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Encargo de Dios para Ciro

45 «Así dice Jehová a su ungido,
a Ciro, al cual tomé yo por su mano derecha
para sujetar naciones delante de él
y desatar lomos de reyes;
para abrir puertas delante de él,
puertas que no se cerrarán:
Yo iré delante de ti
y enderezaré los lugares torcidos;
quebrantaré puertas de bronce
y haré pedazos cerrojos de hierro.
Te daré los tesoros escondidos
y los secretos muy guardados,
para que sepas que yo soy Jehová,
el Dios de Israel,
que te pongo nombre.
Por amor de mi siervo Jacob,
de Israel, mi escogido,
te llamé por tu nombre;
te puse un nombre insigne,
aunque no me has conocido.
Yo soy Jehová y no hay ningún otro.
No hay Dios fuera de mí.
Yo te ceñiré,
aunque tú no me has conocido,
para que se sepa
desde el nacimiento del sol hasta donde se pone,
que no hay más que yo.
Yo soy Jehová, y no hay ningún otro.
Yo formo la luz y creo las tinieblas,
hago la paz y creo la adversidad.
Sólo yo, Jehová, soy el que hago todo esto.

Jehová el Creador

»Rociad, cielos, desde arriba,
y las nubes destilen la justicia;
ábrase la tierra y prodúzcanse la salvación y la justicia;
háganse brotar juntamente.
Yo, Jehová, lo he creado.

»¡Ay del que, no siendo más que un tiesto
como cualquier tiesto de la tierra,
pleitea con su Hacedor!
¿Dirá el barro al que lo modela: “¿Qué haces?”,
o: “Tu obra, ¿no tiene manos?”?
10 ¡Ay del que dice al padre:
“¿Por qué engendraste?”,
y a la mujer: “¿Por qué diste a luz?”!»

11 Así dice Jehová,
el Santo de Israel, el que lo formó:
«Preguntadme de las cosas por venir;
mandadme acerca de mis hijos
y acerca de la obra de mis manos.
12 Yo hice la tierra y creé sobre ella al ser humano.
Yo, mis manos, desplegaron los cielos
y pongo en orden todo su ejército.
13 Yo lo desperté en justicia
y enderezaré todos sus caminos;
él edificará mi ciudad
y soltará a mis cautivos;
no por precio ni por dones»,
dice Jehová de los ejércitos.

14 Así dice Jehová:
«El trabajo de Egipto, las mercaderías de Etiopía
y los sabeos, hombres de elevada estatura,
se pasarán a ti y serán tuyos;
irán en pos de ti, pasarán encadenados,
te harán reverencia y te suplicarán diciendo:
“Ciertamente en ti está Dios,
y no hay otro fuera de Dios.
15 Verdaderamente tú eres Dios que te ocultas,
Dios de Israel, que salvas.”
16 Avergonzados y afrentados serán todos ellos;
afrentados irán todos los que fabrican imágenes.
17 Israel será salvo en Jehová
con salvación eterna;
nunca jamás os avergonzaréis ni seréis afrentados.»

18 Porque así dice Jehová,
que creó los cielos.
Él es Dios,
el que formó la tierra,
el que la hizo y la compuso.
No la creó en vano,
sino para que fuera habitada la creó:
«Yo soy Jehová y no hay otro.
19 No hablé en secreto,
en un lugar oscuro de la tierra;
no dije a la descendencia de Jacob:
“En vano me buscáis.”
Yo soy Jehová, que hablo justicia,
que anuncio rectitud.

Jehová y los ídolos de Babilonia

20 »¡Reuníos y venid!
¡Acercaos todos los sobrevivientes de entre las naciones!
No tienen conocimiento aquellos que erigen su ídolo de madera,
y los que ruegan a un dios que no salva.
21 Declarad, exponed pruebas
y entrad todos en consulta.
¿Quién hizo oír esto desde el principio
y lo tiene dicho desde entonces,
sino yo, Jehová?
Y no hay más Dios que yo,
Dios justo y salvador.
No hay otro fuera de mí.

22 »¡Mirad a mí y sed salvos,
todos los términos de la tierra,
porque yo soy Dios, y no hay otro!
23 Por mí mismo hice juramento,
de mi boca salió palabra en justicia
y no será revocada:
“Que ante mí se doblará toda rodilla
y jurará toda lengua.”
24 Y de mí se dirá: “Ciertamente en Jehová
está la justicia y la fuerza.”
A él vendrán,
y todos los que contra él se enardecen
serán avergonzados.
25 En Jehová será justificada y se gloriará
toda la descendencia de Israel.»

46 ¡Se ha postrado Bel,
se abatió Nebo!
Sus imágenes fueron puestas
sobre bestias, sobre animales de carga,
esas cosas que vosotros solíais llevar
son puestas cual una carga sobre las bestias cansadas.
Fueron humillados, se derrumbaron juntos;
no pudieron escaparse de la carga,
sino que ellos mismos tuvieron que ir en cautiverio.

