Add parallel Print Page Options

El rollo que volaba

Levanté otra vez la mirada y vi un rollo volando en el aire.

—¿Qué ves?—preguntó el ángel.

—Veo un rollo que vuela—contesté—. Parece tener diez metros de largo y cinco metros de ancho.[a]

Entonces él me dijo:

—Este rollo contiene la maldición que cubrirá toda la tierra. Un lado del rollo dice que los que roban serán desterrados; el otro lado dice que los que juran en falso serán desterrados. El Señor de los Ejércitos Celestiales dice: “Envío esta maldición a la casa de cada ladrón y a la casa de todos los que juran en falso usando mi nombre. Mi maldición se quedará en esa casa y la destruirá por completo, hasta las maderas y las piedras”.

La mujer en una canasta

Entonces el ángel que hablaba conmigo se adelantó y dijo:

—Mira hacia arriba y fíjate en lo que viene.

—¿Qué es?—pregunté.

—Es una canasta para medir grano[b]—respondió—, y está llena con los pecados[c] de los habitantes de todo el país.

Entonces fue levantada la pesada tapa de plomo de la canasta y adentro había una mujer sentada. El ángel dijo: «La mujer se llama Perversidad», y la empujó adentro de la canasta otra vez y cerró la pesada tapa.

Entonces miré hacia arriba y vi a dos mujeres que volaban hacia nosotros, planeando con el viento. Tenían alas como de cigüeña, y recogieron la canasta y levantaron el vuelo.

10 —¿Adónde llevan la canasta?—le pregunté al ángel.

11 —A la tierra de Babilonia[d]—me respondió—, donde construirán un templo para la canasta. Luego, cuando el templo esté listo, colocarán la canasta allí sobre un pedestal.

Footnotes

  1. 5:2 En hebreo 20 codos [30 pies] de largo y 10 codos [15 pies] de ancho.
  2. 5:6a En hebreo un efa [22 litros o 20 cuartos]; también en 5:7, 8, 9, 10, 11.
  3. 5:6b Igual que en la versión griega; en hebreo dice con la apariencia.
  4. 5:11 En hebreo la tierra de Sinar.

El rollo volante

De nuevo alcé mis ojos y miré, y he aquí un rollo que volaba. Y me dijo: ¿Qué ves? Y respondí: Veo un rollo que vuela, de veinte codos de largo, y diez codos de ancho. Entonces me dijo: Esta es la maldición que sale sobre la faz de toda la tierra; porque todo aquel que hurta (como está de un lado del rollo) será destruido; y todo aquel que jura falsamente (como está del otro lado del rollo) será destruido. Yo la he hecho salir, dice Jehová de los ejércitos, y vendrá a la casa del ladrón, y a la casa del que jura falsamente en mi nombre; y permanecerá en medio de su casa y la consumirá, con sus maderas y sus piedras.

La mujer en el efa

Y salió aquel ángel que hablaba conmigo, y me dijo: Alza ahora tus ojos, y mira qué es esto que sale. Y dije: ¿Qué es? Y él dijo: Este es un efa que sale. Además dijo: Esta es la iniquidad de ellos en toda la tierra. Y he aquí, levantaron la tapa de plomo, y una mujer estaba sentada en medio de aquel efa. Y él dijo: Esta es la Maldad; y la echó dentro del efa, y echó la masa de plomo en la boca del efa. Alcé luego mis ojos, y miré, y he aquí dos mujeres que salían, y traían viento en sus alas, y tenían alas como de cigüeña, y alzaron el efa entre la tierra y los cielos. 10 Dije al ángel que hablaba conmigo: ¿A dónde llevan el efa? 11 Y él me respondió: Para que le sea edificada casa en tierra de Sinar; y cuando esté preparada lo pondrán sobre su base.

Los cuatro carros de guerra

Entonces levanté la mirada otra vez y vi cuatro carros de guerra que salían de entre dos montañas de bronce. El primer carro era tirado por caballos rojos, el segundo por caballos negros, el tercero por caballos blancos y el cuarto por poderosos caballos tordos.

—¿Y qué son estos, mi señor?—le pregunté al ángel que hablaba conmigo.

