La mujer samaritana

Por tanto, cuando el Señor(A) supo que los fariseos habían oído que Él[a] hacía y bautizaba(B) más discípulos que Juan (aunque Jesús mismo no bautizaba(C), sino sus discípulos(D)), salió de Judea(E) y partió otra vez para Galilea(F). Y tenía que pasar por Samaria(G). Llegó*, pues, a una ciudad de Samaria(H) llamada Sicar, cerca de la parcela de tierra que Jacob dio a su hijo José(I); y allí estaba el pozo de Jacob. Entonces Jesús, cansado del camino, se sentó[b] junto al pozo. Era como la hora sexta[c]. Una mujer de Samaria vino* a sacar agua, y Jesús le dijo*: Dame de beber. Pues sus discípulos(J) habían ido a la ciudad(K) a comprar alimentos. Entonces la mujer samaritana(L) le dijo*: ¿Cómo es que tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy samaritana? (Porque los judíos no tienen tratos con los samaritanos(M).) 10 Respondió Jesús y le dijo: Si tú conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: «Dame de beber», tú le habrías pedido a Él, y Él te hubiera dado agua viva(N). 11 Ella le dijo*: Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo; ¿de dónde, pues, tienes esa agua viva(O)? 12 ¿Acaso eres tú mayor que nuestro padre Jacob, que nos dio el pozo(P) del cual bebió él mismo, y sus hijos, y sus ganados? 13 Respondió Jesús y le dijo: Todo el que beba de esta agua volverá a tener sed, 14 pero el que beba del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás(Q), sino que el agua que yo le daré se convertirá en él en una fuente de agua que brota para vida eterna(R). 15 La mujer le dijo*: Señor, dame esa agua, para que no tenga sed(S) ni venga hasta aquí a sacarla. 16 Él le dijo*: Ve, llama a tu marido y ven acá. 17 Respondió la mujer y le dijo: No tengo marido. Jesús le dijo*: Bien has dicho: «No tengo marido», 18 porque cinco maridos has tenido, y el que ahora tienes no es tu marido; en eso has dicho la verdad. 19 La mujer le dijo*: Señor, me parece que tú eres profeta(T). 20 Nuestros padres adoraron(U) en este monte(V), y vosotros decís que en Jerusalén(W) está el lugar donde se debe adorar. 21 Jesús le dijo*: Mujer, créeme; la hora viene(X) cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre(Y). 22 Vosotros adoráis lo que no conocéis(Z); nosotros adoramos lo que conocemos, porque la salvación viene[d] de los judíos(AA). 23 Pero la hora viene, y ahora es(AB), cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu(AC) y en verdad; porque ciertamente a los tales el Padre busca que le adoren. 24 Dios es espíritu[e], y los que le adoran deben adorarle en espíritu(AD) y en verdad. 25 La mujer le dijo*: Sé que el Mesías(AE) viene (el que es llamado Cristo(AF)); cuando Él venga nos declarará todo. 26 Jesús le dijo*: Yo soy(AG), el que habla contigo.

27 En esto llegaron sus discípulos(AH) y se admiraron de que hablara con una mujer, pero ninguno le preguntó: ¿Qué tratas de averiguar? o: ¿Por qué hablas con ella? 28 Entonces la mujer dejó su cántaro, fue a la ciudad y dijo* a los hombres: 29 Venid, ved a un hombre que me ha dicho todo lo que yo he hecho(AI). ¿No será este el Cristo[f](AJ)? 30 Y salieron de la ciudad e iban a Él. 31 Mientras tanto, los discípulos le rogaban, diciendo: Rabí[g](AK), come. 32 Pero Él les dijo: Yo tengo para comer una comida que vosotros no sabéis. 33 Los discípulos(AL) entonces se decían entre sí: ¿Le habrá traído alguien de comer? 34 Jesús les dijo*: Mi comida es hacer la voluntad del que me envió(AM) y llevar a cabo su obra(AN). 35 ¿No decís vosotros: «Todavía faltan cuatro meses, y después viene la siega»? He aquí, yo os digo: Alzad vuestros ojos y ved los campos que ya están blancos para la siega(AO). 36 Ya el segador recibe salario(AP) y recoge fruto(AQ) para vida eterna(AR), para que el que siembra se regocije juntamente con el que siega. 37 Porque en este caso el dicho es verdadero: «Uno es el que siembra y otro el que siega(AS)». 38 Yo os envié a segar lo que no habéis trabajado; otros han trabajado y vosotros habéis entrado en su labor.

39 Y de aquella ciudad(AT), muchos de los samaritanos creyeron en Él por la palabra de la mujer que daba testimonio, diciendo: Él me dijo todo lo que yo he hecho(AU). 40 De modo que cuando los samaritanos vinieron a Él, le rogaban que se quedara con ellos; y se quedó allí dos días. 41 Y muchos más creyeron por su palabra, 42 y decían a la mujer: Ya no creemos por lo que tú has dicho[h], porque nosotros mismos le hemos oído, y sabemos que este es en verdad el Salvador del mundo(AV).