«Oídme, casa de Jacob
y todo el resto de la casa de Israel,
los que yo he traído desde el vientre,
los que habéis sido llevados desde la matriz.
Hasta vuestra vejez yo seré el mismo
y hasta vuestras canas os sostendré.
Yo, el que hice, yo os llevaré,
os sostendré y os guardaré.
¿A quién me asemejáis,
me igualáis y me comparáis,
para que seamos semejantes?
Sacan oro de la bolsa
y pesan plata con balanzas;
contratan a un platero para que de ello haga un dios,
y se postran y lo adoran.
Luego se lo echan sobre los hombros,
lo llevan y lo colocan en su lugar;
allí se está, sin moverse de su sitio.
Le gritan, pero tampoco responde
ni libra de la tribulación.

»Acordaos de esto y avergonzaos.
¡Volved en vosotros, rebeldes!
Acordaos de las cosas pasadas desde los tiempos antiguos,
porque yo soy Dios; y no hay otro Dios,
ni nada hay semejante a mí,
10 que anuncio lo por venir desde el principio,
y desde la antigüedad lo que aún no era hecho;
que digo: “Mi plan permanecerá
y haré todo lo que quiero;
11 que llamo desde el oriente al ave
y de tierra lejana al hombre de mi plan.
Yo hablé, y lo haré venir;
lo he pensado, y también lo llevaré a cabo.”
12 Oídme, duros de corazón,
los que estáis lejos de la justicia:
13 “Haré que se acerque mi justicia;
no se alejará,
y mi salvación no se detendrá.
Pondré salvación en Sión
y mi gloria en Israel.”»

Juicio sobre Babilonia

47 «Baja y siéntate en el polvo,
virgen, hija de Babilonia.
Siéntate en la tierra, sin trono,
hija de los caldeos,
porque nunca más te llamarán
tierna y delicada.
Toma el molino y muele harina;
quítate el velo, levanta tus faldas,
desnuda tus piernas,
pasa los ríos.
Será expuesta tu desnudez, serán vistas tus vergüenzas.
Haré retribución y no habrá quien se libre»,
dice nuestro Redentor:
Jehová de los ejércitos es su nombre,
el Santo de Israel.

«Siéntate, calla y entra en las tinieblas,
hija de los caldeos,
porque nunca más te llamarán
“soberana de reinos”.»

«Me enojé contra mi pueblo,
profané mi heredad
y los entregué en tus manos;
no les tuviste compasión;
sobre el anciano
agravaste sobremanera tu yugo.
Dijiste: “Para siempre seré señora”,
pero no has pensado en esto
ni te has acordado de tu final.
Oye, pues, ahora esto, mujer voluptuosa,
tú que estás sentada confiadamente,
tú que dices en tu corazón:
“Yo soy y fuera de mí no hay otra;
no quedaré viuda ni conoceré orfandad.”
Estas dos cosas te vendrán
de repente, en un mismo día:
orfandad y viudez.
Con toda su fuerza vendrán sobre ti,
a pesar de la multitud de tus hechizos
y de tus muchos encantamientos.
10 Porque te confiaste en tu maldad,
diciendo: “Nadie me ve.”
Tu sabiduría y tu misma ciencia
te engañaron,
y dijiste en tu corazón:
“Yo, y nadie más.”
11 Vendrá, pues, sobre ti
un mal cuyo origen no conocerás;
caerá sobre ti un quebrantamiento
que no podrás evitar.
Una destrucción que no podías suponer
vendrá de repente sobre ti.

12 »Persiste ahora en tus encantamientos
y en la multitud de tus hechizos,
en los cuales te fatigaste desde tu juventud.
¡Quizá podrás mejorarte!
¡Quizá te fortalecerás!
13 Te has fatigado en tus muchos consejos.
Comparezcan ahora y te defiendan
los contempladores de los cielos,
los que observan las estrellas,
los que cuentan los meses,
para pronosticar lo que vendrá sobre ti.
14 He aquí que serán como el tamo;
el fuego los quemará,
no salvarán sus vidas
del poder de la llama;
no quedará brasa para calentarse
ni lumbre a la que arrimarse.
15 Así te serán aquellos con quienes te fatigaste,
los que traficaron contigo desde tu juventud;
cada uno irá por su camino,
no habrá quien te salve.»

Dios reprende la infidelidad de Israel

48 Oíd esto, casa de Jacob,
que os llamáis del nombre de Israel,
los que salieron de las aguas de Judá,
los que juran en el nombre de Jehová
y hacen memoria del Dios de Israel,
mas no en verdad ni en justicia.
Sin embargo,
de la santa ciudad se nombran
y confían en el Dios de Israel,
cuyo nombre es Jehová de los ejércitos.

