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Gime, ciprés, de dolor,
porque ha caído el cedro
y han sido abatidos los poderosos.
Lamentaos, encinas de Basán,
porque han talado
el bosque impenetrable.
Oíd el lamento de los pastores
porque ha sido arrancado
el esplendor de sus praderas;
Escuchad cómo rugen
los cachorros de león
porque ha sido asolada
la espesura del Jordán.

Alegoría de los dos pastores

Así dice el Señor, mi Dios:

— Apacienta estas ovejas destinadas al matadero,

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