43 Después de los dos días(AW), salió de allí para Galilea. 44 Porque Jesús mismo dio testimonio de que a un profeta no se le honra en su propia tierra(AX). 45 Así que cuando llegó a Galilea, los galileos le recibieron, pues habían visto todo lo que hizo en Jerusalén durante la fiesta(AY); porque ellos también habían ido a la fiesta.

Curación del hijo de un oficial del rey

46 Entonces vino otra vez a Caná de Galilea(AZ), donde había convertido el agua en vino(BA). Y había allí cierto oficial del rey cuyo hijo estaba enfermo en Capernaúm(BB). 47 Cuando él oyó que Jesús había venido de Judea a Galilea(BC), fue a su encuentro y le suplicaba que bajara y sanara a su hijo, porque estaba al borde de la muerte. 48 Jesús entonces le dijo: Si no veis señales[i] y prodigios(BD), no creeréis. 49 El oficial del rey le dijo*: Señor, baja antes de que mi hijo muera. 50 Jesús le dijo*: Vete, tu hijo vive. Y el hombre creyó la palabra que Jesús le dijo y se fue(BE). 51 Y mientras bajaba, sus siervos le salieron al encuentro y le dijeron que su hijo[j] vivía. 52 Entonces les preguntó a qué hora había empezado a mejorar. Y le respondieron: Ayer a la hora séptima[k] se le quitó[l] la fiebre. 53 El padre entonces se dio cuenta que fue a la hora en que Jesús le dijo: Tu hijo vive. Y creyó él y toda su casa(BF). 54 Esta[m] fue la segunda señal[n](BG) que Jesús hizo cuando fue de Judea a Galilea(BH).

Curación de un paralítico

Después de esto, se celebraba[o] una fiesta[p] de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén(BI). Y hay en Jerusalén, junto a la puerta de las ovejas(BJ), un estanque que en hebreo[q](BK) se llama Betesda[r] y que tiene cinco pórticos. En estos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos y paralíticos [s]que esperaban el movimiento del agua; porque un ángel del Señor descendía de vez en cuando al estanque y agitaba el agua; y el primero que descendía al estanque después del movimiento del agua, quedaba curado de cualquier enfermedad que tuviera. Y estaba allí un hombre que hacía treinta y ocho años que estaba enfermo[t]. Cuando Jesús lo vio acostado allí y supo que ya llevaba mucho tiempo en aquella condición, le dijo*: ¿Quieres ser sano? El enfermo le respondió: Señor, no tengo a nadie que me meta en el estanque cuando el agua es agitada(BL); y mientras yo llego, otro baja antes que yo. Jesús le dijo*: Levántate, toma tu camilla(BM) y anda. Y al instante el hombre quedó sano, y tomó su camilla y echó a andar.

Jesús censurado por sanar en el día de reposo

Y aquel día era día de reposo(BN). 10 Por eso los judíos(BO) decían al que fue sanado: Es día de reposo, y no te es permitido cargar tu camilla(BP). 11 Pero él les respondió: El mismo que me sanó, me dijo: «Toma tu camilla y anda». 12 Le preguntaron: ¿Quién es el hombre que te dijo: «Toma tu camilla y anda»? 13 Pero el que había sido sanado no sabía quién era, porque Jesús, sigilosamente, se había apartado de la multitud que estaba en aquel lugar. 14 Después de esto Jesús lo halló* en el templo y le dijo: Mira, has sido sanado; no peques más(BQ), para que no te suceda algo peor(BR). 15 El hombre se fue, y dijo a los judíos(BS) que Jesús era el que lo había sanado. 16 A causa de esto los judíos(BT) perseguían a Jesús, porque hacía estas cosas en el día de reposo. 17 Pero Él les respondió: Hasta ahora mi Padre trabaja, y yo también trabajo. 18 Entonces, por esta causa, los judíos(BU) aún más procuraban matarle, porque no solo violaba el día de reposo(BV), sino que también llamaba a Dios su propio Padre, haciéndose igual a Dios(BW).

Unanimidad del Padre y del Hijo

19 Por eso Jesús, respondiendo, les decía: En verdad, en verdad os digo que el Hijo no puede hacer nada por su cuenta(BX), sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que hace el Padre[u], eso también hace el Hijo de igual manera. 20 Pues el Padre ama al Hijo(BY), y le muestra todo lo que Él mismo hace; y obras mayores que estas(BZ) le mostrará, para que os admiréis. 21 Porque así como el Padre levanta a los muertos y les da vida(CA), asimismo el Hijo también da vida(CB) a los que Él quiere. 22 Porque ni aun el Padre juzga a nadie, sino que todo juicio se lo ha confiado[v] al Hijo(CC), 23 para que todos honren al Hijo así como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió(CD). 24 En verdad, en verdad os digo: el que oye mi palabra y cree al que me envió, tiene vida eterna(CE) y no viene a condenación[w](CF), sino que ha pasado de muerte a vida(CG). 25 En verdad, en verdad os digo que viene la hora, y ahora es(CH), cuando los muertos(CI) oirán la voz del Hijo de Dios, y los que oigan(CJ) vivirán. 26 Porque así como el Padre tiene vida en sí mismo, así también le dio al Hijo el tener vida en sí mismo(CK); 27 y le dio autoridad para ejecutar juicio(CL), porque es el Hijo del Hombre. 28 No os admiréis de esto, porque viene la hora(CM) en que todos los que están en los sepulcros(CN) oirán su voz, 29 y saldrán: los que hicieron lo bueno, a resurrección de vida, y los que practicaron lo malo, a resurrección de juicio(CO).