—Son los cuatro espíritus[a] del cielo que están delante del Señor de toda la tierra—el ángel contestó—. Ellos salen a hacer su trabajo. El carro con caballos negros va al norte, el carro con caballos blancos va al occidente[b] y el carro con caballos tordos va al sur.

Los poderosos caballos estaban ansiosos por salir a vigilar la tierra. Así que el Señor dijo: «¡Vayan y vigilen la tierra!». Entonces salieron de inmediato a hacer el recorrido.

Luego el Señor me llamó y me dijo: «Mira, los que fueron al norte han desahogado el enojo de mi Espíritu[c] allí en la tierra del norte».

Coronación de Jesúa

Entonces recibí otro mensaje del Señor: 10 «Heldai, Tobías, y Jedaías traerán obsequios de plata y oro de los judíos desterrados en Babilonia. En cuanto lleguen, encuéntrate con ellos en la casa de Josías, hijo de Sofonías. 11 Acepta sus obsequios y, con la plata y el oro, haz una corona. Entonces coloca la corona en la cabeza de Jesúa[d] hijo de Jehosadac, el sumo sacerdote. 12 Dile: “El Señor de los Ejércitos Celestiales declara: ‘Este es el hombre llamado el Retoño. Él echará ramas desde donde está y construirá el templo del Señor’”. 13 Así es, él construirá el templo del Señor. Entonces recibirá el honor real y desde su trono gobernará como rey; también desde su trono servirá como sacerdote[e] y habrá armonía perfecta entre sus dos oficios.

14 »La corona servirá de recordatorio en el templo del Señor en reconocimiento a quienes la obsequiaron: Heldai,[f] Tobías, Jedaías y Josías,[g] hijo de Sofonías».

15 Vendrá gente desde tierras lejanas a reedificar el templo del Señor. Cuando esto ocurra, ustedes sabrán que mis mensajes vinieron del Señor de los Ejércitos Celestiales. Todo esto sucederá si ustedes se aseguran de obedecer lo que dice el Señor su Dios.

Footnotes

  1. 6:5 O los cuatro vientos.
  2. 6:6 En hebreo va tras ellos.
  3. 6:8 En hebreo han dado descanso a mi Espíritu.
  4. 6:11 En hebreo Josué, una variante de Jesúa.
  5. 6:13 O también habrá un sacerdote al lado de su trono.
  6. 6:14a Igual que en la versión siríaca (comparar 6:10); en hebreo dice Helem.
  7. 6:14b Igual que en la versión siríaca (comparar 6:10); en hebreo dice Hen.

Los cuatro carros

De nuevo alcé mis ojos y miré, y he aquí cuatro carros que salían de entre dos montes; y aquellos montes eran de bronce. En el primer carro había caballos alazanes,(A) en el segundo carro caballos negros,(B) en el tercer carro caballos blancos,(C) y en el cuarto carro caballos overos rucios rodados. Respondí entonces y dije al ángel que hablaba conmigo: Señor mío, ¿qué es esto? Y el ángel me respondió y me dijo: Estos son los cuatro vientos de los cielos,(D) que salen después de presentarse delante del Señor de toda la tierra. El carro con los caballos negros salía hacia la tierra del norte, y los blancos salieron tras ellos, y los overos salieron hacia la tierra del sur. Y los alazanes salieron y se afanaron por ir a recorrer la tierra. Y dijo: Id, recorred la tierra. Y recorrieron la tierra. Luego me llamó, y me habló diciendo: Mira, los que salieron hacia la tierra del norte hicieron reposar mi Espíritu en la tierra del norte.

Coronación simbólica de Josué

Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 10 Toma de los del cautiverio a Heldai, a Tobías y a Jedaías, los cuales volvieron de Babilonia; e irás tú en aquel día, y entrarás en casa de Josías hijo de Sofonías. 11 Tomarás, pues, plata y oro, y harás coronas, y las pondrás en la cabeza del sumo sacerdote Josué, hijo de Josadac. 12 Y le hablarás, diciendo: Así ha hablado Jehová de los ejércitos, diciendo: He aquí el varón cuyo nombre es el Renuevo,(E) el cual brotará de sus raíces, y edificará el templo de Jehová. 13 Él edificará el templo de Jehová, y él llevará gloria, y se sentará y dominará en su trono, y habrá sacerdote a su lado; y consejo de paz habrá entre ambos. 14 Las coronas servirán a Helem, a Tobías, a Jedaías y a Hen hijo de Sofonías, como memoria en el templo de Jehová.

