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Amonestación contra la pereza y la falsedad

»Hijo mío, si has salido fiador por tu amigo
o le has empeñado tu palabra a un extraño,
te has enredado con las palabras de tu boca
y has quedado atrapado en los dichos de tus labios.
Haz esto ahora, hijo mío, para librarte,
ya que has caído en manos de tu prójimo:
Ve, humíllate, importuna a tu amigo,
no des sueño a tus ojos
ni dejes que tus párpados se cierren;
escápate como una gacela de manos del cazador,
como un ave, de manos del que tiende trampas.

»Mira la hormiga, perezoso,
observa sus caminos y sé sabio:
Ella, sin tener capitán,
gobernador ni señor,
prepara en el verano su comida,
recoge en el tiempo de la siega su sustento.
Perezoso, ¿hasta cuándo has de dormir?
¿Cuándo te levantarás del sueño?
10 Un poco de sueño, dormitar otro poco,
y otro poco descansar mano sobre mano:
11 así te llegará la miseria como un vagabundo,
la pobreza como un hombre armado.

12 »El hombre malo, el hombre depravado,
es el que anda en perversidad de boca;
13 que guiña los ojos, que habla con los pies,
que hace señas con los dedos.
14 Perversidades hay en su corazón; anda pensando el mal en todo tiempo;
siembra las discordias.
15 Por tanto, su calamidad vendrá de repente;
súbitamente será quebrantado, y no habrá remedio.

16 »Seis cosas aborrece Jehová,
y aun siete le son abominables:
17 los ojos altivos, la lengua mentirosa,
las manos que derraman sangre inocente,
18 el corazón que maquina pensamientos inicuos,
los pies que corren presurosos al mal,
19 el testigo falso, que dice mentiras,
y el que siembra discordia entre hermanos.

Amonestación contra el adulterio

20 »Guarda, hijo mío, el mandamiento de tu padre
y no abandones la enseñanza de tu madre.
21 Átalos siempre a tu corazón,
enlázalos a tu cuello.
22 Te guiarán cuando camines,
te guardarán cuando duermas
y hablarán contigo cuando despiertes.
23 Porque el mandamiento es lámpara,
la enseñanza es luz,
y camino de vida son las reprensiones que te instruyen
24 para guardarte de la mala mujer,
de la suave lengua de la mujer extraña.
25 No codicies su hermosura en tu corazón,
ni te prenda ella con sus ojos,
26 porque la ramera pretende del hombre sólo un bocado de pan,
pero la adúltera busca la vida del hombre.
27 ¿Pondrá el hombre fuego en su seno
sin que ardan sus vestidos?
28 ¿Andará el hombre sobre brasas
sin que se quemen sus pies?
29 Así le sucede al que se llega a la mujer de su prójimo,
pues no quedará impune ninguno que la toque.
30 ¿No se desprecia al ladrón,
aunque sólo robe por comer cuando tiene hambre?
31 Y si es sorprendido, pagará siete veces:
tendrá que entregar cuanto tiene en su casa.
32 También al que comete adulterio le falta sensatez;
el que tal hace corrompe su alma.
33 Heridas y vergüenza hallará,
y su afrenta nunca será borrada.
34 Porque el hombre enfurecido por los celos
no perdonará en el día de la venganza;
35 no aceptará compensación alguna,
ni querrá perdonar aunque le aumentes el pago.

Artimañas de la ramera

»Hijo mío, guarda mis razones
y atesora para ti mis mandamientos.
Guarda mis mandamientos y vivirás,
y guarda mi enseñanza como a la niña de tus ojos.
Átalos a tus dedos,
escríbelos en la tabla de tu corazón.
Di a la sabiduría: “Tú eres mi hermana”,
y llama parienta a la inteligencia,
para que te guarden de la mujer ajena,
de la extraña que suaviza sus palabras.

»Miraba yo por la ventana de mi casa,
a través de mi celosía,
cuando vi entre los ingenuos,
observé entre los jóvenes,
a un joven falto de sensatez.
Pasaba él por la calle, junto a la esquina,
e iba camino de la casa de ella,
al atardecer, cuando ya oscurecía
y caía la oscuridad y las tinieblas de la noche.

10 »En esto, una mujer le sale al encuentro,
con atavío de ramera y astucia en el corazón.
11 Alborotadora y pendenciera,
sus pies no pueden estar en casa.
12 Unas veces está en la calle, otras veces en las plazas,
al acecho en todas las esquinas.
13 Se asió de él y lo besó.
Con semblante descarado le dijo:
14 “Sacrificios de paz había prometido,
y hoy he cumplido mis votos;
15 por eso he salido a encontrarte,
buscando con ansia tu rostro,
y te he hallado.
16 He adornado mi cama con colchas
recamadas con lino de Egipto;
17 he perfumado mi lecho
con mirra, áloes y canela.
18 Ven, embriaguémonos de amor hasta la mañana;
disfrutemos de amores.
19 Porque mi marido no está en casa;
se ha ido a un largo viaje.
20 La bolsa del dinero se llevó en la mano,
y no volverá a su casa hasta la luna llena.”

21 »Así lo rindió, con la suavidad de sus muchas palabras,
y lo sedujo con la zalamería de sus labios.
22 Al punto se marchó tras ella,
como va el buey al degolladero
o como va el necio a prisión para ser castigado;
23 como el ave que se arroja contra la red,
sin saber que va a perder la vida
hasta que la saeta traspasa su corazón.