Testimonio del Padre y de las obras de Jesús

30 Yo no puedo hacer nada por iniciativa mía(CP); como oigo, juzgo, y mi juicio es justo(CQ) porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió(CR). 31 Si yo solo doy testimonio de mí mismo(CS), mi testimonio no es verdadero[x]. 32 Otro es el que da testimonio de mí(CT), y yo sé que el testimonio que da de mí es verdadero. 33 Vosotros habéis enviado a preguntar a Juan, y él ha dado testimonio(CU) de la verdad. 34 Pero el testimonio que yo recibo no es de hombre(CV); mas digo esto para que vosotros seáis salvos. 35 Él era la lámpara que ardía y alumbraba(CW), y vosotros quisisteis regocijaros por un tiempo en su luz(CX). 36 Pero el testimonio que yo tengo es mayor que el de Juan; porque las obras que el Padre me ha dado para llevar a cabo(CY), las mismas obras que yo hago, dan testimonio de mí(CZ), de que el Padre me ha enviado(DA). 37 Y el Padre que me envió, ese ha dado testimonio de mí(DB). Pero no habéis oído jamás su voz ni habéis visto su apariencia. 38 Y su palabra no la tenéis morando en vosotros(DC), porque no creéis en aquel que Él envió(DD). 39 Examináis[y] las Escrituras porque vosotros pensáis que en ellas tenéis vida eterna(DE); y ellas son las que dan testimonio de mí(DF); 40 y no queréis venir a mí para que tengáis vida. 41 No recibo gloria de los hombres(DG); 42 pero os conozco, que no tenéis el amor de Dios en vosotros. 43 Yo he venido en nombre de mi Padre y no me recibís; si otro viene en su propio nombre(DH), a ese recibiréis. 44 ¿Cómo podéis creer, cuando recibís gloria[z] los unos de los otros(DI), y no buscáis la gloria[aa] que viene del Dios único(DJ)? 45 No penséis que yo os acusaré delante del Padre; el que os acusa es Moisés(DK), en quien vosotros habéis puesto vuestra esperanza. 46 Porque si creyerais a Moisés, me creeríais a mí, porque de mí escribió él(DL). 47 Pero si no creéis sus escritos(DM), ¿cómo creeréis mis palabras?

Alimentación de los cinco mil

(DN)Después de esto, Jesús se fue al otro lado del mar de Galilea(DO), el de Tiberias(DP). Y le seguía una gran multitud, pues veían las señales[ab](DQ) que realizaba en los enfermos. Jesús subió al monte(DR) y se sentó allí con sus discípulos. Y estaba cerca la Pascua(DS), la fiesta de los judíos. Entonces Jesús, alzando los ojos y viendo que una gran multitud venía hacia Él, dijo* a Felipe(DT): ¿Dónde compraremos pan para que coman estos? Pero decía esto para probarlo(DU), porque Él sabía lo que iba a hacer. Felipe(DV) le respondió: Doscientos denarios[ac] de pan(DW) no les bastarán para que cada uno reciba un pedazo[ad]. Uno de sus discípulos(DX), Andrés, hermano de Simón Pedro(DY), dijo* a Jesús[ae]: Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos pescados(DZ); pero ¿qué es esto para tantos? 10 Jesús dijo: Haced que la gente se recueste. Y había mucha hierba(EA) en aquel lugar. Así que los hombres se recostaron, en número de unos cinco mil(EB). 11 Entonces Jesús tomó los panes, y habiendo dado gracias(EC), los repartió a los que estaban recostados[af]; y lo mismo hizo con los pescados(ED), dándoles todo lo que querían. 12 Cuando se saciaron, dijo* a sus discípulos(EE): Recoged los pedazos que sobran, para que no se pierda nada. 13 Los recogieron, pues, y llenaron doce cestas(EF) con los pedazos de los cinco panes de cebada que sobraron a los que habían comido. 14 La gente entonces, al ver la señal[ag] que Jesús había hecho, decía: Verdaderamente este es el Profeta(EG) que había de venir[ah] al mundo.

15 Por lo que Jesús, dándose cuenta de que iban a venir y llevárselo por la fuerza para hacerle rey(EH), (EI)se retiró otra vez al monte(EJ) Él solo.

Jesús anda sobre el mar

16 Al atardecer, sus discípulos(EK) descendieron al mar, 17 y subiendo en una barca, se dirigían al otro lado del mar, hacia Capernaúm(EL). Ya había oscurecido, y Jesús todavía no había venido a ellos; 18 y el mar estaba agitado porque soplaba un fuerte viento. 19 Cuando habían remado unos veinticinco o treinta estadios[ai], vieron* a Jesús caminando sobre el mar y acercándose a la barca; y se asustaron. 20 Pero Él les dijo*: Soy yo; no temáis(EM). 21 Entonces ellos querían recibirle en la barca, e inmediatamente la barca llegó a la tierra adonde iban.

