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dijo: «¿Habrá tenido algún problema? ¿O será que Gabael murió y no hay quien le entregue la plata a mi hijo?» Y empezó a preocuparse.

4-5 Por su parte, Ana, la madre de Tobías, lloraba, y con mucha tristeza decía:

—¡Mi hijo ha muerto y no regresará! ¡Ay, hijo mío!, ¿por qué te dejé ir, si eras la luz de mis ojos?

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