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Amonestación contra la pereza y la falsedad

»Hijo mío, si has salido fiador por tu amigo
o le has empeñado tu palabra a un extraño,
te has enredado con las palabras de tu boca
y has quedado atrapado en los dichos de tus labios.
Haz esto ahora, hijo mío, para librarte,
ya que has caído en manos de tu prójimo:
Ve, humíllate, importuna a tu amigo,
no des sueño a tus ojos
ni dejes que tus párpados se cierren;
escápate como una gacela de manos del cazador,
como un ave, de manos del que tiende trampas.

»Mira la hormiga, perezoso,
observa sus caminos y sé sabio:
Ella, sin tener capitán,
gobernador ni señor,
prepara en el verano su comida,
recoge en el tiempo de la siega su sustento.
Perezoso, ¿hasta cuándo has de dormir?
¿Cuándo te levantarás del sueño?
10 Un poco de sueño, dormitar otro poco,
y otro poco descansar mano sobre mano:
11 así te llegará la miseria como un vagabundo,
la pobreza como un hombre armado.

12 »El hombre malo, el hombre depravado,
es el que anda en perversidad de boca;
13 que guiña los ojos, que habla con los pies,
que hace señas con los dedos.
14 Perversidades hay en su corazón; anda pensando el mal en todo tiempo;
siembra las discordias.
15 Por tanto, su calamidad vendrá de repente;
súbitamente será quebrantado, y no habrá remedio.

16 »Seis cosas aborrece Jehová,
y aun siete le son abominables:
17 los ojos altivos, la lengua mentirosa,
las manos que derraman sangre inocente,
18 el corazón que maquina pensamientos inicuos,
los pies que corren presurosos al mal,
19 el testigo falso, que dice mentiras,
y el que siembra discordia entre hermanos.

Amonestación contra el adulterio

20 »Guarda, hijo mío, el mandamiento de tu padre
y no abandones la enseñanza de tu madre.
21 Átalos siempre a tu corazón,
enlázalos a tu cuello.
22 Te guiarán cuando camines,
te guardarán cuando duermas
y hablarán contigo cuando despiertes.
23 Porque el mandamiento es lámpara,
la enseñanza es luz,
y camino de vida son las reprensiones que te instruyen
24 para guardarte de la mala mujer,
de la suave lengua de la mujer extraña.
25 No codicies su hermosura en tu corazón,
ni te prenda ella con sus ojos,
26 porque la ramera pretende del hombre sólo un bocado de pan,
pero la adúltera busca la vida del hombre.
27 ¿Pondrá el hombre fuego en su seno
sin que ardan sus vestidos?
28 ¿Andará el hombre sobre brasas
sin que se quemen sus pies?
29 Así le sucede al que se llega a la mujer de su prójimo,
pues no quedará impune ninguno que la toque.
30 ¿No se desprecia al ladrón,
aunque sólo robe por comer cuando tiene hambre?
31 Y si es sorprendido, pagará siete veces:
tendrá que entregar cuanto tiene en su casa.
32 También al que comete adulterio le falta sensatez;
el que tal hace corrompe su alma.
33 Heridas y vergüenza hallará,
y su afrenta nunca será borrada.
34 Porque el hombre enfurecido por los celos
no perdonará en el día de la venganza;
35 no aceptará compensación alguna,
ni querrá perdonar aunque le aumentes el pago.

Artimañas de la ramera

»Hijo mío, guarda mis razones
y atesora para ti mis mandamientos.
Guarda mis mandamientos y vivirás,
y guarda mi enseñanza como a la niña de tus ojos.
Átalos a tus dedos,
escríbelos en la tabla de tu corazón.
Di a la sabiduría: “Tú eres mi hermana”,
y llama parienta a la inteligencia,
para que te guarden de la mujer ajena,
de la extraña que suaviza sus palabras.

»Miraba yo por la ventana de mi casa,
a través de mi celosía,
cuando vi entre los ingenuos,
observé entre los jóvenes,
a un joven falto de sensatez.
Pasaba él por la calle, junto a la esquina,
e iba camino de la casa de ella,
al atardecer, cuando ya oscurecía
y caía la oscuridad y las tinieblas de la noche.

10 »En esto, una mujer le sale al encuentro,
con atavío de ramera y astucia en el corazón.
11 Alborotadora y pendenciera,
sus pies no pueden estar en casa.
12 Unas veces está en la calle, otras veces en las plazas,
al acecho en todas las esquinas.
13 Se asió de él y lo besó.
Con semblante descarado le dijo:
14 “Sacrificios de paz había prometido,
y hoy he cumplido mis votos;
15 por eso he salido a encontrarte,
buscando con ansia tu rostro,
y te he hallado.
16 He adornado mi cama con colchas
recamadas con lino de Egipto;
17 he perfumado mi lecho
con mirra, áloes y canela.
18 Ven, embriaguémonos de amor hasta la mañana;
disfrutemos de amores.
19 Porque mi marido no está en casa;
se ha ido a un largo viaje.
20 La bolsa del dinero se llevó en la mano,
y no volverá a su casa hasta la luna llena.”

21 »Así lo rindió, con la suavidad de sus muchas palabras,
y lo sedujo con la zalamería de sus labios.
22 Al punto se marchó tras ella,
como va el buey al degolladero
o como va el necio a prisión para ser castigado;
23 como el ave que se arroja contra la red,
sin saber que va a perder la vida
hasta que la saeta traspasa su corazón.

24 »Ahora pues, hijos, escuchadme;
estad atentos a las razones de mi boca:
25 No se desvíe tu corazón a los caminos de ella;
no yerres en sus veredas,
26 porque a muchos ha hecho caer heridos,
y aun los más fuertes han sido muertos por ella.
27 Camino del seol es su casa,
que conduce a las cámaras de la muerte.»