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18 Yo no vine por mi propia cuenta; fue Dios quien me envió. Por eso, alábenlo siempre y canten himnos en su honor. 19 Aunque ustedes me han visto comer y beber, en realidad no lo hacía; sólo fingía hacerlo, pues soy un ángel.

20 »Alaben al Dios de la tierra, y denle gracias. Ahora regreso a donde está Dios. Pero ustedes, pongan por escrito todo lo que les ha pasado.

Mientras el ángel subía al cielo,

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