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(8.23a) Y el oprimido no podrá escapar.

Nacimiento y reinado del Príncipe de la paz

1b (8.23b) Al principio Dios humilló a Galilea, tierra de Zabulón y de Neftalí, región vecina a los paganos, que se extiende desde el otro lado del Jordán hasta la orilla del mar; pero después le concedió mucho honor.

(1) El pueblo que andaba en la oscuridad
vio una gran luz;
una luz ha brillado
para los que vivían en tinieblas.
(2) Señor, has traído una gran alegría;
muy grande es el gozo.
Todos se alegran delante de ti como en tiempo de cosecha,
como se alegran los que se reparten grandes riquezas.
(3) Porque tú has deshecho
la esclavitud que oprimía al pueblo,
la opresión que lo afligía,
la tiranía a que estaba sometido.
Fue como cuando destruiste a Madián.
(4) Las botas que hacían resonar los soldados
y los vestidos manchados de sangre
serán quemados, destruidos por el fuego.
(5) Porque nos ha nacido un niño,
Dios nos ha dado un hijo,
al cual se le ha concedido el poder de gobernar.
Y le darán estos nombres:
Admirable en sus planes, Dios invencible,
Padre eterno, Príncipe de la paz.
(6) Se sentará en el trono de David;
extenderá su poder real a todas partes
y la paz no se acabará;
su reinado quedará bien establecido,
y sus bases serán la justicia y el derecho
desde ahora y para siempre.
Esto lo hará el ardiente amor del Señor todopoderoso.

Ira del Señor contra el reino de Israel

(7) El Señor ha enviado un mensaje a Israel,
al pueblo de Jacob;
(8) todo el pueblo de Efraín, que vive en Samaria,
lo ha entendido.
Ellos dicen con orgullo y altanería:
10 (9) «Se han caído los ladrillos,
pero vamos a construir con piedra.
Han cortado las vigas de sicómoro,
pero las vamos a cambiar por madera de cedro.»
11 (10) El Señor ha hecho venir terribles enemigos;
él mismo les ha ordenado atacar.
12 (11) Por el oriente los sirios,
por el occidente los filisteos.
De un bocado se tragaron a Israel.
Y, sin embargo, la ira del Señor no se ha calmado;
él sigue amenazando todavía.

13 (12) Pero el pueblo no se volvió a Dios, que lo castigaba;
no buscó al Señor todopoderoso.
14 (13) Entonces el Señor trató al reino de Israel
como quien corta a un animal la cola y la cabeza,
como quien derriba palmeras y juncos por igual.
¡Todo esto en un solo día!
15 (14) (La cabeza representa a los ancianos y los jefes,
la cola a los profetas que enseñan mentiras.)
16 (15) Los jefes han extraviado a este pueblo,
y los que buscaban un guía se perdieron.
17 (16) Por eso el Señor no tuvo compasión de los jóvenes,
ni misericordia de los huérfanos y las viudas.
Porque el pueblo entero es impío y perverso
y todos dicen disparates.
Y sin embargo la ira del Señor no se ha calmado;
él sigue amenazando todavía.

18 (17) La maldad hace estragos
como un incendio que devora espinos y matorrales
y quema luego los árboles del bosque,
y los lanza por los aires entre torbellinos de humo.
19-20 (18-19) Por la ira del Señor todopoderoso
el país está incendiado,
el fuego destruye al pueblo;
se comen la carne de sus propios hijos
y no tienen compasión de sus hermanos.
Aquí hay uno que engulle y queda con hambre,
allá hay otro que come y no se siente satisfecho.
21 (20) Manasés destruye a Efraín, Efraín a Manasés,
y ambos se lanzan contra Judá.
Y sin embargo la ira del Señor no se ha calmado;
él sigue amenazando todavía.

10 ¡Ay de ustedes, que dictan leyes injustas
y publican decretos intolerables,
que no hacen justicia a los débiles
ni reconocen los derechos de los pobres de mi pueblo,
que explotan a las viudas
y roban a los huérfanos!
¿Qué harán ustedes cuando tengan que rendir cuentas,
cuando vean venir de lejos el castigo?
¿A quién acudirán pidiendo ayuda?
¿En dónde dejarán sus riquezas?
Si no son humillados y llevados presos,
caerán con los que mueran asesinados.
Y sin embargo la ira del Señor no se ha calmado;
él sigue amenazando todavía.