«Lo que pasó, ya antes lo dije,
de mi boca salió; lo publiqué,
lo hice pronto, y fue realidad.
Por cuanto sé que eres duro,
que una barra de hierro es tu cerviz,
y tu frente de bronce,
por eso te lo dije ya hace tiempo;
antes que sucediera te lo advertí,
para que no dijeras: “Mi ídolo lo hizo,
mis imágenes de escultura y de fundición
mandaron estas cosas.”
Lo oíste y lo viste todo,
¿y no lo anunciaréis vosotros?
Ahora, pues, te he hecho oír cosas nuevas
y ocultas que tú no sabías.
Ahora han sido creadas, no en días pasados,
ni antes de este día las habías oído,
para que no digas: “He aquí que yo lo sabía.”
Sí, nunca lo habías oído ni nunca lo habías sabido.
Ciertamente no se abrió antes tu oído,
porque sabía que siendo desleal
habías de desobedecer;
por tanto te llamé “rebelde” desde el vientre.

»Por amor de mi nombre contendré mi ira,
y para alabanza mía la reprimiré
para no destruirte.
10 He aquí te he purificado, y no como a plata;
te he escogido en horno de aflicción.
11 Por mí, por amor de mí mismo lo haré,
para que no sea profanado mi nombre,
y mi honra no la daré a otro.

12 »Óyeme, Jacob,
y tú, Israel, a quien llamé:
Yo mismo, yo el primero
y yo también el último.
13 Mi mano fundó también la tierra;
mi mano derecha midió los cielos con el palmo.
Al llamarlos yo,
comparecieron juntos.
14 Juntaos todos vosotros y oíd.
¿Quién hay entre ellos que anuncie estas cosas?
Aquel a quien Jehová amó
ejecutará su voluntad en Babilonia,
y su brazo estará sobre los caldeos.
15 Yo, yo hablé, y lo llamé
y lo traje; por tanto, será prosperado su camino.
16 Acercaos a mí, oíd esto:
desde el principio no hablé en secreto;
desde que eso se hizo, allí estaba yo.»

Y ahora me envió Jehová el Señor, y su espíritu.
17 Así ha dicho Jehová, Redentor tuyo,
el Santo de Israel:
«Yo soy Jehová, Dios tuyo,
que te enseña para tu provecho,
que te encamina por el camino que debes seguir.
18 ¡Si hubieras atendido a mis mandamientos!
Fuera entonces tu paz como un río
y tu justicia como las olas del mar.
19 Fuera como la arena tu descendencia,
y los renuevos de tus entrañas como los granos de arena;
nunca su nombre sería eliminado
ni borrado de mi presencia.

20 »¡Salid de Babilonia!
¡Huid de entre los caldeos!
¡Anunciadlo con voz de alegría,
publicadlo, llevad la noticia
hasta lo último de la tierra!
Decid: “¡Redimió Jehová
a Jacob su siervo!”»

21 No tuvieron sed
cuando los llevó por los desiertos;
les hizo brotar agua de la piedra;
abrió la peña y corrieron las aguas.
22 «¡No hay paz para los malos!»,
ha dicho Jehová.

Encargo de Dios para Ciro

45 Así dice Jehová a su ungido, a Ciro, al cual tomé yo por su mano derecha, para sujetar naciones delante de él y desatar lomos de reyes; para abrir delante de él puertas, y las puertas no se cerrarán: Yo iré delante de ti, y enderezaré los lugares torcidos; quebrantaré puertas de bronce, y cerrojos de hierro haré pedazos; y te daré los tesoros escondidos, y los secretos muy guardados, para que sepas que yo soy Jehová, el Dios de Israel, que te pongo nombre. Por amor de mi siervo Jacob, y de Israel mi escogido, te llamé por tu nombre; te puse sobrenombre, aunque no me conociste. Yo soy Jehová, y ninguno más hay; no hay Dios fuera de mí. Yo te ceñiré, aunque tú no me conociste, para que se sepa desde el nacimiento del sol, y hasta donde se pone, que no hay más que yo; yo Jehová, y ninguno más que yo, que formo la luz y creo las tinieblas, que hago la paz y creo la adversidad. Yo Jehová soy el que hago todo esto.

Jehová el Creador

Rociad, cielos, de arriba, y las nubes destilen la justicia; ábrase la tierra, y prodúzcanse la salvación y la justicia; háganse brotar juntamente. Yo Jehová lo he creado.

