Isaías 54-58
Reina-Valera 1995
El amor eterno de Jehová hacia Israel
54 «¡Regocíjate, estéril,
la que no daba a luz!
¡Eleva una canción y da voces de júbilo,
la que nunca estuvo de parto!,
porque más son los hijos de la desamparada
que los de la casada»,
ha dicho Jehová.
2 «Ensancha el sitio de tu tienda
y las cortinas de tus habitaciones sean extendidas;
no seas apocada;
alarga tus cuerdas y refuerza tus estacas.
3 Porque te extenderás a la mano derecha y a la mano izquierda;
tu descendencia heredará naciones
y habitará las ciudades asoladas.
4 No temas, pues no serás confundida;
no te avergüences, porque no serás afrentada,
sino que te olvidarás de la vergüenza de tu juventud
y de la afrenta de tu viudez no tendrás más memoria.
5 Porque tu marido es tu Hacedor
(“Jehová de los ejércitos” es su nombre).
Él es tu Redentor, el Santo de Israel,
el que será llamado “Dios de toda la tierra.”
6 Porque como a una mujer abandonada y triste de espíritu
te llamó Jehová,
como a la esposa de la juventud
que es repudiada,
dice el Dios tuyo.
7 “Por un breve momento te abandoné,
pero te recogeré con grandes misericordias.
8 Con un poco de ira
escondí mi rostro de ti por un momento;
pero con misericordia eterna tendré compasión de ti”»,
dice Jehová, tu Redentor.
9 «Porque esto me será como en los días de Noé,
cuando juré que nunca más las aguas de Noé
pasarían sobre la tierra.
Asimismo he jurado que no me enojaré contra ti
ni te reñiré.
10 Porque los montes se moverán
y los collados temblarán,
pero no se apartará de ti mi misericordia
ni el pacto de mi paz se romperá»,
dice Jehová, el que tiene misericordia de ti.
11 «¡Pobrecita, fatigada con tempestad, sin consuelo!
He aquí que yo cimentaré tus piedras sobre carbunclo
y sobre zafiros te fundaré.
12 Tus ventanas haré de piedras preciosas;
tus puertas, de piedras de carbunclo,
y toda tu muralla, de piedras preciosas.
13 Todos tus hijos serán enseñados por Jehová,
y se multiplicará la paz de tus hijos.
14 Con justicia serás adornada;
estarás lejos de la opresión, porque no temerás,
y lejos del temor, porque no se acercará a ti.
15 Si alguno conspira contra ti, lo hará sin mi apoyo.
El que contra ti conspire, delante de ti caerá.
16 Yo hice al herrero que sopla las ascuas en el fuego
y saca la herramienta para su obra;
y también yo he creado al destructor para que destruya.
17 Ninguna arma forjada contra ti,
prosperará,
y tú condenarás toda lengua que se levante contra ti en el juicio.
Ésta es la herencia de los siervos de Jehová:
su salvación de mí vendrá»,
dice Jehová.
Misericordia gratuita para todos
55 «¡Venid, todos los sedientos, venid a las aguas!
Aunque no tengáis dinero, ¡venid,
comprad y comed!
¡Venid, comprad sin dinero y sin pagar, vino y leche!
2 ¿Por qué gastáis el dinero en lo que no es pan
y vuestro trabajo en lo que no sacia?
¡Oídme atentamente: comed de lo mejor
y se deleitará vuestra alma con manjares!
3 Inclinad vuestro oído y venid a mí;
escuchad y vivirá vuestra alma.
Haré con vosotros un pacto eterno,
las misericordias firmes a David.
4 He aquí que yo lo di por testigo a los pueblos,
por jefe y por maestro a las naciones.
5 He aquí, llamarás a gente que no conociste
y gentes que no te conocieron correrán a ti
por causa de Jehová, tu Dios,
y del Santo de Israel, que te ha honrado.
6 »¡Buscad a Jehová mientras puede ser hallado,
llamadle en tanto que está cercano!
7 Deje el impío su camino
y el hombre inicuo sus pensamientos,
y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia,
al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar.
8 Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos
ni vuestros caminos mis caminos»,
dice Jehová.
9 «Como son más altos los cielos que la tierra,
así son mis caminos más altos que vuestros caminos
y mis pensamientos, más que vuestros pensamientos.
10 »Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve,
y no vuelve allá, sino que riega la tierra
y la hace germinar y producir,
y da semilla al que siembra
y pan al que come,
11 así será mi palabra que sale de mi boca:
no volverá a mí vacía,
sino que hará lo que yo quiero
y será prosperada en aquello para lo cual la envié.