15 Y los que están lejos vendrán y ayudarán a edificar el templo de Jehová, y conoceréis que Jehová de los ejércitos me ha enviado a vosotros. Y esto sucederá si oyereis obedientes la voz de Jehová vuestro Dios.

Un llamado a la justicia y a la compasión

El 7 de diciembre[a] del cuarto año del reinado del rey Darío, el Señor le dio otro mensaje a Zacarías. El pueblo de Betel había enviado a Sarezer y a Regem-melec,[b] junto con sus asistentes, para buscar el favor del Señor. Les encargaron hacer la siguiente pregunta a los profetas y a los sacerdotes del templo del Señor de los Ejércitos Celestiales: «¿Debemos continuar de luto y ayuno cada verano en el aniversario de la destrucción del templo,[c] como lo hemos estado haciendo durante muchos años?».

En respuesta, el Señor de los Ejércitos Celestiales me envió este mensaje: «Diles a tu pueblo y a tus sacerdotes: “Durante estos setenta años de destierro, cuando ayunaban y se vestían de luto en el verano y a comienzos del otoño,[d] ¿hacían los ayunos realmente para mí? Incluso ahora, cuando comen y beben en sus festivales santos, ¿no lo hacen para complacerse a sí mismos? ¿No es este el mismo mensaje del Señor que los profetas proclamaron en años anteriores cuando Jerusalén y los pueblos de Judá estaban llenos de gente y el Neguev y las colinas de Judá[e] estaban bien poblados?”».

Luego Zacarías recibió este mensaje del Señor: «El Señor de los Ejércitos Celestiales dice: juzguen con imparcialidad y muestren compasión y bondad el uno por el otro. 10 No opriman a las viudas ni a los huérfanos ni a los extranjeros ni a los pobres. Tampoco tramen el mal unos contra otros.

11 »Sus antepasados se negaron a escuchar este mensaje. Volvieron la espalda tercamente y se taparon los oídos para no oír. 12 Endurecieron su corazón como la piedra para no oír las instrucciones ni los mensajes que el Señor de los Ejércitos Celestiales les había enviado por su Espíritu por medio de los antiguos profetas. Por eso el Señor de los Ejércitos Celestiales se enojó tanto con ellos.

13 »Así como ellos se negaron a escuchar cuando los llamé, tampoco yo los escuché cuando clamaron a mí, dice el Señor de los Ejércitos Celestiales. 14 Como con un torbellino, los dispersé entre las naciones lejanas, donde vivieron como extranjeros. La tierra quedó tan desolada que nadie pasaba por allí. ¡Convirtieron su hermosa tierra en un desierto!».

Footnotes

  1. 7:1 En hebreo El cuarto día del noveno mes, el mes de quisleu, del antiguo calendario lunar hebreo. Ese suceso ocurrió el 7 de diciembre del 518 a. C.; ver también la nota en 1:1.
  2. 7:2 O Betel-sarezer había enviado a Regem-melec.
  3. 7:3 En hebreo continuar de luto y ayuno en el quinto mes. El templo había sido destruido en el quinto mes del antiguo calendario lunar hebreo (agosto del 586 a. C.); ver 2 Re 25:8.
  4. 7:5 En hebreo ayunaban y se vestían de luto en el quinto y séptimo mes. El quinto mes del antiguo calendario lunar hebreo por lo general cae en el mes de julio o en agosto. El séptimo mes por lo general cae en el mes de septiembre o en octubre; tanto el Día del Perdón como el Festival de las Enramadas se celebraban en el séptimo mes.
  5. 7:7 En hebreo y la Sefela.

