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Manera de pensar de los malos

16 Los malos llaman a la muerte con gestos y gritos;
pensando que es su amiga, la buscan con afán,
y con ella han hecho una alianza,
pues merecen pertenecerle.

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Razonando equivocadamente se han dicho:
«Corta y triste es nuestra vida;
la muerte del hombre es inevitable,
y no se sabe de nadie que haya vuelto de la tumba.
Nacimos casualmente, y luego pasaremos,
como si no hubiéramos existido,
pues nuestro aliento es como el humo,
y el pensamiento, como una chispa
alimentada por el latido de nuestro corazón.
Cuando esta chispa se apague,
el cuerpo se convertirá en ceniza,
y el espíritu se desvanecerá como aire ligero.
Con el paso del tiempo,
nuestro nombre caerá en el olvido,
y nadie recordará nuestras acciones.
Nuestra vida pasará como el rastro de una nube
y se desvanecerá como neblina
perseguida por los rayos del sol
y vencida por su calor.
Nuestra vida es como el paso de una sombra;
cuando llega nuestro fin, no podemos regresar.
El destino del hombre queda sellado;
nadie puede ya volver atrás.
¡Por eso, disfrutemos de los bienes presentes
y gocemos de este mundo
con todo el ardor de la juventud!
¡Embriaguémonos del vino más costoso y de perfumes!
¡No dejemos pasar las flores de la primavera!
Coronémonos de rosas antes de que se marchiten;
que en nuestras orgías no falte ninguno de nosotros.
Dejemos por todas partes huellas de nuestra alegría:
¡eso es vivir; para eso estamos aquí!
10 ¡Aplastemos al hombre honrado que no tiene dinero;
no tengamos compasión de la viuda,
ni respetemos las canas del anciano!
11 Que la fuerza sea para nosotros la norma de la justicia,
ya que la debilidad no sirve para nada.

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Error de los malos

21 Así piensan los malos, pero se equivocan;
su propia maldad los ha vuelto ciegos.
22 No entienden los planes secretos de Dios,
ni esperan que una vida santa tenga recompensa;
no creen que los inocentes recibirán su premio.
23 En verdad, Dios creó al hombre para que no muriera,
y lo hizo a imagen de su propio ser;
24 sin embargo, por la envidia del diablo
entró la muerte en el mundo,
y la sufren los que del diablo son.

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