12 »Porque con alegría saldréis
y con paz regresaréis.
Los montes y los collados
levantarán canción delante de vosotros,
y todos los árboles del campo darán palmadas de aplauso.
13 En lugar de la zarza crecerá ciprés,
y en lugar de la ortiga crecerá arrayán;
y será a Jehová por nombre,
por señal eterna que nunca será borrada.»
Recompensa de los que guardan el pacto de Dios
56 Así ha dicho Jehová:
«Guardad el derecho
y practicad la justicia,
porque cerca de venir está mi salvación
y de manifestarse mi justicia.»
2 Bienaventurado el hombre que hace esto,
el hijo del hombre que lo abraza:
que guarda el sábado para no profanarlo,
y que guarda su mano de hacer lo malo.
3 Que el extranjero que sigue a Jehová
no hable diciendo:
«Me apartará totalmente Jehová de su pueblo»,
ni diga el eunuco:
«He aquí, yo soy un árbol seco.»
4 Porque así dijo Jehová:
«A los eunucos que guarden mis sábados,
que escojan lo que yo quiero
y abracen mi pacto,
5 yo les daré lugar en mi casa y dentro de mis muros,
y un nombre mejor que el de hijos e hijas.
Les daré un nombre permanente, que nunca será olvidado.
6 Y a los hijos de los extranjeros
que sigan a Jehová para servirle,
que amen el nombre de Jehová
para ser sus siervos;
a todos los que guarden el sábado para no profanarlo,
y abracen mi pacto,
7 yo los llevaré a mi santo monte
y los recrearé en mi casa de oración;
sus holocaustos y sus sacrificios
serán aceptados sobre mi altar,
porque mi casa será llamada
casa de oración para todos los pueblos.»
8 Dice Jehová el Señor,
el que reúne a los dispersos de Israel:
«Aún reuniré en él a otros,
junto con los ya reunidos.
9 Todas las bestias del campo,
todas las fieras del bosque,
venid a devorar.
10 Sus guardianes son ciegos,
todos ellos ignorantes;
todos ellos son perros mudos,
que no pueden ladrar;
soñolientos y perezosos,
aman el dormir.
11 Esos perros voraces
son insaciables,
y los pastores mismos
no saben discernir:
todos ellos siguen sus propios caminos,
buscando cada uno su propio provecho,
cada cual por su lado.
12 Ellos dicen: “¡Venid, tomemos vino,
embriaguémonos de sidra;
y el día de mañana será como éste,
o aun mucho más excelente!”»
Condenación de la idolatría de Israel
57 Perece el justo, pero no hay quien piense en ello.
Los piadosos mueren,
pero no hay quien comprenda
que por la maldad es quitado el justo;
2 pero él entrará en la paz.
Descansarán en sus lechos
todos los que andan delante de Dios.
3 «¡En cuanto a vosotros, llegaos acá,
hijos de la hechicera,
generación del adúltero y la fornicaria!
4 ¿De quién os habéis burlado?
¿Contra quién ensanchasteis la boca
y sacasteis la lengua?
¿No sois vosotros hijos rebeldes,
generación mentirosa,
5 que ardéis en lujuria entre encinas,
debajo de cualquier árbol frondoso,
y sacrificáis los hijos en los valles,
debajo de los peñascos?
6 »En las piedras lisas del valle está tu parte;
ellas, ellas son tu suerte;
a ellas derramaste libación
y ofreciste presente.
¿No habré de castigar estas cosas?
7 Sobre un monte alto y empinado
pusiste tu cama;
allí también subiste a hacer sacrificios.
8 Tras la puerta y el umbral
pusiste tu recuerdo.
Ante otro, y no ante mí, te desnudaste;
subiste y tendiste tu amplia cama,
e hiciste alianza con ellos.
Amabas su cama dondequiera que la veías.
9 »Fuiste al rey con ungüento,
multiplicaste tus perfumes,
enviaste tus embajadores lejos
y descendiste hasta la profundidad del seol.
10 En la multitud de tus caminos te cansaste,
pero no dijiste: “No hay remedio”,
sino que hallaste nuevo vigor en tu mano,
y por tanto no te desalentaste.
11 ¿De quién te asustaste y temiste,
que has faltado a la fe, y no te has acordado de mí
ni te vino al pensamiento?
¿No he guardado silencio desde tiempos antiguos,
y nunca me has temido?