El ayuno que Dios reprueba

Aconteció que en el año cuarto del rey Darío vino palabra de Jehová a Zacarías, a los cuatro días del mes noveno, que es Quisleu, cuando el pueblo de Bet-el había enviado a Sarezer, con Regem-melec y sus hombres, a implorar el favor de Jehová, y a hablar a los sacerdotes que estaban en la casa de Jehová de los ejércitos, y a los profetas, diciendo: ¿Lloraremos en el mes quinto? ¿Haremos abstinencia como hemos hecho ya algunos años? Vino, pues, a mí palabra de Jehová de los ejércitos, diciendo: Habla a todo el pueblo del país, y a los sacerdotes, diciendo: Cuando ayunasteis y llorasteis en el quinto y en el séptimo mes estos setenta años, ¿habéis ayunado para mí? Y cuando coméis y bebéis, ¿no coméis y bebéis para vosotros mismos? ¿No son estas las palabras que proclamó Jehová por medio de los profetas primeros, cuando Jerusalén estaba habitada y tranquila, y sus ciudades en sus alrededores y el Neguev y la Sefela estaban también habitados?

La desobediencia, causa del cautiverio

Y vino palabra de Jehová a Zacarías, diciendo: Así habló Jehová de los ejércitos, diciendo: Juzgad conforme a la verdad, y haced misericordia y piedad cada cual con su hermano; 10 no oprimáis a la viuda, al huérfano, al extranjero ni al pobre; ni ninguno piense mal en su corazón contra su hermano. 11 Pero no quisieron escuchar, antes volvieron la espalda, y taparon sus oídos para no oír; 12 y pusieron su corazón como diamante, para no oír la ley ni las palabras que Jehová de los ejércitos enviaba por su Espíritu, por medio de los profetas primeros; vino, por tanto, gran enojo de parte de Jehová de los ejércitos. 13 Y aconteció que así como él clamó, y no escucharon, también ellos clamaron, y yo no escuché, dice Jehová de los ejércitos; 14 sino que los esparcí con torbellino por todas las naciones que ellos no conocían, y la tierra fue desolada tras ellos, sin quedar quien fuese ni viniese; pues convirtieron en desierto la tierra deseable.

Bendiciones prometidas para Jerusalén

Entonces el Señor de los Ejércitos Celestiales me dio otro mensaje: «El Señor de los Ejércitos Celestiales dice: mi amor por el monte Sion es intenso y ferviente, ¡me consume la pasión por Jerusalén!

»Ahora dice el Señor: regresaré al monte Sion y viviré en Jerusalén. Entonces Jerusalén se llamará la Ciudad Fiel; el monte del Señor de los Ejércitos Celestiales se llamará Monte Santo.

»El Señor de los Ejércitos Celestiales dice: nuevamente los ancianos y las ancianas caminarán por las calles de Jerusalén apoyados en sus bastones y se sentarán juntos en las plazas de la ciudad, y las calles de la ciudad se llenarán de niños y niñas que juegan.

»El Señor de los Ejércitos Celestiales dice: ahora todo esto puede parecerles imposible, a ustedes que son el pequeño remanente del pueblo de Dios. ¿Pero será imposible para mí?, dice el Señor de los Ejércitos Celestiales.

»El Señor de los Ejércitos Celestiales dice: pueden estar seguros de que rescataré a mi pueblo del oriente y del occidente. Yo los haré regresar a casa para que vivan seguros en Jerusalén. Ellos serán mi pueblo, y como su Dios los trataré con fidelidad y justicia.

»El Señor de los Ejércitos Celestiales dice: ¡Sean fuertes y terminen la tarea! Desde que echaron los cimientos del templo del Señor de los Ejércitos Celestiales, ustedes han oído lo que los profetas han estado diciendo acerca de terminar el edificio. 10 Antes de que la obra en el templo comenzara, no había trabajo ni dinero para contratar obreros o animales. Ningún viajero estaba a salvo porque había enemigos por todos lados. Yo hice que todos estuvieran unos contra otros.

11 »Pero ahora no trataré al remanente de mi pueblo como lo hice antes, dice el Señor de los Ejércitos Celestiales. 12 Pues estoy plantando semillas de paz y prosperidad entre ustedes. Las vides estarán cargadas de fruta, la tierra producirá sus cosechas y los cielos soltarán el rocío. Una vez más yo haré que el remanente de Judá y de Israel herede estas bendiciones. 13 Entre las demás naciones, Judá e Israel se convirtieron en símbolo de una nación maldita. ¡Pues ya no lo serán más! Ahora los rescataré y los haré símbolo y fuente de bendición. Así que no tengan miedo. ¡Sean fuertes y sigan con la reconstrucción del templo!

