Salmos 140-142
Dios Habla Hoy
Oración pidiendo la protección de Dios
(1) Del maestro de coro. Salmo de David.
140 (2) Señor, líbrame de los malvados;
protégeme de los violentos,
2 (3) de los que traman el mal
y a todas horas provocan peleas.
3 (4) Su lengua es aguda, como de serpiente;
sus palabras son como veneno de víbora.
4 (5) Señor, protégeme del poder de los malvados,
protégeme de los violentos,
de los que hacen planes para que yo caiga.
5 (6) Esos orgullosos me han puesto una trampa;
me han tendido red y lazos;
me han puesto trampas junto al camino.
6 (7) Le he dicho al Señor: «Tú eres mi Dios;
¡escucha, pues, mi grito suplicante!
7 (8) Señor, Señor, mi Salvador poderoso,
tú proteges mi cabeza en el combate.»
8-9 (9-10) Señor, no concedas al malvado sus deseos;
no dejes que sus planes sigan adelante.
Los que me rodean levantan la cabeza;
¡que caiga sobre ellos la maldición que lanzan!
10 (11) Que caigan sobre ellos carbones encendidos;
que los echen en pozos, de donde no salgan más.
11 (12) Que no permanezca en la tierra el deslenguado;
que el mal persiga al violento y lo destruya.
12 (13) Yo sé que el Señor hace justicia al pobre
y defiende el derecho del afligido.
13 (14) Los hombres honrados alabarán tu nombre;
¡los hombres rectos vivirán en tu presencia!
Mis ojos están puestos en ti
(1a) Salmo de David.
141 (1b) A ti clamo, Señor: ¡ven pronto!,
¡escucha mi voz cuando te invoco!
2 Sea mi oración como incienso en tu presencia,
y mis manos levantadas, como ofrenda de la tarde.
3 Señor, ponle a mi boca un guardián;
vigílame cuando yo abra los labios.
4 Aleja mi pensamiento de la maldad;
no me dejes andar en malas acciones
ni tomar parte en banquetes de malhechores.
5 Es un favor que el hombre honrado me castigue,
un perfume delicado que me reprenda.
Tales cosas no rechazaré;
a pesar de sus golpes, seguiré orando.
6 Los jefes de los malvados serán despeñados,
y verán que mis palabras eran agradables.
7 Sus huesos serán esparcidos junto al sepulcro,
como cuando se abren surcos en la tierra.
8 Señor, Señor, mis ojos están puestos en ti.
En ti busco protección: no me abandones.
9 Líbrame de la trampa que me han puesto;
líbrame de la trampa de los malhechores.
10 Que caigan los malvados en su propia red,
mientras yo sigo adelante.
Tú eres mi refugio
(1) Instrucción y oración de David, cuando estaba en la cueva.
142 (2) Con fuerte voz clamo al Señor,
con fuerte voz le pido misericordia.
2 (3) En su presencia expongo mi queja,
en su presencia doy a conocer mi angustia
3 (4) cuando me encuentro totalmente deprimido.
Señor, tú conoces mi camino:
en el camino por donde voy,
me han puesto una trampa.
4 (5) Vuelvo la mirada a la derecha
y nadie viene en mi ayuda.
¡No hay nadie que me defienda!
¡No hay nadie que se preocupe de mí!
5 (6) A ti clamo, Señor,
y te digo: «Tú eres mi refugio;
tú eres todo lo que tengo en esta vida.»
6 (7) Presta atención a mis gritos,
porque me encuentro sin fuerzas.
Líbrame de los que me persiguen,
porque son más fuertes que yo.
7 (8) Sácame de mi prisión
para que pueda yo alabarte.
Los hombres honrados me rodearán
cuando me hayas tratado bien.
Dios habla hoy ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1996.