Dios se vale de Asiria para el castigo

«¡El rey de Asiria!
Él es el palo con que yo en mi ira castigo,
la vara que uso cuando me enojo.
Lo mando a atacar a un pueblo impío,
a una nación que me ofende,
para que la robe y le quite sus riquezas,
para que la pisotee como al barro de las calles.
Pero el rey de Asiria no piensa así,
ni es eso lo que él se propone.
No piensa más que en destruir
y en acabar con muchas naciones.
Dice: “Todos los reyes son jefes a mis órdenes.
Para mí son iguales las ciudades de Calnó y de Carquemis,
Hamat igual que Arpad,
Samaria lo mismo que Damasco.
10 Me he encontrado naciones con muchos dioses,
con más ídolos que los de Jerusalén y Samaria.
11 Pues bien, lo que hice con Samaria y sus dioses,
¿no seré capaz de hacerlo con Jerusalén y sus ídolos?”»

12 Cuando el Señor haya hecho todo lo que tiene que hacer
en el monte Sión y en Jerusalén,
castigará al rey de Asiria
por esta obra de su orgullo,
y por su altanería y arrogancia.

13 El rey de Asiria ha dicho:
«Yo lo he hecho con mi propia fuerza;
yo soy inteligente, y he hecho los planes.
Yo he cambiado las fronteras de las naciones,
me he apoderado de sus riquezas,
y, como un valiente, he derribado a los reyes.
14 He puesto mi mano en las riquezas de los pueblos,
me he apoderado de toda la tierra
como quien toma de un nido unos huevos abandonados,
y no hubo nadie que moviera las alas,
nadie que abriera el pico y chillara.»

15 Pero, ¿acaso puede el hacha
creerse más importante que el que la maneja?,
¿la sierra más que el que la mueve?
¡Como si el bastón, que no es más que un palo,
fuera el que moviera al hombre que lo lleva!

16 Por eso, el Señor todopoderoso
va a dejar sin fuerzas a esos que son tan robustos,
y hará que les arda el cuerpo con el fuego de la fiebre.
17 El Dios Santo, luz de Israel,
se convertirá en llama de fuego,
y en un día quemará y destruirá
todos los espinos y matorrales que hay en el país.
18 Destruirá completamente
la belleza de sus bosques y sus huertos.
Los dejará como un enfermo que ya no tiene fuerzas.
19 Y serán tan pocos los árboles que queden en el bosque,
que hasta un niño los podrá contar.
20 En ese tiempo
los pocos que hayan quedado de Israel,
aquellos del pueblo de Jacob que se hayan salvado,
no volverán a apoyarse en el que los destruyó
sino que se apoyarán firmemente
en el Señor, el Dios Santo de Israel.
21 Unos cuantos del pueblo de Jacob
se volverán hacia el Dios invencible.
22 Aunque tu pueblo, Israel, sea tan numeroso
como los granos de arena del mar,
sólo unos cuantos volverán.
La destrucción está decidida
y se hará justicia por completo.
23 Porque el Señor todopoderoso
ha decidido la destrucción
y la va a llevar a cabo en todo el país.

24 El Señor todopoderoso dice así:

«Pueblo mío, que vives en Sión,
no tengas miedo a los asirios,
aunque te golpeen con su vara
y levanten su bastón contra ti
como hicieron los egipcios.
25 Porque dentro de muy poco tiempo
va a llevarse a cabo el castigo,
y mi ira los destruirá.
26 El Señor todopoderoso los castigará
como cuando derrotó a Madián
en la roca de Oreb,
y mostrará su poder contra Asiria
como cuando lo mostró contra Egipto.
27 En ese día se te quitará
la carga que han puesto sobre tus espaldas,
y será quebrado el yugo que te han puesto en la nuca.»

El avance de los asirios

El invasor viene por Rimón,
28 llega a Aiat,
pasa por Migrón,
deja la carga en Micmás,
29 cruza el paso del torrente,
acampa en Gueba;
Ramá se llena de terror,
Guibeá de Saúl sale huyendo.
30 ¡Da gritos, Bat-galim!
¡Óyelos, Laisa!
¡Responde, Anatot!
31 Madmená sale huyendo,
los habitantes de Guebim se esconden.
32 Hoy mismo se detiene el invasor en Nob;
da la señal de atacar el monte Sión,
la colina de Jerusalén.
33 Miren, el Señor todopoderoso
derriba los árboles con fuerza terrible;
los más altos caen cortados,
los más elevados se vienen al suelo.
34 Con un hacha derriba lo más espeso del bosque,
y los árboles más bellos del Líbano se derrumban.

