⁷ Porque el obispo debe ser irreprensible^(A) como administrador de Dios^(B), no obstinado^(C), no iracundo, no dado a la bebida^[a](D), no pendenciero, no amante de ganancias deshonestas^(E). ⁸ Antes bien, debe ser hospitalario^(F), amante de lo bueno^(G), prudente, justo, santo, dueño de sí mismo. ⁹ Debe retener la palabra fiel^(H) que es conforme a la enseñanza, para que sea capaz también de exhortar con sana doctrina^(I) y refutar a los que contradicen.

Los falsos maestros censurados

¹⁰ Porque hay muchos^(J) rebeldes^(K), habladores vanos^(L) y engañadores, especialmente los de la circuncisión^[b](M), ¹¹ a quienes es preciso tapar la boca, porque^[c] están trastornando familias^[d](N) enteras, enseñando por ganancias^(O) deshonestas, cosas que no deben^(P). ¹² Uno de ellos, su propio profeta, dijo: «Los cretenses son siempre mentirosos, malas bestias, glotones ociosos^(Q)». ¹³ Este testimonio es verdadero. Por eso, repréndelos^(R) severamente^(S) para que sean sanos en la fe^(T), ¹⁴ y no presten atención a mitos judaicos^(U) y a mandamientos de hombres^(V) que se apartan de la verdad^(W).

¹⁵ Todas las cosas son puras para los puros^(X), pero para los corrompidos e incrédulos nada es puro^(Y), sino que tanto su mente como su conciencia están corrompidas^(Z). ¹⁶ Profesan conocer a Dios^(AA), pero con sus hechos lo niegan^(AB), siendo abominables^(AC) y desobedientes^(AD) e inútiles^(AE) para cualquier obra buena^(AF).