24 »Ahora pues, hijos, escuchadme;
estad atentos a las razones de mi boca:
25 No se desvíe tu corazón a los caminos de ella;
no yerres en sus veredas,
26 porque a muchos ha hecho caer heridos,
y aun los más fuertes han sido muertos por ella.
27 Camino del seol es su casa,
que conduce a las cámaras de la muerte.»

Excelencia de la Sabiduría

¿Acaso no clama la Sabiduría
y alza su voz la inteligencia?
Apostada en las alturas junto al camino,
en las encrucijadas de las veredas,
junto a las puertas, a la entrada de la ciudad,
a la entrada de las puertas da voces:
¡A vosotros, hombres, llamo;
mi voz dirijo a los hijos de los hombres!
«Ingenuos, aprended discreción;
y vosotros, necios, entrad en cordura.
Escuchad, porque voy a decir cosas excelentes,
voy a abrir mis labios para cosas rectas.
Porque mi boca dice la verdad,
y mis labios abominan la impiedad.
Justas son todas las razones de mi boca:
nada hay en ellas perverso ni torcido;
todas son claras para el que entiende
y rectas para los que han hallado sabiduría.
10 Recibid mi enseñanza antes que la plata,
y ciencia antes que el oro puro;
11 porque mejor es la sabiduría que las perlas,
y no hay cosa deseable que se le pueda comparar.»

Discurso de la Sabiduría

12 «Yo, la Sabiduría, habito con la cordura
y tengo la ciencia de los consejos.
13 El temor de Jehová es aborrecer el mal:
yo aborrezco la soberbia, la arrogancia, el mal camino
y la boca perversa.
14 Conmigo están el consejo y el buen juicio.
Yo soy la inteligencia, y mío es el poder.
15 Por mí reinan los reyes,
y los príncipes ejercen la justicia.
16 Por mí dominan los príncipes,
y los gobernadores juzgan la tierra.
17 Yo amo a los que me aman,
y me hallan los que temprano me buscan.
18 Las riquezas y el honor me acompañan;
los bienes permanentes y la justicia.
19 Mejor es mi fruto que el oro, que el oro refinado;
y mis beneficios mejores que la plata pura.
20 Por vereda de justicia guiaré,
por en medio de sendas de juicio,
21 para hacer que los que me aman tengan su heredad
y que yo llene sus tesoros.

22 »Jehová me poseía en el principio,
ya de antiguo, antes de sus obras.
23 Eternamente tuve la primacía, desde el principio,
antes de la tierra.
24 Fui engendrada antes que los abismos,
antes que existieran las fuentes de las muchas aguas.
25 Antes que los montes fueran formados,
antes que los collados, ya había sido yo engendrada,
26 cuando él aún no había hecho la tierra, ni los campos,
ni el principio del polvo del mundo.
27 Cuando formaba los cielos, allí estaba yo;
cuando trazaba el círculo sobre la faz del abismo,
28 cuando afirmaba los cielos arriba,
cuando afirmaba las fuentes del abismo,
29 cuando fijaba los límites al mar
para que las aguas no transgredieran su mandato,
cuando establecía los fundamentos de la tierra,
30 con él estaba yo ordenándolo todo.
Yo era su delicia cada día
y me recreaba delante de él en todo tiempo.
31 Me regocijaba con la parte habitada de su tierra,
pues mis delicias están con los hijos de los hombres.

32 »Ahora pues, hijos, escuchadme:
¡Bienaventurados los que guardan mis caminos!
33 Atended el consejo, sed sabios
y no lo menospreciéis.
34 Bienaventurado el hombre que me escucha,
velando a mis puertas cada día,
guardando los postes de mis puertas,
35 porque el que me halle, hallará la vida
y alcanzará el favor de Jehová;
36 pero el que peca contra mí, se defrauda a sí mismo,
pues todos los que me aborrecen aman la muerte».

La sabiduría y la insensatez

La Sabiduría edificó su casa,
labró sus siete columnas,
mató sus víctimas, mezcló su vino
y puso su mesa.
Envió a sus criadas,
y sobre lo más alto de la ciudad clamó,
diciendo a todo ingenuo: «Ven acá»,
y a los insensatos:
«Venid, comed de mi pan
y bebed del vino que he mezclado.
Dejad vuestras ingenuidades y viviréis;
y andad por el camino de la inteligencia.»

El que corrige al escarnecedor, se acarrea afrenta;
el que reprende al malvado, atrae mancha sobre sí.
No reprendas al escarnecedor, para que no te aborrezca;
corrige al sabio, y te amará.
Da al sabio, y será más sabio;
enseña al justo, y aumentará su saber.
10 El temor de Jehová es el principio de la sabiduría;
el conocimiento del Santísimo es la inteligencia.
11 Porque por mí se aumentarán tus días,
años de vida se te añadirán.
12 Si eres sabio, para ti lo eres;
si eres escarnecedor, sólo tú lo pagarás.

13 La mujer necia es alborotadora,
ingenua e ignorante.
14 Se sienta en una silla a la puerta de su casa,
en los lugares altos de la ciudad,
15 para llamar a los que pasan por el camino,
a los que van derechos por sus sendas,
16 y dice a cualquier ingenuo: «Ven acá»;
y a los faltos de cordura dice:
17 «Las aguas robadas son dulces,
y el pan comido a escondidas es sabroso.»
18 Pero ellos no saben que allí están los muertos,
que sus convidados están en lo profundo del seol.