El descendiente de Jesé trae un reinado de paz y justicia

11 De ese tronco que es Jesé, sale un retoño;
un retoño brota de sus raíces.
El espíritu del Señor estará continuamente sobre él,
y le dará sabiduría, inteligencia,
prudencia, fuerza,
conocimiento y temor del Señor.
Él no juzgará por la sola apariencia,
ni dará su sentencia fundándose en rumores.
Juzgará con justicia a los débiles
y defenderá los derechos de los pobres del país.
Sus palabras serán como una vara para castigar al violento,
y con el soplo de su boca hará morir al malvado.
Siempre irá revestido de justicia y verdad.
Entonces el lobo y el cordero vivirán en paz,
el tigre y el cabrito descansarán juntos,
el becerro y el león crecerán uno al lado del otro,
y se dejarán guiar por un niño pequeño.
La vaca y la osa serán amigas,
y sus crías descansarán juntas.
El león comerá pasto, como el buey.
El niño podrá jugar en el hoyo de la cobra,
podrá meter la mano en el nido de la víbora.
En todo mi monte santo
no habrá quien haga ningún daño,
porque así como el agua llena el mar,
así el conocimiento del Señor llenará todo el país.
10 En ese tiempo
el retoño de esta raíz que es Jesé
se levantará como una señal para los pueblos;
las naciones irán en su busca,
y el sitio en que esté será glorioso.

Regreso triunfal de los desterrados

11 En ese tiempo mostrará otra vez el Señor su poder
reconquistando el resto de su pueblo,
haciéndolo volver de Asiria y de Egipto,
de Patros, de Etiopía, de Elam,
de Sinar, de Hamat y de los países del mar.
12 Levantará una señal para las naciones
y reunirá a los israelitas que estaban desterrados;
juntará desde los cuatro puntos cardinales
a la gente de Judá que estaba dispersa.
13 La envidia de Efraín terminará,
y el rencor de Judá se calmará;
Efraín no tendrá envidia de Judá,
y Judá no sentirá rencor contra Efraín.
14 Los dos se lanzarán hacia el occidente contra los filisteos
y les caerán por la espalda;
juntos les quitarán las riquezas a las tribus de oriente.
Su poder llegará hasta Edom y Moab,
y dominarán a los amonitas.
15 El Señor les abrirá un camino por el Mar Rojo,
extenderá su brazo sobre el río Éufrates,
hará soplar un viento terrible
que lo dividirá en siete brazos,
y podrán cruzarlos sin quitarse las sandalias.
16 Cuando ese resto del pueblo del Señor vuelva de Asiria,
encontrará un amplio camino,
como Israel cuando salió de Egipto.

Canto de acción de gracias

12 En ese tiempo dirás:
«Te doy gracias, Señor,
porque aunque estuviste enojado conmigo,
tu ira ya pasó
y me has devuelto la paz.
Dios es quien me salva;
tengo confianza, no temo.
El Señor es mi refugio y mi fuerza,
él es mi salvador.»
También ustedes podrán ir a beber con alegría
en esa fuente de salvación,
y entonces dirán:
«Den gracias e invoquen al Señor,
cuenten a las naciones las cosas que ha hecho,
recuérdenles que él está por encima de todo.
Canten al Señor, porque ha hecho algo grandioso
que debe conocerse en toda la tierra.
Den gritos de alegría, habitantes de Sión,
porque el Dios Santo de Israel está en medio de ustedes
con toda su grandeza.»

Nacimiento y reinado del Mesías

Mas no habrá siempre oscuridad para la que está ahora en angustia, tal como la aflicción que le vino en el tiempo que livianamente tocaron la primera vez a la tierra de Zabulón y a la tierra de Neftalí; pues al fin llenará de gloria el camino del mar, de aquel lado del Jordán, en Galilea de los gentiles.(A) El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz; los que moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos.(B) Multiplicaste la gente, y aumentaste la alegría. Se alegrarán delante de ti como se alegran en la siega, como se gozan cuando reparten despojos. Porque tú quebraste su pesado yugo, y la vara de su hombro, y el cetro de su opresor, como en el día de Madián. Porque todo calzado que lleva el guerrero en el tumulto de la batalla, y todo manto revolcado en sangre, serán quemados, pasto del fuego. Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz. Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre.(C) El celo de Jehová de los ejércitos hará esto.

La ira de Jehová contra Israel

El Señor envió palabra a Jacob, y cayó en Israel. Y la sabrá todo el pueblo, Efraín y los moradores de Samaria, que con soberbia y con altivez de corazón dicen: 10 Los ladrillos cayeron, pero edificaremos de cantería; cortaron los cabrahígos, pero en su lugar pondremos cedros. 11 Pero Jehová levantará los enemigos de Rezín contra él, y juntará a sus enemigos; 12 del oriente los sirios, y los filisteos del poniente; y a boca llena devorarán a Israel. Ni con todo eso ha cesado su furor, sino que todavía su mano está extendida.

