Isaías 23-25
Reina-Valera 1995
Profecía contra Tiro
23 Profecía sobre Tiro:
¡Aullad, naves de Tarsis,
porque destruida es Tiro
hasta no quedar casa ni lugar adonde entrar!
Desde la tierra de Quitim
les ha sido anunciado.
2 ¡Callad, moradores de la costa,
mercaderes de Sidón,
los que cruzando el mar te abastecían!
3 Su provisión procedía de las sementeras
que crecen con las muchas aguas del Nilo,
de la mies del río.
Fue también emporio de las naciones.
4 ¡Avergüénzate, Sidón!, porque el mar,
la fortaleza del mar
habló, diciendo:
«Nunca estuve de parto:
no di a luz,
ni crié jóvenes
ni hice crecer muchachas.»
5 Cuando lleguen las nuevas a Egipto,
tendrán dolor por las noticias de Tiro.
6 Pasaos a Tarsis;
aullad, moradores de la costa.
7 ¿No era ésta vuestra ciudad alegre,
con muchos días de antigüedad?
Sus pies la llevarán
a morar lejos.
8 ¿Quién decretó esto sobre Tiro,
la que repartía coronas,
cuyos comerciantes eran príncipes,
cuyos mercaderes eran los nobles de la tierra?
9 Jehová de los ejércitos lo decretó
para envilecer la soberbia de todo esplendor
y para humillar a todos los ilustres de la tierra.
10 Pasa cual río de tu tierra,
hija de Tarsis,
porque no tendrás ya más poder.
11 Extendió su mano sobre el mar,
hizo temblar los reinos;
Jehová mandó respecto a Canaán
que sus fortalezas sean destruidas.
12 Y dijo: «No te alegrarás más,
oprimida virgen, hija de Sidón.
Levántate para pasar a Quitim,
y aun allí no tendrás reposo.»
13 ¡Mira la tierra de los caldeos!
Este pueblo no existía.
Asiria la fundó para los moradores del desierto.
Levantaron sus fortalezas,
edificaron sus palacios;
él la convirtió en ruinas.
14 ¡Aullad, naves de Tarsis,
porque vuestra fortaleza es destruida!
15 Acontecerá en aquel día, que Tiro será echada en el olvido durante setenta años, como los días de un rey. Después de los setenta años, cantará Tiro una canción como de ramera.
16 Toma un arpa
y recorre la ciudad,
ramera olvidada.
Entona una buena melodía,
repite la canción,
a fin de que seas recordada.
17 Y acontecerá que al fin de los setenta años visitará Jehová a Tiro, la cual volverá a comerciar y fornicará de nuevo con todos los reinos del mundo sobre la faz de la tierra. 18 Pero sus negocios y ganancias serán consagrados a Jehová. No se guardarán ni se atesorarán, porque sus ganancias serán para los que estén delante de Jehová, para que coman hasta saciarse y vistan con esplendidez.
El juicio de Jehová sobre la tierra
24 He aquí que Jehová
devasta la tierra y la arrasa,
trastorna su faz
y hace esparcir a sus moradores.
2 Y sucederá, como al pueblo,
así también al sacerdote;
como al esclavo, así a su amo;
como a la criada, a su ama;
como al que compra, al que vende;
como al que presta, al que toma prestado;
como al acreedor, así también al deudor.
3 La tierra será totalmente devastada
y completamente saqueada,
porque Jehová ha pronunciado esta palabra.
4 Se destruyó, cayó la tierra;
enfermó, cayó el mundo;
enfermaron los altos pueblos de la tierra.
5 Y la tierra fue profanada
por sus moradores,
porque traspasaron las leyes,
falsearon el derecho,
quebrantaron el pacto eterno.
6 Por esta causa la maldición consumió la tierra
y sus moradores fueron asolados;
por esta causa fueron consumidos los habitantes de la tierra
y disminuyó la población.
7 Se perdió el vino,
enfermó la vid,
gimieron todos los que eran alegres de corazón.