¡Ay del que pleitea con su Hacedor! ¡El tiesto con los tiestos de la tierra! ¿Dirá el barro al que lo labra: Qué haces?;(A) o tu obra: ¿No tiene manos? 10 ¡Ay del que dice al padre: ¿Por qué engendraste? y a la mujer: ¿Por qué diste a luz?! 11 Así dice Jehová, el Santo de Israel, y su Formador: Preguntadme de las cosas por venir; mandadme acerca de mis hijos, y acerca de la obra de mis manos. 12 Yo hice la tierra, y creé sobre ella al hombre. Yo, mis manos, extendieron los cielos, y a todo su ejército mandé. 13 Yo lo desperté en justicia, y enderezaré todos sus caminos; él edificará mi ciudad, y soltará mis cautivos, no por precio ni por dones, dice Jehová de los ejércitos.

14 Así dice Jehová: El trabajo de Egipto, las mercaderías de Etiopía, y los sabeos, hombres de elevada estatura, se pasarán a ti y serán tuyos; irán en pos de ti, pasarán con grillos; te harán reverencia y te suplicarán diciendo: Ciertamente en ti está Dios, y no hay otro fuera de Dios. 15 Verdaderamente tú eres Dios que te encubres, Dios de Israel, que salvas. 16 Confusos y avergonzados serán todos ellos; irán con afrenta todos los fabricadores de imágenes. 17 Israel será salvo en Jehová con salvación eterna; no os avergonzaréis ni os afrentaréis, por todos los siglos.

18 Porque así dijo Jehová, que creó los cielos; él es Dios, el que formó la tierra, el que la hizo y la compuso; no la creó en vano, para que fuese habitada la creó: Yo soy Jehová, y no hay otro. 19 No hablé en secreto, en un lugar oscuro de la tierra; no dije a la descendencia de Jacob: En vano me buscáis. Yo soy Jehová que hablo justicia, que anuncio rectitud.

Jehová y los ídolos de Babilonia

20 Reuníos, y venid; juntaos todos los sobrevivientes de entre las naciones. No tienen conocimiento aquellos que erigen el madero de su ídolo, y los que ruegan a un dios que no salva. 21 Proclamad, y hacedlos acercarse, y entren todos en consulta; ¿quién hizo oír esto desde el principio, y lo tiene dicho desde entonces, sino yo Jehová? Y no hay más Dios que yo; Dios justo y Salvador; ningún otro fuera de mí. 22 Mirad a mí, y sed salvos, todos los términos de la tierra, porque yo soy Dios, y no hay más. 23 Por mí mismo hice juramento, de mi boca salió palabra en justicia, y no será revocada: Que a mí se doblará toda rodilla, y jurará toda lengua.(B)

24 Y se dirá de mí: Ciertamente en Jehová está la justicia y la fuerza; a él vendrán, y todos los que contra él se enardecen serán avergonzados. 25 En Jehová será justificada y se gloriará toda la descendencia de Israel.

46 Se postró Bel, se abatió Nebo; sus imágenes fueron puestas sobre bestias, sobre animales de carga; esas cosas que vosotros solíais llevar son alzadas cual carga, sobre las bestias cansadas. Fueron humillados, fueron abatidos juntamente; no pudieron escaparse de la carga, sino que tuvieron ellos mismos que ir en cautiverio.

Oídme, oh casa de Jacob, y todo el resto de la casa de Israel, los que sois traídos por mí desde el vientre, los que sois llevados desde la matriz. Y hasta la vejez yo mismo, y hasta las canas os soportaré yo; yo hice, yo llevaré, yo soportaré y guardaré.

¿A quién me asemejáis, y me igualáis, y me comparáis, para que seamos semejantes? Sacan oro de la bolsa, y pesan plata con balanzas, alquilan un platero para hacer un dios de ello; se postran y adoran. Se lo echan sobre los hombros, lo llevan, y lo colocan en su lugar; allí se está, y no se mueve de su sitio. Le gritan, y tampoco responde, ni libra de la tribulación.

Acordaos de esto, y tened vergüenza; volved en vosotros, prevaricadores. Acordaos de las cosas pasadas desde los tiempos antiguos; porque yo soy Dios, y no hay otro Dios, y nada hay semejante a mí, 10 que anuncio lo por venir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no era hecho; que digo: Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quiero; 11 que llamo desde el oriente al ave, y de tierra lejana al varón de mi consejo. Yo hablé, y lo haré venir; lo he pensado, y también lo haré.

12 Oídme, duros de corazón, que estáis lejos de la justicia: 13 Haré que se acerque mi justicia; no se alejará, y mi salvación no se detendrá. Y pondré salvación en Sion, y mi gloria en Israel.

Juicio sobre Babilonia

47 Desciende y siéntate en el polvo, virgen hija de Babilonia.(C) Siéntate en la tierra, sin trono, hija de los caldeos; porque nunca más te llamarán tierna y delicada. Toma el molino y muele harina; descubre tus guedejas, descalza los pies, descubre las piernas, pasa los ríos. Será tu vergüenza descubierta, y tu deshonra será vista; haré retribución, y no se librará hombre alguno. Nuestro Redentor, Jehová de los ejércitos es su nombre, el Santo de Israel.