10 Los proverbios de Salomón.

El hijo sabio alegra al padre,
pero el hijo necio es la tristeza de su madre.
Los tesoros de maldad no serán de provecho,
mas la justicia libra de la muerte.
Jehová no dejará que el justo padezca hambre,
mas rechazará la codicia de los malvados.
La mano negligente empobrece,
pero la mano de los diligentes enriquece.
El que recoge en verano es hombre sensato,
pero el que duerme en tiempo de siega, avergüenza.
Hay bendiciones sobre la cabeza del justo,
pero la boca de los malvados oculta violencia.
La memoria del justo es bendecida,
mas el nombre de los malvados se pudrirá.
El de corazón sabio recibe los mandamientos,
mas el de labios necios va a su ruina.
El que camina en integridad anda confiado,
pero el que pervierte sus caminos sufrirá quebranto.
10 El que guiña el ojo acarrea tristeza;
el de labios necios será derribado.
11 Manantial de vida es la boca del justo,
pero la boca de los malvados oculta violencia.
12 El odio despierta rencillas,
pero el amor cubre todas las faltas.
13 En los labios del prudente hay sabiduría,
mas la vara es para las espaldas del insensato.
14 Los sabios atesoran sabiduría,
mas la boca del necio es una calamidad cercana.
15 Las riquezas del rico son su ciudad fortificada;
la debilidad de los pobres es su pobreza.
16 La obra del justo es para vida;
el fruto del malvado es para pecado.
17 Guardar la instrucción es camino que lleva a la vida;
el que rechaza la reprensión, yerra.
18 El de labios mentirosos encubre el odio;
el que propaga la calumnia es un necio.
19 En las muchas palabras no falta pecado;
el que refrena sus labios es prudente.
20 Plata pura es la lengua del justo,
mas es nada el corazón de los malvados.
21 Los labios del justo sustentan a muchos,
pero los necios mueren por falta de entendimiento.
22 La bendición de Jehová es la que enriquece,
y no añade tristeza con ella.
23 Cometer maldad es una diversión para el insensato,
mas la sabiduría recrea al hombre inteligente.
24 Lo que el malvado teme, eso le sobrevendrá,
pero los justos recibirán lo que desean.
25 Como pasa el torbellino, así el malo no permanece,
mas el justo permanece para siempre.
26 Como el vinagre para los dientes y el humo para los ojos,
así es el perezoso para quienes lo envían.
27 El temor de Jehová aumenta los días,
mas los años de los malvados serán acortados.
28 La esperanza de los justos es alegría,
mas la esperanza de los malvados perecerá.
29 El camino de Jehová es fortaleza para el perfecto,
pero destrucción para los que cometen maldad.
30 El justo jamás será removido,
pero los malvados no habitarán la tierra.
31 De la boca del justo brota la sabiduría,
mas la lengua perversa será cortada.
32 Los labios del justo saben decir lo que agrada,
mas la boca de los malvados habla perversidades.

11 Jehová abomina el peso falso,
pero la pesa cabal le agrada.
Cuando llega la soberbia, llega también la deshonra;
pero con los humildes está la sabiduría.
La integridad guía a los rectos,
pero a los pecadores los destruye su propia perversidad.
De nada servirán las riquezas en el día de la ira,
pero la justicia librará de muerte.
La justicia del perfecto endereza su camino,
pero el malvado caerá por su propia impiedad.
La justicia libra a los rectos,
pero los pecadores son atrapados en su pecado.
Cuando muere el hombre malvado, perece su esperanza;
la expectación de los malos perecerá.
El justo es librado de la tribulación,
pero su lugar lo ocupa el malvado.
El hipócrita, con la boca daña a su prójimo,
pero los justos se libran con la sabiduría.
10 Con el bien de los justos se alegra la ciudad,
pero cuando los malvados perecen, se hace fiesta.
11 Por la bendición de los rectos la ciudad es engrandecida,
pero por la boca de los malvados es trastornada.
12 El que carece de entendimiento menosprecia a su prójimo,
pero el hombre prudente calla.
13 El que anda con chismes revela el secreto;
el de espíritu fiel lo guarda íntegro.
14 Donde no hay dirección sabia, el pueblo cae;
la seguridad está en los muchos consejeros.
15 La ansiedad aflige al que sale fiador de un extraño;
el que aborrece las fianzas vive seguro.
16 La mujer agraciada obtiene honores;
los fuertes obtienen riquezas.
17 A su alma hace bien el hombre misericordioso,
pero el cruel se atormenta a sí mismo.
18 El malvado obra con falsedad;
el que siembra justicia obtendrá firme galardón.
19 Como la justicia conduce a la vida,
así el que sigue el mal lo hace para su muerte.
20 Abominables son para Jehová los perversos de corazón,
pero los perfectos de camino le son agradables.
21 Tarde o temprano, el malo será castigado,
pero la descendencia de los justos se librará.
22 Como zarcillo de oro en el hocico de un cerdo
es la mujer hermosa pero falta de sentido.
23 El deseo de los justos es solamente el bien;
la esperanza de los malvados, el enojo.
24 Hay quienes reparten y les es añadido más,
y hay quienes retienen más de lo justo y acaban en la miseria.
25 El alma generosa será prosperada:
el que sacie a otros será también saciado.
26 Al que acapara el grano, el pueblo lo maldice,
pero bendición cubre la cabeza del que lo vende.
27 El que procura el bien obtendrá favor,
pero al que busca el mal, el mal le sobrevendrá.
28 El que confía en sus riquezas caerá,
pero los justos reverdecerán como el follaje.
29 El que perturba su casa heredará viento,
y el necio será siervo del sabio de corazón.
30 El fruto del justo es árbol de vida;
el que gana almas es sabio.
31 Ciertamente el justo recibe su paga en la tierra,
¡cuánto más el malvado y el pecador!