8 Cesó el regocijo de los panderos,
se acabó el estruendo de los que se alegran,
cesó la alegría del arpa.
9 No beberán vino con canción;
la sidra les será amarga a los que la beben.
10 Quebrantada está la ciudad
a causa del desastre.
Toda casa se ha cerrado,
para que no entre nadie.
11 Hay clamores en las calles por falta de vino;
todo gozo se ha apagado,
la alegría se desterró de la tierra.
12 La ciudad quedó desolada
y con ruina fue destrozada la puerta.
13 Porque así será en medio de la tierra,
en medio de los pueblos,
como un olivo sacudido,
como rebuscos
después de la vendimia.
14 Estos alzarán su voz, cantarán gozosos
por la grandeza de Jehová;
desde el mar darán voces.
15 Glorificad por esto a Jehová en los valles;
en las costas del mar
sea nombrado Jehová, Dios de Israel.
16 De los extremos de la tierra oímos cánticos:
«¡Gloria al justo!»
Y yo dije:
«¡Mi desdicha, mi desdicha, ay de mí!»
Traidores han traicionado,
y han traicionado con traición de desleales.
17 ¡Terror, foso y red
sobre ti, morador de la tierra!
18 Y acontecerá que el que huya de la voz del terror
caerá en el foso;
y el que salga de en medio del foso
será atrapado en la red;
porque de lo alto se abrirán ventanas
y temblarán los cimientos de la tierra.
19 Será destruida del todo la tierra,
enteramente desmenuzada será la tierra,
en gran manera será la tierra conmovida.
20 Temblará la tierra como un ebrio
y será removida como una choza,
y tanto pesará sobre ella su pecado,
que nunca más se levantará.
21 Acontecerá en aquel día,
que Jehová castigará
al ejército de los cielos en lo alto
y a los reyes de la tierra sobre la tierra.
22 Serán amontonados
como se amontona a los encarcelados en una mazmorra,
y en prisión quedarán encerrados.
Y al cabo de muchos días serán castigados.
23 La luna se avergonzará
y el sol se confundirá,
cuando Jehová de los ejércitos reine
en el monte Sión, en Jerusalén,
y brille su gloria delante de sus ancianos.
Cántico de alabanza por el favor de Jehová
25 Jehová, tú eres mi Dios;
te exaltaré, alabaré tu nombre,
porque has hecho maravillas;
tus consejos antiguos son verdad y firmeza.
2 Porque convertiste la ciudad en escombros,
la ciudad fortificada, en ruina,
y el alcázar de los extranjeros ya no será ciudad
ni nunca más será reedificado.
3 Por esto te glorificará el pueblo fuerte,
te temerá la ciudad de gente poderosa.
4 Porque fuiste fortaleza para el pobre,
fortaleza para el necesitado en su aflicción,
refugio contra la tormenta,
sombra contra el calor;
porque el ímpetu de los violentos
es como una tormenta que se abate contra el muro.
5 Como el calor en lugar seco,
así humillarás el orgullo de los extranjeros;
y como calor debajo de una nube,
harás marchitar el renuevo de los poderosos.
6 Y Jehová de los ejércitos
hará en este monte a todos los pueblos
banquete de manjares suculentos,
banquete de vinos refinados,
de sustanciosos tuétanos
y vinos generosos.
7 Y destruirá en este monte
la cubierta tendida sobre todos los pueblos,
el velo que envuelve a todas las naciones.
8 Destruirá a la muerte para siempre,
y enjugará Jehová el Señor las lágrimas
de todos los rostros
y quitará la afrenta de su pueblo
de toda la tierra;
porque Jehová lo ha dicho.
9 Se dirá en aquel día:
«¡He aquí, éste es nuestro Dios!
Le hemos esperado, y nos salvará.
¡Éste es Jehová, a quien hemos esperado!
Nos gozaremos y nos alegraremos en su salvación.»
