Marcos 8:22-30
Nueva Traducción Viviente
Jesús sana a un ciego
22 Cuando llegaron a Betsaida, algunas personas llevaron a un hombre ciego ante Jesús y le suplicaron que lo tocara y lo sanara. 23 Jesús tomó al ciego de la mano y lo llevó fuera de la aldea. Luego escupió en los ojos del hombre, puso sus manos sobre él y le preguntó:
—¿Puedes ver algo ahora?
24 El hombre miró a su alrededor y dijo:
—Sí, veo a algunas personas, pero no puedo verlas con claridad; parecen árboles que caminan.
25 Entonces Jesús puso nuevamente sus manos sobre los ojos del hombre y fueron abiertos. Su vista fue totalmente restaurada y podía ver todo con claridad. 26 Jesús lo envió a su casa y le dijo:
—No pases por la aldea cuando regreses a tu casa.
Declaración de Pedro acerca de Jesús
27 Jesús y sus discípulos salieron de Galilea y fueron a las aldeas cerca de Cesarea de Filipo. Mientras caminaban, él les preguntó:
—¿Quién dice la gente que soy?
28 —Bueno—contestaron—, algunos dicen Juan el Bautista, otros dicen Elías, y otros dicen que eres uno de los otros profetas.
29 Entonces les preguntó:
—Y ustedes, ¿quién dicen que soy?
Pedro contestó:
—Tú eres el Mesías.[a]
30 Pero Jesús les advirtió que no le contaran a nadie acerca de él.
Read full chapterFootnotes
- 8:29 O el Cristo. Tanto Cristo (término griego) como Mesías (término hebreo) quieren decir «ungido».
La Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente, © Tyndale House Foundation, 2010. Todos los derechos reservados.
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