12 El que ama la instrucción ama la sabiduría;
el que aborrece la reprensión es un ignorante.
El bueno alcanza el favor de Jehová,
pero Jehová condena al hombre de malos pensamientos.
El hombre no se afirma por medio de la maldad,
pero la raíz de los justos no será removida.
La mujer virtuosa es corona de su marido,
pero la mala es como carcoma en sus huesos.
Los pensamientos de los justos son rectitud;
los consejos de los malvados, engaño.
Las palabras de los malvados son como emboscadas para derramar sangre,
pero a los rectos los libra su propia boca.
Dios trastorna a los malvados y dejan de existir,
pero la casa de los justos permanece firme.
Por su sabiduría es alabado el hombre,
pero el perverso de corazón es menospreciado.
Más vale el despreciado que tiene quien lo sirva,
que el jactancioso que carece de pan.
10 El justo cuida de la vida de su ganado,
pero el corazón de los malvados es cruel.
11 El que labra sus tierras se saciará de pan,
pero el que se une a vagabundos carece de entendimiento.
12 Codicia el malvado la red de los malvados,
pero la raíz de los justos da fruto.
13 El malvado se enreda en la prevaricación de sus labios,
pero el justo sale con bien de la tribulación.
14 El hombre se sacia con el bien del fruto de su boca,
y recibe el pago que merece la obra de sus manos.
15 Opina el necio que su camino es derecho,
pero el sabio obedece el consejo.
16 El necio, al punto da a conocer su ira,
pero el prudente no hace caso de la injuria.
17 El que dice la verdad proclama justicia,
pero el testigo falso, engaño.
18 Hay hombres cuyas palabras son como golpes de espada,
pero la lengua de los sabios es medicina.
19 El labio veraz permanece para siempre;
la lengua mentirosa, sólo por un momento.
20 Engaño hay en el corazón de los que maquinan el mal,
pero alegría en el de quienes aconsejan el bien.
21 Ninguna adversidad le acontecerá al justo,
pero los malvados serán colmados de males.
22 Los labios mentirosos son abominables para Jehová,
pero le complacen quienes actúan con verdad.
23 El hombre cuerdo encubre su saber,
pero el corazón de los necios pregona su necedad.
24 La mano de los diligentes dominará,
pero la negligencia será tributaria.
25 La congoja abate el corazón del hombre;
la buena palabra lo alegra.
26 El justo es guía para su prójimo,
pero el camino de los malvados los hace errar.
27 El indolente ni aun asará lo que ha cazado;
¡precioso bien del hombre es la diligencia!
28 En el camino de la justicia está la vida;
en sus sendas no hay muerte.

13 El hijo sabio recibe el consejo del padre,
pero el insolente no escucha las reprensiones.
Del fruto de su boca el hombre comerá el bien,
pero el alma de los prevaricadores hallará el mal.
El que guarda su boca guarda su vida,
pero el que mucho abre sus labios acaba en desastre.
El perezoso desea y nada alcanza,
mas los diligentes serán prosperados.
El justo aborrece la palabra mentirosa;
el malvado se hace odioso e infame.
La justicia protege al perfecto de camino,
pero la impiedad trastorna al pecador.
Hay quienes presumen de ricos y no tienen nada,
y hay quienes pasan por pobres y tienen muchas riquezas.
Las riquezas de un hombre pueden ser el rescate de su vida,
pero el pobre no escucha amenazas.
La luz de los justos brilla alegremente,
pero se apagará la lámpara de los malvados.
10 Ciertamente la soberbia produce discordia,
pero con los prudentes está la sabiduría.
11 Las riquezas de vanidad disminuyen;
el que recoge con mano laboriosa las aumenta.
12 La esperanza que se demora es tormento del corazón;
árbol de vida es el deseo cumplido.
13 El que menosprecia el precepto se perderá;
el que teme el mandamiento será recompensado.
14 La instrucción del sabio es manantial de vida
para librar de los lazos de la muerte.
15 El buen juicio da gracia;
el camino de los transgresores es duro.
16 Todo hombre prudente procede con sabiduría;
el necio manifiesta su necedad.
17 El mal mensajero acarrea desgracia;
el mensajero fiel acarrea salud.
18 Pobreza y vergüenza tendrá el que menosprecia el consejo,
pero el que acepta la corrección recibirá honra.
19 El deseo cumplido regocija el alma;
apartarse del mal es abominable para los necios.
20 El que anda entre sabios será sabio,
pero el que se junta con necios saldrá mal parado.
21 El mal persigue a los pecadores,
pero los justos serán premiados con el bien.
22 La herencia del bueno alcanzará a los hijos de sus hijos,
pero la riqueza del pecador está guardada para el justo.
23 En el barbecho de los pobres hay mucho pan,
pero se pierde por falta de justicia.
24 El que no aplica el castigo aborrece a su hijo;
el que lo ama, lo corrige a tiempo.
25 El justo come hasta saciarse,
pero el vientre de los malvados quedará vacío.