13 Pero el pueblo no se convirtió al que lo castigaba, ni buscó a Jehová de los ejércitos. 14 Y Jehová cortará de Israel cabeza y cola, rama y caña en un mismo día. 15 El anciano y venerable de rostro es la cabeza; el profeta que enseña mentira, es la cola. 16 Porque los gobernadores de este pueblo son engañadores, y sus gobernados se pierden. 17 Por tanto, el Señor no tomará contentamiento en sus jóvenes, ni de sus huérfanos y viudas tendrá misericordia; porque todos son falsos y malignos, y toda boca habla despropósitos. Ni con todo esto ha cesado su furor, sino que todavía su mano está extendida.

18 Porque la maldad se encendió como fuego, cardos y espinos devorará; y se encenderá en lo espeso del bosque, y serán alzados como remolinos de humo. 19 Por la ira de Jehová de los ejércitos se oscureció la tierra, y será el pueblo como pasto del fuego; el hombre no tendrá piedad de su hermano. 20 Cada uno hurtará a la mano derecha, y tendrá hambre, y comerá a la izquierda, y no se saciará; cada cual comerá la carne de su brazo; 21 Manasés a Efraín, y Efraín a Manasés, y ambos contra Judá. Ni con todo esto ha cesado su furor, sino que todavía su mano está extendida.

10 ¡Ay de los que dictan leyes injustas, y prescriben tiranía, para apartar del juicio a los pobres, y para quitar el derecho a los afligidos de mi pueblo; para despojar a las viudas, y robar a los huérfanos! ¿Y qué haréis en el día del castigo? ¿A quién os acogeréis para que os ayude, cuando venga de lejos el asolamiento? ¿En dónde dejaréis vuestra gloria? Sin mí se inclinarán entre los presos, y entre los muertos caerán. Ni con todo esto ha cesado su furor, sino que todavía su mano está extendida.

Asiria, instrumento de Dios

Oh Asiria,(D) vara y báculo de mi furor, en su mano he puesto mi ira. Le mandaré contra una nación pérfida, y sobre el pueblo de mi ira le enviaré, para que quite despojos, y arrebate presa, y lo ponga para ser hollado como lodo de las calles. Aunque él no lo pensará así, ni su corazón lo imaginará de esta manera, sino que su pensamiento será desarraigar y cortar naciones no pocas. Porque él dice: Mis príncipes, ¿no son todos reyes? ¿No es Calno como Carquemis, Hamat como Arfad, y Samaria como Damasco? 10 Como halló mi mano los reinos de los ídolos, siendo sus imágenes más que las de Jerusalén y de Samaria; 11 como hice a Samaria y a sus ídolos, ¿no haré también así a Jerusalén y a sus ídolos?

12 Pero acontecerá que después que el Señor haya acabado toda su obra en el monte de Sion y en Jerusalén, castigará el fruto de la soberbia del corazón del rey de Asiria, y la gloria de la altivez de sus ojos. 13 Porque dijo: Con el poder de mi mano lo he hecho, y con mi sabiduría, porque he sido prudente; quité los territorios de los pueblos, y saqueé sus tesoros, y derribé como valientes a los que estaban sentados; 14 y halló mi mano como nido las riquezas de los pueblos; y como se recogen los huevos abandonados, así me apoderé yo de toda la tierra; y no hubo quien moviese ala, ni abriese boca y graznase.

15 ¿Se gloriará el hacha contra el que con ella corta? ¿Se ensoberbecerá la sierra contra el que la mueve? ¡Como si el báculo levantase al que lo levanta; como si levantase la vara al que no es leño! 16 Por esto el Señor, Jehová de los ejércitos, enviará debilidad sobre sus robustos, y debajo de su gloria encenderá una hoguera como ardor de fuego. 17 Y la luz de Israel será por fuego, y su Santo por llama, que abrase y consuma en un día sus cardos y sus espinos. 18 La gloria de su bosque y de su campo fértil consumirá totalmente, alma y cuerpo, y vendrá a ser como abanderado en derrota. 19 Y los árboles que queden en su bosque serán en número que un niño los pueda contar.