Jesús, el pan de la vida

22 Al día siguiente, la multitud(EN) que había quedado al otro lado del mar se dio cuenta de[aj] que allí no había[ak] más que una barca, y que Jesús no había entrado en ella[al] con sus discípulos, sino que sus discípulos se habían ido solos(EO). 23 Vinieron otras barcas de Tiberias(EP) cerca del lugar donde habían comido el pan después de que el Señor(EQ) había dado gracias(ER). 24 Por tanto, cuando la gente vio que Jesús no estaba allí, ni tampoco sus discípulos, subieron a las barcas y se fueron a Capernaúm(ES) buscando a Jesús. 25 Cuando le hallaron al otro lado del mar, le dijeron: Rabí[am](ET), ¿cuándo llegaste acá? 26 Jesús les respondió y dijo: En verdad, en verdad os digo: me buscáis(EU), no porque hayáis visto señales[an](EV), sino porque habéis comido de los panes y os habéis saciado. 27 Trabajad, no por el alimento que perece, sino por el alimento que permanece(EW) para vida eterna(EX), el cual el Hijo del Hombre(EY) os dará, porque a este es a quien el Padre, Dios, ha marcado con su sello(EZ). 28 Entonces le dijeron: ¿Qué debemos hacer[ao] para poner en práctica las obras de Dios? 29 Respondió Jesús y les dijo: Esta es la obra de Dios: que creáis(FA) en el que Él ha enviado(FB). 30 Le dijeron entonces: ¿Qué, pues, haces tú como señal[ap](FC) para que veamos y te creamos? ¿Qué obra haces? 31 Nuestros padres comieron el maná en el desierto(FD), como está escrito: «Les dio a comer pan del cielo(FE)». 32 Entonces Jesús les dijo: En verdad, en verdad os digo: no es Moisés el que os ha dado el pan del cielo, sino que es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo. 33 Porque el pan de Dios es el[aq] que baja del cielo(FF), y da vida al mundo. 34 Entonces le dijeron: Señor, danos siempre este pan(FG). 35 Jesús les dijo: Yo soy el pan de la vida(FH); el que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí nunca tendrá sed(FI). 36 Pero ya os dije que aunque me habéis visto(FJ), no creéis. 37 Todo lo que el Padre me da(FK), vendrá a mí; y al que viene a mí, de ningún modo lo echaré fuera. 38 Porque he descendido del cielo(FL), no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió(FM). 39 Y esta es la voluntad del que me envió: que de todo lo que Él me ha dado(FN) yo no pierda nada(FO), sino que lo resucite en el día final(FP). 40 Porque esta es la voluntad de mi Padre: que todo aquel que ve al Hijo(FQ) y cree en Él, tenga vida eterna(FR), y yo mismo lo resucitaré en el día final(FS).

Murmuración de los judíos

41 Por eso los judíos(FT) murmuraban de Él, porque había dicho: Yo soy el pan que descendió del cielo(FU). 42 Y decían: ¿No es este Jesús, el hijo de José(FV), cuyo padre y madre nosotros conocemos(FW)? ¿Cómo es que ahora dice: «Yo he descendido del cielo(FX)»? 43 Respondió Jesús y les dijo: No murmuréis entre vosotros. 44 Nadie puede venir a mí si no lo trae[ar](FY) el Padre que me envió, y yo lo resucitaré en el día final(FZ). 45 Escrito está en los profetas(GA): «Y todos serán enseñados por Dios(GB)». Todo el que ha oído y aprendido del Padre, viene a mí. 46 No es que alguien haya visto al Padre; sino aquel que viene[as] de Dios, este ha visto al Padre(GC). 47 En verdad, en verdad os digo: el que cree[at], tiene vida eterna(GD). 48 Yo soy el pan de la vida(GE). 49 Vuestros padres comieron el maná en el desierto, y murieron(GF). 50 Este es el pan que desciende del cielo(GG), para que el que coma de él, no muera(GH). 51 Yo soy el pan vivo(GI) que descendió del cielo(GJ); si alguno come de este pan, vivirá para siempre(GK); y el pan que yo también daré por la vida del mundo(GL) es mi carne(GM).

52 Los judíos(GN) entonces contendían entre sí(GO), diciendo: ¿Cómo puede este darnos a comer su carne? 53 Entonces Jesús les dijo: En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del Hombre(GP) y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. 54 El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el día final(GQ). 55 Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. 56 El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí y yo en él(GR). 57 Como el Padre que vive(GS) me envió(GT), y yo vivo por el Padre, asimismo el que me come, él también vivirá por mí. 58 Este es el pan que descendió del cielo(GU); no como el que vuestros[au] padres comieron, y murieron(GV); el que come este pan vivirá para siempre(GW). 59 Esto dijo Jesús en la sinagoga, cuando enseñaba(GX) en Capernaúm(GY).

Reacción de los discípulos

60 Por eso muchos de sus discípulos(GZ), cuando oyeron esto, dijeron: Dura es esta declaración(HA); ¿quién puede escucharla? 61 Pero Jesús, sabiendo(HB) en su interior que sus discípulos murmuraban por esto, les dijo: ¿Esto os escandaliza[av](HC)? 62 ¿Pues qué si vierais al Hijo del Hombre(HD) ascender adonde antes estaba(HE)? 63 El Espíritu es el que da vida(HF); la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida(HG). 64 Pero hay algunos de vosotros que no creéis(HH). Porque Jesús sabía(HI) desde el principio quiénes eran los que no creían, y quién era el que le iba a traicionar[aw](HJ). 65 Y decía: Por eso os he dicho que nadie puede venir a mí si no se lo ha concedido(HK) el Padre(HL).

