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Al salir de la habitación, Ragüel y Edna cerraron la puerta. Entonces Tobías se levantó de la cama y le dijo a Sara:

«Levántate, querida, vamos a pedirle a Dios que tenga compasión de nosotros y nos proteja».

Ella se levantó, y comenzaron a orar, pidiendo a Dios que los protegiera. Ésta es la oración que hicieron:

«Alabado seas por siempre,
Dios de nuestros antepasados.
Que el cielo y la tierra,
y todo lo que has creado,
por siempre te alaben.

»Tú creaste al hombre,
y le diste a la mujer
como esposa y compañera,
y de ellos nació
toda la raza humana.

»Tú dijiste:
“No está bien
que el hombre esté solo.
Voy a hacerle alguien
que lo acompañe y lo ayude”.

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