20 Acontecerá en aquel tiempo, que los que hayan quedado de Israel y los que hayan quedado de la casa de Jacob, nunca más se apoyarán en el que los hirió, sino que se apoyarán con verdad en Jehová, el Santo de Israel. 21 El remanente volverá, el remanente de Jacob volverá al Dios fuerte. 22 Porque si tu pueblo, oh Israel, fuere como las arenas del mar, el remanente de él volverá; la destrucción acordada rebosará justicia. 23 Pues el Señor, Jehová de los ejércitos, hará consumación ya determinada en medio de la tierra.(E)

24 Por tanto el Señor, Jehová de los ejércitos, dice así: Pueblo mío, morador de Sion, no temas de Asiria. Con vara te herirá, y contra ti alzará su palo, a la manera de Egipto; 25 mas de aquí a muy poco tiempo se acabará mi furor y mi enojo, para destrucción de ellos. 26 Y levantará Jehová de los ejércitos azote contra él como la matanza de Madián en la peña de Oreb, y alzará su vara sobre el mar como hizo por la vía de Egipto. 27 Acontecerá en aquel tiempo que su carga será quitada de tu hombro, y su yugo de tu cerviz, y el yugo se pudrirá a causa de la unción.

28 Vino hasta Ajat, pasó hasta Migrón; en Micmas contará su ejército. 29 Pasaron el vado; se alojaron en Geba; Ramá tembló; Gabaa de Saúl huyó. 30 Grita en alta voz, hija de Galim; haz que se oiga hacia Lais, pobrecilla Anatot. 31 Madmena se alborotó; los moradores de Gebim huyen. 32 Aún vendrá día cuando reposará en Nob; alzará su mano al monte de la hija de Sion, al collado de Jerusalén. 33 He aquí el Señor, Jehová de los ejércitos, desgajará el ramaje con violencia, y los árboles de gran altura serán cortados, y los altos serán humillados. 34 Y cortará con hierro la espesura del bosque, y el Líbano caerá con estruendo.

Reinado justo del Mesías

11 Saldrá una vara del tronco de Isaí, y un vástago(F) retoñará de sus raíces.(G) Y reposará sobre él el Espíritu de Jehová; espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor de Jehová. Y le hará entender diligente en el temor de Jehová. No juzgará según la vista de sus ojos, ni argüirá por lo que oigan sus oídos; sino que juzgará con justicia a los pobres, y argüirá con equidad por los mansos de la tierra; y herirá la tierra con la vara de su boca, y con el espíritu de sus labios matará al impío.(H) Y será la justicia cinto de sus lomos,(I) y la fidelidad ceñidor de su cintura.

Morará el lobo con el cordero, y el leopardo con el cabrito se acostará; el becerro y el león y la bestia doméstica andarán juntos, y un niño los pastoreará. La vaca y la osa pacerán, sus crías se echarán juntas; y el león como el buey comerá paja. Y el niño de pecho jugará sobre la cueva del áspid, y el recién destetado extenderá su mano sobre la caverna de la víbora. No harán mal ni dañarán en todo mi santo monte;(J) porque la tierra será llena del conocimiento de Jehová, como las aguas cubren el mar.(K)

10 Acontecerá en aquel tiempo que la raíz de Isaí,(L) la cual estará puesta por pendón a los pueblos, será buscada por las gentes; y su habitación será gloriosa.

11 Asimismo acontecerá en aquel tiempo, que Jehová alzará otra vez su mano para recobrar el remanente de su pueblo que aún quede en Asiria, Egipto, Patros, Etiopía, Elam, Sinar y Hamat, y en las costas del mar. 12 Y levantará pendón a las naciones, y juntará los desterrados de Israel, y reunirá los esparcidos de Judá de los cuatro confines de la tierra. 13 Y se disipará la envidia de Efraín, y los enemigos de Judá serán destruidos. Efraín no tendrá envidia de Judá, ni Judá afligirá a Efraín; 14 sino que volarán sobre los hombros de los filisteos al occidente, saquearán también a los de oriente; Edom y Moab les servirán, y los hijos de Amón los obedecerán. 15 Y secará Jehová la lengua del mar de Egipto; y levantará su mano con el poder de su espíritu sobre el río, y lo herirá en sus siete brazos, y hará que pasen por él con sandalias.(M) 16 Y habrá camino para el remanente de su pueblo, el que quedó de Asiria, de la manera que lo hubo para Israel el día que subió de la tierra de Egipto.

