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15 Al oír eso, Ragüel alabó al Dios del cielo de esta manera:

«¡Bendito seas, Dios mío!
Tú eres digno
de las alabanzas más sinceras.
¡Bendito seas por siempre!
16 Gracias por esta gran alegría.
Temía que pasara lo peor,
pero tú demostraste
tu gran amor por nosotros.

17 »¡Bendito seas, Dios mío!
Tobías y Sara son nuestros únicos hijos,
y tuviste compasión de ellos.
¡Trátalos bien y cuídalos!
Dales una vida llena de alegría
y que gocen de tu bondad».

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