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12 Entonces Tobías le contestó:

—No comeré hasta que me des una respuesta.

—Está bien —respondió Ragüel—. Ahora mismo te doy mi permiso de casarte con Sara, pues así lo ordena la ley de Moisés. Yo sé que ésta es la voluntad de Dios. Sara será tu esposa para siempre. Sólo le pido al Dios del cielo que los bendiga, y que esta noche tenga compasión de ustedes y les dé su paz.

13 Luego Ragüel mandó a llamar a su hija Sara. Cuando ella llegó, la tomó de la mano y se la entregó a Tobías, diciéndole:

—Te entrego a mi hija, cumpliendo así lo que está ordenado en la ley de Moisés. Recíbela y vuelve sano y salvo a casa de tus padres. ¡Que el Dios del cielo les dé su paz!

14 Ragüel también llamó a su esposa y le pidió una hoja de papel para escribir el acta de matrimonio. Y así quedó escrito que Ragüel entregaba a su hija para que fuera esposa de Tobías, tal como lo ordena la ley de Moisés. Después de esto, comenzaron a cenar.

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