14 »Pues el Señor de los Ejércitos Celestiales dice: estaba decidido a castigarlos cuando sus antepasados me hicieron enojar y no cambié de parecer, dice el Señor de los Ejércitos Celestiales. 15 Sin embargo, ahora estoy decidido a bendecir a Jerusalén y al pueblo de Judá, así que no tengan miedo. 16 Pero ustedes deben hacer lo siguiente: digan la verdad unos a otros. En sus tribunales, pronuncien veredictos que sean justos y que conduzcan a la paz. 17 No tramen el mal unos contra otros. Dejen de amar el decir mentiras y jurar que son verdad. Yo odio todas esas cosas, dice el Señor».

18 Este es otro mensaje que me dio el Señor de los Ejércitos Celestiales: 19 «El Señor de los Ejércitos Celestiales dice: los ayunos tradicionales y los tiempos de luto que han mantenido al principio del verano, en pleno verano, en el otoño y en el invierno[a] ahora han terminado. Se convertirán en festivales de alegría y celebración para el pueblo de Judá. Así que amen la verdad y la paz.

20 »El Señor de los Ejércitos Celestiales dice: gente de naciones y ciudades en todo el mundo viajará a Jerusalén. 21 La gente de una ciudad dirá a la gente de otra: “Vengan con nosotros a Jerusalén para pedir que el Señor nos bendiga. Adoremos al Señor de los Ejércitos Celestiales. Yo estoy decidido a ir”. 22 Muchos pueblos y naciones poderosas irán a Jerusalén a buscar al Señor de los Ejércitos Celestiales y a pedir su bendición.

23 »El Señor de los Ejércitos Celestiales dice: en aquellos días, diez hombres de naciones e idiomas diferentes agarrarán por la manga a un judío y le dirán: “Por favor, permítenos acompañarte, porque hemos oído que Dios está contigo”».

Footnotes

  1. 8:19 En hebreo en el cuarto, quinto, séptimo y décimo mes. El cuarto mes del antiguo calendario lunar hebreo cae generalmente en el mes de junio o en julio; el quinto, en julio o en agosto; el séptimo, en septiembre o en octubre; el décimo, en diciembre o en enero.

Promesa de la restauración de Jerusalén

Vino a mí palabra de Jehová de los ejércitos, diciendo: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Celé a Sion con gran celo, y con gran ira la celé. Así dice Jehová: Yo he restaurado a Sion, y moraré en medio de Jerusalén; y Jerusalén se llamará Ciudad de la Verdad, y el monte de Jehová de los ejércitos, Monte de Santidad. Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Aún han de morar ancianos y ancianas en las calles de Jerusalén, cada cual con bordón en su mano por la multitud de los días. Y las calles de la ciudad estarán llenas de muchachos y muchachas que jugarán en ellas. Así dice Jehová de los ejércitos: Si esto parecerá maravilloso a los ojos del remanente de este pueblo en aquellos días, ¿también será maravilloso delante de mis ojos? dice Jehová de los ejércitos. Así ha dicho Jehová de los ejércitos: He aquí, yo salvo a mi pueblo de la tierra del oriente, y de la tierra donde se pone el sol; y los traeré, y habitarán en medio de Jerusalén; y me serán por pueblo, y yo seré a ellos por Dios en verdad y en justicia.

Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Esfuércense vuestras manos, los que oís en estos días estas palabras de la boca de los profetas, desde el día que se echó el cimiento a la casa de Jehová de los ejércitos, para edificar el templo. 10 Porque antes de estos días no ha habido paga de hombre ni paga de bestia, ni hubo paz para el que salía ni para el que entraba, a causa del enemigo; y yo dejé a todos los hombres cada cual contra su compañero. 11 Mas ahora no lo haré con el remanente de este pueblo como en aquellos días pasados, dice Jehová de los ejércitos. 12 Porque habrá simiente de paz; la vid dará su fruto, y dará su producto la tierra, y los cielos darán su rocío; y haré que el remanente de este pueblo posea todo esto. 13 Y sucederá que como fuisteis maldición entre las naciones, oh casa de Judá y casa de Israel, así os salvaré y seréis bendición. No temáis, mas esfuércense vuestras manos.