14 La mujer sabia edifica su casa,
pero la necia con sus manos la derriba.
El que camina rectamente teme a Jehová,
pero el de caminos pervertidos lo menosprecia.
En la boca del necio está la vara de su soberbia;
a los sabios, sus labios los protegen.
Sin bueyes, el granero está vacío;
por la fuerza del buey hay abundancia de pan.
El testigo verdadero no miente;
el testigo falso dice mentiras.
Busca el escarnecedor la sabiduría y no la halla,
pero para el hombre sensato la sabiduría es cosa fácil.
Quítate de delante del hombre necio,
porque no hallarás ciencia en sus labios.
La ciencia del prudente está en comprender su camino;
la indiscreción de los necios es engaño.
Los necios se burlan del pecado,
pero entre los rectos hay buena voluntad.
10 El corazón conoce sus íntimas amarguras,
y ningún extraño se mezclará en su alegría.
11 La casa de los malvados será asolada,
pero florecerá la morada de los rectos.
12 Hay camino que al hombre le parece derecho,
pero es camino que lleva a la muerte.
13 Aun en medio de la risa se duele el corazón,
y el término de la alegría es la congoja.
14 De sus caminos se hastía el necio de corazón,
pero el hombre de bien estará contento con el suyo.
15 El ingenuo todo lo cree;
el prudente mide bien sus pasos.
16 El sabio teme y se aparta del mal;
el insensato es insolente y confiado.
17 El que fácilmente se enoja comete locuras;
y el hombre perverso es aborrecido.
18 Los ingenuos heredarán necedad,
mas los prudentes se coronarán de sabiduría.
19 Los malos se inclinarán delante de los buenos,
y los malvados, ante las puertas del justo.
20 El pobre resulta odioso aun a su amigo,
pero muchos son los que aman al rico.
21 Peca el que menosprecia a su prójimo,
pero el que tiene misericordia de los pobres es bienaventurado.
22 ¿No yerran los que traman el mal?
Pero misericordia y verdad alcanzarán a los que planean el bien.
23 Toda labor da su fruto;
mas las vanas palabras empobrecen.
24 Las riquezas de los sabios son su corona;
la insensatez de los necios es locura.
25 El testigo veraz salva las vidas;
el falso dice mentiras.
26 En el temor de Jehová está la firme confianza,
la esperanza para sus hijos.
27 El temor de Jehová es manantial de vida
que aparta de los lazos de la muerte.
28 En el pueblo numeroso está la gloria del rey;
en la falta de pueblo, la debilidad del príncipe.
29 El que tarda en airarse es grande de entendimiento;
el impaciente de espíritu pone de manifiesto su necedad.
30 El corazón apacible es vida para la carne;
la envidia es carcoma de los huesos.
31 El que oprime al pobre afrenta a su Hacedor,
pero lo honra el que tiene misericordia del pobre.
32 Por su maldad es derribado el malvado,
pero el justo halla refugio en su propia muerte.
33 En el corazón del prudente reposa la sabiduría,
pero no es conocida en medio de los necios.
34 La justicia engrandece a la nación;
el pecado es afrenta de las naciones.
35 El favor del rey es para con el servidor prudente;
su enojo, para el que lo avergüenza.

15 La respuesta suave aplaca la ira,
pero la palabra áspera hace subir el furor.
La lengua de los sabios adorna la sabiduría,
pero la boca de los necios dice sandeces.
Los ojos de Jehová están en todo lugar,
mirando a los malos y a los buenos.
La lengua apacible es árbol de vida,
pero la perversidad de ella es quebrantamiento de espíritu.
El necio menosprecia el consejo de su padre;
el prudente acepta la corrección.
En la casa del justo hay gran provisión,
pero turbación hay en las ganancias del malvado.
La boca de los sabios siembra sabiduría;
no así el corazón de los necios.
El sacrificio que ofrecen los malvados es abominable para Jehová;
la oración de los rectos es su gozo.
Abominable es para Jehová el camino del malvado;
él ama al que sigue la justicia.
10 La reconvención es molesta al que deja el camino;
el que aborrece la corrección morirá.
11 El seol y el Abadón están delante de Jehová,
¡cuánto más los corazones de los hombres!
12 El escarnecedor no ama al que lo reprende
ni se junta con los sabios.
13 El corazón alegre embellece el rostro,
pero el dolor del corazón abate el espíritu.
14 El corazón inteligente busca la sabiduría,
pero la boca de los necios se alimenta de necedades.
15 Todos los días del desdichado son difíciles,
pero el de corazón alegre tiene un banquete continuo.
16 Mejor es lo poco con el temor de Jehová,
que un gran tesoro donde hay turbación.
17 Mejor es comida de legumbres donde hay amor,
que de buey engordado donde hay odio.
18 El hombre iracundo promueve contiendas;
el que tarda en airarse apacigua la rencilla.
19 El camino del perezoso es como un seto de espinos;
la vereda de los rectos, como una calzada.
20 El hijo sabio alegra al padre;
el hombre necio menosprecia a su madre.
21 La necedad es alegría al falto de inteligencia;
el hombre inteligente endereza sus pasos.
22 Los pensamientos se frustran donde falta el consejo,
pero se afirman con los muchos consejeros.
23 El hombre se alegra con la respuesta de su boca;
la palabra a su tiempo, ¡cuán buena es!
24 El camino de la vida es hacia arriba para el prudente;
así se aparta del seol abajo.
25 Jehová derriba la casa de los soberbios,
pero afirma la heredad de la viuda.
26 Abominables son para Jehová los pensamientos del malo,
pero las expresiones de los puros son limpias.
27 Alborota su casa el codicioso,
pero el que aborrece el soborno vivirá.
28 El corazón del justo piensa antes de responder;
la boca de los malvados derrama maldad.
29 Jehová está lejos de los malvados,
pero escucha la oración de los justos.
30 La luz de los ojos alegra el corazón;
la buena noticia conforta los huesos.
31 El oído que escucha las amonestaciones de la vida,
morará entre los sabios.
32 El que desprecia la disciplina se menosprecia a sí mismo;
el que escucha la corrección adquiere inteligencia.
33 El temor de Jehová es enseñanza de sabiduría,
y a la honra precede la humildad.

