36 Así, pues, Bezalel y Aholiab llevarán a cabo los trabajos para el servicio del santuario, tal y como el Señor lo ha ordenado, junto con todos los expertos, y a quienes el Señor haya dado pericia y habilidad para realizar toda la obra del servicio del santuario».

Moisés llamó a Bezalel, a Aholiab, a todos los expertos y a quienes el Señor había dado pericia y habilidad, y se sentían movidos a venir y hacer el trabajo. Entonces les entregó todas las ofrendas que los israelitas habían llevado para realizar la obra del servicio del santuario. Pero el pueblo seguía llevando ofrendas voluntarias mañana tras mañana. Así que todos los artesanos y expertos que estaban ocupados en la obra del santuario suspendieron su trabajo para ir a decirle a Moisés: «La gente está trayendo más de lo que se necesita para llevar a cabo la obra que el Señor mandó hacer».

Entonces Moisés ordenó que corriera la voz por todo el campamento: «¡Que nadie, ni hombre ni mujer, haga más labores ni traiga más ofrendas para el santuario!». Así que los israelitas dejaron de llevar más ofrendas, pues lo que ya habían hecho era más que suficiente para llevar a cabo toda la obra.

El santuario(A)

Todos los expertos hicieron el santuario con diez cortinas de tela de lino fino y de lana color azul, carmesí y escarlata, con querubines artísticamente bordados en ellas. Todas las cortinas medían lo mismo, es decir, veintiocho codos de largo por cuatro codos de ancho.[a] 10 Cosieron cinco cortinas, uniendo la una con la otra; luego hicieron lo mismo con las otras cinco. 11 En el borde superior del primer conjunto de cortinas, pusieron presillas de lana color azul; lo mismo hicieron en el borde del otro conjunto de cortinas. 12 En la primera cortina del primer conjunto pusieron cincuenta presillas, y en la última cortina del segundo conjunto pusieron otras cincuenta presillas, de modo que las presillas se correspondan entre sí. 13 Después hicieron cincuenta ganchos de oro para que las cortinas quedaran enganchadas una con otra, de modo que el santuario tuviera unidad de conjunto.

14 Hicieron un total de once cortinas de pelo de cabra para cubrir el santuario a la manera de una tienda de campaña. 15 Las once cortinas medían lo mismo, es decir, treinta codos de largo por cuatro de ancho.[b] 16 Cosieron cinco cortinas en un conjunto y las otras seis en otro conjunto; 17 hicieron cincuenta presillas en el borde de la cortina con que termina el primer conjunto y otras cincuenta presillas en el borde de la cortina con que termina el segundo conjunto. 18 Fabricaron cincuenta ganchos de bronce para unir la tienda del santuario para que este tuviera unidad de conjunto. 19 Luego hicieron para la tienda un toldo de piel de carnero teñida de rojo y para la parte superior pusieron otro de pieles finas.

20 Prepararon para el santuario unos tablones de madera de acacia y los colocaron en posición vertical. 21 Cada tablón medía diez codos de largo por un codo y medio de ancho[c] 22 con dos ranuras paralelas entre sí. Todos los tablones del santuario los hicieron así: 23 Veinte tablones para el lado sur del santuario, 24 con cuarenta bases de plata que iban debajo de ellos, dos por cada tablón, una debajo de cada ranura; 25 para el lado opuesto, es decir el lado norte del santuario, veinte tablones, 26 con cuarenta bases de plata; colocando dos de esas bases debajo de cada tablón; 27 seis tablones en el lado posterior, que es el lado occidental del santuario, 28 y dos tablones más en las esquinas del santuario en el extremo opuesto. 29 Estos dos tablones eran dobles desde la base y quedaban unidos por un solo anillo en la parte superior. Se hizo lo mismo en ambas esquinas, 30 de modo que había ocho tablones y dieciséis bases de plata; dos bases debajo de cada tablón.

31 También hicieron travesaños de madera de acacia: cinco para los tablones de un costado del santuario, 32 cinco para los del costado opuesto y cinco para los del costado occidental, en la parte posterior del santuario. 33 El travesaño central lo hicieron de tal modo que pasaba de un extremo al otro, a media altura de los tablones. 34 Recubrieron de oro los tablones e hicieron unos anillos de oro para que los travesaños pasaran por ellos. También recubrieron de oro los travesaños.