Siéntate, calla, y entra en tinieblas, hija de los caldeos; porque nunca más te llamarán señora de reinos. Me enojé contra mi pueblo, profané mi heredad, y los entregué en tu mano; no les tuviste compasión; sobre el anciano agravaste mucho tu yugo. Dijiste: Para siempre seré señora; y no has pensado en esto, ni te acordaste de tu postrimería. Oye, pues, ahora esto, mujer voluptuosa, tú que estás sentada confiadamente, tú que dices en tu corazón: Yo soy, y fuera de mí no hay más; no quedaré viuda, ni conoceré orfandad. Estas dos cosas te vendrán de repente en un mismo día, orfandad y viudez;(D) en toda su fuerza vendrán sobre ti, a pesar de la multitud de tus hechizos y de tus muchos encantamientos.

10 Porque te confiaste en tu maldad, diciendo: Nadie me ve. Tu sabiduría y tu misma ciencia te engañaron, y dijiste en tu corazón: Yo, y nadie más. 11 Vendrá, pues, sobre ti mal, cuyo nacimiento no sabrás; caerá sobre ti quebrantamiento, el cual no podrás remediar; y destrucción que no sepas vendrá de repente sobre ti.

12 Estate ahora en tus encantamientos y en la multitud de tus hechizos, en los cuales te fatigaste desde tu juventud; quizá podrás mejorarte, quizá te fortalecerás. 13 Te has fatigado en tus muchos consejos. Comparezcan ahora y te defiendan los contempladores de los cielos, los que observan las estrellas, los que cuentan los meses, para pronosticar lo que vendrá sobre ti.

14 He aquí que serán como tamo; fuego los quemará, no salvarán sus vidas del poder de la llama; no quedará brasa para calentarse, ni lumbre a la cual se sienten. 15 Así te serán aquellos con quienes te fatigaste, los que traficaron contigo desde tu juventud; cada uno irá por su camino, no habrá quien te salve.

Dios reprende la infidelidad de Israel

48 Oíd esto, casa de Jacob, que os llamáis del nombre de Israel, los que salieron de las aguas de Judá, los que juran en el nombre de Jehová, y hacen memoria del Dios de Israel, mas no en verdad ni en justicia; porque de la santa ciudad se nombran, y en el Dios de Israel confían; su nombre es Jehová de los ejércitos.

Lo que pasó, ya antes lo dije, y de mi boca salió; lo publiqué, lo hice pronto, y fue realidad. Por cuanto conozco que eres duro, y barra de hierro tu cerviz, y tu frente de bronce, te lo dije ya hace tiempo; antes que sucediera te lo advertí, para que no dijeras: Mi ídolo lo hizo, mis imágenes de escultura y de fundición mandaron estas cosas.

Lo oíste, y lo viste todo; ¿y no lo anunciaréis vosotros? Ahora, pues, te he hecho oír cosas nuevas y ocultas que tú no sabías. Ahora han sido creadas, no en días pasados, ni antes de este día las habías oído, para que no digas: He aquí que yo lo sabía. Sí, nunca lo habías oído, ni nunca lo habías conocido; ciertamente no se abrió antes tu oído; porque sabía que siendo desleal habías de desobedecer, por tanto te llamé rebelde desde el vientre.

Por amor de mi nombre diferiré mi ira, y para alabanza mía la reprimiré para no destruirte. 10 He aquí te he purificado, y no como a plata; te he escogido en horno de aflicción. 11 Por mí, por amor de mí mismo lo haré, para que no sea amancillado mi nombre, y mi honra no la daré a otro.

12 Óyeme, Jacob, y tú, Israel, a quien llamé: Yo mismo, yo el primero, yo también el postrero.(E) 13 Mi mano fundó también la tierra, y mi mano derecha midió los cielos con el palmo; al llamarlos yo, comparecieron juntamente.

14 Juntaos todos vosotros, y oíd. ¿Quién hay entre ellos que anuncie estas cosas? Aquel a quien Jehová amó ejecutará su voluntad en Babilonia, y su brazo estará sobre los caldeos. 15 Yo, yo hablé, y le llamé y le traje; por tanto, será prosperado su camino. 16 Acercaos a mí, oíd esto: desde el principio no hablé en secreto; desde que eso se hizo, allí estaba yo; y ahora me envió Jehová el Señor, y su Espíritu.