66 Como resultado de esto muchos de sus discípulos(HM) se apartaron(HN) y ya no andaban con Él. 67 Entonces Jesús dijo a los doce(HO): ¿Acaso queréis vosotros iros también? 68 Simón Pedro(HP) le respondió: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna(HQ). 69 Y nosotros hemos creído y conocido que tú eres el Santo de Dios(HR). 70 Jesús les respondió: ¿No os escogí(HS) yo a vosotros, los doce(HT), y sin embargo uno de vosotros es un diablo(HU)? 71 Y Él se refería a Judas, hijo de Simón Iscariote(HV), porque este, uno de los doce(HW), le iba a entregar[ax](HX).

Notas al pie

  1. Juan 4:1 Lit., Jesús
  2. Juan 4:6 Lit., se sentó así
  3. Juan 4:6 I.e., las doce del día
  4. Juan 4:22 Lit., es
  5. Juan 4:24 O, Dios es un Espíritu
  6. Juan 4:29 I.e., el Mesías
  7. Juan 4:31 O, Maestro
  8. Juan 4:42 O, por tus palabras
  9. Juan 4:48 O, milagros
  10. Juan 4:51 O, muchacho
  11. Juan 4:52 I.e., la una de la tarde
  12. Juan 4:52 Lit., le dejó
  13. Juan 4:54 Lit., Y esta de nuevo
  14. Juan 4:54 O, un segundo milagro
  15. Juan 5:1 Lit., había
  16. Juan 5:1 Algunos mss. dicen: la fiesta; i.e., la Pascua
  17. Juan 5:2 I.e., en arameo judaico
  18. Juan 5:2 Otros mss. dicen: Betsaida, o, Betzata
  19. Juan 5:3 Los mss. más antiguos no incluyen el resto del vers. 3 y todo el vers. 4
  20. Juan 5:5 Lit., con su enfermedad
  21. Juan 5:19 Lit., aquél
  22. Juan 5:22 Lit., dado
  23. Juan 5:24 Lit., juicio
  24. Juan 5:31 I.e., admisible como prueba legal
  25. Juan 5:39 O, Examinad
  26. Juan 5:44 O, fama, u, honor
  27. Juan 5:44 O, fama, u, honor
  28. Juan 6:2 O, los milagros
  29. Juan 6:7 Un denario valía aprox. 4 gramos de plata, o el equivalente al salario de un día
  30. Juan 6:7 Lit., un poco
  31. Juan 6:8 Lit., a Él
  32. Juan 6:11 O, reclinados
  33. Juan 6:14 O, el milagro
  34. Juan 6:14 Lit., que viene
  35. Juan 6:19 I.e., cuatro o cinco km.
  36. Juan 6:22 Lit., vio
  37. Juan 6:22 O, había habido
  38. Juan 6:22 Lit., en la barca
  39. Juan 6:25 O, Maestro
  40. Juan 6:26 O, milagros
  41. Juan 6:28 Lit., ¿Qué haremos
  42. Juan 6:30 O, milagro
  43. Juan 6:33 O, aquel
  44. Juan 6:44 Lit., arrastra
  45. Juan 6:46 Lit., es
  46. Juan 6:47 Algunos mss. dicen: cree en mí
  47. Juan 6:58 Lit., los
  48. Juan 6:61 U, os hace tropezar
  49. Juan 6:64 O, entregar
  50. Juan 6:71 O, tenía el propósito de entregarle

Jesús y la mujer samaritana

Cuando, pues, el Señor entendió que los fariseos habían oído decir: Jesús hace y bautiza más discípulos que Juan (aunque Jesús no bautizaba, sino sus discípulos), salió de Judea, y se fue otra vez a Galilea. Y le era necesario pasar por Samaria. Vino, pues, a una ciudad de Samaria llamada Sicar, junto a la heredad que Jacob dio a su hijo José.(A) Y estaba allí el pozo de Jacob. Entonces Jesús, cansado del camino, se sentó así junto al pozo. Era como la hora sexta.

Vino una mujer de Samaria a sacar agua; y Jesús le dijo: Dame de beber. Pues sus discípulos habían ido a la ciudad a comprar de comer. La mujer samaritana le dijo: ¿Cómo tú, siendo judío, me pides a mí de beber, que soy mujer samaritana? Porque judíos y samaritanos no se tratan entre sí.(B) 10 Respondió Jesús y le dijo: Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva. 11 La mujer le dijo: Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo. ¿De dónde, pues, tienes el agua viva? 12 ¿Acaso eres tú mayor que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo, del cual bebieron él, sus hijos y sus ganados? 13 Respondió Jesús y le dijo: Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; 14 mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna. 15 La mujer le dijo: Señor, dame esa agua, para que no tenga yo sed, ni venga aquí a sacarla.