Proverbios relativos a la vida y la conducta

16 Del hombre es hacer planes en el corazón;
de Jehová es poner la respuesta en la lengua.
Todos los caminos del hombre son limpios en su propia opinión,
pero Jehová es quien pesa los espíritus.
Encomienda a Jehová tus obras
y tus pensamientos serán afirmados.
Todas las cosas ha hecho Jehová para sus propios fines,
incluso al malvado, para el día malo.
Abominable es para Jehová todo altivo de corazón;
ciertamente no quedará impune.
Con misericordia y verdad se corrige el pecado;
con el temor de Jehová los hombres se apartan del mal.
Cuando los caminos del hombre son agradables a Jehová,
aun a sus enemigos los pone en paz con él.
Mejor es lo poco con justicia
que las muchas ganancias sin derecho.
El corazón del hombre se propone un camino,
pero Jehová endereza sus pasos.
10 Oráculo hay en los labios del rey
y su boca no prevarica en el juicio.
11 Las balanzas y el peso justos son de Jehová;
obra suya son todas las pesas de la bolsa.
12 Abominable es que los reyes cometan maldad,
porque con la justicia se afirma el trono.
13 Los labios justos complacen a los reyes;
estos aman al que habla con rectitud.
14 La ira del rey es mensajero de muerte,
pero el hombre sabio la evita.
15 En la alegría del rostro del rey está la vida,
y su favor es como nube de lluvia tardía.
16 Mejor es adquirir sabiduría que oro fino,
y adquirir inteligencia vale más que la plata.
17 El camino de los rectos se aparta del mal;
su vida protege el que guarda su camino.
18 Antes del quebranto está la soberbia,
y antes de la caída, la altivez de espíritu.
19 Mejor es humillar el espíritu con los humildes
que repartir el botín con los soberbios.
20 El entendido en la palabra hallará el bien;
el que confía en Jehová es bienaventurado.
21 El sabio de corazón es llamado prudente,
y la dulzura de labios aumenta el saber.
22 Manantial de vida es el entendimiento para el que lo posee,
pero la erudición de los necios es pura necedad.
23 El corazón del sabio hace prudente su boca
y añade gracia a sus labios.
24 Panal de miel son los dichos suaves,
suavidad para el alma y medicina para los huesos.
25 Hay camino que al hombre le parece derecho,
pero es camino que lleva a la muerte.
26 El ansia del que trabaja, trabaja para él:
su boca lo estimula.
27 El hombre perverso cava en busca del mal;
en sus labios hay como una llama de fuego.
28 El hombre perverso promueve contienda,
y el chismoso separa a los mejores amigos.
29 El hombre malo lisonjea a su prójimo
y lo hace andar por mal camino;
30 cierra los ojos para pensar perversidades,
mueve los labios, comete el mal.
31 Corona de honra es la vejez
que se encuentra en el camino de la justicia.
32 Mejor es el que tarda en airarse que el fuerte,
el que domina su espíritu que el conquistador de una ciudad.
33 Las suertes se echan en el regazo,
pero la decisión es de Jehová.

17 Mejor es un bocado seco y en paz
que una casa de contiendas llena de provisiones.
El siervo prudente se impondrá al hijo indigno,
y con los hermanos compartirá la herencia.
El crisol es para la plata y el horno para el oro,
pero Jehová es quien prueba los corazones.
El malo presta atención al labio inicuo
y el mentiroso escucha la lengua detractora.
El que escarnece al pobre afrenta a su Hacedor,
pero no quedará sin castigo el que se alegra de la desgracia.
Corona de los viejos son los nietos
y honra de los hijos son sus padres.
Si no conviene al necio el lenguaje elocuente,
¡cuánto menos al príncipe el labio mentiroso!
Como un talismán es el soborno para el que lo practica:
dondequiera que va, halla prosperidad.
El que encubre la falta busca la amistad;
el que la divulga, aparta al amigo.
10 La reprensión aprovecha al inteligente
más que cien azotes al necio.
11 El rebelde no busca sino el mal:
un mensajero cruel será enviado contra él.
12 Mejor es toparse con una osa privada de sus cachorros
que con un fatuo en su necedad.
13 Al que da mal por bien,
el mal no se apartará de su casa.
14 El que inicia la discordia es como quien suelta las aguas,
¡abandona, pues, la contienda, antes que se complique!
15 El que justifica al malvado y el que condena al justo,
ambos son igualmente abominables para Jehová.
16 ¿De qué sirve el dinero en la mano del necio para comprar sabiduría,
si no tiene entendimiento?
17 En todo tiempo ama el amigo
y es como un hermano en tiempo de angustia.
18 El hombre falto de entendimiento estrecha la mano
para salir fiador en presencia de su amigo.
19 El que ama la disputa ama la transgresión;
y el que abre demasiado la puerta busca su ruina.
20 El perverso de corazón nunca hallará el bien;
el que intriga con su lengua caerá en el mal.
21 El que engendra a un insensato, para su tristeza lo engendra;
el padre del necio no tiene alegría.
22 El corazón alegre es una buena medicina,
pero el espíritu triste seca los huesos.
23 El malvado acepta en secreto el soborno
para pervertir las sendas de la justicia.
24 En el rostro del inteligente aparece la sabiduría,
pero los ojos del necio vagan hasta el extremo de la tierra.
25 El hijo necio es pesadumbre para su padre
y amargura para la que lo dio a luz.
26 Ciertamente no es bueno condenar al justo
ni herir a hombres nobles que actúan rectamente.
27 El que ahorra palabras tiene sabiduría;
prudente de espíritu es el hombre inteligente.
28 Aun el necio, cuando calla, es tenido por sabio;
el que cierra sus labios es inteligente.