Cántico de acción de gracias

12 En aquel día dirás: Cantaré a ti, oh Jehová; pues aunque te enojaste contra mí, tu indignación se apartó, y me has consolado. He aquí Dios es salvación mía; me aseguraré y no temeré; porque mi fortaleza y mi canción es JAH Jehová,(N) quien ha sido salvación para mí. Sacaréis con gozo aguas de las fuentes de la salvación. Y diréis en aquel día: Cantad a Jehová, aclamad su nombre, haced célebres en los pueblos sus obras, recordad que su nombre es engrandecido. Cantad salmos a Jehová, porque ha hecho cosas magníficas; sea sabido esto por toda la tierra. Regocíjate y canta, oh moradora de Sion; porque grande es en medio de ti el Santo de Israel.

Nos ha nacido un niño

A pesar de todo, no habrá más penumbra para la que estuvo angustiada. En el pasado Dios humilló a la tierra de Zabulón y a la tierra de Neftalí; pero en el futuro honrará a Galilea de los gentiles, desde el Camino del Mar, al otro lado del Jordán.

El pueblo que andaba en la oscuridad
    ha visto una gran luz;
sobre los que vivían en tierra de sombra de muerte[a]
    una luz ha resplandecido.
Tú has hecho que la nación crezca;
    has aumentado su alegría.
Y se alegran ellos en tu presencia
    como cuando recogen la cosecha,
    como cuando reparten el botín.
Ciertamente tú has quebrado,
    como en la derrota de Madián,
el yugo que los oprimía,
    la barra que pesaba sobre sus hombros,
    el bastón de mando que los subyugaba.
Todas las botas guerreras que resonaron en la batalla
    y toda la ropa teñida en sangre
serán arrojadas al fuego,
    serán consumidas por las llamas.
Porque nos ha nacido un niño,
    se nos ha concedido un hijo;
    la soberanía reposará sobre sus hombros
y se le darán estos nombres:
    Consejero Admirable, Dios Fuerte,
    Padre Eterno, Príncipe de Paz.
Se extenderán su soberanía y su paz
    y no tendrán fin.
Gobernará sobre el trono de David
    y sobre su reino,
para establecerlo y sostenerlo
    con justicia y rectitud
    desde ahora y para siempre.
Esto lo llevará a cabo
    el celo del Señor de los Ejércitos.

El enojo del Señor contra Israel

El Señor ha enviado su palabra;
    la ha enviado contra Jacob,
    ¡ya cae sobre Israel!
De esto se entera todo el pueblo
    —Efraín y los habitantes de Samaria—,
todos los que dicen con orgullo
    y piensan con arrogancia:
10 «Si se caen los ladrillos,
    reconstruiremos con piedra tallada;
si se caen las vigas de higuera,
    las repondremos con vigas de cedro».
11 Pero el Señor ha fortalecido a los adversarios de Rezín;
    ha incitado a sus enemigos.
12 Los arameos en el este y los filisteos en el oeste
    se comieron a Israel de un solo bocado.

A pesar de todo esto, la ira de Dios no se ha aplacado;
    su mano aún sigue extendida.

13 Pero el pueblo no volvió al que lo ha castigado;
    no ha buscado al Señor de los Ejércitos.
14 Por eso en un mismo día el Señor cortará a Israel la cabeza y la cola,
    la palmera y el junco.
15 La cabeza son los jefes y la gente de alto rango;
    la cola son los profetas, maestros de mentiras.
16 Los guías de este pueblo lo han extraviado;
    los que se dejan guiar son confundidos.
17 Por eso no se complacerá el Señor en los jóvenes;
    tampoco se apiadará de huérfanos y viudas,
porque todos ellos son impíos y malvados;
    sus labios profieren necedades.

A pesar de todo esto, la ira de Dios no se ha aplacado;
    su mano aún sigue extendida.

18 Porque la maldad arde como un fuego
    que consume espinos y cardos,
que incendia la espesura del bosque
    y sube luego, como torbellino, en una columna de humo.
19 Por la ira del Señor de los Ejércitos
    arderá en fuego la tierra.
Y el pueblo será el combustible:
    ¡Nadie se compadecerá de su hermano!
20 Unos comerán lo que esté a su mano derecha,
    pero se quedarán con hambre;
otros comerán lo que esté a su izquierda,
    pero no quedarán satisfechos.
    ¡Se comerán a sus propios hijos![b]
21 Manasés se comerá a Efraín y Efraín a Manasés;
    entonces los dos juntos atacarán a Judá.

A pesar de todo esto,
    la ira de Dios no se ha aplacado;
    su mano aún sigue extendida.