16 Jesús le dijo: Ve, llama a tu marido, y ven acá. 17 Respondió la mujer y dijo: No tengo marido. Jesús le dijo: Bien has dicho: No tengo marido; 18 porque cinco maridos has tenido, y el que ahora tienes no es tu marido; esto has dicho con verdad. 19 Le dijo la mujer: Señor, me parece que tú eres profeta. 20 Nuestros padres adoraron en este monte, y vosotros decís que en Jerusalén es el lugar donde se debe adorar. 21 Jesús le dijo: Mujer, créeme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre. 22 Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salvación viene de los judíos. 23 Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. 24 Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren. 25 Le dijo la mujer: Sé que ha de venir el Mesías, llamado el Cristo; cuando él venga nos declarará todas las cosas. 26 Jesús le dijo: Yo soy, el que habla contigo.

27 En esto vinieron sus discípulos, y se maravillaron de que hablaba con una mujer; sin embargo, ninguno dijo: ¿Qué preguntas? o, ¿Qué hablas con ella? 28 Entonces la mujer dejó su cántaro, y fue a la ciudad, y dijo a los hombres: 29 Venid, ved a un hombre que me ha dicho todo cuanto he hecho. ¿No será este el Cristo? 30 Entonces salieron de la ciudad, y vinieron a él.

31 Entre tanto, los discípulos le rogaban, diciendo: Rabí, come. 32 Él les dijo: Yo tengo una comida que comer, que vosotros no sabéis. 33 Entonces los discípulos decían unos a otros: ¿Le habrá traído alguien de comer? 34 Jesús les dijo: Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra. 35 ¿No decís vosotros: Aún faltan cuatro meses para que llegue la siega? He aquí os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega. 36 Y el que siega recibe salario, y recoge fruto para vida eterna, para que el que siembra goce juntamente con el que siega. 37 Porque en esto es verdadero el dicho: Uno es el que siembra, y otro es el que siega. 38 Yo os he enviado a segar lo que vosotros no labrasteis; otros labraron, y vosotros habéis entrado en sus labores.

39 Y muchos de los samaritanos de aquella ciudad creyeron en él por la palabra de la mujer, que daba testimonio diciendo: Me dijo todo lo que he hecho. 40 Entonces vinieron los samaritanos a él y le rogaron que se quedase con ellos; y se quedó allí dos días. 41 Y creyeron muchos más por la palabra de él, 42 y decían a la mujer: Ya no creemos solamente por tu dicho, porque nosotros mismos hemos oído, y sabemos que verdaderamente este es el Salvador del mundo, el Cristo.

Jesús sana al hijo de un noble

43 Dos días después, salió de allí y fue a Galilea. 44 Porque Jesús mismo dio testimonio de que el profeta no tiene honra en su propia tierra.(C) 45 Cuando vino a Galilea, los galileos le recibieron, habiendo visto todas las cosas que había hecho en Jerusalén, en la fiesta;(D) porque también ellos habían ido a la fiesta.

46 Vino, pues, Jesús otra vez a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino.(E) Y había en Capernaum un oficial del rey, cuyo hijo estaba enfermo. 47 Este, cuando oyó que Jesús había llegado de Judea a Galilea, vino a él y le rogó que descendiese y sanase a su hijo, que estaba a punto de morir. 48 Entonces Jesús le dijo: Si no viereis señales y prodigios, no creeréis. 49 El oficial del rey le dijo: Señor, desciende antes que mi hijo muera. 50 Jesús le dijo: Ve, tu hijo vive. Y el hombre creyó la palabra que Jesús le dijo, y se fue. 51 Cuando ya él descendía, sus siervos salieron a recibirle, y le dieron nuevas, diciendo: Tu hijo vive. 52 Entonces él les preguntó a qué hora había comenzado a estar mejor. Y le dijeron: Ayer a las siete le dejó la fiebre. 53 El padre entonces entendió que aquella era la hora en que Jesús le había dicho: Tu hijo vive; y creyó él con toda su casa. 54 Esta segunda señal hizo Jesús, cuando fue de Judea a Galilea.

El paralítico de Betesda

Después de estas cosas había una fiesta de los judíos, y subió Jesús a Jerusalén.

Y hay en Jerusalén, cerca de la puerta de las ovejas, un estanque, llamado en hebreo Betesda, el cual tiene cinco pórticos. En estos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos y paralíticos, que esperaban el movimiento del agua. Porque un ángel descendía de tiempo en tiempo al estanque, y agitaba el agua; y el que primero descendía al estanque después del movimiento del agua, quedaba sano de cualquier enfermedad que tuviese. Y había allí un hombre que hacía treinta y ocho años que estaba enfermo. Cuando Jesús lo vio acostado, y supo que llevaba ya mucho tiempo así, le dijo: ¿Quieres ser sano? Señor, le respondió el enfermo, no tengo quien me meta en el estanque cuando se agita el agua; y entre tanto que yo voy, otro desciende antes que yo. Jesús le dijo: Levántate, toma tu lecho, y anda. Y al instante aquel hombre fue sanado, y tomó su lecho, y anduvo. Y era día de reposo[a] aquel día.