35 La cortina la hicieron de lana color azul, carmesí, escarlata y tela de lino fino con querubines artísticamente bordados en ella. 36 Le hicieron cuatro postes de madera de acacia y los recubrieron de oro, les pusieron ganchos de oro y fundieron para ellos cuatro bases de plata. 37 Para la entrada de la tienda hicieron una cortina de lana color azul, carmesí, escarlata y tela de lino fino, bordada artísticamente, 38 y cinco postes con ganchos, para los que hicieron cinco bases de bronce; también recubrieron de oro los capiteles y los empalmes de los postes.

El arca(B)

37 Bezalel hizo el arca de madera de acacia, de dos codos y medio de largo, un codo y medio de ancho, y un codo y medio de alto.[d] La recubrió de oro puro por dentro y por fuera, también puso en su derredor una moldura de oro. Fundió cuatro anillos de oro para el arca y se los colocó a sus cuatro patas, colocando dos anillos en un lado y dos en el otro. Hizo luego unas varas de madera de acacia, las recubrió de oro, y las introdujo en los anillos que van a los costados del arca para transportarla.

Al arca le hizo una tapa de oro puro, de dos codos y medio de largo por un codo y medio de ancho. Para los dos extremos de la tapa del arca hizo dos querubines de oro trabajado a martillo. En cada uno de los extremos puso un querubín, y los hizo de modo que ambos formaban una sola pieza con la tapa del arca. Los querubines tenían las alas extendidas por encima de la tapa del arca y con ellas lo cubrían. Quedaban el uno frente al otro, mirando hacia la tapa.

La mesa(C)

10 Bezalel hizo la mesa de madera de acacia de dos codos de largo por un codo de ancho y un codo y medio de alto.[e] 11 La recubrió de oro puro y le puso alrededor una moldura de oro. 12 También le hizo un reborde de un palmo[f] de ancho y puso una moldura de oro alrededor del reborde. 13 Fundió cuatro anillos de oro para la mesa y se los sujetó a las cuatro esquinas, donde iban las cuatro patas. 14 Los anillos fueron colocados junto al reborde para pasar por ellos las varas empleadas para transportar la mesa. 15 Esas varas eran de madera de acacia y estaban recubiertas de oro. 16 Los utensilios para la mesa, sus platos, bandejas, tazones y jarras para verter las ofrendas líquidas, los hizo de oro puro.

El candelabro(D)

17 Bezalel hizo el candelabro de oro puro trabajado a martillo. Su base, su tallo, y sus copas, cálices y flores formaban una sola pieza. 18 De los costados del candelabro salían seis brazos, tres de un lado y tres del otro. 19 En cada uno de los seis brazos del candelabro había tres copas en forma de flores de almendro, con cálices y pétalos. 20 El candelabro mismo tenía cuatro copas en forma de flor de almendro, con cálices y pétalos. 21 Debajo del primer par de brazos que salía del candelabro había un cáliz; debajo del segundo par de brazos había un segundo cáliz y debajo del tercer par de brazos había un tercer cáliz —seis brazos en total. 22 Los cálices y los brazos formaban una sola pieza con el candelabro, el cual era de oro puro trabajado a martillo.

23 Hizo también de oro puro sus siete lámparas, lo mismo que sus cortapabilos y braseros. 24 Para hacer el candelabro y todos sus accesorios, usó un talento[g] de oro puro.

El altar del incienso(E)

25 Bezalel hizo de madera de acacia el altar del incienso. Era cuadrado, de un codo de largo por un codo de ancho y dos codos de alto.[h] Sus cuernos formaban una pieza con el altar. 26 Recubrió de oro puro su parte superior, sus cuatro costados y los cuernos, y puso una moldura de oro alrededor. 27 Debajo de la moldura puso dos anillos de oro en cada uno de sus costados, para pasar por ellos las varas usadas para transportarlo. 28 Las varas las hizo de madera de acacia y las recubrió de oro.

29 Bezalel hizo también el aceite de la unción sagrada y el incienso puro y aromático, como lo hacen los fabricantes de perfumes.