10 ¡Ay de los que emiten estatutos injustos
    y publican edictos opresivos!
Privan de sus derechos a los pobres
    y no les hacen justicia a los oprimidos de mi pueblo;
hacen de las viudas su presa
    y saquean a los huérfanos.
¿Qué van a hacer cuando deban rendir cuentas,
    cuando llegue desde lejos la tormenta?
¿A quién acudirán en busca de ayuda?
    ¿En dónde dejarán sus riquezas?
No les quedará más remedio que humillarse entre los cautivos
    o morir entre los masacrados.

A pesar de todo esto,
    la ira de Dios no se ha aplacado;
    su mano aún sigue extendida.

Juicio de Dios sobre Asiria

«¡Ay de Asiria, vara de mi ira!
    ¡El garrote de mi enojo está en su mano!
Lo envío contra una nación impía,
    lo mando contra un pueblo que me enfurece,
para saquearlo y despojarlo,
    para pisotearlo como al barro de las calles.
Pero esto Asiria no se lo propuso;
    ¡ni siquiera lo pensó!
Solo busca destruir
    y aniquilar a muchas naciones.
Pues dice: “¿Acaso no son reyes todos mis comandantes?
    ¿No es Calnó como Carquemis?
¿No es Jamat como Arfad
    y Samaria como Damasco?
10 Así como alcanzó mi mano a los reinos de los ídolos,
    reinos cuyas imágenes superaban a las de Jerusalén y de Samaria,
11 y así como hice con Samaria y sus dioses,
    también haré con Jerusalén y sus ídolos”».

12 Cuando el Señor termine lo que va a hacer contra el monte Sión y contra Jerusalén, él dirá: «Castigaré el fruto del orgulloso corazón del rey de Asiria y la arrogancia de sus ojos. 13 Porque afirma:

»“Esto lo hizo el poder de mi mano;
    lo hizo mi sabiduría porque soy inteligente.
He cambiado las fronteras de los pueblos,
    he saqueado sus tesoros;
    como un guerrero poderoso he derribado a sus reyes.
14 Como quien mete la mano en un nido,
    me he adueñado de la riqueza de los pueblos;
como quien recoge huevos abandonados,
    me he apoderado de toda la tierra;
y no hubo nadie que aleteara
    ni abriera el pico para piar”».

15 ¿Puede acaso gloriarse el hacha más que el que la maneja
    o jactarse la sierra contra quien la usa?
¡Como si pudiera el bastón manejar a quien lo tiene en la mano
    o la frágil vara pudiera levantar a quien pesa más que la madera!
16 Por eso enviará el Señor,
    el Señor de los Ejércitos,
una enfermedad devastadora
    sobre sus robustos guerreros.
En vez de honrarlos, les prenderá fuego,
    un fuego como de llama ardiente.
17 La Luz de Israel se convertirá en fuego;
    su Santo se volverá una llama.
En un solo día quemará sus espinos
    y consumirá sus zarzas.
18 Destruirá de extremo a extremo
    el esplendor de sus bosques y de sus huertos,
    como enfermo carcomido por la plaga.
19 Tan pocos árboles quedarán en su bosque
    que hasta un niño podrá contarlos.

El remanente de Israel

20 En aquel día ni el remanente de Israel
    ni los sobrevivientes del pueblo de Jacob
volverán a apoyarse
    en quien los hirió de muerte,
sino que su apoyo verdadero
    será el Señor, el Santo de Israel.
21 Y un remanente volverá;[c]
    un remanente de Jacob volverá al Dios Fuerte.
22 Israel, aunque tu pueblo sea como la arena del mar,
    solo un remanente volverá.
Se ha decretado destrucción,
    abrumadora justicia.
23 Porque el Señor, el Señor de los Ejércitos,
    ejecutará la destrucción decretada contra todo el país.

24 Por eso, así dice el Señor, el Señor de los Ejércitos:

«Pueblo mío que vives en Sión,
    no tengas temor de Asiria,
aunque te golpee con el bastón
    y contra ti levante una vara, como lo hizo Egipto.
25 Dentro de muy poco tiempo
    mi indignación contra ti llegará a su fin y mi ira destruirá a tus enemigos».

26 Con un látigo los azotará el Señor de los Ejércitos,
    como cuando abatió a Madián en la roca de Oreb;
levantará sobre el mar su vara,
    como lo hizo en Egipto.
27 En aquel día
    esa carga se te quitará de los hombros
y, a causa de la gordura,
    se romperá el yugo que llevas en el cuello.