17 Así ha dicho Jehová, Redentor tuyo, el Santo de Israel: Yo soy Jehová Dios tuyo, que te enseña provechosamente, que te encamina por el camino que debes seguir. 18 ¡Oh, si hubieras atendido a mis mandamientos! Fuera entonces tu paz como un río, y tu justicia como las ondas del mar. 19 Fuera como la arena tu descendencia, y los renuevos de tus entrañas como los granos de arena; nunca su nombre sería cortado, ni raído de mi presencia. 20 Salid de Babilonia,(F) huid de entre los caldeos; dad nuevas de esto con voz de alegría, publicadlo, llevadlo hasta lo postrero de la tierra; decid: Redimió Jehová a Jacob su siervo. 21 No tuvieron sed cuando los llevó por los desiertos; les hizo brotar agua de la piedra; abrió la peña, y corrieron las aguas. 22 No hay paz para los malos, dijo Jehová.(G)

45 Así dice el Señor a Ciro, su ungido,
    a quien tomó de la mano derecha
para someter a su dominio las naciones
    y despojar de su armadura a los reyes,
para abrir a su paso las puertas
    y dejar abiertas las entradas:
«Marcharé al frente de ti
    y allanaré las montañas;[a]
haré pedazos las puertas de bronce
    y cortaré los cerrojos de hierro.
Te daré los tesoros de las tinieblas
    y las riquezas guardadas en lugares secretos,
para que sepas que yo soy el Señor,
    el Dios de Israel, que te llama por tu nombre.
Por causa de Jacob mi siervo,
    de Israel mi escogido,
te llamo por tu nombre
    y te confiero un título de honor,
    aunque tú no me conoces.
Yo soy el Señor y no hay otro;
    fuera de mí no hay ningún Dios.
Aunque tú no me conoces,
    te fortaleceré,
para que sepan de oriente a occidente
    que no hay ningún otro fuera de mí.
Yo soy el Señor
    y no hay ningún otro.
Yo formo la luz y creo las tinieblas,
    traigo bienestar y creo calamidad;
    Yo, el Señor, hago todas estas cosas.

»¡Destilen, cielos, desde lo alto!
    ¡Nubes, hagan llover justicia!
¡Que se abra la tierra de par en par!
    ¡Que brote la salvación!
¡Que crezca con ella la justicia!
    Yo, el Señor, lo he creado».

¡Ay del que contiende con su Hacedor!
    ¡Ay del que no es más que un tiesto
    entre los tiestos de la tierra!
¿Acaso el barro reclama al alfarero:
    «¡Fíjate en lo que haces!
    ¡Tu vasija no tiene agarraderas!»?
10 ¡Ay!, del que reprocha a su padre:
    «¡Mira lo que has engendrado!».
¡Ay!, del que reclama a su madre:
    «¡Mira lo que has dado a luz!».

11 Así dice el Señor,
    el Santo de Israel, su Hacedor:
«¿Van acaso a pedirme cuentas del futuro de mis hijos
    o a darme órdenes sobre la obra de mis manos?
12 Yo hice la tierra
    y sobre ella creé a la humanidad.
Mis propias manos extendieron los cielos
    y di órdenes a todo su ejército.
13 Levantaré a Ciro en justicia;
    allanaré todos sus caminos.
Él reconstruirá mi ciudad
    y pondrá en libertad a mis cautivos,
pero no por precio ni soborno.
    Lo digo yo, el Señor de los Ejércitos».

14 Así dice el Señor:

«Los productos de Egipto y la mercancía de Cus
    pasarán a ser de tu propiedad;
los sabeos, hombres de elevada estatura,
    marcharán detrás de ti en cadenas.
Se postrarán en tu presencia
    y suplicantes te dirán:
“Hay un solo Dios, no hay ningún otro,
    y ese Dios está contigo”».

15 Tú, Dios y Salvador de Israel,
    eres un Dios que se oculta.
16 Todos los que hacen ídolos serán avergonzados y humillados
    y, juntos, marcharán con su humillación.
17 Pero Israel será salvado por el Señor
    con salvación eterna.
Nunca más ustedes volverán a ser
    avergonzados ni humillados.

18 Porque así dice el Señor,
    el que creó los cielos;
el Dios que formó la tierra,
    que la hizo y la estableció;
que no la creó para dejarla vacía,
    sino que la formó para ser habitada:
«Yo soy el Señor
    y no hay ningún otro.
19 Desde ningún lugar de esta tierra tenebrosa
    les he hablado en secreto.
Ni he dicho a los descendientes de Jacob:
    “Búsquenme en vano”.
Yo, el Señor, digo lo que es justo
    y declaro lo que es recto.

20 »Reúnanse, fugitivos de las naciones;
    congréguense y vengan.
Ignorantes son los que cargan imágenes de madera
    y oran a dioses que no pueden salvar.
21 Declaren y presenten sus pruebas,
    deliberen juntos.
¿Quién predijo esto hace tiempo,
    quién lo declaró desde tiempos antiguos?
¿Acaso no lo hice yo, el Señor?
    Fuera de mí no hay otro dios;
Dios justo y salvador,
    no hay ningún otro fuera de mí.

