16 Antes bien, anhelaban una patria mejor, es decir, la celestial. Por lo tanto, Dios no se avergonzó de ser llamado su Dios y les preparó una ciudad.

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16 Pero ellos anhelaban una patria superior; es decir, la celestial. Por eso Dios no se avergüenza de llamarse el Dios de ellos, porque les ha preparado una ciudad.

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38 ¡El mundo no merecía gente así! Anduvieron sin rumbo por desiertos y montañas, por cuevas y cavernas.

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38 El mundo no era digno de ellos. Andaban errantes por los desiertos, por las montañas, por las cuevas y por las cavernas de la tierra.

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