12 Yo publicaré tu justicia y tus obras,
que no te aprovecharán.
13 ¡Que te libren tus ídolos cuando clames!,
pero a todos ellos se los llevará el viento,
un soplo los arrebatará;
mas el que en mí confía tendrá la tierra por heredad
y poseerá mi santo monte.
14 Y dirá: “¡Allanad, allanad; barred el camino,
quitad los tropiezos del camino de mi pueblo!”»
15 Porque así dijo el Alto y Sublime,
el que habita la eternidad
y cuyo nombre es el Santo:
«Yo habito en la altura y la santidad,
pero habito también con el quebrantado y humilde de espíritu,
para reavivar el espíritu de los humildes
y para vivificar el corazón de los quebrantados.
16 Porque no contenderé para siempre,
ni por siempre estaré enojado,
pues decaerían ante mí
el espíritu y las almas que yo he creado.
17 Por la iniquidad de su codicia me enojé
y lo herí,
escondí mi rostro y me indigné;
pero él, rebelde, siguió por el camino de su corazón.
18 He visto sus caminos, pero lo sanaré
y lo pastorearé;
le daré consuelo a él y a sus enlutados.
19 Produciré fruto de labios:
Paz, paz para el que está lejos y para el que está cerca»,
dice Jehová. «Yo lo sanaré.»
20 Pero los impíos son como el mar en tempestad,
que no puede estarse quieto
y sus aguas arrojan cieno y lodo.
21 «¡No hay paz para los impíos!»,
ha dicho mi Dios.
El verdadero ayuno
58 «¡Clama a voz en cuello, no te detengas,
alza tu voz como una trompeta!
¡Anuncia a mi pueblo su rebelión
y a la casa de Jacob su pecado!
2 Ellos me buscan cada día
y quieren saber mis caminos,
como gente que hubiera hecho justicia
y que no hubiera dejado el derecho de su Dios.
Me piden justos juicios
y quieren acercarse a Dios.
3 Dicen: “¿Por qué ayunamos y no hiciste caso,
humillamos nuestras almas y no te diste por entendido?”
He aquí que en el día de vuestro ayuno
buscáis vuestro propio interés y oprimís a todos vuestros trabajadores.
4 He aquí que para contiendas y debates ayunáis,
y para herir con el puño inicuamente;
no ayunéis como lo hacéis hoy,
para que vuestra voz sea oída en lo alto.
5 ¿Es éste el ayuno que yo escogí:
que de día aflija el hombre su alma,
que incline su cabeza como un junco
y haga cama de telas ásperas y de ceniza?
¿Llamaréis a esto ayuno y día agradable a Jehová?
6 El ayuno que yo escogí,
¿no es más bien desatar las ligaduras de impiedad,
soltar las cargas de opresión,
dejar ir libres a los quebrantados
y romper todo yugo?
7 ¿No es que compartas tu pan con el hambriento,
que a los pobres errantes albergues en casa,
que cuando veas al desnudo lo cubras
y que no te escondas de tu hermano?
8 Entonces nacerá tu luz como el alba
y tu sanidad se dejará ver en seguida;
tu justicia irá delante de ti
y la gloria de Jehová será tu retaguardia.
9 Entonces invocarás, y te oirá Jehová;
clamarás, y dirá él: “¡Heme aquí!
Si quitas de en medio de ti el yugo,
el dedo amenazador y el hablar vanidad,
10 si das tu pan al hambriento
y sacias al alma afligida,
en las tinieblas nacerá tu luz
y tu oscuridad será como el mediodía.”
11 Jehová te pastoreará siempre,
en las sequías saciará tu alma
y dará vigor a tus huesos.
Serás como un huerto de riego,
como un manantial de aguas,
cuyas aguas nunca se agotan.
12 Y los tuyos edificarán las ruinas antiguas;
los cimientos de generación y generación levantarás,
y serás llamado “reparador de portillos”,
“restaurador de viviendas en ruinas.”
La observancia del día de reposo
13 »Si retraes del sábado tu pie,
de hacer tu voluntad en mi día santo,
y lo llamas “delicia”,
“santo”, “glorioso de Jehová”,
y lo veneras, no andando en tus propios caminos
ni buscando tu voluntad ni hablando tus propias palabras,
14 entonces te deleitarás en Jehová.
Yo te haré subir sobre las alturas de la tierra
y te daré a comer la heredad de tu padre Jacob.
La boca de Jehová lo ha hablado.»
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