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Entonces me dijo: «Esta es la maldición que sale sobre la superficie de toda la tierra(A). Ciertamente todo el que roba será destruido según lo escrito(B) en un lado, y todo el que jura será destruido según lo escrito en el otro lado(C). La haré salir», declara el Señor de los ejércitos(D), «y entrará en casa del ladrón(E) y en casa del que jura por Mi nombre en falso(F); y pasará la noche dentro de su casa y la consumirá junto con sus maderas y sus piedras(G)».

Entonces el ángel que hablaba conmigo(H) salió y me dijo: «Alza ahora tus ojos y mira qué es esto que sale».

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