22 »Vuelvan a mí y sean salvos,
    todos los confines de la tierra,
    porque yo soy Dios y no hay ningún otro.
23 He jurado por mí mismo,
    con justicia he pronunciado
    una palabra irrevocable:
Ante mí se doblará toda rodilla
    y por mí jurará toda lengua.
24 Ellos dirán de mí: “Solo en el Señor
    están la justicia y el poder”».
Todos los que contra él se enfurecieron
    ante él comparecerán y quedarán avergonzados.
25 Pero toda la descendencia de Israel
    será justificada y exaltada en el Señor.

Los dioses de Babilonia

46 Bel se inclina, Nebo se somete;
    sus ídolos son llevados por bestias de carga.[b]
Pesadas son las imágenes que por todas partes llevan;
    son una carga para el agotado.
Todos a la vez se someten y se inclinan;
    no pudieron rescatar la carga
    y ellos mismos van al cautiverio.

«Escúchenme, descendientes de Jacob,
    todo el resto del pueblo de Israel,
a quienes he cargado desde el vientre
    y he llevado desde la cuna.
Aun en la vejez, cuando ya peinen canas,
    yo seré el mismo, yo los sostendré.
Yo los hice y cuidaré de ustedes;
    los sostendré y los libraré.

»¿Con quién vas a compararme o a quién me vas a igualar?
    ¿A quién vas a asemejarme para que seamos parecidos?
Algunos derrochan oro de sus bolsas
    y pesan plata en la balanza;
contratan a un joyero para que les haga un dios
    y ante ese dios se postran para adorarlo.
Lo levantan en hombros y lo cargan;
    lo ponen en su lugar y allí se queda.
    No se puede mover de su sitio.
Por más que clamen a él, no habrá de responderles
    ni podrá salvarlos de sus aflicciones.

»Recuerden esto, rebeldes;
    piénsenlo bien, fíjenlo en su corazón.
Recuerden las cosas pasadas, aquellas de antaño;
    yo soy Dios y no hay ningún otro,
    yo soy Dios y no hay nadie igual a mí.
10 Yo anuncio el fin desde el principio;
    desde los tiempos antiguos, lo que está por venir.
Yo digo: Mi propósito se cumplirá,
    y haré todo lo que deseo.
11 Del oriente llamo al ave de rapiña;
    de tierra distante, al hombre que cumplirá mi propósito.
Lo que he dicho, haré que se cumpla;
    lo que he planeado, lo realizaré.
12 Escúchenme ustedes, gente de corazón duro,
    que están lejos de la justicia.
13 Mi justicia no está lejana;
    mi salvación ya no tarda.
    ¡Estoy por traerlas!
Concederé salvación a Sión
    y mi esplendor a Israel.

La caída de Babilonia

47 »Desciende, siéntate en el polvo,
    hija virginal de Babilonia;
siéntate en el suelo, hija de los babilonios,[c]
    pues ya no hay trono.
Nunca más se te llamará
    tierna y delicada.
Toma piedras de molino y muele la harina;
    quítate el velo,
levántate las faldas, desnúdate las piernas
    y cruza los ríos.
Tu desnudez quedará al descubierto;
    quedará expuesta tu vergüenza.
Voy a tomar venganza
    y a nadie perdonaré».

Nuestro Redentor es el Santo de Israel;
    su nombre es el Señor de los Ejércitos.

«Siéntate en silencio, hija de los babilonios;[d]
    entra en las tinieblas.
Porque nunca más se te llamará
    “soberana de los reinos”.
Yo estaba enojado con mi pueblo;
    por eso profané mi heredad.
Los entregué en tu mano
    y no les tuviste compasión.
Pusiste sobre los ancianos
    un yugo muy pesado.
Dijiste: “¡Por siempre seré la soberana!”.
    Pero no consideraste esto
    ni reflexionaste sobre su final.

»Ahora, escucha esto, provocadora;
    tú, que moras confiada
y te dices a ti misma:
    “Yo soy y no hay otra fuera de mí.
Nunca enviudaré
    ni me quedaré sin hijos”.
De repente, en un solo día,
    ambas cosas te sorprenderán:
    la pérdida de tus hijos y la viudez
te abrumarán por completo,
    a pesar de tus muchas hechicerías
    y de tus poderosos encantamientos.
10 Tú has confiado en tu maldad,
    y has dicho: “Nadie me ve”.
Tu sabiduría y tu conocimiento te engañan
    cuando a ti misma te dices:
    “Yo soy y no hay otra fuera de mí”.
11 Pero vendrá sobre ti una desgracia
    que no sabrás conjurar;
caerá sobre ti una calamidad
    que no podrás evitar.
Una catástrofe que ni te imaginas
    vendrá de repente sobre ti.