10 Entonces los judíos dijeron a aquel que había sido sanado: Es día de reposo;[b] no te es lícito llevar tu lecho.(F) 11 Él les respondió: El que me sanó, él mismo me dijo: Toma tu lecho y anda. 12 Entonces le preguntaron: ¿Quién es el que te dijo: Toma tu lecho y anda? 13 Y el que había sido sanado no sabía quién fuese, porque Jesús se había apartado de la gente que estaba en aquel lugar. 14 Después le halló Jesús en el templo, y le dijo: Mira, has sido sanado; no peques más, para que no te venga alguna cosa peor. 15 El hombre se fue, y dio aviso a los judíos, que Jesús era el que le había sanado. 16 Y por esta causa los judíos perseguían a Jesús, y procuraban matarle, porque hacía estas cosas en el día de reposo.[c] 17 Y Jesús les respondió: Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo. 18 Por esto los judíos aún más procuraban matarle, porque no solo quebrantaba el día de reposo,[d] sino que también decía que Dios era su propio Padre, haciéndose igual a Dios.

La autoridad del Hijo

19 Respondió entonces Jesús, y les dijo: De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente. 20 Porque el Padre ama al Hijo, y le muestra todas las cosas que él hace; y mayores obras que estas le mostrará, de modo que vosotros os maravilléis. 21 Porque como el Padre levanta a los muertos, y les da vida, así también el Hijo a los que quiere da vida. 22 Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al Hijo, 23 para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió.

24 De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida. 25 De cierto, de cierto os digo: Viene la hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que la oyeren vivirán. 26 Porque como el Padre tiene vida en sí mismo, así también ha dado al Hijo el tener vida en sí mismo; 27 y también le dio autoridad de hacer juicio, por cuanto es el Hijo del Hombre. 28 No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; 29 y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación.(G)

Testigos de Cristo

30 No puedo yo hacer nada por mí mismo; según oigo, así juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió, la del Padre. 31 Si yo doy testimonio acerca de mí mismo, mi testimonio no es verdadero. 32 Otro es el que da testimonio acerca de mí, y sé que el testimonio que da de mí es verdadero. 33 Vosotros enviasteis mensajeros a Juan, y él dio testimonio de la verdad.(H) 34 Pero yo no recibo testimonio de hombre alguno; mas digo esto, para que vosotros seáis salvos. 35 Él era antorcha que ardía y alumbraba; y vosotros quisisteis regocijaros por un tiempo en su luz. 36 Mas yo tengo mayor testimonio que el de Juan; porque las obras que el Padre me dio para que cumpliese, las mismas obras que yo hago, dan testimonio de mí, que el Padre me ha enviado. 37 También el Padre que me envió ha dado testimonio de mí.(I) Nunca habéis oído su voz, ni habéis visto su aspecto, 38 ni tenéis su palabra morando en vosotros; porque a quien él envió, vosotros no creéis. 39 Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí; 40 y no queréis venir a mí para que tengáis vida. 41 Gloria de los hombres no recibo. 42 Mas yo os conozco, que no tenéis amor de Dios en vosotros. 43 Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibís; si otro viniere en su propio nombre, a ese recibiréis. 44 ¿Cómo podéis vosotros creer, pues recibís gloria los unos de los otros, y no buscáis la gloria que viene del Dios único? 45 No penséis que yo voy a acusaros delante del Padre; hay quien os acusa, Moisés, en quien tenéis vuestra esperanza. 46 Porque si creyeseis a Moisés, me creeríais a mí, porque de mí escribió él. 47 Pero si no creéis a sus escritos, ¿cómo creeréis a mis palabras?

Alimentación de los cinco mil

(Mt. 14.13-21; Mr. 6.30-44; Lc. 9.10-17)

Después de esto, Jesús fue al otro lado del mar de Galilea, el de Tiberias. Y le seguía gran multitud, porque veían las señales que hacía en los enfermos. Entonces subió Jesús a un monte, y se sentó allí con sus discípulos. Y estaba cerca la pascua, la fiesta de los judíos. Cuando alzó Jesús los ojos, y vio que había venido a él gran multitud, dijo a Felipe: ¿De dónde compraremos pan para que coman estos? Pero esto decía para probarle; porque él sabía lo que había de hacer. Felipe le respondió: Doscientos denarios de pan no bastarían para que cada uno de ellos tomase un poco. Uno de sus discípulos, Andrés, hermano de Simón Pedro, le dijo: Aquí está un muchacho, que tiene cinco panes de cebada y dos pececillos; mas ¿qué es esto para tantos? 10 Entonces Jesús dijo: Haced recostar la gente. Y había mucha hierba en aquel lugar; y se recostaron como en número de cinco mil varones. 11 Y tomó Jesús aquellos panes, y habiendo dado gracias, los repartió entre los discípulos, y los discípulos entre los que estaban recostados; asimismo de los peces, cuanto querían. 12 Y cuando se hubieron saciado, dijo a sus discípulos: Recoged los pedazos que sobraron, para que no se pierda nada. 13 Recogieron, pues, y llenaron doce cestas de pedazos, que de los cinco panes de cebada sobraron a los que habían comido. 14 Aquellos hombres entonces, viendo la señal que Jesús había hecho, dijeron: Este verdaderamente es el profeta que había de venir al mundo.