18 Su propio deseo busca el que se aparta
y se entremete en todo negocio.
No se complace el necio en la inteligencia,
sino en manifestar su propia opinión.
Con el malvado viene también el menosprecio,
y con el que deshonra, la afrenta.
Aguas profundas son las palabras de la boca del hombre;
y arroyo que rebosa es la fuente de la sabiduría.
Tener respeto a la persona del malvado
para pervertir el derecho del justo, no es bueno.
Los labios del necio provocan contienda;
su boca, a los azotes llama.
La boca del necio le acarrea quebranto;
sus labios son trampas para su propia vida.
Las palabras del chismoso son como bocados suaves
que penetran hasta las entrañas.
El que es negligente en su trabajo
es hermano del hombre destructor.
10 Fuerte torre es el nombre de Jehová;
a ella corre el justo y se siente seguro.
11 Las riquezas del rico son su ciudad fortificada;
como un muro defensivo se las imagina.
12 Antes del quebranto se engríe el corazón del hombre,
pero antes de los honores está la humildad.
13 Al que responde sin haber escuchado,
la palabra le es fatuidad y vergüenza.
14 El ánimo del hombre le sostendrá en su enfermedad,
pero ¿quién sostendrá a un ánimo angustiado?
15 El corazón del inteligente adquiere sabiduría,
y el oído de los sabios busca la ciencia.
16 Los regalos de un hombre le abren el camino
que lleva a la presencia de los grandes.
17 Justo parece el primero que aboga por su causa,
pero viene su adversario y le rebate.
18 Las suertes ponen fin a los pleitos
y deciden entre los poderosos.
19 El hermano ofendido es más tenaz que una ciudad fuerte,
y las contiendas entre hermanos son como cerrojos de alcázar.
20 Del fruto de la boca del hombre se llena su vientre;
se sacia del producto de sus labios.
21 La muerte y la vida están en poder de la lengua;
el que la ama, comerá de sus frutos.
22 El que encuentra esposa encuentra el bien
y alcanza la benevolencia de Jehová.
23 El pobre habla con ruegos;
el rico responde con dureza.
24 El hombre que tiene amigos debe ser amistoso,
y amigos hay más unidos que un hermano.

19 Mejor es el pobre que camina en integridad
que el fatuo de labios perversos.
El alma sin ciencia no es buena,
y aquel que se precipita, peca.
La insensatez del hombre tuerce su camino
y luego se irrita su corazón contra Jehová.
Las riquezas atraen muchos amigos,
pero el pobre, hasta de su amigo es apartado.
El testigo falso no quedará sin castigo,
y el que dice mentiras no escapará.
Muchos buscan el favor del generoso,
y todos son amigos del hombre que da.
Si todos los hermanos del pobre lo aborrecen,
¡cuánto más sus amigos se alejarán de él!
Buscará una palabra y no la hallará.
El que posee entendimiento ama su alma;
el que cuida la inteligencia hallará el bien.
El testigo falso no quedará sin castigo,
y el que dice mentiras perecerá.
10 No es propio de un necio vivir entre lujos,
¡cuánto menos que un esclavo sea señor de los príncipes!
11 La cordura del hombre aplaca su furor,
y un honor le es pasar por alto la ofensa.
12 Como el rugido de un cachorro de león es la ira del rey,
y su favor, como el rocío sobre la hierba.
13 Dolor es para el padre un hijo necio
y gotera continua las contiendas de la mujer.
14 La casa y las riquezas son herencia de los padres,
pero don de Jehová es la mujer prudente.
15 La pereza hace caer en profundo sueño
y la persona negligente padecerá hambre.
16 El que guarda el mandamiento guarda su vida,
pero morirá el que menosprecia los caminos de Jehová.
17 A Jehová presta el que da al pobre;
el bien que ha hecho se lo devolverá.
18 Castiga a tu hijo mientras haya esperanza,
pero no se excite tu ánimo hasta destruirlo.
19 El que se deja arrebatar por la ira llevará el castigo,
y si usa de violencias, añadirá nuevos males.
20 Escucha el consejo y acepta la corrección:
así serás sabio en tu vejez.
21 Muchos pensamientos hay en el corazón del hombre,
pero el consejo de Jehová es el que permanece.
22 Una satisfacción es para el hombre hacer misericordia,
y mejor es un pobre que un mentiroso.
23 El temor de Jehová lleva a la vida:
con él vive del todo tranquilo el hombre
y no es visitado por el mal.
24 El perezoso mete su mano en el plato,
pero ni aun es capaz de llevársela a la boca.
25 Hiere al escarnecedor y el ingenuo se hará precavido;
corrige al inteligente y aumentará su conocimiento.
26 El que roba a su padre y ahuyenta a su madre
es un hijo que causa vergüenza y acarrea oprobio.
27 Cesa, hijo mío, de prestar oído a enseñanzas
que te hacen divagar de la sabiduría.
28 El testigo perverso se burla del juicio;
la boca de los malvados encubre la iniquidad.
29 Preparados hay juicios para los escarnecedores
y azotes para las espaldas de los necios.