12 »Persiste, entonces, con tus encantamientos
    y con tus muchas hechicerías,
    en las que te has ejercitado desde la niñez.
Tal vez tengas éxito,
    tal vez puedas provocar terror.
13 Los muchos consejos te han fatigado.
    Que se presenten tus astrólogos,
los que observan las estrellas,
    los que hacen predicciones mes a mes,
    ¡que te salven de lo que viene sobre ti!
14 ¡Míralos! Son como la paja
    y el fuego los consumirá.
Ni a sí mismos pueden salvarse
    del poder de las llamas.
Aquí no hay brasas para calentarse
    ni fuego para sentarse ante él.
15 Eso son para ti los hechiceros
    con quienes te has ejercitado
    y con los que has negociado desde tu juventud.
Cada uno sigue en su error;
    no habrá quien pueda salvarte.

El Israel obstinado

48 »Escuchen esto ustedes, los de la familia de Jacob,
    descendientes de Judá,
    que llevan el nombre de Israel;
que juran en el nombre del Señor
    e invocan al Dios de Israel,
    pero no con lealtad ni justicia.
Ustedes que se llaman ciudadanos de la ciudad santa
    y confían en el Dios de Israel,
    cuyo nombre es el Señor de los Ejércitos:
Desde hace mucho tiempo
    anuncié las cosas pasadas.
Yo las profeticé;
    yo mismo las di a conocer.
Actué de repente
    y se hicieron realidad.
Porque yo sabía que eres muy obstinado;
    que tu cuello es un tendón de hierro
    y que tu frente es de bronce.
Por eso te declaré esas cosas desde hace tiempo;
    te las di a conocer antes que sucedieran,
para que no dijeras:
    “¡Fue mi ídolo quien las hizo!
    ¡Mi imagen tallada o fundida las dispuso!”.
De todo esto has tenido noticia,
    ¿y no vas a proclamarlo?

»Desde ahora te haré conocer cosas nuevas;
    cosas que te son ocultas y desconocidas.
Son cosas creadas ahora y no hace tiempo;
    hasta hoy no habías oído hablar de ellas,
para que no dijeras:
    “¡Sí, ya las sabía!”.
Nunca habías oído ni entendido;
    nunca antes se te había abierto el oído.
Yo sé bien que eres muy traicionero
    y que desde tu nacimiento te llaman rebelde.
Por amor a mi nombre contengo mi ira;
    por causa de mi alabanza me refreno,
    para no aniquilarte.
10 ¡Mira! Te he refinado, pero no como a la plata;
    te he probado en el horno de la aflicción.
11 Y lo he hecho por mí, por mi honor.
    ¿Cómo puedo permitir que se me profane?
    ¡No cederé mi gloria a ningún otro!

Liberación de Israel

12 »Escúchame, Jacob,
    Israel, a quien he llamado:
Yo soy Dios.
    Yo soy el Primero y el Último.
13 Con mi mano afirmé la tierra
    y con mi derecha desplegué los cielos.
Yo pronuncié su nombre
    y todos ellos aparecieron.

14 »Todos ustedes, reúnanse y escuchen:
    ¿Quién de ellos ha profetizado estas cosas?
El amado del Señor
    ejecutará su propósito contra Babilonia;
    su brazo estará contra los babilonios.[e]
15 Solo yo he hablado;
    solo yo lo he llamado.
Lo haré venir
    y triunfará en su misión.

16 »Acérquense a mí, escuchen esto:

»Desde el principio, jamás hablé en secreto;
    cuando las cosas suceden, allí estoy yo».

Y ahora el Señor y Dios
    me ha enviado con su Espíritu.

17 Así dice el Señor,
    tu Redentor, el Santo de Israel:
«Yo soy el Señor tu Dios,
    que te enseña lo que te conviene,
    que te guía por el camino en que debes andar.
18 Si hubieras prestado atención a mis mandamientos,
    tu paz habría sido como un río;
    tu justicia, como las olas del mar.
19 Como la arena serían tus descendientes;
    como los granos de arena, tus hijos;
su nombre nunca habría sido eliminado
    ni borrado de mi presencia».

20 ¡Salgan de Babilonia!
    ¡Huyan de los babilonios![f]
Anuncien esto con gritos de alegría
    y háganlo saber.
Publíquenlo hasta en los confines de la tierra;
    digan: «El Señor ha redimido a su siervo Jacob».
21 Cuando los guio a través de los desiertos,
    no tuvieron sed;
hizo que de la roca brotara agua para ellos;
    partió la roca, y manaron las aguas.

22 «No hay paz para los malvados», dice el Señor.

Footnotes

  1. 45:2 las montañas (Qumrán y LXX); en TM, palabra de difícil traducción.
  2. 46:1 son … carga. Alt. no son más que bestias y ganados.
  3. 47:1 Lit. caldeos.
  4. 47:5 Lit. caldeos.
  5. 48:14 Lit. caldeos.
  6. 48:20 Lit. caldeos.