14 Porque así ha dicho Jehová de los ejércitos: Como pensé haceros mal cuando vuestros padres me provocaron a ira, dice Jehová de los ejércitos, y no me arrepentí, 15 así al contrario he pensado hacer bien a Jerusalén y a la casa de Judá en estos días; no temáis. 16 Estas son las cosas que habéis de hacer: Hablad verdad cada cual con su prójimo;(A) juzgad según la verdad y lo conducente a la paz en vuestras puertas. 17 Y ninguno de vosotros piense mal en su corazón contra su prójimo, ni améis el juramento falso; porque todas estas son cosas que aborrezco, dice Jehová.

18 Vino a mí palabra de Jehová de los ejércitos, diciendo: 19 Así ha dicho Jehová de los ejércitos: El ayuno del cuarto mes, el ayuno del quinto, el ayuno del séptimo, y el ayuno del décimo, se convertirán para la casa de Judá en gozo y alegría, y en festivas solemnidades. Amad, pues, la verdad y la paz.

20 Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Aún vendrán pueblos, y habitantes de muchas ciudades; 21 y vendrán los habitantes de una ciudad a otra, y dirán: Vamos a implorar el favor de Jehová, y a buscar a Jehová de los ejércitos. Yo también iré. 22 Y vendrán muchos pueblos y fuertes naciones a buscar a Jehová de los ejércitos en Jerusalén, y a implorar el favor de Jehová. 23 Así ha dicho Jehová de los ejércitos: En aquellos días acontecerá que diez hombres de las naciones de toda lengua tomarán del manto a un judío, diciendo: Iremos con vosotros, porque hemos oído que Dios está con vosotros.

Saludos de Judas

Yo, Judas, esclavo de Jesucristo y hermano de Santiago, les escribo esta carta a todos los que han sido llamados por Dios Padre, quien los ama y los protege con el cuidado de Jesucristo.[a]

Que Dios les dé cada vez más misericordia, paz y amor.

El peligro de los falsos maestros

Queridos amigos, con gran anhelo tenía pensado escribirles acerca de la salvación que compartimos. Sin embargo, ahora me doy cuenta de que debo escribirles sobre otro tema para rogarles que defiendan la fe que Dios ha confiado una vez y para siempre a su pueblo santo. Les digo esto, porque algunas personas que no tienen a Dios se han infiltrado en sus iglesias diciendo que la maravillosa gracia de Dios nos permite llevar una vida inmoral. La condena de tales personas fue escrita hace mucho tiempo, pues han negado a Jesucristo, nuestro único Dueño y Señor.

Aunque ustedes ya saben estas cosas, igual quiero recordarles que Jesús[b] primero rescató de Egipto a la nación de Israel pero luego destruyó a los que no permanecieron fieles. Y les recuerdo de los ángeles que no se mantuvieron dentro de los límites de autoridad que Dios les puso, sino que abandonaron el lugar al que pertenecían. Dios los ha tenido firmemente encadenados en prisiones de oscuridad, en espera del gran día del juicio. Asimismo no se olviden de Sodoma y Gomorra ni de las ciudades vecinas, las cuales estaban llenas de inmoralidad y de toda clase de perversión sexual. Esas ciudades fueron destruidas con fuego y sirven como advertencia del fuego eterno del juicio de Dios.

De la misma manera, estos individuos—que pretenden tener autoridad por lo que reciben en sueños—llevan una vida inmoral, desafían a la autoridad y se burlan de los seres sobrenaturales.[c] Pero ni siquiera Miguel, uno de los ángeles más poderosos,[d] se atrevió a acusar al diablo de blasfemia, sino que simplemente le dijo: «¡Que el Señor te reprenda!». (Esto ocurrió cuando Miguel disputaba con el diablo acerca del cuerpo de Moisés). 10 Pero esa gente se burla de cosas que no entiende. Como animales irracionales, hacen todo lo que les dictan sus instintos y de esta manera provocan su propia destrucción. 11 ¡Qué aflicción les espera! Pues siguen los pasos de Caín, quien mató a su hermano. Al igual que Balaam, engañan a la gente por dinero; y, como Coré, perecen en su propia rebelión.