20 El vino es escarnecedor, la sidra alborotadora;
ninguno que por su causa yerre es sabio.
Como rugido de cachorro de león es la ira del rey;
el que lo enfurece peca contra sí mismo.
Honra es del hombre abandonar la contienda,
pero cualquier insensato se enreda en ella.
El perezoso no ara a causa del invierno;
luego, cuando llegue la siega, pedirá y no hallará.
Como aguas profundas es el consejo en el corazón del hombre,
pero el inteligente sabe alcanzarlo.
Muchos hay que proclaman su propia bondad,
pero un hombre de verdad, ¿quién lo hallará?
Camina en su integridad el justo
y sus hijos son dichosos después de él.
El rey, al sentarse en el trono para juzgar,
con su mirada descubre todo mal.
¿Quién puede decir: «Yo he limpiado mi corazón,
limpio estoy de mi pecado»?
10 Pesa falsa y medida falsa,
ambas cosas son abominables para Jehová.
11 Aun el muchacho es conocido por sus hechos,
si su conducta es limpia y recta.
12 El oído que oye y el ojo que ve,
ambos igualmente ha hecho Jehová.
13 No ames el sueño, para no empobrecerte;
abre tus ojos y te saciarás de pan.
14 El comprador dice: «¡Malo, malo!»,
pero cuando se va, se jacta por la compra.
15 Hay oro y multitud de piedras preciosas,
pero joya más preciosa son los labios prudentes.
16 Quítale su ropa al que salió fiador de un extraño;
tómale prenda al que se fió de desconocidos.
17 Sabroso le es al hombre el pan de mentira,
pero después se le llena la boca de cascajo.
18 Los pensamientos se ordenan con el consejo,
y con dirección sabia se hace la guerra.
19 El que anda con chismes descubre los secretos:
no te entremetas, pues, con el suelto de lengua.
20 Al que maldice a su padre o a su madre
se le apagará su lámpara en la más profunda oscuridad.
21 Los bienes que al principio se adquieren de prisa,
no serán al final bendecidos.
22 No digas: «Yo me vengaré»;
espera en Jehová y él te salvará.
23 Abominables son para Jehová las pesas falsas,
y la balanza falsa no es buena.
24 De Jehová son los pasos del hombre,
¿cómo, pues, entenderá el hombre su camino?
25 Una trampa es para el hombre hacer apresuradamente voto de consagración
y reflexionar después de haberlo hecho.
26 El rey sabio dispersa a los malvados
y sobre ellos hace rodar la rueda.
27 Lámpara de Jehová es el espíritu del hombre,
que escudriña lo más profundo del corazón.
28 La misericordia y la verdad guardan al rey,
y con clemencia se sustenta su trono.
29 La gloria de los jóvenes es su fuerza;
la belleza de los ancianos, su vejez.
30 Los azotes que hieren son medicina para el malo;
el castigo purifica el corazón.

21 Como aguas que se reparten
es el corazón del rey en la mano de Jehová:
él lo inclina hacia todo lo que quiere.
Todo camino del hombre es recto en su propia opinión,
pero Jehová pesa los corazones.
Hacer justicia y juicio es para Jehová
más agradable que el sacrificio.
Los ojos altivos, el corazón orgulloso
y el pensamiento de los malvados, todo es pecado.
Los planes del diligente ciertamente tienden a la abundancia,
y ciertamente va a la pobreza todo el que alocadamente se apresura.
Amontonar tesoros por medio de la mentira
es fugaz ilusión de aquellos que buscan la muerte.
La rapiña de los malvados los destruirá,
por cuanto no quisieron actuar conforme a derecho.
El camino del hombre perverso es torcido y extraño,
pero los hechos del que es puro son rectos.
Mejor es vivir en un rincón del terrado
que en casa espaciosa con mujer pendenciera.
10 El alma del malvado desea el mal;
su prójimo no halla favor en sus ojos.
11 Cuando el escarnecedor es castigado, el simple se hace sabio;
cuando se amonesta al sabio, aprende ciencia.
12 Observa el justo la casa del malvado,
cómo los malvados son trastornados por el mal.
13 El que cierra su oído al clamor del pobre
tampoco será oído cuando clame.
14 La dádiva en secreto calma el enojo;
el regalo discreto, la fuerte ira.
15 Alegría es para el justo practicar la justicia,
pero un desastre para los que cometen iniquidad.
16 El hombre que se aparta del camino de la sabiduría
vendrá a parar en la compañía de los muertos.
17 Caerá en la pobreza el hombre que ama los placeres;
y el que ama el vino y los perfumes no se enriquecerá.
18 Rescate por el justo será el malvado,
y por los rectos, el prevaricador.
19 Mejor es vivir en tierra desierta
que con la mujer pendenciera e irascible.
20 Tesoro preciado y aceite hay en la casa del sabio,
pero el hombre insensato todo lo disipa.
21 El que sigue la justicia y la misericordia
hallará la vida, la justicia y el honor.
22 Tomó el sabio la ciudad de los fuertes
y derribó la fuerza en que ella confiaba.
23 El que guarda su boca y su lengua,
su vida guarda de angustias.
24 Escarnecedor es el nombre del soberbio y presuntuoso
que actúa con la insolencia de su presunción.
25 El deseo del perezoso lo mata,
porque sus manos no quieren trabajar.
26 El codicioso codicia todo el día;
el justo da sin retener su mano.
27 El sacrificio de los malvados es abominable,
¡tanto más ofreciéndolo con maldad!
28 El testigo falso perecerá,
pero el hombre que escucha, siempre podrá responder.
29 El hombre malvado endurece su rostro,
pero el recto ordena sus caminos.
30 No hay sabiduría ni inteligencia
ni consejo contra Jehová.
31 El caballo se apareja para el día de la batalla,
pero Jehová es quien da la victoria.