15 Pero entendiendo Jesús que iban a venir para apoderarse de él y hacerle rey, volvió a retirarse al monte él solo.

Jesús anda sobre el mar

(Mt. 14.22-27; Mr. 6.45-52)

16 Al anochecer, descendieron sus discípulos al mar, 17 y entrando en una barca, iban cruzando el mar hacia Capernaum. Estaba ya oscuro, y Jesús no había venido a ellos. 18 Y se levantaba el mar con un gran viento que soplaba. 19 Cuando habían remado como veinticinco o treinta estadios, vieron a Jesús que andaba sobre el mar y se acercaba a la barca; y tuvieron miedo. 20 Mas él les dijo: Yo soy; no temáis. 21 Ellos entonces con gusto le recibieron en la barca, la cual llegó en seguida a la tierra adonde iban.

La gente busca a Jesús

22 El día siguiente, la gente que estaba al otro lado del mar vio que no había habido allí más que una sola barca, y que Jesús no había entrado en ella con sus discípulos, sino que estos se habían ido solos. 23 Pero otras barcas habían arribado de Tiberias junto al lugar donde habían comido el pan después de haber dado gracias el Señor. 24 Cuando vio, pues, la gente que Jesús no estaba allí, ni sus discípulos, entraron en las barcas y fueron a Capernaum, buscando a Jesús.

Jesús, el pan de vida

25 Y hallándole al otro lado del mar, le dijeron: Rabí, ¿cuándo llegaste acá? 26 Respondió Jesús y les dijo: De cierto, de cierto os digo que me buscáis, no porque habéis visto las señales, sino porque comisteis el pan y os saciasteis. 27 Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará; porque a este señaló Dios el Padre. 28 Entonces le dijeron: ¿Qué debemos hacer para poner en práctica las obras de Dios? 29 Respondió Jesús y les dijo: Esta es la obra de Dios, que creáis en el que él ha enviado. 30 Le dijeron entonces: ¿Qué señal, pues, haces tú, para que veamos, y te creamos? ¿Qué obra haces? 31 Nuestros padres comieron el maná en el desierto,(J) como está escrito: Pan del cielo les dio a comer.(K) 32 Y Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: No os dio Moisés el pan del cielo, mas mi Padre os da el verdadero pan del cielo. 33 Porque el pan de Dios es aquel que descendió del cielo y da vida al mundo. 34 Le dijeron: Señor, danos siempre este pan.

35 Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás. 36 Mas os he dicho, que aunque me habéis visto, no creéis. 37 Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera. 38 Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió. 39 Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero. 40 Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.

41 Murmuraban entonces de él los judíos, porque había dicho: Yo soy el pan que descendió del cielo. 42 Y decían: ¿No es este Jesús, el hijo de José, cuyo padre y madre nosotros conocemos? ¿Cómo, pues, dice este: Del cielo he descendido? 43 Jesús respondió y les dijo: No murmuréis entre vosotros. 44 Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero. 45 Escrito está en los profetas: Y serán todos enseñados por Dios.(L) Así que, todo aquel que oyó al Padre, y aprendió de él, viene a mí. 46 No que alguno haya visto al Padre, sino aquel que vino de Dios; este ha visto al Padre. 47 De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, tiene vida eterna. 48 Yo soy el pan de vida. 49 Vuestros padres comieron el maná en el desierto, y murieron. 50 Este es el pan que desciende del cielo, para que el que de él come, no muera. 51 Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo.

52 Entonces los judíos contendían entre sí, diciendo: ¿Cómo puede este darnos a comer su carne? 53 Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. 54 El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero. 55 Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. 56 El que come mi carne y bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él. 57 Como me envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre, asimismo el que me come, él también vivirá por mí. 58 Este es el pan que descendió del cielo; no como vuestros padres comieron el maná, y murieron; el que come de este pan, vivirá eternamente. 59 Estas cosas dijo en la sinagoga, enseñando en Capernaum.

Palabras de vida eterna

60 Al oírlas, muchos de sus discípulos dijeron: Dura es esta palabra; ¿quién la puede oír? 61 Sabiendo Jesús en sí mismo que sus discípulos murmuraban de esto, les dijo: ¿Esto os ofende? 62 ¿Pues qué, si viereis al Hijo del Hombre subir adonde estaba primero? 63 El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida. 64 Pero hay algunos de vosotros que no creen. Porque Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no creían, y quién le había de entregar. 65 Y dijo: Por eso os he dicho que ninguno puede venir a mí, si no le fuere dado del Padre.

66 Desde entonces muchos de sus discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con él. 67 Dijo entonces Jesús a los doce: ¿Queréis acaso iros también vosotros? 68 Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. 69 Y nosotros hemos creído y conocemos que tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.(M) 70 Jesús les respondió: ¿No os he escogido yo a vosotros los doce, y uno de vosotros es diablo? 71 Hablaba de Judas Iscariote, hijo de Simón; porque este era el que le iba a entregar, y era uno de los doce.

Notas al pie

  1. Juan 5:9 Aquí equivale a sábado.
  2. Juan 5:10 Aquí equivale a sábado.
  3. Juan 5:16 Aquí equivale a sábado.
  4. Juan 5:18 Aquí equivale a sábado.