28 Llega el enemigo hasta Ayat,
    pasa por Migrón
    y deja en Micmás su equipaje.
29 Cruza el paso y dice:
    «Acamparemos en Gueba».
Ramá se pone a temblar,
    y huye Guibeá, ciudad de Saúl.
30 ¡Clama a gritos, hija de Galín!
    ¡Escucha, Lais!
    ¡Pobre Anatot!
31 Se ha puesto en fuga Madmena;
    los habitantes de Guebín buscan refugio.
32 Hoy mismo se detendrá en Nob;
    agitará su puño contra el monte
de la ciudad de Sión,
    el monte de Jerusalén.

33 ¡Miren! El Señor, el Señor de los Ejércitos,
    desgaja las ramas con fuerza increíble.
Los árboles más altos son talados;
    los más elevados son abatidos.
34 Derriba con un hacha la espesura del bosque
    y el esplendor del Líbano se viene abajo.

El retoño de Isaí

11 Del tronco de Isaí brotará un retoño;
    un renuevo nacerá de sus raíces.
El Espíritu del Señor reposará sobre él:
    Espíritu de sabiduría y de entendimiento,
    Espíritu de consejo y de poder,
    Espíritu de conocimiento y de temor del Señor.
Él se deleitará en el temor del Señor.

No juzgará según las apariencias
    ni decidirá por lo que oiga decir,
sino que juzgará con justicia a los necesitados,
    y dará un fallo justo en favor de los pobres de la tierra.
Herirá la tierra con la vara de su boca;
    matará al malvado con el aliento de sus labios.
La justicia será el cinto de sus lomos
    y la fidelidad, el ceñidor de su cintura.

El lobo vivirá con el cordero,
    el leopardo se echará con el cabrito,
juntos andarán el ternero y el cachorro de león
    y un niño pequeño los guiará.
La vaca pastará con la osa,
    sus crías se echarán juntas
    y el león comerá paja como el buey.
Jugará el niño de pecho junto a la cueva de la cobra
    y el recién destetado meterá la mano en el nido de la víbora.
No harán ningún daño ni estrago
    en todo mi monte santo,
porque se llenará la tierra con el conocimiento del Señor
    así como las aguas cubren los mares.

10 En aquel día se alzará la raíz de Isaí como bandera de los pueblos; hacia él correrán las naciones, y glorioso será el lugar donde repose. 11 En aquel día el Señor volverá a extender su mano para recuperar al remanente de su pueblo, a los que hayan quedado en Asiria, en Egipto, Patros y Cus; en Elam, Sinar,[d] Jamat y en las islas del Mediterráneo.

12 Izará una bandera para las naciones,
    reunirá a los desterrados de Israel
y de los cuatro puntos cardinales
    juntará al pueblo esparcido de Judá.
13 Desaparecerán los celos de Efraín;
    los opresores de Judá serán aniquilados.
Efraín no tendrá más celos de Judá
    ni oprimirá Judá a Efraín.
14 Juntos se lanzarán hacia el oeste contra las laderas de los filisteos;
    juntos saquearán a los pueblos del este,
dejarán sentir su poder sobre Edom y Moab
    y se les someterán los amonitas.
15 Secará[e] el Señor el golfo del mar de Egipto;
    pasará su mano sobre el río Éufrates
    y lanzará un viento ardiente;
lo dividirá en siete arroyos
    para que lo puedan cruzar en sandalias.
16 Para el remanente de su pueblo,
    para los que hayan quedado en Asiria,
habrá un camino, como lo hubo para Israel
    cuando salió de Egipto.

Canciones de alabanza

12 En aquel día tú dirás:

«Señor, yo te alabaré
    porque, aunque estabas enojado conmigo,
tu ira se ha calmado
    y me has dado consuelo.
¡Dios es mi salvación!
    Confiaré en él y no temeré.
El Señor es mi fuerza,
    el Señor es mi canción;
    ¡él es mi salvación!».
Con alegría sacarán ustedes agua
    de las fuentes de la salvación.

En aquel día dirán:

«Alaben al Señor, invoquen su nombre;
    den a conocer entre los pueblos sus obras;
    proclamen la grandeza de su nombre.
Canten salmos al Señor, porque ha hecho maravillas;
    que esto se dé a conocer en toda la tierra.
¡Canta y grita de alegría, habitante de Sión,
    pues es grande, en medio de ti, el Santo de Israel!».

Footnotes

  1. 9:2 O tierra de profunda oscuridad.
  2. 9:20 a sus propios hijos. Lit. la carne de su brazo.
  3. 10:21 un remanente volverá. Véase nota en 7:3.
  4. 11:11 Sinar. Es decir, Babilonia.
  5. 11:15 Secará (LXX); Destruirá (TM).