödade mig genom det. 12 (AV) Alltså är lagen helig och budordet heligt, rätt och gott.
13 Har då det som är gott blivit min död? Verkligen inte! Det var synden, för att den skulle avslöjas som synd. Den vållade min död genom det som är gott, för att synden genom budordet skulle avslöjas som synnerligen syndig.
Lagen lockar inte fram det goda
14 (AW) Vi vet att lagen är andlig. Men själv är jag köttslig, såld till slav under synden. 15 (AX) Jag kan inte fatta att jag gör som jag gör. Det jag vill, det gör jag inte, men det jag hatar, det gör jag. 16 Och om jag nu gör det jag inte vill, då erkänner jag att lagen är god.
17 Men då är det inte längre jag[h] som gör det, utan synden som bor i mig. 18 (AY) Jag vet att det inte bor något gott i mig, det vill säga i mitt kött. Viljan finns hos mig, men inte förmågan att göra det goda. 19 Det goda som jag vill gör jag inte, men det onda som jag inte vill, det gör jag. 20 Men om jag gör det jag inte vill, då är det inte längre jag som gör det utan synden som bor i mig.
21 Jag finner alltså den lagen för mig som vill göra det goda: att det onda finns hos mig. 22 (AZ) I min inre människa gläder jag mig över Guds lag, 23 (BA) men i mina lemmar ser jag en annan lag som kämpar mot lagen i mitt sinne och gör mig till fånge under syndens lag i min kropp.
24 Jag arma människa! Vem ska rädda mig från denna dödens kropp? 25 (BB) Gud vare tack, genom Jesus Kristus, vår Herre! Alltså tjänar jag själv med mitt sinne Guds lag, men med köttet tjänar jag syndens lag.
8 (BC) Så finns nu ingen fördömelse för dem som är i Kristus Jesus. 2 (BD) Livets Andes lag har i Kristus Jesus[i] gjort mig fri från syndens och dödens lag. 3 (BE) Det som var omöjligt för lagen, svag som den var genom den köttsliga naturen, det gjorde Gud genom att sända sin egen Son som syndoffer, till det yttre lik en syndig människa. I hans kropp fördömde Gud synden. 4 (BF) Så skulle lagens rättfärdiga krav uppfyllas i oss som inte lever efter köttet utan efter Anden.
5 (BG) De som lever efter köttet tänker på det som hör till köttet, men de som lever efter Anden tänker på det som hör till Anden. 6 (BH) Köttets sinne är död, men Andens sinne är liv och frid. 7 (BI) Köttets sinne är fiendskap mot Gud. Det underordnar sig inte Guds lag och kan det inte heller. 8 De som lever i köttet kan inte behaga Gud.
Guds barns liv i Anden
9 (BJ) Ni däremot lever inte i köttet utan i Anden, eftersom[j] Guds Ande bor i er. Den som inte har Kristi Ande tillhör inte honom. 10 (BK) Om Kristus bor i er är visserligen kroppen död på grund av synden, men Anden är liv[k] på grund av rättfärdigheten. 11 (BL) Och om Anden från honom som uppväckte Jesus från de döda bor i er, då ska han som uppväckte Kristus från de döda också göra era dödliga kroppar levande genom sin Ande som bor i er.
12 Vi har alltså skyldigheter, bröder, men inte mot vår köttsliga natur så att vi ska leva efter köttet. 13 (BM) Om ni lever efter köttet kommer ni att dö. Men om ni genom Anden dödar kroppens gärningar kommer ni att leva.
14 (BN) Alla som drivs[l] av Guds Ande är Guds barn. 15 (BO) Ni har inte fått slaveriets ande så att ni på nytt måste leva i fruktan. Nej, ni har fått barnaskapets[m] Ande, och i honom ropar vi: "Abba[n]! Far!" 16 (BP) Anden själv vittnar med vår ande att vi är Guds barn. 17 (BQ) Och är vi barn så är vi också arvingar, Guds arvingar och Kristi medarvingar, lika visst som vi lider med honom för att också förhärligas med honom.
Hoppet om härligheten
18 (BR) Jag menar att den här tidens lidanden inte kan jämföras med den härlighet som ska uppenbaras och bli vår. 19 (BS) Själva skapelsen väntar och längtar efter att Guds barn ska uppenbaras.[o] 20 (BT) Skapelsen har ju blivit lagd under förgängelsen, inte av egen vilja utan genom honom som lade den därunder. Ändå finns det hopp om 21 (BU) att även skapelsen ska befrias från sitt slaveri under förgängelsen och nå fram till Guds barns härliga frihet[p].