Footnotes

  1. 36:9 Es decir, aprox. 13 m de largo por 1.8 m de ancho.
  2. 36:15 Es decir, aprox. 14 m de largo por 1.8 m de ancho.
  3. 36:21 Es decir, aprox. 4.5 m de largo y 68 cm de ancho.
  4. 37:1 Es decir, aprox. 1.1 m de largo por 68 cm de ancho y 68 cm de alto; también en v. 6.
  5. 37:10 Es decir, aprox. 90 cm por 45 cm de ancho y 68 cm de alto.
  6. 37:12 Es decir, aprox. 7.5 cm; se trata aquí del palmo menor.
  7. 37:24 Es decir, aprox. 34 kg.
  8. 37:25 Es decir, aprox. 45 cm de largo por 45 cm de ancho y 90 cm de alto.

36 Así, pues, Bezaleel y Aholiab, y todo hombre sabio de corazón a quien Jehová dio sabiduría e inteligencia para saber hacer toda la obra del servicio del santuario, harán todas las cosas que ha mandado Jehová.

Moisés suspende la ofrenda del pueblo

Y Moisés llamó a Bezaleel y a Aholiab y a todo varón sabio de corazón, en cuyo corazón había puesto Jehová sabiduría, todo hombre a quien su corazón le movió a venir a la obra para trabajar en ella. Y tomaron de delante de Moisés toda la ofrenda que los hijos de Israel habían traído para la obra del servicio del santuario, a fin de hacerla. Y ellos seguían trayéndole ofrenda voluntaria cada mañana. Tanto, que vinieron todos los maestros que hacían toda la obra del santuario, cada uno de la obra que hacía, y hablaron a Moisés, diciendo: El pueblo trae mucho más de lo que se necesita para la obra que Jehová ha mandado que se haga. Entonces Moisés mandó pregonar por el campamento, diciendo: Ningún hombre ni mujer haga más para la ofrenda del santuario. Así se le impidió al pueblo ofrecer más; pues tenían material abundante para hacer toda la obra, y sobraba.

Construcción del tabernáculo

(Ex. 26.1-37)

Todos los sabios de corazón de entre los que hacían la obra, hicieron el tabernáculo de diez cortinas de lino torcido, azul, púrpura y carmesí; las hicieron con querubines de obra primorosa. La longitud de una cortina era de veintiocho codos, y la anchura de cuatro codos; todas las cortinas eran de igual medida.

10 Cinco de las cortinas las unió entre sí, y asimismo unió las otras cinco cortinas entre sí. 11 E hizo lazadas de azul en la orilla de la cortina que estaba al extremo de la primera serie; e hizo lo mismo en la orilla de la cortina final de la segunda serie. 12 Cincuenta lazadas hizo en la primera cortina, y otras cincuenta en la orilla de la cortina de la segunda serie; las lazadas de la una correspondían a las de la otra. 13 Hizo también cincuenta corchetes de oro, con los cuales enlazó las cortinas una con otra, y así quedó formado un tabernáculo.

14 Hizo asimismo cortinas de pelo de cabra para una tienda sobre el tabernáculo; once cortinas hizo. 15 La longitud de una cortina era de treinta codos, y la anchura de cuatro codos; las once cortinas tenían una misma medida. 16 Y unió cinco de las cortinas aparte, y las otras seis cortinas aparte. 17 Hizo además cincuenta lazadas en la orilla de la cortina que estaba al extremo de la primera serie, y otras cincuenta lazadas en la orilla de la cortina final de la segunda serie. 18 Hizo también cincuenta corchetes de bronce para enlazar la tienda, de modo que fuese una. 19 E hizo para la tienda una cubierta de pieles de carneros teñidas de rojo, y otra cubierta de pieles de tejones encima.

20 Además hizo para el tabernáculo las tablas de madera de acacia, derechas. 21 La longitud de cada tabla era de diez codos, y de codo y medio la anchura. 22 Cada tabla tenía dos espigas, para unirlas una con otra; así hizo todas las tablas del tabernáculo. 23 Hizo, pues, las tablas para el tabernáculo; veinte tablas al lado del sur, al mediodía. 24 Hizo también cuarenta basas de plata debajo de las veinte tablas: dos basas debajo de una tabla, para sus dos espigas, y dos basas debajo de otra tabla para sus dos espigas. 25 Y para el otro lado del tabernáculo, al lado norte, hizo otras veinte tablas, 26 con sus cuarenta basas de plata; dos basas debajo de una tabla, y dos basas debajo de otra tabla. 27 Y para el lado occidental del tabernáculo hizo seis tablas. 28 Para las esquinas del tabernáculo en los dos lados hizo dos tablas, 29 las cuales se unían desde abajo, y por arriba se ajustaban con un gozne; así hizo a la una y a la otra en las dos esquinas. 30 Eran, pues, ocho tablas, y sus basas de plata dieciséis; dos basas debajo de cada tabla.