12 Cuando estos individuos participan con ustedes en sus comidas de compañerismo—las cuales conmemoran el amor del Señor—, son como arrecifes peligrosos que pueden hacerlos naufragar.[e] Son como pastores que no tienen vergüenza y que solo se preocupan por sí mismos. Son como nubes que pasan sobre la tierra sin dar lluvia. Son como árboles en el otoño, doblemente muertos, porque no dan fruto y han sido arrancados de raíz. 13 Son como violentas olas del mar que arrojan la espuma de sus actos vergonzosos. Son como estrellas que han perdido su rumbo, condenadas para siempre a la más negra oscuridad.

14 Enoc, quien vivió en la séptima generación después de Adán, profetizó acerca de estas personas. Dijo: «¡Escuchen! El Señor viene con incontables millares de sus santos 15 para ejecutar juicio sobre la gente de este mundo. Declarará culpables a los seres humanos por todos los actos perversos que cada uno haya hecho y a los pecadores rebeldes por todos los insultos que hayan dicho contra él»[f].

16 Estos individuos son rezongones, se quejan de todo y viven solo para satisfacer sus deseos. Son fanfarrones que se jactan de sí mismos y adulan a otros para conseguir lo que quieren.

Un llamado a permanecer fieles

17 Pero ustedes, mis queridos amigos, deben recordar lo que predijeron los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo. 18 Ellos les advirtieron que en los últimos tiempos habría gente burlona cuyo objetivo en la vida es satisfacer sus malos deseos. 19 Estos individuos son los que causan divisiones entre ustedes. Se dejan llevar por sus instintos naturales porque no tienen al Espíritu de Dios en ellos.

20 Pero ustedes, queridos amigos, deben edificarse unos a otros en su más santísima fe, orar en el poder del Espíritu Santo[g] 21 y esperar la misericordia de nuestro Señor Jesucristo, quien les dará vida eterna. De esta manera, se mantendrán seguros en el amor de Dios.

22 Deben tener compasión de[h] los que no están firmes en la fe. 23 Rescaten a otros arrebatándolos de las llamas del juicio. Incluso a otros muéstrenles compasión[i] pero háganlo con mucho cuidado, aborreciendo los pecados que contaminan la vida de ellos.[j]

Una oración de alabanza

24 Y ahora, que toda la gloria sea para Dios, quien es poderoso para evitar que caigan, y para llevarlos sin mancha y con gran alegría a su gloriosa presencia. 25 Que toda la gloria sea para él, quien es el único Dios, nuestro Salvador por medio de Jesucristo nuestro Señor. ¡Toda la gloria, la majestad, el poder y la autoridad le pertenecen a él desde antes de todos los tiempos, en el presente y por toda la eternidad! Amén.

Read full chapter

Footnotes

  1. 1:1 O y los guarda para Jesucristo.
  2. 1:5 Otros manuscritos dicen [el] Señor, o Dios, o Cristo; uno de ellos dice Dios Cristo.
  3. 1:8 En griego de los seres gloriosos, que probablemente son ángeles caídos.
  4. 1:9 En griego Miguel, el arcángel.
  5. 1:12 O son contaminantes entre ustedes; o son manchas.
  6. 1:14-15 La cita proviene de literatura intertestamentaria: 1 Enoc 1:9.
  7. 1:20 En griego orar en el Espíritu Santo.
  8. 1:22 Algunos manuscritos dicen Deben reprender a.
  9. 1:22-23a Algunos manuscritos solo tienen dos categorías de personas: 1) las que no están firmes en la fe y, por lo tanto, necesitan ser arrebatadas de las llamas del juicio, y 2) las que necesitan que se les muestre compasión.
  10. 1:23b En griego con temor, aborreciendo hasta la ropa manchada por la carne.

Salutación

Judas,(A) siervo de Jesucristo, y hermano de Jacobo, a los llamados, santificados en Dios Padre, y guardados en Jesucristo: Misericordia y paz y amor os sean multiplicados.

Falsas doctrinas y falsos maestros

(2 P. 2.1-17)

Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos. Porque algunos hombres han entrado encubiertamente, los que desde antes habían sido destinados para esta condenación, hombres impíos, que convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios, y niegan a Dios el único soberano, y a nuestro Señor Jesucristo.