10 Porque la mano de Jehová se posará sobre este monte;
pero Moab será pisoteado en su mismo sitio,
como es pisoteada la paja en el estercolero.
11 Y extenderá sus manos por en medio de él,
como las extiende el nadador para nadar;
y abatirá su soberbia
y la destreza de sus manos.
12 Abatirá la fortaleza de tus altos muros:
la humillará y la echará abajo,
hasta el polvo.
Filipenses 1
Reina-Valera 1995
Salutación
1 Pablo y Timoteo, siervos de Jesucristo, a todos los santos en Cristo Jesús que están en Filipos, con los obispos y diáconos: 2 Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
Oración de Pablo por los creyentes
3 Doy gracias a mi Dios siempre que me acuerdo de vosotros. 4 Siempre en todas mis oraciones ruego con gozo por todos vosotros, 5 por vuestra comunión en el evangelio desde el primer día hasta ahora, 6 estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra la perfeccionará hasta el día de Jesucristo. 7 Y es justo que yo sienta esto de todos vosotros, porque os tengo en el corazón; y en mis prisiones, y en la defensa y confirmación del evangelio, todos vosotros sois participantes conmigo de la gracia. 8 Dios me es testigo de cómo os amo a todos vosotros con el entrañable amor de Jesucristo. 9 Y esto pido en oración: que vuestro amor abunde aún más y más en conocimiento y en toda comprensión, 10 para que aprobéis lo mejor, a fin de que seáis sinceros e irreprochables para el día de Cristo, 11 llenos de frutos de justicia que son por medio de Jesucristo, para gloria y alabanza de Dios.
Para mí el vivir es Cristo
12 Quiero que sepáis, hermanos, que las cosas que me han sucedido, han contribuido más bien al progreso del evangelio, 13 de tal manera que en todo el pretorio y entre todos los demás se ha hecho evidente que estoy preso por causa de Cristo. 14 Y la mayoría de los hermanos, cobrando ánimo en el Señor con mis prisiones, se atreven mucho más a hablar la palabra sin temor.
15 Algunos, a la verdad, predican a Cristo por envidia y rivalidad; pero otros lo hacen de buena voluntad. 16 Los unos anuncian a Cristo por rivalidad, no sinceramente, pensando añadir aflicción a mis prisiones; 17 pero los otros por amor, sabiendo que estoy puesto para la defensa del evangelio. 18 ¿Qué, pues? Que no obstante, de todas maneras, o por pretexto o por verdad, Cristo es anunciado; y en esto me gozo y me gozaré siempre, 19 porque sé que por vuestra oración y la suministración del Espíritu de Jesucristo, esto resultará en mi liberación, 20 conforme a mi anhelo y esperanza de que en nada seré avergonzado; antes bien con toda confianza, como siempre, ahora también será magnificado Cristo en mi cuerpo, tanto si vivo como si muero, 21 porque para mí el vivir es Cristo y el morir, ganancia.
22 Pero si el vivir en la carne resulta para mí en beneficio de la obra, no sé entonces qué escoger: 23 De ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor; 24 pero quedar en la carne es más necesario por causa de vosotros. 25 Y confiado en esto, sé que quedaré, que aún permaneceré con todos vosotros, para vuestro provecho y gozo de la fe, 26 para que abunde vuestra gloria de mí en Cristo Jesús por mi presencia otra vez entre vosotros.
27 Solamente os ruego que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo, para que, sea que vaya a veros o que esté ausente, oiga de vosotros que estáis firmes en un mismo espíritu, combatiendo unánimes por la fe del evangelio 28 y sin dejaros intimidar por los que se oponen, que para ellos ciertamente es indicio de perdición, pero para vosotros de salvación; y esto procede de Dios. 29 A vosotros os es concedido a causa de Cristo, no sólo que creáis en él, sino también que padezcáis por él, 30 teniendo el mismo conflicto que habéis visto en mí y ahora oís que hay en mí.
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