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18 María Magdalena fue a dar las noticias a los discípulos:

—¡He visto al Señor!

También les contó que él le había dicho estas cosas.

Jesús aparece a sus discípulos

19 Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, y estando las puertas cerradas en el lugar donde los discípulos se reunían por miedo a los judíos, Jesús entró, se puso en medio de ellos y les dijo: “¡Paz a ustedes!”. 20 Habiendo dicho esto, les mostró las manos y el costado. Los discípulos se regocijaron cuando vieron al Señor. 21 Entonces Jesús les dijo otra vez: “¡Paz a ustedes! Como me ha enviado el Padre, así también yo los envío a ustedes”.

22 Habiendo dicho esto, sopló y les dijo: “Reciban el Espíritu Santo. 23 A los que remitan los pecados, les han sido remitidos; y a quienes se los retengan, les han sido retenidos”.

Jesús convence a Tomás

24 Pero Tomás, llamado Dídimo, uno de los doce, no estaba con ellos cuando vino Jesús. 25 Entonces los otros discípulos le decían:

—¡Hemos visto al Señor!

Pero él les dijo:

—Si yo no veo en sus manos la marca de los clavos, y si no meto mi dedo en la marca de los clavos y si no meto mi mano en su costado, no creeré jamás.

26 Ocho días después, sus discípulos estaban adentro otra vez y Tomás estaba con ellos. Y aunque las puertas estaban cerradas, Jesús entró, se puso en medio y dijo:

—¡Paz a ustedes!

27 Luego dijo a Tomás:

—Pon tu dedo aquí y mira mis manos, pon acá tu mano y métela en mi costado, y no seas incrédulo sino creyente.

28 Entonces Tomás respondió y le dijo:

—¡Señor mío y Dios mío!

29 Jesús le dijo:

—¿Porque me has visto, has creído?[a]. ¡Bienaventurados los que no ven y creen!

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Footnotes

  1. Juan 20:29 Otra trad., quieres.