31 Hizo también las barras de madera de acacia; cinco para las tablas de un lado del tabernáculo, 32 cinco barras para las tablas del otro lado del tabernáculo, y cinco barras para las tablas del lado posterior del tabernáculo hacia el occidente. 33 E hizo que la barra de en medio pasase por en medio de las tablas de un extremo al otro. 34 Y cubrió de oro las tablas, e hizo de oro los anillos de ellas, por donde pasasen las barras; cubrió también de oro las barras.

35 Hizo asimismo el velo de azul, púrpura, carmesí y lino torcido; lo hizo con querubines de obra primorosa. 36 Y para él hizo cuatro columnas de madera de acacia, y las cubrió de oro, y sus capiteles eran de oro; y fundió para ellas cuatro basas de plata. 37 Hizo también el velo para la puerta del tabernáculo, de azul, púrpura, carmesí y lino torcido, obra de recamador; 38 y sus cinco columnas con sus capiteles; y cubrió de oro los capiteles y las molduras, e hizo de bronce sus cinco basas.

Mobiliario del tabernáculo

(Ex. 25.10-40; 27.1-8; 30.1-10)

37 Hizo también Bezaleel el arca de madera de acacia; su longitud era de dos codos y medio, su anchura de codo y medio, y su altura de codo y medio. Y la cubrió de oro puro por dentro y por fuera, y le hizo una cornisa de oro en derredor. Además fundió para ella cuatro anillos de oro a sus cuatro esquinas; en un lado dos anillos y en el otro lado dos anillos. Hizo también varas de madera de acacia, y las cubrió de oro. Y metió las varas por los anillos a los lados del arca, para llevar el arca. Hizo asimismo el propiciatorio de oro puro; su longitud de dos codos y medio, y su anchura de codo y medio. Hizo también los dos querubines de oro, labrados a martillo, en los dos extremos del propiciatorio. Un querubín a un extremo, y otro querubín al otro extremo; de una pieza con el propiciatorio hizo los querubines a sus dos extremos. Y los querubines extendían sus alas por encima, cubriendo con sus alas el propiciatorio; y sus rostros el uno enfrente del otro miraban hacia el propiciatorio.

10 Hizo también la mesa de madera de acacia; su longitud de dos codos, su anchura de un codo, y de codo y medio su altura; 11 y la cubrió de oro puro, y le hizo una cornisa de oro alrededor. 12 Le hizo también una moldura de un palmo menor de anchura alrededor, e hizo en derredor de la moldura una cornisa de oro. 13 Le hizo asimismo de fundición cuatro anillos de oro, y los puso a las cuatro esquinas que correspondían a las cuatro patas de ella. 14 Debajo de la moldura estaban los anillos, por los cuales se metían las varas para llevar la mesa. 15 E hizo las varas de madera de acacia para llevar la mesa, y las cubrió de oro. 16 También hizo los utensilios que habían de estar sobre la mesa, sus platos, sus cucharas, sus cubiertos y sus tazones con que se había de libar, de oro fino.

17 Hizo asimismo el candelero de oro puro, labrado a martillo; su pie, su caña, sus copas, sus manzanas y sus flores eran de lo mismo. 18 De sus lados salían seis brazos; tres brazos de un lado del candelero, y otros tres brazos del otro lado del candelero. 19 En un brazo, tres copas en forma de flor de almendro, una manzana y una flor, y en otro brazo tres copas en figura de flor de almendro, una manzana y una flor; así en los seis brazos que salían del candelero. 20 Y en la caña del candelero había cuatro copas en figura de flor de almendro, sus manzanas y sus flores, 21 y una manzana debajo de dos brazos del mismo, y otra manzana debajo de otros dos brazos del mismo, y otra manzana debajo de los otros dos brazos del mismo, conforme a los seis brazos que salían de él. 22 Sus manzanas y sus brazos eran de lo mismo; todo era una pieza labrada a martillo, de oro puro. 23 Hizo asimismo sus siete lamparillas, sus despabiladeras y sus platillos, de oro puro. 24 De un talento de oro puro lo hizo, con todos sus utensilios.