Mas quiero recordaros, ya que una vez lo habéis sabido, que el Señor, habiendo salvado al pueblo sacándolo de Egipto,(B) después destruyó a los que no creyeron.(C) Y a los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los ha guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día; como Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas, las cuales de la misma manera que aquellos, habiendo fornicado e ido en pos de vicios contra naturaleza, fueron puestas por ejemplo, sufriendo el castigo del fuego eterno.(D)

No obstante, de la misma manera también estos soñadores mancillan la carne, rechazan la autoridad y blasfeman de las potestades superiores. Pero cuando el arcángel Miguel(E) contendía con el diablo, disputando con él por el cuerpo de Moisés,(F) no se atrevió a proferir juicio de maldición contra él, sino que dijo: El Señor te reprenda.(G) 10 Pero estos blasfeman de cuantas cosas no conocen; y en las que por naturaleza conocen, se corrompen como animales irracionales. 11 ¡Ay de ellos! porque han seguido el camino de Caín,(H) y se lanzaron por lucro en el error de Balaam,(I) y perecieron en la contradicción de Coré.(J) 12 Estos son manchas en vuestros ágapes, que comiendo impúdicamente con vosotros se apacientan a sí mismos; nubes sin agua, llevadas de acá para allá por los vientos; árboles otoñales, sin fruto, dos veces muertos y desarraigados; 13 fieras ondas del mar, que espuman su propia vergüenza; estrellas errantes, para las cuales está reservada eternamente la oscuridad de las tinieblas.

14 De estos también profetizó Enoc,(K) séptimo desde Adán, diciendo: He aquí, vino el Señor con sus santas decenas de millares, 15 para hacer juicio contra todos, y dejar convictos a todos los impíos de todas sus obras impías que han hecho impíamente, y de todas las cosas duras que los pecadores impíos han hablado contra él. 16 Estos son murmuradores, querellosos, que andan según sus propios deseos, cuya boca habla cosas infladas, adulando a las personas para sacar provecho.

Amonestaciones y exhortaciones

17 Pero vosotros, amados, tened memoria de las palabras que antes fueron dichas por los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo; 18 los que os decían: En el postrer tiempo habrá burladores, que andarán según sus malvados deseos.(L) 19 Estos son los que causan divisiones; los sensuales, que no tienen al Espíritu. 20 Pero vosotros, amados, edificándoos sobre vuestra santísima fe, orando en el Espíritu Santo, 21 conservaos en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna. 22 A algunos que dudan, convencedlos. 23 A otros salvad, arrebatándolos del fuego; y de otros tened misericordia con temor, aborreciendo aun la ropa contaminada por su carne.

Doxología

24 Y a aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría, 25 al único y sabio Dios, nuestro Salvador, sea gloria y majestad, imperio y potencia, ahora y por todos los siglos. Amén.

Read full chapter

17 Qué preciosos son tus pensamientos acerca de mí,[a] oh Dios.
    ¡No se pueden enumerar!
18 Ni siquiera puedo contarlos;
    ¡suman más que los granos de la arena!
Y cuando despierto,
    ¡todavía estás conmigo!

19 ¡Oh Dios, si tan solo destruyeras a los perversos!
    ¡Lárguense de mi vida, ustedes asesinos!
20 Blasfeman contra ti;
    tus enemigos hacen mal uso de tu nombre.
21 Oh Señor, ¿no debería odiar a los que te odian?
    ¿No debería despreciar a los que se te oponen?
22 Sí, los odio con todas mis fuerzas,
    porque tus enemigos son mis enemigos.

23 Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón;
    pruébame y conoce los pensamientos que me inquietan.
24 Señálame cualquier cosa en mí que te ofenda
    y guíame por el camino de la vida eterna.

Read full chapter

Footnotes

  1. 139:17 O Qué preciosos son para mí tus pensamientos.

17 ¡Cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos!

¡Cuán grande es la suma de ellos!

18 Si los enumero, se multiplican más que la arena;

Despierto, y aún estoy contigo.

19 De cierto, oh Dios, harás morir al impío;

Apartaos, pues, de mí, hombres sanguinarios.

20 Porque blasfemias dicen ellos contra ti;

Tus enemigos toman en vano tu nombre.

21 ¿No odio, oh Jehová, a los que te aborrecen,

Y me enardezco contra tus enemigos?

22 Los aborrezco por completo;

Los tengo por enemigos.

23 Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón;

Pruébame y conoce mis pensamientos;

24 Y ve si hay en mí camino de perversidad,

Y guíame en el camino eterno.

Read full chapter