22 Vi vet att hela skapelsen gemensamt fortfarande suckar och våndas[q]. 23 (BV) Och inte bara den, utan också vi som har fått Anden som förstlingsfrukt[r] suckar inom oss och väntar på barnaskapet, vår kropps förlossning. 24 (BW) I hoppet är vi frälsta. Men ett hopp som man ser uppfyllt är inte längre något hopp. Vem hoppas på det han redan ser? 25 (BX) Men om vi hoppas på det vi inte ser, så väntar vi uthålligt.
26 Så hjälper också Anden oss i vår svaghet. Vi vet inte vad vi borde be om, men Anden själv vädjar för oss med suckar utan ord. 27 (BY) Och han som utforskar hjärtan vet vad Anden menar, eftersom Anden vädjar för de heliga så som Gud vill.
28 (BZ) Vi vet att allt samverkar till det bästa för dem som älskar Gud, som är kallade efter hans beslut. 29 (CA) Dem som han i förväg har känt som sina har han också förutbestämt till att formas efter hans Sons bild, så att Sonen blir den förstfödde bland många bröder. 30 (CB) Och dem som han har förutbestämt har han också kallat, och dem som han har kallat har han också förklarat rättfärdiga, och dem som han har förklarat rättfärdiga har han också förhärligat.
Guds utvaldas lovsång
31 (CC) Vad ska vi nu säga om detta? Om Gud är för oss, vem kan då vara emot oss? 32 (CD) Han som inte skonade sin egen Son utan utlämnade honom för oss alla, hur skulle han kunna annat än att också skänka oss allt med honom?
33 (CE) Vem kan anklaga Guds utvalda? Gud är den som frikänner. 34 (CF) Vem är det som fördömer? Kristus Jesus är den som har dött, ja, än mer, den som blivit uppväckt och som sitter på Guds högra sida och vädjar för oss. 35 Vem kan skilja oss från Kristi kärlek? Nöd eller ångest, förföljelse eller svält, nakenhet, fara eller svärd? 36 (CG) Det står ju skrivet: För din skull dödas vi dagen lång, vi räknas som slaktfår.[s]
37 (CH) Men i allt detta vinner vi en överväldigande seger genom honom som har älskat oss. 38 (CI) För jag är viss om att varken död eller liv, varken änglar eller furstar, varken något som nu är eller något som ska komma, varken makter, 39 höjd eller djup eller något annat skapat ska kunna skilja oss från Guds kärlek i Kristus Jesus, vår Herre.
Footnotes
- 5:2 tillträde Andra handskrifter: "i genom tron tillträde".
- 5:2 gläder oss Annan översättning: "är stolta" (även i vers 3 och 11).
- 5:15 de många Anspelning på Jes 53:12, i betydelsen "alla människor".
- 6:13 redskap Annan översättning: "vapen".
- 7:5 levde i köttet Styrd av enbart det mänskliga och inte ledd av Guds Ande (jfr 8:4).
- 7:6 bokstavens gamla tjänst Ordagrant: "den gamla bokstaven", dvs i lagens, det gamla regelsystemets tjänst (jfr 2 Kor 3:6).
- 7:7 2 Mos 20:17.
- 7:17 då är det inte längre jag alltså efter min nya människa (7:6).
- 8:2 livets Andes lag har i Kristus Jesus Annan översättning: "Andens lag för livet i Kristus Jesus har". Se t ex Jer 31:31f, Hes 36:27, 37:14.
- 8:9 eftersom Annan översättning: "om".
- 8:10 Anden är liv Annan översättning: "anden är levande" (människans ande).
- 8:14 drivs Annan översättning: "leds".
- 8:15 barnaskapets Annan översättning: "adoptionens" , det fulla erkännandet av barnaskapet (även i vers 23).
- 8:15 Abba Arameiska för "far", ett förtroligt ord som Jesus använde i sin bön (Mark 14:36).
- 8:19 uppenbaras Underförstått: i härlighet (jfr vers 21 och 1 Joh 3:2).
- 8:21 härliga frihet Annan översättning: "frihet i härligheten" (jfr vers 18).
- 8:22 våndas Ordet används ofta om födslovåndor inför förlossning (jfr Matt 24:8).
- 8:23 Anden som förstlingsfrukt Med Anden har den kristne fått den första frukten av den himmelska härligheten (jfr Ef 1:14). Aposteln anknyter här till GT:s stadgar om den första kärven av den nya skörden (3 Mos 23:10).
- 8:36 Ps 44:23.
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