25 Hizo también el altar del incienso, de madera de acacia; de un codo su longitud, y de otro codo su anchura; era cuadrado, y su altura de dos codos; y sus cuernos de la misma pieza. 26 Y lo cubrió de oro puro, su cubierta y sus paredes alrededor, y sus cuernos, y le hizo una cornisa de oro alrededor. 27 Le hizo también dos anillos de oro debajo de la cornisa en las dos esquinas a los dos lados, para meter por ellos las varas con que había de ser conducido. 28 E hizo las varas de madera de acacia, y las cubrió de oro.

29 Hizo asimismo el aceite santo de la unción, y el incienso puro, aromático, según el arte del perfumador.(A)

En Iconio

14 En Iconio, Pablo y Bernabé entraron, como de costumbre, en la sinagoga judía y hablaron de tal manera que creyó una multitud de judíos y de los que no son judíos. Pero los judíos incrédulos incitaron a los no judíos y les amargaron el ánimo contra los hermanos. En todo caso, Pablo y Bernabé pasaron allí bastante tiempo, hablando valientemente en el nombre del Señor, quien confirmaba el mensaje de su gracia haciendo señales y prodigios por medio de ellos. La gente de la ciudad estaba dividida: unos de parte de los judíos y otros de parte de los apóstoles. Hubo un complot tanto de los no judíos como de los judíos, apoyados por sus dirigentes, para maltratarlos y apedrearlos. Al darse cuenta de esto, los apóstoles huyeron a Listra y a Derbe, ciudades de Licaonia, y a sus alrededores, donde siguieron anunciando las buenas noticias.

En Listra y Derbe

En Listra vivía un hombre lisiado de nacimiento que no podía mover las piernas y nunca había caminado. Estaba sentado, escuchando a Pablo, quien al fijarse en él y ver que tenía fe para ser sanado, 10 le ordenó con voz fuerte:

—¡Ponte en pie y enderézate!

El hombre dio un salto y empezó a caminar. 11 Al ver lo que Pablo había hecho, la gente comenzó a gritar en el idioma de Licaonia:

—¡Los dioses han tomado forma humana y han venido a visitarnos!

12 A Bernabé lo llamaban Zeus y a Pablo, Hermes, porque era el que dirigía la palabra. 13 El sacerdote de Zeus, el dios cuyo templo estaba a las afueras de la ciudad, llevó toros y guirnaldas a las puertas y, con toda la multitud, quería ofrecerles sacrificios.

14 Al enterarse de esto los apóstoles Bernabé y Pablo, se rasgaron las vestiduras y se lanzaron por entre la multitud, gritando:

15 —Señores, ¿por qué hacen esto? Nosotros también somos hombres mortales como ustedes. Las buenas noticias que anunciamos son que dejen estas cosas sin valor y se vuelvan al Dios viviente, que hizo el cielo, la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos. 16 En épocas pasadas él permitió que todas las naciones siguieran su propio camino. 17 Sin embargo, no ha dejado de dar testimonio de sí mismo haciendo el bien, dándoles lluvias del cielo y estaciones fructíferas, proporcionándoles comida y alegría de corazón.

18 A pesar de todo lo que dijeron, a duras penas evitaron que la multitud les ofreciera sacrificios.

19 En eso llegaron de Antioquía y de Iconio unos judíos que hicieron cambiar de parecer a la multitud. Apedrearon a Pablo y lo arrastraron fuera de la ciudad, creyendo que estaba muerto. 20 Pero cuando lo rodearon los discípulos, él se levantó y volvió a entrar en la ciudad. Al día siguiente, partió para Derbe en compañía de Bernabé.

El regreso a Antioquía de Siria

21 Después de anunciar las buenas noticias en aquella ciudad y de hacer muchos discípulos, Pablo y Bernabé regresaron a Listra, a Iconio y a Antioquía, 22 fortaleciendo a los discípulos y animándolos a perseverar en la fe. «Es necesario pasar por muchas dificultades para entrar en el reino de Dios», les decían. 23 Cada iglesia nombró líderes religiosos, y con oración y ayuno los encomendaron al Señor, en quien habían creído. 24 Atravesando Pisidia, llegaron a Panfilia 25 y, cuando terminaron de predicar la palabra en Perge, bajaron a Atalía.

