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12 »Cuando los israelitas
vuelvan a Jerusalén,
Dios los llenará de alegría,
y a los que han sufrido
los amará para siempre.

13 »Jerusalén, tu luz brillará
hasta el último rincón del mundo.
Desde lugares muy lejanos
vendrán a ti muchas naciones,
para alabar al Dios de Israel.
En sus manos traerán ofrendas,
para el Rey del cielo.
Los habitantes de la tierra
lo alabarán con alegría,
y tú, Jerusalén,
jamás serás destruida.

14 »¡Jerusalén,
que caiga una maldición
sobre todos los que te insulten!
¡Que caiga una maldición
sobre los que te destruyan,
y los que derriben tus muros!
¡Que caiga una maldición
sobre los que derriben tus torres
y prendan fuego a tus casas!

»¡Jerusalén,
que Dios bendiga para siempre
a todos los que te reconstruyan!

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