26 De Atalía navegaron a Antioquía, donde se los había encomendado a la gracia de Dios para la obra que ya habían realizado. 27 Cuando llegaron, reunieron a la iglesia e informaron de todo lo que Dios había hecho por medio de ellos y de cómo había abierto la puerta de la fe a los no judíos. 28 Y se quedaron allí mucho tiempo con los discípulos.

Pablo y Bernabé en Iconio

14 Aconteció en Iconio que entraron juntos en la sinagoga de los judíos, y hablaron de tal manera que creyó una gran multitud de judíos, y asimismo de griegos. Mas los judíos que no creían excitaron y corrompieron los ánimos de los gentiles contra los hermanos. Por tanto, se detuvieron allí mucho tiempo, hablando con denuedo, confiados en el Señor, el cual daba testimonio a la palabra de su gracia, concediendo que se hiciesen por las manos de ellos señales y prodigios. Y la gente de la ciudad estaba dividida: unos estaban con los judíos, y otros con los apóstoles. Pero cuando los judíos y los gentiles, juntamente con sus gobernantes, se lanzaron a afrentarlos y apedrearlos, habiéndolo sabido, huyeron a Listra y Derbe, ciudades de Licaonia, y a toda la región circunvecina, y allí predicaban el evangelio.

Pablo es apedreado en Listra

Y cierto hombre de Listra estaba sentado, imposibilitado de los pies, cojo de nacimiento, que jamás había andado. Este oyó hablar a Pablo, el cual, fijando en él sus ojos, y viendo que tenía fe para ser sanado, 10 dijo a gran voz: Levántate derecho sobre tus pies. Y él saltó, y anduvo. 11 Entonces la gente, visto lo que Pablo había hecho, alzó la voz, diciendo en lengua licaónica: Dioses bajo la semejanza de hombres han descendido a nosotros. 12 Y a Bernabé llamaban Júpiter, y a Pablo, Mercurio, porque este era el que llevaba la palabra. 13 Y el sacerdote de Júpiter, cuyo templo estaba frente a la ciudad, trajo toros y guirnaldas delante de las puertas, y juntamente con la muchedumbre quería ofrecer sacrificios. 14 Cuando lo oyeron los apóstoles Bernabé y Pablo, rasgaron sus ropas, y se lanzaron entre la multitud, dando voces 15 y diciendo: Varones, ¿por qué hacéis esto? Nosotros también somos hombres semejantes a vosotros, que os anunciamos que de estas vanidades os convirtáis al Dios vivo, que hizo el cielo y la tierra, el mar, y todo lo que en ellos hay. 16 En las edades pasadas él ha dejado a todas las gentes andar en sus propios caminos; 17 si bien no se dejó a sí mismo sin testimonio, haciendo bien, dándonos lluvias del cielo y tiempos fructíferos, llenando de sustento y de alegría nuestros corazones. 18 Y diciendo estas cosas, difícilmente lograron impedir que la multitud les ofreciese sacrificio.

19 Entonces vinieron unos judíos de Antioquía y de Iconio, que persuadieron a la multitud, y habiendo apedreado a Pablo, le arrastraron fuera de la ciudad, pensando que estaba muerto. 20 Pero rodeándole los discípulos, se levantó y entró en la ciudad; y al día siguiente salió con Bernabé para Derbe. 21 Y después de anunciar el evangelio a aquella ciudad y de hacer muchos discípulos, volvieron a Listra, a Iconio y a Antioquía, 22 confirmando los ánimos de los discípulos, exhortándoles a que permaneciesen en la fe, y diciéndoles: Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios. 23 Y constituyeron ancianos en cada iglesia, y habiendo orado con ayunos, los encomendaron al Señor en quien habían creído.

El regreso a Antioquía de Siria

24 Pasando luego por Pisidia, vinieron a Panfilia. 25 Y habiendo predicado la palabra en Perge, descendieron a Atalia. 26 De allí navegaron a Antioquía, desde donde habían sido encomendados a la gracia de Dios para la obra que habían cumplido. 27 Y habiendo llegado, y reunido a la iglesia, refirieron cuán grandes cosas había hecho Dios con ellos, y cómo había abierto la puerta de la fe a los gentiles. 28 Y se quedaron allí mucho tiempo con los discípulos.